lunes, 11 de abril de 2016

LECTURA DE ILLUMINATUS: SEMANA 18

Lectura de Illuminatus semana 18

Por Mazzu

Trilogía Illuminatus

(Desde la página 203 a la 213)




Se desarrolla la batalla de los delfines y el Lief Erikson contra la flota Illuminati en la perdida Atlántida; Joe sigue saltando hacia adelante y hacia atrás en el tiempo con el  ‘Morgensheutegesternwelt

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El aspecto beligerante y violento de Geburah está muy presente a todo lo largo del fragmento de esta semana, sobre todo en las escenas intercaladas de la batalla de la Atlántida y las escenas de lucha entre los manifestantes y los Relámpagos de Dios.

Estando en Geburah, no nos sorprenda que en este fragmento Howard mencione el libro del Génesis y la idea del pecado original (pág. 209):

En ese sentido, el libro del Génesis - que fue escrito por antiguos oponentes semitas de los Illuminati - es bastante acertado. Llegar al punto de cambio cultural, donde decides que toda conducta humana puede ser clasificada en una de dos categorías, bueno y malo, es lo que creó al pecado - y a la ansiedad, el odio, la culpa, la depresión y otras emociones peculiarmente humanas -. Y, por supuesto, dicha clasificación es la verdadera antítesis de la creatividad.

Este discernimiento, esta separación de ideas es precisamente el fuerte de Geburah, la división. En su libro Qabalah Qlifoth Y Magia Goetica, Thomas Karlsson lo explica de manera muy clara, incluso relacionando esta séfira también al Génesis y a la ‘caída’:

El Universo es creado cuando el principio divisor destructivo está activo. Este pensamiento es importante en la Qabalah (...). El hecho de que el principio destructivo sea la causa detrás del Universo puede, en principio, parecer paradójico, pero es la fuerza divisora la que permite la multiplicidad y la existencia individual. Sin esta fuerza todo se mezclaría y unificaría. Si tomamos al hombre por ejemplo, la vida empieza con el desdoblamiento de una célula, lo cual provoca la creación de numerosas otras células que posibilitan la creación de nueva vida. La fuerza divisora es la herramienta necesaria para crear vida a partir de otra vida, pero es la misma fuerza que también corta el hilo de la vida. (...) Geburah es vista como la raíz del mal por la mayor parte de Qabalistas, y la definición real del mal a menudo fue la 'separación', esta es la cualidad característica de Geburah.

En un cierto momento del mítico lapso de tiempo primordial, la Serpiente merodea por el Jardín del Edén y hace que el hombre rompa la unidad original al comer de los frutos del conocimiento. Cuando la unidad original se rompe, Geburah se convierte en una fuerza independiente que dominará a Malkuth y al mundo del hombre. (...)

Geburah es el principio castigador y destructivo. Pero, paradójicamente, también es el prerrequisito para la Creación. Cuando Dios crea el cielo y la tierra divide lo que previamente estaba fusionado. Dios separa la luz de la oscuridad. Originalmente todo está unido y completamente indiferenciado, y a partir de este estado primordial el mundo fue formado a través de la separación, esto es, a través de las cualidades de Geburah.

Con respecto a esto (la Creación, la Caída, la Cábala, específicamente en relación con Geburah) hay algo en el fragmento de esta semana que me llamó la atención: el número 42, presente en la página 203: “en la 42 Street”; parece algo mencionado al azar por los autores, pero en la tradición cabalística, 42 es el número de la Creación. Los rabinos dicen que la letra Beth ב fué la primera letra con la que comenzó la secuencia que originó todo el universo (en el Génesis: בְּרֵאשִׁית – BereshitEn el Comienzo...). Esta secuencia consta de 42 letras y es conocida como el Nombre de Dios de 42 Letras. Dicha secuencia se encuentra en la oración Aná Bejóaj, y letras que componen el Aná Bejóaj están codificadas dentro de las primeras 42 letras del libro del Génesis. Estando en Geburah, y justamente, siendo esta “un prerrequisito para la Creación”, la inclusión del 42 no parece tan azarosa.

Pero esto no es lo único con respecto del 42: en la aún más antigua tradición egipcia, en el Papiro de Ani (el Libro Egipcio de los Muertos o Salida del Alma Hacia la Luz del Día) eran 42 las afirmaciones de pureza que el difunto realizaba ante el juicio en el Duat. Recordemos que Geburah es una representación femenina de la Justicia y la Severidad, lo mismo que Maat, la diosa egipcia que en la escena del juicio al difunto estaba representada por la pluma que se ponía en la balanza para pesar junto al corazón del juzgado. Si las 42 afirmaciones resistían el análisis de Maat, el difunto podía alcanzar el objetivo final de convertirse en una estrella del Aaru, el reino celeste de Osiris. Si el peso del corazón superaba al de la Ley (Maat/Geburah), el procesado era devorado por Ammit, la diosa devoradora de almas.



Ahora, observemos esta singularidad del Árbol de la Vida: Geburah/Maat (la Severidad) se conecta con Tiphareth (la Belleza, pero – como vimos la semana pasada – también Jesucristo para los cabalistas cristianos, por ende Osiris, el dios que muere y renace) a través del sendero sefirótico que contiene al arcano mayor del Tarot ‘la Justicia’ y al signo astrológico Libra, la balanza. Para llegar al reino de Aanu/Tiphareth el finado debe atravesar el Duat/Séfiroth pasando primero por la severidad de Maat/Geburah que pesa su corazón en la Balanza (libra) de la Justicia (arcano 11)

Como decíamos en la entrada anterior, el Tiempo y el Movimiento son aspectos también de Geburah – la quinta séfira, por cierto –, según comenta Aleister Crowley, en ‘el Arreglo de Nápoles’ de su Libro de Thoth; y en el fragmento que nos ocupa ahora ambas cualidades también aparecen de manera patente.

Hay cinco cuerpos en el suelo, desparramados como escoria abandonada en la playa por la marea en retroceso. Cuatro de ellos se están moviendo, haciendo lentos esfuerzos para ponerse de pié. El quinto no se mueve en absoluto. (pág. 203)

Joe despertó mientras el VW navegaba en medio de una corriente rugiente de motocicletas de los Hell’s Angels. Había vuelto al tiempo “real” - pero ahora en su mente la palabra tenía comillas, y las tendrá siempre. (pág. 203)

George: “F. R. Stannard escribe sobre lo que él llama el Universo Faustiano. Revela por qué el comportamiento de los mesones-K no tiene explicación si adoptamos un sentido unidireccional del tiempo, pero sí la tiene dentro de un esquema donde nuestro universo se superpone a otro universo en el cual el tiempo corre en dirección opuesta. (...) Confórmate con lo que escribió Abdul Alhazred en el Necronomicon: ‘Pasado, presente, futuro: todos son uno en Yog-Sothoth’. (pág. 204)

(Dillinger) se concentró en su mensaje: dos universos fluyendo en direcciones opuestas. (pág. 204)

George recordó la escena de la playa. Eso había sido esta mañana, pero ¿A qué hora? y ¿Qué hora es ahora? El suceso en Florida probablemente haya sido a las dos o tres de la tarde. Que era la una PM en Mad Dog, Texas. Y posiblemente las seis en esta parte del Atlántico ¿Las zonas horarias se aplican bajo el agua? Supuso que sí. Por otra parte, si estuvieras en el Polo Norte, podrías pasearte por allí y pasar de una zona horaria a otra en segundos. Y cruzar la Línea Internacional de la fecha cada cinco minutos, si quisieras. Lo cual, recordó, no sería un viaje en el tiempo. (pág. 212)

Otra más: “El ácido disuelve las barreras” dice Simon en la página 205; y la letra hebrea Cheth, la cerca o barrera, está presente en el sendero sefirótico que une a Binah con Geburah



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Hay – al menos – un par de referencias lovecraftianas en el fragmento de esta semana; las líneas del Necronomicon ya mencionadas sobre Yog-Sothoth citadas por Simon en la página 204, son de El Horror de Dunwich, un cuento de H. P. Lovecraft de 1929, y la frase completa reza: “Yog-Sothoth conoce la puerta. Yog-Sothoth es la puerta. Yog-Sothoth es la llave y el guardián de la puerta. Pasado, presente y futuro, todo es uno en Yog-Sothoth”.

En la página 210 Hagbard revela que los Illuminati tienen una base en Valusia:

“Eso significa que están volviendo a su base principal. Entrarán por un túnel en el Golfo Pérsico que los llevará al gran mar subterráneo de Valusia, a gran profundidad debajo de los Himalayas”.

Valusia es un reino ficticio creado por el escritor Robert E. Howard (creador de Conan el Bárbaro y miembro del Círculo de Lovecraft) para las historias de Kull, el Atlante. De Wikipedia:

Según el propio Kull en el relato El Reino de las Sombras (publicado en 1929), Valusia es uno de los más antiguos reinos de Thuria, pues las montañas de Mu y Atlantis eran islas casi cubiertas por el mar cuando Valusia ya era antigua. Valusia fue fundada por una raza de hombres-serpientes que fueron derrocados por sus esclavos humanos. Decididos a retomar el poder esperaron a que los humanos olvidaran su origen y se disfrazaron de humanos mediante la magia. Crearon una religión que rinde culto a la serpiente. Kull, un bárbaro de las islas de Atlantis, se convierte en rey de Valusia y logra evitar que los hombres-serpiente tomen el poder de nuevo ayudado por el picto Brule.

Según lo que dice Howard en La Edad Hiboria, la isla de Atlantis, patria de Kull, se hundió bajo los efectos de un gran cataclismo y sólo miles de años después nacería Conan, cuando ya estaban formados los llamados «reinos hiborios». Por lo tanto en el universo de ficción de Howard quedó claro a partir de 1932 que Kull vivió miles de años antes que Conan, pero en un mismo universo compartido. La era en la que vivió Conan se conoce como «Era Hiboria» y aquella, mucho más antigua, en la que vivió Kull se conoce como «Edad Precataclísmica», aunque también se la llama «Era Thuria».



Posteriormente, Valusia pasó a formar parte de los escenarios pre-humanos de los Mitos de Cthulhu (y por propiedad transitiva, de los Mitos de Illuminatus, como vemos aquí); Lovecraft lo menciona al menos en tres relatos: Las Montañas de la Locura “La ciudad sólo podía relacionarse con horrores como Valusia, R'lyeh, Ib en la tierra de Mnar, y la ciudad anónima de la Arabia Desierta”; El Abismo en el Tiempo “Había una mente del planeta que nosotros llamamos Venus que viviría dentro de incalculables época futuras, y otra, procedente de una de las lunas de Júpiter, que existió hace seis millones de años. De entre los intelectos terrestres había unos cuantos pertenecientes a la raza Antártida palafítica, gente alada, con cabeza estrellada, semivegetal; otro individuo procedía del pueblo reptil de la fabulosa Valusia”; y El Morador de las Tinieblas “Al parecer, el Trapezoedro Resplandeciente fue colocado en aquella extraña caja por los seres crinoideos de la Antártida, quienes lo custodiaron celosamente; fue salvado de las ruinas de este imperio por los hombres-serpientes de Valusia, y millones de años más tarde, fue descubierto por los primeros seres humanos”

En alguna próxima entrada vamos a analizar con más profundidad la relación de los Mitos de Cthulhu, la Atlántida, Mu, Thule y los Mitos de Illuminatus...

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Aquí ya estamos inmersos a pleno en los Mitos de Illuminatus, y en la página 211 volvemos sobre un aspecto singular de uno de los Mitos: por un lado el mito de que Dillinger no había muerto, y por otro, la conservación en formol del descomunal miembro viril del (supuestamente) finado bandido:

Lo que más confundía a Joe, después de su iluminación, era el pene de John Dillinger. Sabía que los rumores sobre el Instituto Smithsoniano eran ciertos: a pesar de que cualquier curioso que llamase obtuviese una negativa categórica por parte de los funcionarios del instituto, algunas personas con altas posiciones gubernamentales podían, por medio de un generoso desembolso, acceder a la reliquia guardada en un legendario frasco, y a sus legendarias 23 pulgadas (58,4 cm.). Pero, si John estaba vivo, no era el suyo; y si no era el suyo: ¿De quién era?

“De Frank Sullivan” dijo Simon, cuando Joe finalmente le preguntó.

“¿Y quién carajo era Frank Sullivan para tener una herramienta como esa?”

Pero Simon solamente respondió “No lo sé. Solamente era un tipo parecido a John”.

Al parecer, el mito de las legendarias proporciones del cazzo de John Dillinger ya existía antes de Illuminatus, y los autores lo sumaron para engrosar la lista de la Operación Jodementes; aquí encontré un artículo interesante del cual traduje un segmento que reproduzco a continuación:



El Legendario Pene de John Dillinger, por Sean Braswell

No hay evidencia real para sugerir que el infame ladrón de bancos fuese en vida o bien un amante consumado o estuviese particularmente bien dotado. Pero como observa Elliott Gorn, profesor de historia de la Universidad de Loyola de Chicago y autor de Dillinger’s Wild Ride, en lo referente a la narración sobre el gángster durante la era de la Depresión, “la sexualización de Dillinger estaba allí desde el principio”. Cuando el enemigo público n.1 de los Estados Unidos fue muerto a tiros por agentes del FBI a la salida del Biograph Theater en Chicago, a donde había acompañado a dos amigas al cine el 22 de julio de 1934, la construcción del mito comenzó casi inmediatamente, con la prensa deleitando al público con historias sobre “la mujer de rojo” que lo entregó, y de cómo Dillinger “vivió como murió, con una sonrisa en su rostro y una mujer en cada brazo” como dice Gorn.

Inflamadas en parte por la muy publicitada foto de la morgue – retocada por los editores de los periódicos más mojigatos para eliminar el bulto impactante – las leyendas póstumas de la virilidad de Dillinger parecen haber comenzado, dice Gorn, en el estado natal del gángster de Indiana, donde el rumor popular era que el famoso artista del escape perdía la consciencia cada vez se excitaba debido a la afluencia masiva de sangre requerida para soportar sus encuentros amorosos. Por la década de 1960, estos y otros rumores se habían transformado en una leyenda urbana – conocida por todos los adolescentes de EEUU – que sostenía que la épica pinga del forajido había sido cortada, conservada en un frasco de formol y guardada en el Museo Nacional de Historia Natural o Smithsoniano, o sobre el escritorio de J. Edgar Hoover en el FBI.

la muy publicitada foto de la morgue 


La creencia en el mítico miembro de Dillinger era tan común entre el público estadounidense, que tanto el FBI como el Smithsoniano se han visto obligados a hacerle frente. “Es una de esas leyendas urbanas que ha existido durante mucho tiempo”, dijo John Fox, historiador oficial del FBI, una vez al Washington Post. “Pero no hay evidencia de que el cadáver fuese mutilado de manera alguna -. A excepción de las heridas de bala que le provocaron la muerte”. Por su parte, el Smithsoniano incluso desarrolló una carta modelo para responder a las preguntas sobre el asunto, declarando: “Podemos asegurar que  las piezas anatómicas de John Dillinger no son y nunca han sido parte de las colecciones de la Institución”.

¿Cómo fue que tamaña historia entró tan fácilmente en los anales de la historia estadounidense? “La historia de Dillinger,” dice Gorn, “con sexo, violencia, libertad y traición, fue uno de más grandes momentos noir de los EEUU”. Estados Unidos siempre ha amado a sus forajidos y renegados, especialmente a los que le hacían pito catalán a la autoridad e inclinaban el sombrero ante las damas, y la leyenda de Dillinger sin duda tocó todos esos puntos del pulso. O, como dice Hoosier Folk Legends de manera más directa “los héroes de la tradición oral no sólo demuestran virilidad a través de la valentía, sino también a través de la potencia sexual”.

Por supuesto, muchos héroes populares han pagado el precio más alto – la castración – por estar fuera de la ley, y la saga de Dillinger restaura de manera similar este sentido de orden social: “la hombría del forajido”, como dice Gorn “es puesta en un frasco de conserva con formol y escondida por la burocracia federal”.

Hay una cosa más. Una cosa que, según un descubrimiento realizado en 2006 por Peter Carlson del Washington Post, está escondida en las entrañas del Smithsoniano en un frasco etiquetado como “J. Dillinger. Transferencia del FBI. S.I. división mamíferos”. Se trata de “un ítem legendario que ha sido objeto de rumores febriles durante décadas”, señala Carlson, y lo describió como “un estrecho objeto pálido de un largo aproximadamente de 16 pulgadas (40 cm.)”.

Ha estado allí todo el tiempo desde que se tiene memoria, pero oficialmente nunca fue registrado en la colección. Está hecho de un material sintético como el látex y quienes trabajan en el museo presumen que es el vestigio de una antigua broma. ¿Por qué el museo más grande del mundo se aferra al seudofalo? nadie lo sabe, pero tal vez la explicación es tan simple como esta: algunas leyendas urbanas, y algunos gángsters más grandiosos que la vida misma, son duros de matar.

La leyenda parece similar al mito del considerable miembro de Rasputín, aunque en su caso, hay varios testimonios que aseguran la veracidad del tamaño del pene del místico ruso – que, según se dice, era bastante exhibicionista (no así la veracidad del objeto en exposición en un museo de arte erótico de San Petersburgo).

El supuesto miembro viril de Rasputín


Aquí vemos de nuevo a Wilson y Shea ejercitando plenamente la Operación Jodementes – quienes parecen haber inventado – al menos – la medida para que encajara con el 23 discordiano –; como decía Adam Gorightly en la entrada de la Semana 4 sobre la Sociedad John Dillinger Murió por Ti, que estaba “basada en leyendas fantasiosas mezcladas con una medida igual de hechos históricos”, donde los autores citaban “un artículo real en una revista de verdad, sobre un grupo que (...) probablemente era un invento”, un juego donde la ficción y los hechos se mezclan de manera inextricable, como aquí: un probable mito que se convirtió en leyenda urbana... aunque, a su vez, algo hay adentro de un frasco con formol guardado celosamente en el Smithsoniano (aunque sea de plástico)



Otro aspecto de la Operación Jodementes de los Mitos de Illuminatus es la inclusión de otros mitos populares como el de los continentes perdidos de la Atlántida y Mu y el juego de la duda/certeza sobre ellos, la disonancia cognitiva; aquí sucede algo extraño: a pesar de que Joe y George navegan junto a Hagbard entre las supuestas ruinas de la Atlántida, ninguno de ellos parece creer que realmente están en la Atlántida. Leemos en la página 206:

Desde allí la milenaria ciudad de Peos se veía como una maqueta. Y a pesar de aceptar intelectualmente la afirmación de Hagbard de que se hallaban sobre el continente perdido de Atlántida, en lo profundo de sí (George) no creía en la Atlántida. Como resultado, no creía en el resto de lo que acontecía.

Y luego, en la página 211, el que duda es Joe:

La Atlántida también fastidiaba a Joe, luego de verla la primera vez que Hagbard lo llevó a dar una vuelta en el Lief Erikson. Era muy precisa, muy verosímil, muy buena para ser cierta, en especial las ruinas de ciudades como Peos, con su arquitectura que obviamente combinaba elementos egipcios y mayas

(...) “Mi pensamiento es que nunca he visto la Atlántida, al igual que nunca he visto a Marilyn Monroe. Vi imágenes en movimiento que, tú me dijiste, eran la recepción televisiva de lo que captaban las cámaras en el exterior del submarino. Y vi imágenes en movimiento que, Hollywood aseguraba, eran de una mujer verdadera, a pesar de que se pareciera más a un diseño de Petty, o de Vargas. En el caso de Marilyn Monroe es razonable creer lo que decían: no creo que hayan construido un robot tan bueno todavía. Pero Atlántida… conozco expertos en efectos especiales que podrían construir maquetas de ciudades como esas y poner dinosaurios a caminar por sus calles. Y a tus cámaras enfocándola”.

“¿Me acusas de engaño?” preguntó Hagbard, arqueando las cejas.

“El engaño es tu arte” dijo Joe, sin vueltas. “Eres el Beethoven, el Rockefeller, el Miguel Ángel del ardid. El Shakespeare del truco gitano, la moneda de dos caras, y el conejo en el sombrero. Las pastillitas para el hígado son para Crater lo que las mentiras son para ti. Habitas en un mundo de puertas ocultas, paneles corredizos y sogas hindúes ¿Sospecho de ti? Desde que te conocí, sospecho de todo el mundo”.

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En la página 207 Hagbard descubre que está siendo atacado por un submarino de los Illuminati llamado Zwack; Franz Xaver von Zwack fue uno de los miembros fundadores de los Illuminati de Adam Weishaupt. De Wikipedia:

Franz Xaver von Zwack (1755 o 1756 † 1843 en Mannheim). Fue Consejero y Presidente del Gobierno de Múnich y Espira.

Perteneció desde mayo de 1776 a los Illuminati con el seudónimo de Catón o Tamerlán. Fue la mano derecha de Adam Weishaupt hasta la llegada de Adolph von Knigge. Fue miembro de la Logia Teodoro del Buen Consejo.

El 11 de Octubre de 1786 las autoridades bávaras registraron la casa de Zwack encontrando documentos que ponían a los Illuminati en una posición desfavorable ante el gobierno y la iglesia: una defensa del suicidio escrita por Zwack, documentos en donde la orden reclamaba el derecho de vida de los iniciados en caso de ser necesario, una defensa del ateísmo, la creación de una rama femenina Illuminati (algo inusual), la creación de una máquina destinada a guardar archivos o destruirlos si era necesario, recetas de tinta invisible, formulas tóxicas y un recibo de aborto del cual las autoridades no revelaron la identidad de la mujer que lo practicó. No se sabe si el recibo involucraba a Zwack, a Knigge o a Adam Weishaupt, del que se sabe que tuvo una relación prohibida con su cuñada después de la muerte de su primera esposa.



Más adelante vuelve a aparecer su nombre, pero como es habitual en la Operación Jodementes de los Mitos de Illuminatus, hay una vuelta de tuerca (atención, esto es un spoiler): los documentos aquí resultan ser falsos y habían sido plantados en la casa de Zwack por el Culto del Signo Amarillo, cuyos miembros “dieron la voz al gobierno bávaro y observaron con placer cómo el movimiento era desbandado, perseguido y desterrado de Alemania”.

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El supuesto libro de Adam Weishaupt citado por Simon en la página 204, Konigen, Kirchen und Dummheit, se traduce como Reyes, Iglesias, y Estupidez.

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5s, 23s, 17s: “Marty Krompier, quien manejaba el contrabando en Harlem, también fue baleado el 23 de Octubre de 1935. (...) Aún más interesante: sin invocar al místico 5, llegamos al 40 sumando 17 + 23”, “Hay cinco cuerpos en el suelo, (...) El quinto no se mueve en absoluto”. (pág. 203); “Dos rinocerontes grandotes, tres rinocerontes grandotes”, “Por lo tanto, dos siempre conduce a tres. Dos y Tres. Dualidad y trinidad. Cada unidad es una dualidad y una trinidad. Un pentágono (...) Del pentágono dependen cinco pentágonos más, como pétalos de una flor. Una rosa blanca. Cinco pétalos” (pág. 204); “Cinco rinocerontes grandotes” (pág. 206); “sus legendarias 23 pulgadas” (pág. 210); “a las dos o tres de la tarde”, “Y cruzar la Línea Internacional de la fecha cada cinco minutos, si quisieras” (pág. 212)

Burroughs, incidentalmente, a pesar de haber descubierto la ley de sincronicidad del 23, no era consciente de su correlación con el 17. Esto lo hace más interesante, ya que fechó la invasión de la horda de Nova a la Tierra (en Expreso Nova) el 17 de Septiembre de 1899. Cuando le pregunté por qué había escogido esa fecha, dijo que salió de la nada. (...) W, la letra 23ra, aparece por todos lados. Figúrate: Weishaupt, Washington, William S. Burroughs, Charlie Workman, Mandy Weiss, Len Weinglass en el juicio por Conspiración y otros que ya me vendrán a la mente. Algo aún más interesante: el primer físico en aplicar el concepto de la sincronicidad a la física, luego de que Jung publicase su teoría, fue Wolfgang Pauli. Otra transformación sugerente de letras a números: Adam Weishaupt, A. W., es 1- 23, y George Washington, G. W., es 7 - 23 ¿Ves el 17 oculto allí? Aunque tal vez me he puesto muy imaginativo, casi extravagante… (pág. 211/12)

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