Lectura de
Illuminatus semana 43
Por Mazzu
Trilogía
Illuminatus
(Desde la página 474 a la 484)
Zombies
nazis saliendo del lago Totenkopf dispuestos a asesinar a cientos de miles de
jóvenes reunidos en el festival de Ingolstadt; una revolución guerrillera
estalla en el corazón de EEUU y se desata el caos; los discordianos reúnen todas
sus fuerzas para vencer a los Illuminati; las revelaciones se aceleran a medida
que se acerca el Eskatón...
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En
el fragmento de esta semana vemos el desarrollo de tres hechos simultáneos: en
Ingolstadt comienza a inmanentizase el Eskatón: las tropas nazis muertas que
‘dormían’ en el fondo del lago Totenkopf son ‘resucitadas’ por la sinergia
entre la música de los AMA y la energía vital de los cientos de miles de
jóvenes allí presentes. En EEUU, luego de declararse el estado de emergencia
nacional y el toque de queda por la crisis del Ántrax Lepra Pi, estalla una
revolución de guerrillas. Mientras tanto, en Nevada, Saul, Barney, Markoff y
Dillinger encuentran a Carmel – el portador de la peste – en las Cavernas de
Lehman.
Las Cavernas de Lehman
Ya
habíamos visto que los Mitos de
Illuminatus mencionan a una entidad lovecraftiana a la cual se refieren
como “Él” o “Aquél que No Debe Ser Nombrado”, que supuestamente estaría
encerrada en el Pentágono de los EEUU, el cual precisamente tendría esa forma
para que, a manera de una especie de cárcel mágicka, dicho ser no pudiera
escapar. En Illuminatus se sugiere que
este oscuro lloigor tiene sed de sangre, y es alimentado con el sacrificio de
seres humanos desde la época de la Atlántida: “Por eso es que treinta mil
americanos desaparecen cada año, sin dejar huellas, y sus casos terminan
archivados y sin resolver; Él debe
ser alimentado” dice Mavis en la página 245. Esta idea funciona al menos en dos
niveles, como decía Tom Jackson en RAWIllumination.net, como “una metáfora del
Estado de Seguridad Nacional y el complejo militar-industrial de Estados
Unidos, y la forma en que éstos exigen el sacrificio de miles de personas,
independientemente de quién gane las elecciones”, por un lado, y como una
‘realidad’ no metafórica en el universo de la novela. En el fragmento de esta
semana, vemos que las explosiones de las bombas de los guerrilleros lo dejan
libre, y este lloigor ‘devorador de almas’ da cuenta de varios peces gordos del
gobierno y del ex Illuminatus Primi H.C. Winifred – que intenta
infructuosamente hacer un sigilo alrededor del boquete para impedir que la Cosa
de otro mundo se escape:
A
pesar de que la explosión no había dañado visiblemente el refugio a prueba de
bombas, el Secretario de Defensa, la Junta de Jefes de Personal y numerosos militares
de alto rango fueron encontrados muertos; se supuso que los había matado la
onda expansiva (...) Otra de las víctimas fue el Sr. H. C. Winifred, del
Departamento de Justicia. Winifred, aparentemente enloquecido por los eventos
terribles de aquel día infame, (...) corrió hasta la escena de la explosión
blandiendo un trozo enorme de tiza, y estaba intentando dibujar una línea
alrededor del boquete en el muro del edificio cuando colapsó y murió,
aparentemente por un ataque cardíaco.
En
Ingolstadt, en medio de una serie de visiones provocada por el ácido, Mary Lou
Servix tiene una revelación en lo concerniente a Dillinger:
Dillinger
se partió en dos ante mis ojos. Aquella era la respuesta a una pregunta: había
dos Dillingers, gemelos, en adición al falso Dillinger que mataron en el
Biograph, 0=2, pensé, sintiendo que en aquello había una respuesta abstracta
eterna, a la vez que la respuesta a algunas de las preguntas que habían fastidiado
a los biógrafos de la carrera criminal de Dillinger (como por qué algunos
testigos aseguraban haberlo visto en Miami ese día de 1934, cuando otros
testigos afirmaban que había robado un banco y asesinado a un guardia en
Chicago, y por qué Hagbard había dicho que estaba en Las Vegas, cuando yo pude
verlo aquí en Ingolstadt)
Ella
cree que son dos, pero nosotros vemos
que son al menos tres: el que está en
Ingolstadt (ver pág. 478), el que está en las cavernas de Lehman (ver también
en pág. 478) y el que está en Mad Dog, Texas
(ver pág. 484) – SPOILER: después veremos que había dos gemelos más para
completar la ley de los 5.
Otra
gran revelación de esta semana es la múltiple identidad de Mavis/Stella/Mao. En
la página 473, Hagbard dice que había estado en la tienda discordiana junto a
Stella. Cuando Joe entra y ve a Mavis piensa: “Hagbard mintió con respecto a
Stella”. Inmediatamente después entra George y no encuentra a Mavis... ¡sino a
Stella! Cuando le toca a Otto Waterhouse, la que está es la Srta. Mao. Luego
entra Hagbard y yace con una mujer que
No
era Mavis, ni Stella, ni Mao, si no una mujer de cabello negro y lacio, piel
olivácea, gruesas cejas negras y facciones huesudas.
“Estoy
llegando, Madre” dijo Hagbard, entregándose a la sensación irresistiblemente progresiva
del orgasmo.
“No
soy tu madre” dijo la mujer. “Tu madre era noruega, rubia y de ojos azules. Y ahora tengo aspecto de griega, creo”.
Luego
de una charla, Hagbard le dice: “comienzas a verte y a sonar como Mavis otra vez”. Aquí comprendemos por qué
Mavis, Stella y Mao nunca aparecían
juntas: todas son una misma mujer que puede cambiar de apariencia a
voluntad; en diferentes partes de la novela, cuando le preguntan a una por la
otra, la respuesta – invariablemente – es siempre que la otra está ocupada en
otra parte del submarino o algo por el estilo, como en la página 466:
“¿Dónde
está mi Stella?” preguntó Otto ásperamente
Mavis
dijo “Stella volvió al submarino, Otto. Se reunirá con nosotros cuando sea el momento”.
Así
que tenemos a muchos jugando a ser uno (los gemelos Dillinger) y a una jugando a ser muchas (Mavis, Stella y Mao)
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En
la página 480 Simon Moon, que comienza a alucinar con el LSD, tiene una serie
de visiones a orillas del lago Totenkopf. Ese fragmento, junto con el de las
visiones de Mary Lou Servix (pág. 483) me parece absolutamente genial: una
mezcla de juego de palabras (“pun” en inglés, como “Malik eclipsado por
Malaclypse”) y enumeración joyceiana, cut-up burroughsiano, y collage
psicodélico/surrealista.
Y
comencé a flipar, Malik eclipsado por Malaclypse, y Celine sereno sin fin, Mary
Lou ¿Eres tú?, el Ojo Rojo es mi Moonescencia ¿Cuál es el sentido de la
dolencia? y otras engañifas semánticas seminales similares (mi cabeza es una
puerta corrediza a las arenas movedizas donde el Imperativo Territorial siempre
detona en Sal de Mi Espacio, el Latino y el Sajón guerreando en las sinapsis
del pobre Simon, hombres muertos luchando por usar mi lengua, llevando la
Explosión de Población hasta Estamos Superpoblados Hasta la Mierda para adelante
y atrás hasta convertirlo en Explosión de la Copulación, y más allá de esas Hag
barras de esta Misa blanco y negro, el ácido estaba en mí, estaba viajando,
flipando, salteando y rajando a través de mi Camino con Maotsy Tsu-thsi, por lo
cual el número de Nuestra Señora es cien y cincuenta y seis - ¡Aquí hay
Sabidujería!), pero nunca imaginé que sería de esta forma. (...)
En
la línea del frente, claro como claritas, estaba el Mescalito de mis visiones
de peyote y Osiris con enormes pechos de mujer y el Hombre Araña y el Mago del
Tarot y el viejo y buen Charlie Brown y Bugs Bunny con una ametralladora de
juguete y Torómblo y Archie y el Capitán América y Hermes el Tres Veces Bendito
y Zeus y Atenea y Zagreo con sus linces y panteras y Mickey Mouse y Superman y
Santa Claus y Jesús Buda Sonriente y un millón de millones de pájaros, canarios
y periquitos, garzas demacradas y cuervos sagrados y águilas y halcones y
palomas dolientes (porque el duelo nunca termina), todos drogados desde finales
del período devoniano, cuando comenzaron a comer por primera vez las semillas
del cáñamo, y no me sorprende que Huxley considerara a los pájaros como “la
forma de vida más conmovedora”, cantando todo el tiempo, con sus cabecitas de
pajarito totalmente viajadas, todos entonando “vuelo en círculos, en círculos”,
excepto el pájaro Mynah, que ríe “¡Ji, ji-ji, ji-ji, ji-ji!”, y recordé
nuevamente que la existencia no es más sensata que lo caliente o lo rojo o lo
alto o lo amargo, solamente algunas partes de la existencia poseen esas
cualidades, y entonces estaban los Hombres Zigzag y mi Dios mi dios mi padre
como voz principal cantando:
SOLIDARIDAD
POR SIEMPRE
SOLIDARIDAD
POR SIEMPREEEE
LA
UNIÓN NOS HACE FUERTES
Este
recurso literario provoca un efecto casi de alucinación; en Las Máscaras de los Illuminati (1981),
Robert Anton Wilson repetiría el efectivo truco, como pueden ver en esta entrada del blog.
La
entidad llamada Mescalito mencionada al comienzo de la alucinación de Simon es
una referencia a Carlos Castaneda. Su primera aparición es en Las Enseñanzas de Don Juan. Allí, Don
Juan – el chamán yaqui que Castaneda conoce en el norte de México – llama
Mescalito indistintamente tanto al peyote (Lophophora
Williamsii) como al “espíritu” o ente contenido en la planta.
—Me
pediste que te enseñara los asuntos del Mescalito —dijo—. Yo quería ver si
tenías espinazo como para conocerlo cara a cara. Mescalito no es chiste.
—¿De
veras va usted a enseñarme los asuntos del peyote?
—Prefiero
llamarlo Mescalito. Haz tú lo mismo. (...)
Don
Juan hablaba con hondo fervor de que Mescalito era el maestro de la buena
manera de vivir. Le pregunté cómo enseñaba Mescalito a «vivir como se debe», y
don Juan repuso que Mescalito muestra cómo vivir.
—¿Cómo
lo muestra? —pregunté.
—Tiene
muchos modos de hacerlo. A veces lo enseña en su mano, o en las piedras, o los
árboles, o nomás enfrente de uno.
—¿Es
como una imagen enfrente de uno?
—No.
Es una enseñanza enfrente de uno.
—¿Habla
Mescalito a la persona?
—Sí.
Pero no con palabras.
—¿Entonces
cómo habla?
—A
cada hombre le habla distinto.
Más
adelante, en el mismo libro, Castaneda tiene un “encuentro” con Mescalito,
donde lo describe de manera antropomórfica:
Al
pie de un peñasco vi a un hombre sentado en el suelo, con el rostro vuelto casi
de perfil. Me acerqué hasta hallarme quizá a tres metros de él; entonces volvió
la cabeza y me miró. Me detuve: ¡sus ojos eran el agua que yo acababa de ver!
Tenían el mismo volumen enorme, el cintilar de oro y negro. La cabeza del
hombre era puntiaguda como una fresa; su piel era verde, salpicada de
innumerables verrugas. A excepción de la forma en punta, su cabeza era
exactamente como la superficie de la planta del peyote. Me quedé inmóvil,
mirándolo; no podía apartar los ojos de él.
La
referencia en Illuminatus al “Mescalito
de mis visiones de peyote” también es
un detalle autobiográfico de Robert Anton Wilson; en Disparador Cósmico I RAW describe su extraña experiencia con dicho
ente:
La
entidad más extraña que contacté en esos veintitantos meses de exploraciones psicodélicas
apareció un día después de un viaje de peyote, mientras estaba desmalezando el
jardín y un movimiento en el campo de maíz adyacente me llamó la atención. Miré
en esa dirección y vi a un hombre de piel verde verrugosa y orejas puntiagudas,
bailando. El Escéptico lo observó durante casi un minuto, en trance, y luego
desapareció, “fue sólo una alucinación...”
Pero
no pude olvidarlo. A diferencia de la metaprogramación rápida durante un viaje
de peyote, en la que nunca estás seguro qué cosa es “real” y qué es sólo un
juego del metaprogramador, esta experiencia tenía todas las cualidades de la
realidad en vigilia, diferenciándose solamente en la intensidad. La entidad en el campo de maíz había sido más hermosa,
carismática, y divina que nada que
pudiera imaginar conscientemente al usar mis talentos literarios para intentar
retratar a una deidad. Como los místicos de todas las tradiciones dicen de
manera tan irritante, “aquellos que han visto, saben”.
Bueno,
yo había visto, pero no sabía. Estaba más molesto que iluminado.
Pero
ese no sería mi último encuentro con aquel bicho. Cinco años más tarde, en
1968, el Escéptico lee Las Enseñanzas de
Don Juan de Carlos Castaneda, que trata sobre el chamanismo tradicional mexicano
y el uso de los cactus sagrados. Castaneda, antropólogo, vio al mismo verde
hombre varias veces y Don Juan Matus, el chamán, le dijo que su nombre era
Mescalito. Era el espíritu de la planta
de peyote pero el Materialista lo había visto antes de leer su descripción.
Eso era lo más difícil de entender para el Materialista.
Una
explicación bastante plausible es que Mescalito es un arquetipo del
inconsciente colectivo, en el sentido jungiano. Ha sido descrito por muchos
otros además de Castaneda y yo, y siempre tiene la misma piel verde verrugosa y
a menudo está bailando.
(...)
Mescalito podría ser tanto un arquetipo del inconsciente colectivo de Jung,
como una traducción humana de una señal persistente enviada por la inteligencia
molecular de la vegetación del mundo. Naturalmente, la capacidad de decodificar
tales señales orgónicas o neuroeléctricas sería muy apreciada por los chamanes
de las sociedades dependientes de la agricultura. En otras palabras, según este
modelo, Mescalito es una señal genética en nuestro inconsciente colectivo, pero
activada sólo cuando se reciben ciertas transmisiones moleculares del mundo
vegetal.
“El
número de Nuestra Señora es cien y
cincuenta y seis - ¡Aquí hay Sabidujería!”. Esto es una referencia al capítulo
56 (“Problemas con Gemelos”) de El Libro
de las Mentiras, de Aleister Crowley:
Santa,
santa, santa, quinientos cincuenta y cinco veces santa sea Nuestra Señora de
las estrellas
¡Santa,
santa, santa, ciento cincuenta y seis
veces santa sea Nuestra Señora que monta sobre LA BESTIA!
¡Santa,
santa, santa, tantos números de veces como sea necesario y apropiado de santa,
NUESTRA SEÑORA Isis en sus millones de nombres; Madre Total,
Generatriz-Meretriz!
Más
santa que todas ellas es para mí LAYLAH, noche y muerte; por ella blasfemo ante
lo finito y lo infinito.
(...)
¿Quién sabe ahora quién es Crowley y quién es FRATER PERDURABO?
Veo varias conexiones entre este capítulo de El Libro de las Mentiras y el fragmento
de lectura de esta semana, no solamente en el número mencionado por Simon.
Crowley se refiere aquí a la Diosa como “NUESTRA SEÑORA en sus millones de
nombres; Madre Total, Generatriz-Meretriz”; en Illuminatus, Eris encarnada
puede tomar diferentes aspectos (Mavis, Stella Mao, “millones de nombres”), y
Hagbard la llama “la madre de todos nosotros” (“Madre Total”); además, un poco
más adelante la llama “Súper-Perra” (“Meretriz”).
El
número 555 es mencionado en el segmento de esta semana: “a las 5:55 PM, hora de
Washington, una serie de explosiones destruyó un tercio del Pentágono”; y en El Libro de las Mentiras leemos: “Santa,
santa, santa, quinientos cincuenta y
cinco veces santa sea Nuestra Señora de las estrellas”.
El
capítulo 56 del libro se intitula “Problemas con Gemelos” y en él el autor hace
un juego de espejos con al menos tres
de sus diferentes personalidades: LA BESTIA, Crowley y FRATER PERDURABO; en la
sección de esta semana se devela que Dillinger no es uno solo, sino al menos ¡tres hermanos gemelos! (ver más arriba)
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En
la página 479, presenciamos parte del recital de los Asociación Médica
Americana: “¡Escucha!” dijo Doris excitada. “Los AMA están tocando ‘La Era de
Baviera’”; el título “La Era de Baviera” sumado al fragmento de letra que
incluyeron los autores (¡Este es el
amanecer de la Era de Baviera - la Era de Baviera - Baviera - Baviera! – en
inglés: This is the dawning of the Age of
Bavaria— Age of Bavaria— Bavaria—Bavaria!), nos permite ver que la canción
es una sátira de la canción “Age of Aquarius” del musical Hair, cuya letra dice: “This
is the dawning of the age of Aquarius—The age of Aquarius—Aquarius—Aquarius”
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El
fragmento de esta semana tiene muchísimas referencias y vínculos cabalísticos, principalmente
en las visiones de Simon, Mary Lou y otros asistentes al recital de Ingolstadt.
Estamos
en la séfira de Yesod (la esfera de la Luna), pasando hacia la séfira del
Mundo, Malkut. En esta transición se atraviesa el último velo, el “Portal de la
Muerte”, desde el mundo ‘astral’ de Yetzirah, al mundo ‘físico’ de Assiah. Es
aquí precisamente donde se desarrolla el Eskatón de la novela, del griego ἔσχατον,
que significa “lo último”, “el desenlace”. El sendero sefirótico que une a
Yesod y Malkut está ilustrado con el Arcano Mayor nº XXI del Tarot, el Mundo, el
planeta Saturno y la letra hebrea Tau ת, la Cruz.
En
su visión de ácido Simon Moon habla de
su “Moonesencia” (ver más arriba) y
Yesod es la séfira lunar; en El Libro de
Thoth, Aleister Crowley dice del Arcano Mayor XXI, El Mundo (llamado El
Universo en el mazo crowleyano): “La característica principal y más obvia de
esta carta está en que es la última de la serie y, por tanto, el complemento
del Loco. Está atribuida a la letra Tau. Las dos cartas juntas forman
consiguientemente la palabra Ath, que significa Esencia”. En la página 482 Simon ve a su padre fallecido:
“¡Papá!” gimió Simon, sollozando de
alegría. “Dime la Palabra. Debes saberla ¿Cuál es la Palabra?”.
“Kether”
dijo Tim Moon beatíficamente.
“¿Kether?
¿Eso es todo? ¿Simple Cábala?”. Simon sacudió la cabeza. “No puede ser tan sencillo”.
“Kether” repitió firmemente Tim Moon. “Justo aquí, en
medio de Malkuth. Como es arriba, es abajo”.
La
pregunta de Simon (“¿Cuál es la Palabra?”) imita al ritual masónico de
iniciación al grado de Maestre, que sigue paso a paso el mítico asesinato de
Hiram Abiff, como vimos en la entrada de la semana 14. “Kether. Justo aquí, en
medio de Malkuth. Como es arriba, es abajo”: Kether y Malkuth son los dos
extremos del Árbol de la Vida, el cielo y la tierra, el comienzo y el fin, aquí
igualados por Tim Moon en la ley hermética de la Correspondencia “como es arriba,
es abajo”; el comienzo y el fin juntos como en el Uroboros que Simon ve de
inmediato: “veo el trono del mundo. Un solo sitial a veintitrés pies del suelo
adornado con diecisiete rubíes, sobre el cual se cierne la serpiente que se muerde la cola, la Rosa Cruz y el Ojo”. En el
Eskatón se cierra la rueda del Tarot a medida que nos acercamos a Malkuth: el
Mundo (la última carta), se encuentra con el Loco, la carta 0, que da inicio al
ciclo, un final – como dice Crowley – que engendra un comienzo. Esta igualación
es graficada por Crowley como 0=2, una ecuación que Mary Lou menciona en la
página 483.
En
esa misma página, Mary Lou reporta el efecto del LSD y dice “comencé a morir, literalmente
sentí que yo misma disminuía hasta el punto de aproximarme al cero absoluto”. Vale ampliar el
fragmento ya citado de El Libro de Thoth
ya que habla de ese “cero absoluto”:
La
característica principal y más obvia de El Universo está en que es la última de
la serie y, por tanto, el complemento del Loco. Está atribuida a la letra Tau.
Las dos cartas juntas forman consiguientemente la palabra Ath, que significa
Esencia. Así que toda realidad está comprendida en la serie de la que estas dos
letras forman el principio y el fin. Este principio fue Nada, de modo que el fin
tiene que ser igualmente Nada, pero Nada en su expansión completa
En
la visión de Mary Lou hay otras referencias a la ley hermética de
Correspondencia: “Yo soy Ptah, he venido para llevarte desde Menfis al cielo”.
Ptah, era el dios egipcio de la creación en la cosmogonía menfita, el comienzo,
la Nada. Y aquí le dice a Mary Lou
“he venido para llevarte desde Menfis (Malkut, la tierra), al cielo (Kether)”.
La referencia a los dioses “distantes, indiferentes y fríos, (que) no eran dioses
de la humanidad, si no dioses por encima de ella, dioses del vacío, brillantes
pero fríos como los diamantes” puede comprenderse releyendo el fragmento de Magick Without Tears que tradujimos para
la entrada anterior, donde Crowley habla de la ley de la Correspondencia y la
idea de lo microcósmico y lo macrocósmico.
“Has
asesinado al Hijo de Dios en tu útero, mujer” le dice la visión; la letra
hebrea Tau ת, como decíamos antes, es la Cruz. Nuevamente la idea de la muerte
como comienzo de un nuevo ciclo, como en la muerte de Cristo. Según Robert
Graves en Los Mitos Griegos, en la
Grecia pre-helénica y matriarcal, la Reina tomaba como consorte a un campeón, un
Rey cuyo ciclo concluiría con su sacrificio, su sangre utilizada para
fertilizar las cosechas – una idea tomada de La Rama Dorada de James George Frazer. A la muerte del Rey le
precedía una nueva etapa, otro reinado y un Rey que lo sustituía: muerte y renacimiento,
Uroboros, nuevamente. Graves explica:
Las
Tesmoforias («ofrendas debidas») eran orgías agrícolas que se celebraban en
Atenas y en las cuales llevaban en un cesto los órganos genitales cortados del
rey sagrado o su sustituto; en tiempos más civilizados los reemplazaban con
tortas en forma de falo y serpientes vivas. Las invasiones aqueas del siglo
XIII a. de C. debilitaron gravemente la tradición matrilineal.
Y
precisamente, Mary Lou hace referencia a la castración en el último párrafo de
su visión en la página 483: “quería castrar a Simon, castrar a todos los hombres
blancos, pero no lo haría; castraría hombres negros - soy la Pesadilla de la
Muerte en Vida”. Recordemos que el sendero sefirótico que une a Yesod y Malkuth
posee la cualidad de Saturno, es decir Cronos. Cronos/Saturno castró con su hoz
a su padre Urano, separando así al cielo (Urano) de la Tierra (Gea, su madre),
dando comienzo a un nuevo ciclo que lo tenía a él (Cronos) como nuevo Rey
sagrado, el nuevo Urano, el nuevo Cielo.
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Algunas
notas:
Hagbard
parece estar estimulando a propósito en Joe Malik la idea de que él es un
sociópata que planea destruir a la humanidad, brindándole a Joe nuevas
evidencias que comprueban su sesgo de confirmación, y prácticamente
convenciéndolo de que debe matarlo,
como en la página 475:
Mientras
Joe salía, Hagbard estaba diciéndole en voz baja a Otto Waterhouse “…hubieras
ido si no hubiéramos tenido otro trabajo para ti. El Ántrax Leproso Pi puede
borrar a la población entera de la tierra en cuestión de días”.
En
la visión de la página 480, Simon habla de “el Latino y el Sajón guerreando en mis
sinapsis, hombres muertos luchando por usar mi lengua”; la imagen de los
muertos usando la lengua de los vivos ya había sido utilizada por Simon al
describir las discusiones entre sus padres anarquistas (pág. 60):
Tolstoi
saliendo de la boca de ella, Bakunin de la de él. Y, repentinamente, todo era
raro y súper-freaky, como Goddard filmando una escena de Kafka: dos rusos
muertos debatiendo entre ellos, mucho después de fallecer y haber sido
enterrados, hablando a través de las bocas de dos irlandeses radicales de
Chicago
En
la página 482 Mary Lou Servix le dice a Simon Moon:
“Algo
está sucediendo” insistió Mary Lou con vehemencia. “No tiene nada que ver con
el lago - eso solamente es una jugarreta para distraernos de la batalla
verdadera entre Hagbard y esos músicos dementes allí arriba. Si no estuviera de
ácido mi cabeza funcionaría mejor, maldición. Es algo referido a las ondas sonoras. Sea lo que sea, no se
supone que el resto de nosotros lo pueda entender. Esa cosa del lago es simplemente
para darnos algo que podamos comprender, o casi comprender”.
A mí me sonó a
que los autores insinúan que Mary Lou hace referencia al control mental
mediante infrasonido, o al uso de armas acústicas letales; el infrasonido ha sido
utilizado como arma sónica desde la Primera Guerra Mundial, alcanzando un gran
desarrollo especialmente durante la Segunda Guerra Mundial; en Secret Weapons of the Third Reich
(1971), Leslie E. Simon describe un artefacto construido por los nazis llamado Schallkanone
que creaba un rayo sónico de enorme amplitud capaz de matar. En Los Hombres que Miraban Fijamente a las
Cabras (2004) Jon Ronson habla sobre
una
serie de «armas acústicas»: el proyector de ondas de choque, el dispositivo de
estridencia y el infrasonido de baja frecuencia que, según el informe filtrado,
«penetra con facilidad en casi todos los edificios y vehículos» y provoca «náuseas,
pérdidas de heces, desorientación, vómito, posibles lesiones internas e incluso
la muerte».
Schallkanone
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5s,
17s y 23s: “¿No te conocí hace unos cinco
o seis años atrás en Arkham?” (pág. 476); “a las 5:55 PM, hora de Washington, una serie de explosiones destruyó un
tercio del Pentágono” (pág. 477); “el
poder que la Logia Iluminada le había garantizado a Adolf Hitler en 1923” (pág. 479); “Veo el trono del mundo.
Un solo sitial a veintitrés pies del
suelo adornado con diecisiete rubíes,
sobre el cual se cierne la serpiente que se muerde la cola, la Rosa Cruz y el
Ojo” (pág. 482).
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