domingo, 20 de noviembre de 2016

LECTURA DE ILLUMINATUS: SEMANA 48

Lectura de Illuminatus semana 48

Por Mazzu

Trilogía Illuminatus

(Desde la página 532 a la 542 inclusive)




Los Discordianos en Ingolstadt regresan al Lief Erikson en el lago Totenkopf; Howard el delfín le advierte a Hagbard sobre la presencia del temible Leviatán, el monstruo marino; Mavis/Mao/Stella comienza a contar la historia de su maravillosa transformación en la encarnación de Eris...

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Para cerrar su explicación sobre la ‘verdadera’ naturaleza de los Illuminati (o, mejor dicho, de la A:.A:. – ver entrada de la semana anterior), Hagbard devela el ‘secreto máximo’ de la Orden:

Lo que intentamos comunicar - el secreto máximo, la piedra filosofal, el elixir de la vida - es solamente el poder de la palabra No. Nosotros somos los que dijimos Non Serviam, e intentamos enseñárselo a otros. (...) Si no podemos alcanzar la inmortalidad, podemos hacer un buen intento. Si no podemos salvar este planeta, podemos dejarlo y partir a las estrellas.

Creo que aquí Hagbard hace eco de tres temas que luego estarían presentes en todos los libros de Robert Anton Wilson: 1 – la anarquía política, filosófica y espiritual como método de liberación del ser humano de su condición de “robot condicionado” para romper con las cadenas que lo atan a la obediencia ciega, haciendo énfasis en lo ilusorio de “la autoridad”; 2 – la búsqueda de la inmortalidad o, en su defecto, de la extensión de la vida (un tema que RAW trata de manera extensa en Cosmic Trigger I, y en The Illuminati Papers, por ejemplo); y, por supuesto, el paso lógico después de la inmortalidad o la extensión de la vida: 3 – la migración espacial, siendo este conjunto sinérgico (inmortalidad+extensión de la vida) parte de la ecuación SMI2LE propuesta por el Dr. Timothy Leary en 1975: Space Migration + Intelligence2 + Life Extension (Migración Espacial + Inteligencia2 + Extensión de la Vida). En Prometheus Rising, Bob plantea a la migración espacial como el siguiente paso natural de nuestra evolución, el paso hacia el “quinto circuito”, o el primero de los circuitos “extraterrestres” luego de trascender los cuatro primeros circuitos “terrestres”:



El quinto circuito o circuito neurosomático. Cuando este quinto “cerebro corporal” es activado, las configuraciones planas de las figuras euclidianas explotan en múltiples dimensiones. El Gestalt cambia, en términos de McLuhan, de un espacio visual lineal a un espacio sensorial que lo abarca todo. Ocurre un ajuste hedonista, una alegría extática, un desprendimiento del mecanismo previamente compulsivo de los primeros cuatro circuitos. Yo encendí este circuito con hierba y Tantra.

(...) La apertura e impronta de este circuito ha sido la preocupación de los “técnicos de lo oculto” — los chamanes tántricos y los hatha-yoguis. Mientras que la quinta realidad-túnel puede ser alcanzada mediante la privación sensorial, el aislamiento social, el estrés fisiológico o el shock grave (tácticas de terror ceremonial, como las practicadas por gurúes sinvergüenzas como Don Juan Matus o Aleister Crowley), tradicionalmente ha estado reservada para la aristocracia culta de las sociedades de ocio que ya habían resuelto los cuatro problemas de supervivencia terrestre.

El quinto neurotransmisor cerebral específico fue descubierto hace unos 20.000 años por los chamanes del Mar Caspio en Asia y lo transmitieron rápidamente a otros magos a lo largo de Eurasia y África. Es, por supuesto, el cannabis. La Hierba. La Madre María Juana.



No es casual que los cabezas-de-porro generalmente se refieran a su estado neural como “elevado” o “volado”. Trascender las orientaciones planetarias gravitacionales, digitales, lineales, binarias, aristotélicas, newtonianas, y euclidianas (del circuito I al IV) es, desde la perspectiva evolutiva, parte de nuestra preparación neurológica para la migración inevitable fuera de nuestro planeta, que ahora está comenzando. Esta es la razón de que tantos fumones sean fanáticos de Star Trek y adeptos de la ciencia ficción (...)

El significado extraterrestre de estar “elevado” ha sido confirmado por los astronautas mismos; el 85 % de los que han experimentado la caída libre de la gravedad cero describen “experiencias místicas” o estados de éxtasis típicos del circuito neurosomático. “Ninguna foto puede mostrar cuán hermosa se veía la Tierra”, dice embelesado el capitán Ed Mitchell describiendo su Iluminación en gravedad cero. Habla como cualquier yogui o fumador de marihuana consumado. Ninguna cámara puede mostrar esta experiencia porque está dentro del sistema nervioso.

La gravedad cero, en el momento evolutivo adecuado, desencadena la mutación neurosomática, cree Leary. Anteriormente esta mutación había sido alcanzada “artificialmente” mediante el entrenamiento yogui o chamánico o por el estimulante del quinto circuito, el cannabis. El surf, el esquí, el buceo y la nueva cultura sexual (masajes sensuales, vibradores, artes tántricas importadas, etc.) han evolucionado al mismo tiempo como parte de la conquista hedónica de la gravedad. Este estado siempre ha sido descrito como “estar flotando”, o, en la metáfora Zen, estar “un pie por encima de la tierra”.

Una cosa que siempre me llamó la atención es la aparente contradicción entre el ideario anarquista (o libertario, o no intervencionista, llámenlo como quieran) de Bob Wilson y su optimismo en las tecnologías aeroespaciales, que dependen del complejo industrial-militar manejado por tecnócratas. Pero aunque el tecno-optimismo de Bob parece algo pasado de moda hoy en día, hay que poner las cosas en contexto, como dice el amigo Magufo Apocalipsis en un comentario en esta entrada sobre RAW en su blog: “Prometheus Rising fue publicado hace ¡33 años! y los años formativos de RAW se sitúan en los EEUU de los 40 y los 50”. La migración espacial ha sido vista por la ciencia-ficción y por muchos científicos como una solución posible al tema de la superpoblación y al agotamiento y destrucción de los recursos naturales de la Tierra. También se ha sugerido que la colonización de otro planeta (Marte es el ejemplo inmediato) o el traslado a estaciones o ciudades en órbita sería la única posibilidad de supervivencia de la humanidad ante una catástrofe planetaria como la colisión de un cometa o asteroide con nuestro planeta – aquello de “no poner todos los huevos en la misma cesta”. Pero, volviendo al tema de la anarquía, no me parece que esto – en caso de suceder –, al igual que muchos otros adelantos tecnológicos recientes, pueda ser un recurso al alcance de todos, sino para un grupo de privilegiados, y ahí volvemos al tema de la estructura piramidal del poder... pero es sólo una opinión personal.

Dicho esto, cabe señalar que en la actualidad el tema de la migración espacial ha vuelto a ser un tópico gracias a personajes como Elon Musk y sus ideas de la terraformación y colonización de Marte, aunque tal vez no se lo considera con el optimismo generalizado que había a mediado de los 70s (por cierto, sincronicidad discordiana: Elon Musk planea comenzar la colonización de Marte en... ¡2023!).



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Esta semana, en los Mitos de Illuminatus, los autores sugieren que en el pasado Yog Sothoth utilizó (como un parásito mental) a Gruad para conseguir los sacrificios de sangre (pág. 534):

“Para comer, necesitas tener hambre. Para aprender, necesitas ser ignorante. La ignorancia es una condición del aprendizaje. El dolor es una condición del bienestar. La pasión es una condición del pensamiento. La muerte es una condición de la vida. Cuando Gruad enseñó a sus seguidores a ver estas condiciones como males, pudo enseñarles el sacrificio humano, la persecución y la guerra. Yog Sothoth hizo que Gruad les enseñara esas cosas a su gente, solo que Gruad nunca lo supo” dijo Hagbard.

“Estás diciendo que no existen cosas tales como el bien y el mal” dijo Joe, “y que esos conceptos fueron inventados y enseñados a los humanos deliberadamente para joderlos psicológicamente. Pero para mantener esa idea, debes postular que la condición del hombre antes de Gruad era buena y que su condición posterior fue mala. Y haces de Yog Sothoth una copia con carbónico de Satán. No has progresado ni una jota más allá de la mitología judeocristiana con esa presuntuosa historia de ciencia-ficción”

Hagbard levantó una mano con un gesto distintivo. “¿Qué estoy haciendo?”.

“Estás haciendo el símbolo de la paz, solo que juntando los dos dedos” dijo George confundido.

(...) Joe rió. “Hagbard está haciendo la bendición católica”.

“¿Si?” dijo Hagbard. “Miren la sombra que mi mano proyecta sobre este libro”. Sostuvo en alto un libro detrás de su mano, y pudieron ver la cabeza de un Diablo con cuernos. “El sol, fuente de toda luz y energía, símbolo de redención. Y mi mano haciendo el gesto más sagrado de bendición. Pónganlos juntos, y forman a Satán”.

Bendición/maldición, por Eliphas Levi


“¿Y eso que carajo significa?” inquirió Joe. “¿Qué el mal solamente es una sombra, una falsa apariencia? ¿El típico palabrerío místico? Dile eso a los sobrevivientes de Auschwitz”.

“Supón,” dijo Hagbard, “que el bien solamente es una sombra, una falsa apariencia. Muchos filósofos modernos argumentaron que ese es el caso más plausible y se ganaron la reputación de realistas cabezas duras. Y aún así eso solamente es la imagen invertida de lo que tú llamas el típico palabrerío místico”.

Creo que con este simple gesto, Hagbard quiere ilustrar el concepto del Hodge-Podge (los lados opuestos del Cao Sagrado, la ilusión de los opuestos), la relatividad de la percepción, y la máxima discordiana del Sya-dasti (tomada de la doctrina anekantavada del jainismo), como dice RAW en Maybe Logic: “toda afirmación es verdadera en cierto sentido, falsa en cierto sentido, sin sentido en cierto sentido, verdadera y falsa en cierto sentido, verdadera y sin sentido en cierto sentido, falsa y sin sentido en cierto sentido, y verdadera, falsa y sin sentido... en cierto sentido”. En la entrada de la semana 30 reproducíamos un fragmento del fantástico libro de Agustín Pániker El Jainismo, donde dice:

Puesto que ‘la realidad’ tiene montones de cualidades y sus modificaciones pueden ser virtualmente infinitas (...) nadie puede captar completamente lo existente. Se dan demasiadas variables. Sólo podemos escoger un ángulo de visión, y ésta será siempre parcial y relativa. Cualquier juicio que emitamos, debido a la condición de atadura de este mundo, es incompleto. Puede ser válido para la actividad mundana, pero en modo alguno puede abarcar la enorme complejidad de la realidad.

Las afirmaciones pueden ser ciertas desde un punto de vista, pero sólo bajo ciertas condiciones o limitaciones. Con la doctrina del no-absolutismo el filósofo jainista puede integrar los puntos de vista contradictorios que inevitablemente se dan en las mentes de los atrapados en este mundo. (...)

El talante del anekantavada puede resultar en un eficaz antídoto contra dogmatismos de todo tipo a la vez que puede resultar en un soporte hermenéutico valioso para emitir juicios sobre los demás.

(...) Para reconocer la limitación del lenguaje y del intelecto, se utiliza un método lógico que se llama “doctrina de las aseveraciones cualificadas” (syadvada), a veces traducida como “doctrina del quizá”, ya que proviene de syat, “quizá”.



Luego, George, un poco mareado por la charla y el aluvión de cosas que le venían sucediendo, le pregunta:

“Entonces ¿Qué es real? ¿María la Reina de Mayo, Kali la Madre de los Asesinos, o Eris, que las resume a ambas?”.

“El viaje es real” dijo Hagbard. “Las imágenes que encuentras a lo largo del camino son todas irreales. Si sigues avanzando y las dejas atrás, lo descubrirás”.

Solipsismo. Solipsismo de secundaria” dijo Joe.

“No” Hagbard sonrió. “El solipsista piensa que el viajero es real”.

Me he topado con gente que, al igual que Joe, desprecian el solipsismo como una idea absurda o cuasi-infantil. Hay un concepto dando vueltas en los foros ocultistas y conspiranoicos de que está todo mal con el solipsismo, que se me antoja similar a la idea del ‘pecado original’ del judeocristianismo; dicho de otra forma: para cierto sector del movimiento conspiranoico (debo decir cierto sector cristiano del movimiento conspiranoico, tal vez), el solipsismo es un tabú, es mala palabra, por ende, ¡me interesa! (ver por ejemplo esta entrada en el blog Juegos Multidimensionales del amigo Chitauri – va sin ánimos de ofender, obvio) O sea: rabian contra el pobrecito solipsismo por un lado, pero después van y dicen que los Illuminati son 100% REALES... ejem... Por supuesto, varios autores que nos interesan, como RAW y Philip Dick, han sido ‘acusados’ de solipsistas, pero desde mi punto de vista, el solipsismo propone  ejercicios filosófico-intelectuales muy interesantes sobre la naturaleza de lo que llamamos realidad y lo que llamamos ilusión, como el experimento imaginario llamado “cerebro dentro de una cubeta” (¿les suena Matrix?) propuesto por el filósofo y epistemólogo Jonathan Dancy en su libro Introducción a la Epistemología Contemporánea (de Wikipedia):

Usted no sabe que no es un cerebro, suspendido en una cubeta llena de líquido en un laboratorio, y conectada a un computador que lo alimenta con sus experiencias actuales bajo el control de algún ingenioso científico técnico (benévolo o maligno, de acuerdo a su gusto). Puesto que, si usted fuera un cerebro así, asumiendo que el científico es exitoso, nada dentro de sus experiencias podría revelar que usted lo es; ya que sus experiencias son, según la hipótesis, idénticas con las de algo que no es un cerebro en la cubeta. Como usted sólo tiene sus propias experiencias para saberlo, y esas experiencias son las mismas en cualquier situación, nada podría mostrarle cuál de las dos situaciones es la real.



Sin andar sin muchos rodeos, RAW se ‘defiende’ (o se hace cargo a medias) de la ‘acusación’ de ser solipsista (¡oh, qué gran pecado!) de manera bastante humorosa en el artículo llamado Religión por Joder, que hemos publicado en este blog anteriormente:

El novelista Robert Heinlein, que ayudó a iniciar todo esto con la religión marciana en Forastero en Tierra Extraña, incluso ha proporcionado una justificación para demostrar que todas estas metateologias pueden ser igualmente ciertas, en una novela reciente, El Número de la Bestia. En esta fantasía matemática, Heinlein postula un continuum de 6 dimensiones espacio-temporales en el que coexisten universos paralelos cuya cantidad es 6 a la 6ta potencia, y otra vez a la 6ta  potencia. Eso es un número poderosamente enorme (intenten calcularlo) y Heinlein postula que la mayoría de los universos están vacíos al comienzo, y se han ido llenando sólo a medida que los seres humanos imaginaban cosas que antes no existían. Por lo tanto, cada idea, por absurda que sea, existe en algún universo, en algún lugar del espacio-tiempo, y la “realidad” sólo puede ser descrita como un solipsismo multi-ego panteísta; o en otras palabras, cada mente crea su propio universo. Refutar eso mantendrá ocupados a los jesuitas durante algunos años.

Por otra parte, y de manera ‘más seria’ (si se quiere), el escritor Erik Davis arguye en The Occult World que la obra de Wilson es un poderoso contraste al simplismo del “uno crea su propio universo” de la teoría pop new-ager:

Wilson no alegaba simplemente que todo está “solamente en el cerebro”. Inspirado por la parapsicología, el modelo de 8 circuitos de Leary, y el posible entrelazamiento de la conciencia con los efectos cuánticos, Wilson moldeó a una visión optimista del potencial transformador del cerebro que supera significativamente los límites del naturalismo convencional. En esto, Wilson se puede considerar como un caso atípico del New Age, de cuyos clichés a menudo se burlaba, pero cuyas inquietudes – la física cuántica, la evolución dirigida, etc. - se superponían. De hecho, el esfuerzo filosófico de Wilson puede ser entendido como un correctivo neurosociológico y escéptico al gambito esencial de la New Age de que ‘nosotros creamos nuestra propia realidad’

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Hacia el final del fragmento de esta semana (a partir de la página 540), Stella (o Stella/Mavis/Mao, o como quieran llamarla) le cuenta la historia de su maravillosa transformación en Eris a George, que está dolido porque ella va a casarse con Hagbard.

Al comenzar ella le pregunta si ha leído Las Tres Caras de Eva. The Three Faces of Eve fue publicado en 1956. Sus autores, los psiquiatras Corbett H. Thigpen y Hervey M. Cleckley se basaron en la paciente de Thigpen, Chris Costner Sizemore, un caso de personalidades múltiples (ahora llamado desorden de identidad disociativa). En1957 se filmó la película homónima, protagonizada por Joanne Woodward, que ganó un Oscar a la mejor actriz por su papel. De Wikipedia:

Eve White es una esposa y madre tímida y modesta, que sufre dolores de cabeza severos y cegadores, y ocasionales desvanecimientos. Finalmente, es enviada a ver a un psiquiatra de la personalidad, el Dr. Luther, y mientras conversan, surge una “nueva personalidad”, la desfachatada y divertida Eve Black. Eve Black sabe todo sobre Eve White, pero Eve White no tiene conocimiento de Eve Black. Cuando Eve Black se convierte en la personalidad dominante, su marido la abandona a ella y a su hija, Bonnie. Eve White es enviada a un manicomio después de que Eve Black intentara matar su hija.

(...) En una sesión bajo hipnosis se manifiesta una tercera personalidad, la relativamente estable Jane. Después de descubrir la causa de su desorden, Jane poco a poco es capaz de recordar todo lo que ha sucedido con las tres personalidades. Cuando Luther pide hablar con Eve White, descubre que Eve White y Eve Black ya no existen. Las tres personalidades se han fusionado nuevamente en una sola. Finalmente ella se casa con un hombre llamado Earl a quien conoce ya siendo Jane, y vuelve a reunirse con su hija Bonnie.

Tanto en el libro como en la película “Eve” se libera de sus personalidades alternativas, pero la mujer en la que estaba basado el personaje – Chris Costner Sizemore – ha declarado que no pudo librarse de ellas hasta muchos años más tarde.



Stella le cuenta a George que ella había sido una reconocida actriz de Hollywood (su identidad se develará en la entrada de la semana que viene – tal vez)  y miembro de la Orden Illuminati (de ahí el tatuaje con el ojo dentro del triángulo que aparecía cuando se transformaba en Mavis); tuvo un romance con Hagbard en París – presumiblemente en el año 1960 o 61 – pero lo abandonó cuando él le hizo “cierta propuesta”. Un año más tarde, y decidida a aceptar la propuesta, vuelve a encontrarlo en Tokio donde descubre que él también pertenece a la Orden, y mantienen este diálogo sin desperdicios:

“¿Estás en la Orden?”.

“En la Orden y contra la Orden” dijo él. “Mi verdadero propósito es destruirlos”.

“Yo soy una de los Cinco de Estados Unidos” dijo ella vacilante. “¿Qué te hace pensar que no te delataré ante ellos?”.

Thelema” repitió él. “No es solamente una contraseña. Significa Voluntad”.

“La Orden ‘es mi Voluntad’” citó ella del Juramento de Iniciación de Weishaupt.

“Si realmente creyeras eso, no estarías aquí” dijo él. “Estás aquí porque parte de ti sabe que la Voluntad del ser humano nunca está en una organización externa”.

(Por cierto, me encanta el tono dramático y cool de film noir que le dan los autores a este fragmento, inspirado – como bien dice Stella – en Casablanca).



Resulta que la “propuesta” de Hagbard consistía en convertirla en una cambiante o metamórfica. A partir de aquí, este fragmento de la transformación de la actriz en una encarnación de Eris, es un homenaje – prácticamente calcado – a la novela Moonchild (La Hija de la Luna), de Aleister Crowley. En Moonchild, el mago Cyril Grey intenta que un espíritu lunar encarne en el embrión en el vientre de su pareja, Lisa la Giuffria. Para lograr esto, ella debe permanecer recluida en un ambiente propicio mientras se realizan los rituales. Simon Iff, el mentor de Cyril, le explica a Lisa la idea del destierro de las influencias externas en un pasaje que traduje especialmente para el caso:



“Y aquí nos encontramos súbita e inesperadamente alineados con algunas de las antiguas doctrinas rosacruces.

“Esto nos lleva a considerar ciertos experimentos hechos por nuestros antecesores. Tenían una teoría de las almas muy diferente; al menos, su lenguaje era muy diferente al nuestro; pero querían producir un hombre que no estuviera ligado a su herencia, y debían tener el medio ambiente deseado para él.

“Empezaron de manera parafísica, es decir, repudiaron la generación natural en sí. Hicieron figuras de bronce, y trataron de inducir a las almas a morar en ellas. En algunos registros leemos que tuvieron éxito; a Fray Bacon se le atribuía la creación de uno de estos Homúnculos; también a Albertus Magnus y, creo, a Paracelso (...)

“Pero otros magos intentaron hacer este Homúnculo de una manera más cercana a la naturaleza. En todos estos casos habían sostenido que el ambiente podría ser modificado a voluntad mediante la aplicación de telésmata o figuras simpáticas. Por ejemplo, una estrella de nueve puntas atraería la influencia que ellos llamaban Luna – que no se trata de la luna real, sino de una idea similar a las ideas de los poetas sobre ella. Rodeando un objeto con tales estrellas, colocando hierbas, perfumes, metales, talismanes, etc., de manera similar, y manteniendo alejadas cuidadosamente todas las demás influencias a través de métodos paralelos, esperaban investir al objeto original así tratado con cualidades exclusivamente Lunares. (Estoy dando un brevísimo esbozo de un tema inmenso). Entonces procedían a intentar la creación del Homúnculo en líneas muy curiosas.

“El hombre, decían ellos, es simplemente un óvulo fecundado incubado apropiadamente. La herencia está presente incluso desde el principio, por supuesto, pero en un grado menor. De todos modos, se podría crear cualquier ambiente deseado desde el principio, si se pudiera alimentar al embrión de alguna manera artificial - incubarlo, en efecto, como se hace hoy en día con los pollos. Además, y este es el punto crucial, pensaban que al realizar este experimento en un lugar especialmente preparado, un lugar protegido mágicamente contra toda fuerza incompatible, e invocando allí la fuerza que deseaban, un ser tremendamente poderoso, ángel o arcángel - y tenían conjuros que creían idóneos –, serían capaces de provocar la encarnación de seres de conocimiento y poder infinitos, que podrían traer al mundo entero la Luz y la Verdad.

“Puedo concluir este pequeño bosquejo diciendo que la idea ha sido casi universal de una forma u otra; siempre ha existido el deseo de un Mesías o Superhombre, y el intento de producir al hombre mediante un método artificial o por lo menos anormal. Las leyendas griegas y romanas están llenas de historias en las que este misterio apenas se encuentra velado; parecen derivarse en su mayor parte Asia Menor y Siria. Aquí los principios exogámicos han sido llevados a un extremo llamativo. No necesito recordarte la fórmula persa para producir un mago, o la rutina egipcia en materia de Faraones, o el dispositivo mahometano para inaugurar el Milenio. (...)

“Los griegos, como ustedes saben, practicaban una especie de eugenesia. (Por supuesto, todas las leyes maritales tribales son principalmente eugenésicas en su intención). Pero, al igual que los magos medievales de quienes estábamos hablando, con sus Homúnculos, los griegos atribuían una mayor importancia a la condición de la madre durante la gestación. Se le animaba a mirar solamente estatuas hermosas, leer solamente libros bellos. Los mahometanos, de nuevo, cuyo sistema matrimonial por comparación hace del matrimonio cristiano una cosa para el ganado, encierran a la mujer durante ese período para mantenerla perfectamente tranquila y libre de la interferencia de su marido.

“Todo esto es muy bueno, pero no alcanza la última locura del hermano Cyril. Según entiendo yo, él desea proceder normalmente en el sentido físico, pero preparando el camino haciendo que la herencia y el ambiente sean lo más atractivos posible para cierto tipo especial de alma, y ​​luego – ¡Ir a pescar almas en la Cuarta Dimensión!

“De este modo tendrá un niño perfectamente normal, ¡que también será un Homúnculo en el sentido medieval de la palabra!

“Y me ha pedido que les preste la Villa de la Orden en Nápoles para tal propósito”.



Con respecto a esta última línea, en Illuminatus leemos (pág. 542): “rentaron una villa en Nápoles para comenzar con la transformación”.

Si bien la intención no es exactamente la misma – en Moonchild Cyril Grey quiere que un espíritu se encarne en su futura hija en el vientre de una mujer, y en Illuminatus Hagbard Celine quiere que una Diosa tome posesión del cuerpo de una mujer adulta – podemos convenir que tampoco son demasiado diferentes. Podría decirse que la meta de Hagbard y la Actriz era más parecida a la del Babalon Working de Jack Parsons – inspirado también en Moonchild de Crowley – donde él junto a L. Ron Hubbard intentaron hacer encarnar a Babalon, la Diosa o arquetipo femenino divino del sistema thelémico. 

Marjorie Cameron como Babalon en Inaguration of the Pleasure Dome, de Kenneth Anger


El método de aislamiento que menciona Mr. Iff – que también implementa Hagbard: “durante un mes, los únicos seres humanos que ella vio - además de Hagbard - eran dos sirvientes llamados Sade y Masoch” – es básicamente el mismo método de destierro aconsejado por Crowley en Magia(k) en Teoría y Práctica para enfocar la mente del mago, pero llevado al extremo:

Ya que el alumno es un hombre rodeado por objetos materiales, si fuese su deseo dominar alguna idea en particular, él debería intentar que todos los objetos materiales que lo rodean sugieran esa idea. Así es que en el ritual, si su mirada se posa sobre las luces, su número sugiere (por ejemplo) a Mercurio; huele los perfumes y otra vez Mercurio es traído a su mente. En otras palabras, todo el aparato mágicko y ritualista es un complejo sistema mnemotécnico.

Los sirvientes Sade y Masoch (que en realidad eran Galley y Eichmann, los dos agentes de narcóticos ‘rehabilitados’ por Hagbard – ver entrada de la semana35) comenzaban cada día sirviéndole el desayuno y discutiendo:

El primer día, Sade argumentó a favor del materialismo y Masoch del idealismo; el segundo día, Sade ponderó al fascismo y Masoch al comunismo; el tercer día Sade insistió en que los huevos debían romperse por el lado más ancho, y Masoch por el más angosto. Todos los debates eran de un nivel intelectual alto y arrogante, verbalmente, pero parecían absurdos por el simple hecho de que Sade y Masoch siempre vestían ropas de payaso.

Siendo Eris la Diosa de la discordia, no es extraño que la actriz se viera rodeada de discusiones y dialéctica, ya que eran parte del “sistema mnemotécnico”: la desavenencia, la discrepancia y el desacuerdo, todos traen a la mente a Eris. También, esta discusión nos recuerda lo anteriormente dicho sobre los principios del discordianismo, y la relatividad de toda afirmación. Y, por supuesto, también nos suenan nuevamente al propio Crowley (de Magia(k) en Teoría y Práctica):

Todas las discusiones filosóficas son inevitablemente estériles, ya que la verdad está más allá del lenguaje. Ellas son, sin embargo, útiles si son llevadas al extremo donde se vuelve aparente que todos los argumentos son controversias de un círculo.

Y en Illuminatus (pág. 543), a la actriz, todas las discusiones entre Sade y Masoch comenzaron a parecer indistintamente insustanciales.

La semana próxima continuaremos y ampliaremos un poco más el análisis de la influencia de Moonchild sobre este fragmento de Illuminatus.



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Algunas notas

En la página 537 nos enteramos que Simon y Mary Lou rompieron:

“¿Dónde está tu amiga Mary Lou?” preguntó George.

“Me abandonó” dijo Simon melancólicamente. “El maldito ácido le cagó la cabeza”.

Pero Simon no se queda solo: vemos que va acompañado por Lady Velkor. Por el lado de Mary Lou, finaliza su tremendo y liberador monólogo “NO” (homenaje al monólogo “SÍ” de Molly Bloom del Ulises de Joyce, ver entrada de la semana 46), que se sincroniza con lo que dice Hagbard del poder de la palabra No como el secreto máximo; podríamos decir que Mary Lou encontró la Piedra Filosofal:

NO - porque a la larga blancos y negros hombres y mujeres tienen que llegar al entendimiento y la igualdad (...) No el actuar desde el centro del cuerpo que dice Simon y que Hagbard llama actuar desde el corazón que solo unos pocos pueden comprender (...) No no puedo ser la mujer de Simon ni la mujer de cualquier otro Primero debo ser mi mujer y eso puede llevarme años o la vida entera y tal vez no lo consiga pero debo intentarlo (...) No tal vez vuelva a encontrarme con Simon tal vez podamos intentarlo una segunda vez No esta vez no puede ser será la próxima No digo No No será.



En la entrada de la semana 31 nos preguntábamos quiénes eran los desconocidos vestidos con atuendos extraños que le mostraron la película sobre la Atlántida a Joe, y especulábamos que se trataba de los ‘Nueve Desconocidos’ que Pauwels y Bergier citan en El Retorno de los Brujos; pues bien, en el fragmento de esta semana se revela su identidad (pág. 539):

¿Quiénes eran esas personas que me mostraron la película? Ahora sé quién es la Srta. Mao, pero todavía no sé quiénes eran ellos”.

“Miembros del Frente de Liberación Erisiana - ELF” dijo Hagbard. “Ellos tienen un punto de vista algo diferente al nuestro con respecto a la prehistoria y a los orígenes de los Illuminati”.

Dicho esto y releyendo el comentario de la semana 31, si bien según los autores no se trataría de los Nueve Desconocidos sino del ELF, entonces RAW y Shea se inspiraron en la versión presentada en El Retorno de los Brujos de aquella supuesta antigua sociedad secreta hindú para moldear a los misteriosos miembros del Frente de Liberación Erisiana.



En la página 538 Howard el delfín le informa a Hagbard y su tripulación que el monstruo marino conocido como Leviatán “está inquieto y se ha elevado desde sus abismos (...) sabe que sus principales adoradores, los Illuminati, están muertos”.

“Trataremos de evadir a Leviatán si lo vemos” dijo Hagbard.

“Él llena todo el océano” dijo Howard. “No importa lo que hagan, lo verán, y él a ustedes”.


Este fatalismo de Howard en lo referente al encuentro aparentemente inevitable con Leviatán tiene una fuerte reminiscencia de Moby Dick, de Herman Melville, aunque al parecer aquí no es Ahab/Celine quien busca al monstruo, sino el monstruo Moby Dick/Leviatán el que busca al capitán...


2 comentarios:

  1. Para mi Hagbard rentó esa villa en Nápoles solo para rebelarse a esa "parte tonta" del juramento de Weishaupt de "nunca visitar Napoles", muy buen trabajo!

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