Lectura de
Illuminatus semana 41
Por Mazzu
Trilogía
Illuminatus
(Desde la página 452 a la 462)
El
agente de la Corona, 00005, sin saberlo ingiere LSD en el festival a orillas
del lago Totenkopf; Tobías Knight nos cuenta cómo hizo para involucrar a Saul
Goodman en todo ese rollo; la comitiva discordiana llega a la ciudad de
Ingolstadt...
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En
otra flagrante apropiación de símbolos y leyendas por parte de los Mitos de lluminatus, Shea y RAW hacen del
monstruo del Lago Ness un invento de los Illuminati:
“(Es)
uno de los experimentos genéticos de Gruad con los reptiles. Era aficionado a
ellos. Llenó el Mar de Valusia con estas cosas similares a los plesiosauros”.
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En
la página 452/453, mientras observan desde el Leif Erikson a las tropas nazis de muertos vivos protegida por un
escudo “biomístico” en el fondo del lago Totenkopf, Hagbard y George tienen
este interesante diálogo:
“Cuando
las vibraciones eléctricas, astrales y orgónicas de los Asociación Médica
Americana, amplificadas por el conjunto sinérgico del sonido, la imagen, y la
energía emocional de todos esos jóvenes respondiendo al ritmo, devuelvan a esa legión
nazi a la vida, la aprovecharemos también para llamar nada menos que a la Diosa
Eris en persona al campo de batalla para salvar el día”.
“Hagbard,”
protestó George disgustado, “¿Me estás diciendo que Eris es real? ¿Realmente real y no solamente una alegoría o un símbolo? No voy a creer eso,
al igual que no creo que Jehová u Osiris sean reales”.
Pero
Hagbard respondió solemnemente “cuando te enfrentas a estas fuerzas o poderes
de forma filosófica o científica, contemplándolos desde un diván, ese
acercamiento racional es útil. De esa forma es beneficioso considerar a los
dioses, diosas y demonios como proyecciones de la mente humana o como aspectos
inconscientes de nosotros mismos. Pero cada verdad es verdad en su lugar y en
su momento, y esa es la verdad, como he dicho, para el diván. Cuando te
enfrentas realmente a estas figuras,
el único enfoque seguro, pragmático y operacional es tratarlos como si tuvieran
vida, voluntad, y propósitos propios enteramente diferentes a los de los
humanos que los han invocado. Si el Aprendiz de Brujo hubiera comprendido eso,
no habría tenido tantos problemas”
Este
último consejo de Hagbard parece salido directamente de las páginas de algún
libro de Aleister Crowley. En la introducción de Liber O dice:
En
este libro se habla de las Sephiroth y de los Senderos; de Espíritus y Conjuros;
de Dioses, Esferas, Planos y muchas otras cosas que pueden o no existir. Es
irrelevante si existen o no. Haciendo ciertas cosas, se obtienen ciertos resultados;
los estudiantes quedan severamente advertidos antes de atribuirle realidad
objetiva o filosófica a cualquiera de ellos.
Vemos
que Crowley no alentaba para nada la creencia literal en los dioses, ángeles, etc., sin embargo, tampoco alentaba
la descreencia literal. El pragmático
sistema crowleyano funciona incitando a la duda, como bien dice RAW en la
entrevista con Neal Wilgus incluida al comienzo de Illuminatus (pág. 6) “(el método de Crowley) trabaja alternando
entre la fe y el escepticismo, hasta que uno se sale de los límites ordinarios
de ambos”. Por eso mismo, vemos que en una carta publicada en Magia(k) Sin Lágrimas, Crowley lo
bosqueja desde otra perspectiva, que precisamente fue la que me resonó con el
diálogo entre Hagbard y George:
Cara Soror: ¡Qué manera tan
ingeniosa de plantearlo! “¿Los ángeles se cortan cuando se afeitan?”(...) ¿Qué
clase de existencia, o qué tipo o grado de realidad debemos atribuirles? (Por
ángel, por supuesto, usted se refiere a cualquier ser celestial – o infernal – como
los enumerados en la Jerarquía, desde Metatron y Ratziel a Lilith y Nahema.)
Leemos sobre ellos, en su mayor parte, como si fueran personas, aunque de otro
orden del ser; como individuos casi como nosotros mismos. La diferencia
principal es que no son microcósmicos de la misma manera en que nosotros lo
somos. Los ángeles de Júpiter contienen todo el Júpiter que hay, dentro de los
límites de su rango, que no es tan alto
como el de su arcángel, ni tan bajo como el de su inteligencia o su espíritu.
Pero su Júpiter es puro Júpiter; Ningún otro planeta interviene en su
composición.
Los
vemos y los oímos por lo general (en mi propia experiencia) como resultado de
una invocación específica. Con menor frecuencia también los conocemos a través
el sentido del tacto; a veces su presencia se asocia con un perfume particular.
(Esto, por cierto, es muy llamativo, ya que tiene que superar al del incienso.)
En este punto debo insistir enfáticamente en la diferencia entre “dioses” y
“ángeles”. Los dioses son macrocósmicos al igual que nosotros somos
microcósmicos: un Dios encarnado (materializado) es como una persona, un animal
individual, como nosotros; como tal, apela a todos los sentidos exactamente como si fuera “material”.
Pero
todo lo consciente es materia en un estado u otro; entonces ¿cómo debemos
considerar a un ángel con túnica, armas, y otros estorbos? (...)
En
primer lugar, todas las leyes que encontramos en funcionamiento en varias
partes del “plano astral” son válidas (para ellos). Dos cosas pueden ocupar el mismo
lugar al mismo tiempo. Son “rápidos sin pies, y vuelan sin alas”. Ellos cambian
de tamaño, forma, apariencia, y de accesorios de todo tipo a voluntad.
Cualquier cosa que se requiera para el propósito de la visión está ahí a
voluntad. Ellos traen su propio bagaje. Ellos son capaces de transferir una
parte de su energía al vidente a través de la acción espontánea y sin medios
apreciables.
Pero
aquí es donde surge la pregunta, ¿cómo es su “vida”? En las visiones, nunca
hacen otra cosa que “seguir todo el procedimiento” según su naturaleza y al
carácter de la visión.
¿Debemos
concluir que todo el conjunto de impresiones no es más que simbólico? ¿Es todo parte de uno mismo, como un sueño, pero un
sueño intensificado y hecho “real” dado a que sus incidentes cruciales resultan
ser ciertos, como siempre debe ocurrir durante la prueba de autenticidad de la
visión?
Me
parece mucho más fácil decir que estos ángeles son individuos “reales”, a pesar
de vivir en un mundo de cuyas leyes no tenemos concepción; y que, con el fin de
comunicarse con nosotros, hacen uso de las formas simbólicas correspondientes;
emplean, en definitiva, el lenguaje del plano astral.
Después
de todo, es justo; eso es precisamente lo que nosotros hacemos con ellos cuando los invocamos.
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Rhoda
Chief, la vocalista de los Cabezas de la Isla de Pascua, echa LSD en el
suministro de agua del festival (pág. 453); aquí los autores hacen referencia a
una de las paranoias más populares de fines de los 60s y comienzos de los 70s: el
miedo a que los hippies contaminaran el agua potable con sustancias
alucinógenas luego de que el líder de los Yippies, Abbie Hoffmann, hubiera
amenazado con echar LSD a las redes de agua de Chicago en el transcurso de las
protestas contra la guerra de Vietnam durante la convención democrática de 1968;
aunque la realidad resultó ser muy diferente: no fueron los hippies quienes
drogaron a la población sin su consentimiento, sino la propia CIA (como en el
caso de los experimentos del Proyecto MKUltra en el pueblo francés de Pont-Saint-Espriten 1951)
Sin
embargo, Rhoda no era la autora intelectual de la “bromita”: “la idea había
sido plantada sutilmente en su conciencia por la líder de su wicca, una mujer
extraordinariamente hermosa de llameante cabello rojo y ardientes ojos verdes
que una vez había interpretado el papel principal en una Misa Negra celebrada
por el Padre Pederastia en el 2323 de Lake Shore Drive. Esta mujer se llamaba a
sí misma Lady Velkor” (pág. 454). Como dicen RAW y Shea, Lady Velkor había sido
la mujer-altar de la ceremonia oficiada por el Padre Pederastia en la que Joe
Malik había participado (ver entrada de la semana 9); en este punto me surgió
una interrogante, ¿los autores modelaron a los SSS (Satánicos, Surrealistas y
Sádicos) del Padre Pederastia basándose en la Iglesia del Proceso, de Robert y
Mary Ann DeGrimston? Las similitudes son muchas...
En
la página 453 leemos que Rhoda Chief “había provocado gran admiración en la
generación más joven – y gran horror en la mayor – cuando le puso el nombre Jesús Jehová Lucifer Satán Chief a su bebé”.
En una nota titulada La Iglesia del Proceso del Juicio Final y la Familia Manson, Adam Gorightly nos cuenta
sobre las creencias particulares de esta secta:
La
cosmología (del Proceso) consistía en cuatro entidades igualadas: Cristo, Jehová, Lucifer y Satán, cada
una representando un camino espiritual diferente que el miembro del Proceso
podía adoptar. Algunos miembros tomaban estos arquetipos simbólicamente,
mientras que otros - se dice - comenzaron a adorar a las deidades como algo
real.
Además
de esa similitud, en Illuminatus vemos
que Rhoda había pertenecido a la Cienciología antes de convertirse a la Wicca; Robert
y Mary Ann DeGrimston – los fundadores del Proceso – ¡eran ambos exmiembros de
la Cienciología también!:
En
1963, Robert DeGrimston Moore conoció a Mary Anne MacLean en el Instituto
Hubbard de Cienciología en Londres, donde ambos trabajaban como auditores e
instructores. Esta relación devino en matrimonio, y la pareja finalmente
abandonó la Cienciología, llevándose con ellos algunos de los principios y
métodos de su fundador L. Ronald Hubbard. Luego los incorporaron en un nuevo
grupo llamado “Análisis de las Compulsiones”, que utilizaba una técnica o
“proceso” similar al de la Cienciología. Finalmente, “Análisis de las
Compulsiones” se convirtió en la Iglesia del Proceso del Juicio Final.
Y
por último, en otra nota, Gorightly cuenta que el ex ‘procesano’ Timothy Wylie,
en su libro Love, Sex, Fear, Death:The
Inside Story of The Process Church hace énfasis en el rol de Mary Ann
DeGrimston en la iglesia:
Lo
más inquietante del libro es el papel de Mary Ann DeGrimston, que fue la
verdadera líder del grupo, describiéndola como una persona altamente
manipuladora, algo así como una reina de hielo que gobernó con mano de hierro,
causando mucha angustia mental y emocional, especialmente en los últimos días
del grupo
Esta
mención a una líder “altamente manipuladora” me resuena con lady Velkor, que
había plantado la idea del LSD en Rhoda Chief...
Mary Ann DeGrimston
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La
mención al “Comité ‘Linda Lovelace para Presidente’” de la página 453 es una
autorreferencia de Robert Anton Wilson, creador de dicho “ente político”; en la
entrevista de 1976 con Neal Wilgus, Bob comenta:
Comencé
con la campaña “Linda Lovelace para Presidente” en 1974, me hice hacer un sello
de goma con ese eslogan y comencé a usarlo en los sobres de mis cartas
(mantengo correspondencia copiosa con editores, escritores, brujas, científicos
y otros hacedores de cultura). Para deleite personal, la campaña se transformó
en un movimiento con el mismo nombre, Linda
Lovelace para Presidente, y espero que la idea continúe creciendo como una bola
de nieve y se convierta en un voto mastodóntico para las elecciones de noviembre
próximo, lo cual sería una acción perfectamente discordiana para conmemorar el
primer aniversario de Illuminatus. En
una sociedad cuerda, la fellatio sería juzgada estéticamente en términos
similares a la escritura, la ópera, la esgrima, etc. y Linda sería una artista reconocida.
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En
lo que va de la novela hemos visto que – según los Mitos de Illuminatus – John Dillinger en realidad no había muerto,
sino que el muerto había sido un tipo muy parecido a él que se llamaba Frank
Sullivan, a quien habían colocado en su lugar; adicionalmente, Frank era un
tipo sexualmente superdotado (su miembro medía 23 pulgadas, 58 cm), lo que
había dado lugar al mito del Museo Smithsoniano (ver entrada de la semana 18).
En el segmento de esta semana (pág. 454) vemos cómo fue que el pobre Frank fue
convencido para tomar el lugar del infame ladrón de bancos:
Frank
Sullivan, capitalizando su única dote verdadera, estaba trabajando en la Habana
como el Superman Cubano usado el nombre Papá Piaba cuando la Hermandad notó su
parecido con John Dillinger. “Dios”, dijo cuando le hicieron la oferta, “¿Cinco
mil dólares solamente por llevar al cine a dos mujeres una sola noche? ¿Y dicen
que solo se trata de una broma?”. “Va a ser una broma muy divertida” le
prometió Jaicapo Mocenigo. Y el Smithsoniano adquirió la dote de del Sr.
Sullivan como una de sus más preciadas reliquias
El
Superman cubano al que refieren los autores aparentemente existió en realidad;
incluso aparece en El Padrino II
(Francis Ford Coppola, 1974), donde Fredo Corleone dice de su falo descomunal “That ain’t no fake. That’s real. That’s why they
call him Superman.” (“Eso no es falso. Es real. Por eso lo llaman Superman”). Otro ejemplo
de la mezcla de mito y realidad de la Operación Jodementes de RAW y Shea.
El Superman cubano, El Padrino II
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Seguimos
con los Mitos de Illuminatus. A
partir de la página 454, Tobías Knight cuenta cómo realizó la psicometría para
el posterior secuestro e intento de lavado de cerebro de Saúl Goodman, del cual
fuera rescatado por los discordianos. Aquí Kinght, utilizando un método llamado
“Tercer Aklo de la A:.A:.” (referencia a los Mitos de Cthulhu), actúa casi como un Illuminati
Magi, los telépatas Illuminati que monitorean la organización y buscan “fugas
mentales”, aunque sabemos que su grado en la Orden es de Illuminatus Prelator.
El hecho de ser un agente quíntuple a veces le facilitaba el trabajo, como dice
en la página 457: “hubiera llevado horas desenterrar tantos datos a través de
los métodos ordinarios de detección, y hubieran sido datos diferentes, menos
significantes. El entrenamiento de la A:.A:. realmente facilitaba mis otros
trabajos”.
A
esta altura los juegos de espías múltiples y propósitos cruzados oscurecen un
poco (bastante) la trama de la novela, pero intentaremos aclarar un par de
puntos:
Sabemos
que los motivos de la bomba son varios: por el lado de Knight, su intención –
al parecer – era sacar a Saul Goodman del camino de los agentes infiltrados de
la CIA en el departamento de policía de NYC. El agente Robinson le dice (pág.
455) “en la fuerza saben que los hemos infiltrado. Incluso bromean con ello
‘¿Quién es agente de la CIA en tu departamento?’”, algo que nos retrotrae a un
diálogo al comienzo de la novela entre Saul y Barney Muldoon (pág. 25):
Metódicamente,
Saúl inquirió “¿Quién, de tu equipo, piensas que es un doble agente de la CIA?”
“Robinson,
seguro, y sospecho de Lehrman”
“Ambos
deben irse. No tenemos opción”
Y
Lehrman, precisamente, es quien pone de sobre aviso a Knight de las habilidades
casi paranormales de Saul (pág. 455):
“Un
viejo llamado Goodman. Es tan astuto que a veces me pregunto si no es un agente
del Ojo. Su mente se adelanta a los sucesos al igual que la de un Adeptus
Exemptus de la Orden”
Tobías
Knight, una semana después de la psicometría relatada en el segmento que nos
toca, junto a Joe Malik puso la bomba que hizo volar la oficina de redacción de
Confrontación el 23 o 24 de abril de 1976
¿Cómo atraer al Goodman, jefe de Homicidios, sin matar a nadie? Página 457:
Quedaba
solucionar un solo problema: no quería matar a nadie a esa altura, pero un
atentado con explosivos solamente atraería a Muldoon. Y la desaparición de
Malik solamente atraería a los de Personas Desaparecidas. Luego recordé los
maniquíes que utilizaba el sastre del piso decimoctavo, justo encima de la
oficina de Confrontación. Quemar un maniquí antes de colocar la bomba podría
funcionar…
¡Y
funcionó! En la página 19 leíamos que Muldoon le decía a Goodman: “Nadie murió.
El llamado se derivó a ti porque un maniquí del decimoctavo se quemó y el
primer patrullero en llegar aquí pensó que era un cuerpo humano”. Entonces
vemos que en el ‘trabajito’ del atentado, Knight estaba trabajando al menos para
dos organizaciones: la CIA y los Illuminati.
Siempre
me imaginé a Tobías Knight algo parecido a Peter Wyngarde
Pero
entonces, ¿cuáles eran los motivos de Joe para meter una bomba en su propia
oficina? Yo creo que Joe actuó ‘de buena fe’, pero siguiendo una pista falsa
plantada por los propios Illuminati. Si retrocedemos a la página 430, vemos que
John Dillinger es un agente doble de los discordianos y los Illuminati, y acude
a ver al ex presidente Roosevelt (que tampoco había muerto y ahora era funcionario
menor de la Orden) por ayuda:
“Hay
un hombre llamado Malik en mi organización que se ha acercado demasiado al
secreto de todo el juego. Necesito alguna ayuda aquí en New York para enviarlo tras alguna pista falsa y tenerlo
ocupado hasta después del primero de Mayo”.
Luego
vemos que Jim Cartwright (también agente doble de los discordianos y de los
Illuminati) es enviado a Confrontación
y convence a Joe de que Hagbard era un loco psicópata que haría desaparecer a
la humanidad con armas biológicas: la pista falsa de la que hablaba Dillinger; si
bien los autores no aclaran este punto, quizás fuera el mismo Cartwright quien
lo pone en contacto con Knight para planear lo de la bomba y así se cerraría el
círculo (recordemos que Knight había sido iniciado al discordianismo por Jim
Cartwright): tal vez Joe veía al discordianismo como una peligrosa organización
terrorista y buscó ayuda afuera de la misma (él no sabía que Cartwright y
Knight eran miembros); siendo parte del discordianismo, no podía acudir
directamente a la policía – ya que sus movimientos estarían vigilados – y
planeó lo del atentado para atraer a un prestigioso detective: Goodman. Pero
¿cómo sabía de Goodman? Quizás fuera Knight quien le habló sobre él (y de esa
manera, “mataba a dos pájaros de un solo tiro” ya que estaba interesado en
alejar a Goodman de los agentes infiltrados y en enviar a Joe tras Celine, la
pista falsa)...
En
la página 440 Cartwright le decía a Joe:
“Lo
único que Celine tiene que hacer es liberar (el armamento biológico) en el
agua, y a la semana toda la raza humana estará muerta. Se propaga rapidísimo.
Cualquier ser vivo puede ser su portador. Pero lo más interesante es que solamente es letal para el ser humano”.
El
convencimiento de Joe en la ‘pista falsa’ plantada por Cartwright contra Hagbard
se hace patente en el fragmento de esta semana en un tenso diálogo entre ambos
mientras los discordianos bebían y festejaban en el Schlosskeller de Ingolstadt
(461/462):
“Vamos
a salvar a la Tierra, ¿No es cierto, Joe?” gritó Hagbard. “Salvaremos a la
Tierra, ¿No?”.
(...)
“¿A qué te refieres con salvar a la Tierra?”.
Hagbard
le dedicó una mirada estúpida, con la boca abierta. “Si no lo sabes, ¿Por qué
estás aquí?”.
“Solo
quiero saber si además de salvar a la Tierra salvaremos a la gente”.
“¿Qué
gente?”.
“La
gente que vive en la Tierra”.
“Ah
- esa gente” dijo Hagbard. “Si, seguro, salvaremos a todos”.
No
estoy seguro de si mi teoría es correcta, pero al menos es lo que he podido
deducir de toda esta maraña de traiciones entrecruzadas, paranoias intrincadas,
y agentes múltiples...
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Esta
semana la figura de Till Eulenspiegel (que en la novela figura como Tyl Eulenspiegel) es mencionada varias
veces; según Wikipedia:
Till
Eulenspiegel (Dyl Ulenspegel en bajo
alemán) es un personaje del folklore del norte de Alemania y los Países Bajos.
Según la tradición habría nacido en Kneitlinger, en el ducado de Brunswick, en
torno al 1300, y habría muerto en 1350 en Mölln. Viajó a través del Sacro
Imperio Romano Germánico, especialmente por el norte de Alemania, pero también
por los Países Bajos, Bohemia e Italia.
La
historia de Till lo muestra como un personaje amante de la diversión,
irreverente y siempre dispuesto a hacer burla de los demás. A veces finge no
entender cuanto se le dice, por ejemplo tomando literalmente expresiones
figuradas, para burlarse de su interlocutor.
En
la entrada en inglés de Wikipedia encontramos otros datos interesantes:
Desde
principios del siglo XIX, muchos investigadores alemanes han intentado
encontrar evidencia de la existencia histórica de Till Eulenspiegel. En su
libro de 1980 Till Eulenspiegel, el historiador
Bernd Ulrich Hucker menciona que de acuerdo a un registro legal contemporáneo
de la ciudad de Brunswick un tal Till van
Cletlinge (“Till de Kneitlingen”) fue encarcelado allí en el año 1339,
junto con cuatro de sus cómplices, por atraco a mano armada.
En
las historias se lo presenta como un trickster,
un bribón que juega bromas pesadas a sus contemporáneos, dejando al descubierto
sus vicios, la codicia, la locura, la hipocresía y la necedad. Como señala
Peter Carels, “El punto de apoyo de su ingenio en un gran número de los cuentos
es su interpretación literal del lenguaje figurado”. En estas historias,
cualquier cosa que pueda ir mal en la comunicación sale mal debido a la
disparidad en la percepción. Y el hecho de que la comunicación da lugar a
complicaciones no es la excepción; más bien, es la regla. Como un modelo de
comunicación, Till Eulenspiegel es el factor inherente, impredecible de las complicaciones
que pueden producirse en cualquier comunicación, ya sea con uno mismo o con
otros, y crear desorden. Estas irritaciones, transformándose en conflictos, tienen el
potencial de producir cambios de paradigmas mentales y aumentos en el nivel de
conciencia. A pesar de que los artesanos se presentan como las principales
víctimas de sus bromas, ni la nobleza ni el Papa están exentos de ser afectados
por él.
Muchos
otras de sus travesuras son de naturaleza escatológica, e implican engañar a la
gente para tocar, oler, o incluso comer los excrementos de Till
¿Bromas
pesadas para “producir cambios de paradigmas mentales y aumentos en el nivel de
conciencia”? Si me preguntan, esa sería una buena definición para la Operación
Jodementes y para el mismo discordianismo. Y si a esto le sumamos que el look
tradicional de Till es prácticamente el mismo de el de El Loco del Tarot de
Marsella ¡boom! tenemos a un
discordiano medieval en toda regla...
Cuando
los discordianos se reúnen en el Schlosskeller de Ingolstadt, se sientan en una
mesa junto a una pintura llamativa (pág. 459):
Retrataba
al emperador romano Enrique IV descalzo en la nieve en Canossa, pero con un pie
en el cuello del Papa Gregorio el Grande, quien yacía boca abajo, sin la tiara,
y con cara enterrada ignominiosamente en la nieve
“La
historia dice que esto fue encargado por el notorio bufón bávaro Tyl
Eulenspiegel cuando estaba en el esplendor de su fortuna” dijo Hagbard. “Luego,
ya viejo y pobre, fue colgado por sus actitudes anárquicas y por su escaso sentido
del humor bávaro. Así fue”.
En
realidad, la escena famosa había sido al revés: el que se había humillado había
sido Enrique IV. De Wikipedia:
Enrique
IV trató de reforzar su poder a través de la provisión de beneficios y títulos
eclesiásticos, comenzando por este motivo su enfrentamiento con el papa
Gregorio VII en enero de 1077, cuando Enrique IV convocó un concilio en Worms.
Con este hecho derrocó al papa, quien un mes más tarde recuperó el poder y
excomulgó al emperador, que se vio obligado a reconocer públicamente la
autoridad de Gregorio VII en el Castillo de Canossa ese mismo año.
Muy
hábilmente Enrique IV preparó una jugada política, donde con ropas harapientas
(y según la tradición descalzo, sin comer) durante tres días le rogó su perdón al
Papa. La humillación de Enrique rindió efectos, pues el Papa se vio forzado a
retirarle la excomunión y relegitimarlo, bajo una serie de condiciones, que el
monarca germánico pronto volvió a violar.
Humillación
de Enrique IV frente al Papa Gregorio VII (Carlo Emanuelle, 1630)
RAW
y Shea además utilizan la figura de Eulenspiegel para hacer una referencia a
Ken Kesey y los Merry Pranksters; en la página 458 dicen que el ácido en el
agua del festival de Ingolstadt puede tratarse de “otra de las ‘bromas alegres’
(merry pranks) de Tyl Eulenspiegel”
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En
la entrada de la semana 38 decíamos que cuando se adopta la figura humana para
ilustrar los séphiroth, Yesod ocupa el lugar de los genitales. En el segmento
que nos toca ahora hay varios ejemplos: la mención a la “dote” de Frank Sullivan
en la página 454; las significativas trazas de actividad sexual que Tobías
Knight descubre en la casa de Saul Goodman; y los “sátiros protuberantes
persiguiendo a ninfas regordetas” del enorme porrón ornamentado de Hagbard
Celine en el Schlosskeller.
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Algunas
notas más:
Un
fragmento a tener en cuenta (no digo nada más para no spoilear a quienes estén leyendo Illuminatus por primera vez); pág. 458:
George,
siguiendo a Hagbard por el lobby, se encontró repentinamente cara a cara con
dos ancianos alemanes achacosos. Uno de ellos, de largo bigote blanco y con un
mechón de cabello cano cayéndole sobre la frente, dijo en un inglés de acento
fuerte “sal de mi camino, judío comunista homosexual degenerado”. El otro viejo
hizo una mueca y dijo algo apaciguante en voz baja a su colega. El primer
hombre hizo un gesto de desaire con la mano y se dirigió hacia los ascensores
junto al otro. Varios viejos más se reunieron con ellos mientras George los
observaba, demasiado pasmado para estar enojado. Aquí, pensó, en la patria de
ese tipo de mentalidad, el odio del viejo parecía ser un tipo de curiosidad
histórica más que otra cosa. Sin dudas ese tipo de gente había visto a Hitler
en persona.
En
la página 460 se produce el primer encuentro entre George Dorn y Simon Moon; a
pesar de que a esta altura de la novela ambos personajes son viejos conocidos
para nosotros ¡ellos todavía no se conocían!
En
la página 462 se nos revela que Jean-Paul Sartre en realidad era Malaclypse el
Viejo en otro de sus disfraces:
“¡Malaclypse,
amigo!” exclamó Joe intentando abrazar a la aparición y terminando abrazándose
a sí mismo, mientras George miraba con ojos incrédulos y sacudía la cabeza. “Qué
alegría verte aquí” continuó Joe. “Pero, ¿Cómo es que estás haciendo de
Jean-Paul Sartre en vez de taxista hirsuto?”.
“Este
es un buen disfraz” dijo Malaclypse. “La gente esperaría ver a Jean-Paul Sartre
aquí, cubriendo el festival de rock más grande del mundo desde un punto de
vista existencialista. Por otro lado, este país es como en las películas de Lon
Chaney Jr., y si hubiera comenzado a mostrarme como Sylvan Martiset, con la
cara cubierta de pelaje, hubiera aparecido una muchedumbre de campesinos con
antorchas buscándome por todo el pueblo”.
Además
del Schlosskeller, la novela hace referencia a otros bellos tesoros
arquitectónicos de Ingolstadt. En la página 458 Hagbard dice:
“Este
lugar está repleto de edificaciones hermosas” dijo Hagbard. “La gran catedral
gótica en el centro del pueblo se llama Liebfrauenminister. Hay otra iglesia
rococó llamada María Victoria - siempre quise estar de ácido para ir a observar
sus molduras, son muy intrincadas”.
el Schlosskeller de Ingolstadt
Liebfrauenminister - Ingolstadt
iglesia María de Victoria - Ingolstadt
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5s,
17s y 23s: “el 2323 de Lake Shore
Drive”, y “¿Cinco mil dólares
solamente por llevar al cine a dos mujeres una sola noche?” (pág. 454); “ser el
primer agente quíntuple de la
historia del espionaje estaba comenzando a demolerme” (pág. 455); “Al volver al
auto corroboré el tiempo: diecisiete
minutos”, y “La bomba explotó a las 2:30 AM”
(pág. 457); “O salve Discordia, Veintitrés
Skidoo” (pág. 460)
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