Traducido por Mazzu Stardust
Hoy en día es teóricamente posible conectar el sistema nervioso humano a una señal radial mediante un micro receptor implantado en el cerebro, de manera tal que el sujeto no pueda distinguir entre los mensajes trasmitidos y sus propios pensamientos. Un transmisor central localizado en la capital de la nación puede trasmitir todo el día lo que las autoridades quieren que la gente crea. El hombre y la mujer común no sospecharían que son robots que reciben órdenes; creerían que lo que escuchan es su propia voz.
Es irónico que la gente considere este concepto como chocante y atemorizante. Al igual que en 1984 de Orwell, no se trata de una fantasía del futuro, si no una parábola del presente. Todo ciudadano de toda sociedad autoritaria posee una especie de “radio” en el cerebro. Dicha radio es esa vocecita que, cada vez que se forma un deseo, pregunta “¿Es seguro? ¿Será aprobado por mi esposa (esposo/jefe/iglesia/comunidad)? ¿Se burlará la gente de mí? ¿Me arrestará la policía?”. Los freudianos la llaman “súper ego”, y Freud mismo lo caracterizó como “el amo severo del ego”. A través de un estudio más funcional, Peris, Hefferline y Goodman describieron este proceso como “un conjunto de hábitos verbales condicionados” en Terapia Gestalt.
Dicho conjunto, relativamente uniforme en cualquier sociedad autoritaria, determina las acciones que ocurrirán y las que no. Consideremos a la humanidad como un biograma (el patrón básico de ADN del organismo humano y sus potenciales) unido a un logograma (aquel conjunto de “hábitos verbales condicionados”). El biograma no ha cambiado después de cientos de miles de años; el logograma es diferente en cada sociedad. Cuando el logograma refuerza al biograma, tenemos una sociedad libertaria, de las cuales aún pueden encontrarse varios ejemplos entre tribus nativas americanas. Análogamente al confucionismo antes de volverse autoritario y rígido, la ética de los nativos americanos está basada en hablar y actuar desde el corazón - es decir - desde el biograma.
Ninguna sociedad autoritaria puede tolerar esto. Toda autoridad está basada en el condicionamiento de los individuos a actuar de acuerdo al logograma creado por los que ejercen el poder.
Los logogramas autoritarios dividen a la sociedad y a los individuos en fracciones alienadas. Los que están en la base, sufren de lo que llamo la carga de la asciencia. La actividad sensorial natural del biograma - lo que la persona ve, oye, huele, saborea, siente, y, sobre todo, lo que el organismo como conjunto o como conjunto potencial desea - es siempre irrelevante e inmaterial. El logograma autoritario es el que determina qué es relevante y material, y no el campo de experiencias sensoriales. Esto es tan cierto para un publicista bien pago, como para un obrero en una fábrica. La persona actúa, pero no guiada por la experiencia personal y las evaluaciones de su sistema nervioso, si no por las órdenes de arriba. La experiencia y el juicio personal se tornan no operativos, por lo tanto, menos “reales”. Existen, si es así, solamente en esa tierra fantástica que Freud llamó el Inconsciente. Como nadie ha demostrado la existencia del Inconsciente freudiano, puede ponerse en duda la existencia de la experiencia y el juicio personal; creer en ellos es un acto de fe. El organismo se ha transformado, como dijo Marx, en “una herramienta, una máquina, un robot”.
Sin embargo, los que están en la cima de la pirámide autoritaria, sufren de una igual y opuesta carga de omnisciencia. Todo lo que está prohibido para las clases serviles - la red de percepción, evaluación y participación del universo sensorial - es exigido a la clase dominante. Deben ver, escuchar, oler, saborear, sentir y tomar decisiones por todo el conjunto social.
La gente deduce que a un hombre armado solamente se le pueden decir cosas que no provocarán su furia. Pero como toda autoridad y gobierno está basado en la fuerza, la clase dominante, con su carga de omnisciencia, enfrenta a la clase servil, con su carga de asciencia, como un conductor en una carretera enfrenta a su víctima. La comunicación solamente es posible entre iguales. La clase dominante nunca extrae la información suficiente de la clase servil como para saber qué es lo que ocurre realmente en el mundo donde transcurre la verdadera producción de la sociedad. Además, el logograma de las sociedades autoritarias permanece prácticamente inflexible mientras que el resto del universo cambia constantemente. El resultado solamente puede ser una desorientación progresiva de los gobernantes. El final es la debacle.
La esquizofrenia del autoritarismo existe tanto a nivel individual como a nivel social.
Yo lo llamo la ley de la SNEBJ (Situación Normal: Estamos Bien Jodidos).
Hay un amplio espectro de personalidades, que va desde las más rígidas hasta las más flexibles. Éstas últimas, a menos que hayan sido entrenadas en psicodinámica, siempre están en desventaja con respecto a las primeras en el terreno de la interacción social. Los rígidos nunca cambian sus discursos; los flexibles cambian continuamente, en el intento de encontrar una forma constructiva de relacionarse. Eventualmente, los flexibles encuentran una táctica “apropiada”, y posibilitan cierto tipo de comunicación. Pero de esa manera, el dúctil se ubica en el escenario creado por el inflexible y debe actuar siguiendo su guión.
El crecimiento paulatino y exponencial de la burocracia no se debe solamente a la Ley de Parkinson. Al hacerse cada vez más inflexible, el Estado va incorporando a su escenario a un número siempre creciente de personas a las que fuerza a seguir su guión.
DEFINICIONES Y DISTINCIONES
MERCADO LIBRE (o Libre Mercado): Condición de la sociedad en la que todas las transacciones económicas son fruto de la elección voluntaria sin coacción.
EL ESTADO: Institución que interfiere con el Mercado Libre por medio del ejercicio directo de la coacción o la concesión de privilegios (respaldados por la coacción).
IMPUESTO: Forma de coacción o interferencia con el Mercado Libre mediante la cual el Estado recauda tributo (impuesto), permitiéndole contratar fuerzas armadas para practicar la coacción en defensa de los privilegios, y también para involucrarse en las guerras, aventuras, experimentos, “reformas”, etc., que le apetezcan, no de su bolsillo, si no a cargo de “sus” sometidos.
PRIVILEGIO: Del latín privi, privado, y lege, ley. Ventaja garantizada por el Estado y protegida por sus poderes de coacción. Ley para el beneficio privado.
USURA: Forma de privilegio o interferencia con el Mercado Libre en la que un grupo respaldado por el Estado monopoliza la emisión de moneda y de esta manera cobra tributo (interés) directo o indirecto en todas o en la mayoría de las transacciones económicas.
TERRATENIENTISMO: Forma de privilegio o interferencia con el Mercado Libre en la que un grupo respaldado por el estado “posee” la tierra y de esta manera cobra tributo (renta) a aquellos que viven, trabajan, o producen en dicha tierra.
TARIFA: Forma de privilegio o interferencia con el Mercado Libre mediante la cual se impide a los bienes producidos fuera del Estado competir en igualdad con aquellos producidos dentro del Estado.
CAPITALISMO: Organización de la sociedad que, incorporando elementos de impuesto, usura, terratenientismo y tarifa, deniega el Mercado Libre pretendiendo ejemplificarlo.
CONSERVADURISMO: Escuela de la filosofía que clama lealtad al Mercado Libre mientras apoya la usura, el terratenientismo, las tarifas y en ocasiones los impuestos.
LIBERALISMO: Escuela de la filosofía capitalista que trata de corregir las injusticias del capitalismo añadiendo nuevas leyes a las ya existentes. Cada vez que un conservador hace una ley para crear privilegio, un liberal hace otra ley para modificarla, llevando al conservador a hacer una ley más sutil para recrear el privilegio, etc., hasta que “todo lo no prohibido es obligatorio” y “todo lo no obligatorio está prohibido”.
SOCIALISMO: Intento de abolir todo privilegio devolviéndole todo el poder al agente coactivo detrás del privilegio, el Estado, convirtiendo de esta manera la oligarquía capitalista en monopolio Estatal. Blanquear una pared pintándola de negro.
ANARQUISMO: Organización de la sociedad en la que el Mercado Libre opera libremente, sin impuestos, usura, terratenentismo, tarifas, u otras formas de coacción o privilegio. Los ANARQUISTAS DE DERECHA predican que en el Mercado Libre la gente elegiría voluntariamente competir más comúnmente que cooperar; los ANARQUISTAS DE IZQUIERDA predican que en Mercado Libre la gente elegiría voluntariamente cooperar más comúnmente que competir.
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