Lectura de
Illuminatus semana 27
Por Mazzu
Trilogía
Illuminatus
(Desde la página 298 a la 308)
Saul
y Rebecca vuelven a encontrarse; Milo Flannagan se entera de que su hermano (el
Padre Pederastia) está en su contra; las agencias de inteligencia comienzan a
buscar a los posibles infectados con el Ántrax-Lepra-Pi; en un cruce fortuito,
Carmel contagia a Horace Naismith y al Enano; conocemos la historia de Markoff
Chaney...
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Nils
Nosferatu – uno de los pocos sobrevivientes de la oleada de asesinatos causados
por el pacto entre Hagbard y la Mafia – comienza a delirar al mejor estilo
Dutch Schultz y sintoniza telepáticamente a otros personajes de la novela; “El
hermano de George conoció a los delfines antes que él, ese es el gancho
psíquico que atrajo a George” dice; esto es una referencia al cuento
lovecraftiano Los Profundos de James
Wade, donde hay un personaje llamado Dorn – el presunto hermano de George – que
estudia la percepción extrasensorial de los delfines (ver entrada de la Semana
7). “Ella está en la puerta. Ella está enterrada en el desierto”; el proyecto
de armas bacteriológicas donde se desarrolló el Ántrax Lepra Pi se llamaba
Puerta del Desierto.
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“Illuminatus! es, entre otras cosas, un
manual de técnicas eroto-neurológicas precisas para la expansión de la
conciencia” decía Robert Anton Wilson en The
Illuminati Papers. Hasta este punto de la lectura hemos visto varias
técnicas diferentes de Magia(k) Sexual: la técnica tántrica como una forma de
meditación (Simon y Mary Lou), el ritual de magia(k) sexual propiamente dicho (Joe
y Lady Velkor), la técnica crowleyana del éxtasis eroto-comatoso (George y
Tarantella), y varias más; en el fragmento de esta semana vemos otra en el
encuentro sexual de Saul y Rebecca: la técnica reichiana como una forma de
liberación y unión.
Verás,
nena, todo gira alrededor del sexo, pero no en el sentido freudiano. Freud
nunca comprendió el sexo. De hecho casi nadie lo comprende, excepto unos pocos
poetas aquí y allá. Cualquier científico que comienza a vislumbrarlo mantiene
su boca cerrada porque sabe que será excluido de su profesión si dice lo que
sabe. Se supone que lo que sentimos ahora es una tensión y que lo que
sentiremos después del orgasmo es una relajación (...) ¿Tensión? ¿Cómo puede esto ser tensión? ¿Qué tiene esto en
común con las preocupaciones, ansiedades, o con cualquier otra cosa que nos
provoca tensión? Hay tirantez, pero no tensión. Es liberador, y la tensión no
libera: contiene. Esas son las dos polaridades. (...) Mira, tratamos de
atravesar la piel la piel del otro. Tratamos de derrumbar los muros, muros,
muros. Si, si. Atravesar los muros. La tensión intenta sostener los muros y
dejar lo externo afuera. Es lo opuesto. (...) Un
científico lo supo. Murió en prisión. Después te contaré sobre él. Es el gran
tabú del que nacieron todos los demás.
La
frase que resalté en cursiva de este diálogo de Saul con Rebecca (pág. 301/2),
hace referencia claramente al Dr. Wilhelm Reich. Robert Anton Wilson ha escrito
largo y tendido sobre el Dr. Reich, y me atrevería a decir que lo nombra y cita
su caso en todos sus libros: incluso
escribió una obra de teatro sobre él, Wilhelm
Reich in Hell (1987); también es un tema central en otros libros suyos como
The New Inquisition y la Trilogía del Gato de Schrödinger. Tal
vez lo que más sorprendía a RAW es la manera en que la ciencia ortodoxa intentó
(y logró) destruir a Reich; en Cosmic
Trigger I, escribe:
El
Dr. Wilhelm Reich había sido el primer freudiano en tomar literalmente los
descubrimientos de Freud y decir explícitamente que la mayoría de las neurosis
son causadas por la represión sexual judeocristiana. Peor aún, Reich insistió
que estas neurosis eran la causa directa del racismo, el sexismo, las
violaciones, la violencia y las guerras. La represión sexual, concluyó, es el
Problema de Salud Pública Número Uno y debía ser combatido tan vigorosamente
como la poliomielitis o el cáncer. Reich comenzó a promulgar esta herejía en la
década de 1920. También inició una investigación sobre las relaciones sexuales
de las parejas en la década de 1930 (30 años antes que Masters y Johnson). Por
estas y otras posturas radicales, el Dr. Reich fue expulsado de la Asociación
Psicoanalítica Internacional, expulsado por los partidos comunistas y
socialistas de Austria, expulsado de Alemania por los Nazis, calumniado por la
prensa de Suecia al punto de no poder trabajar en ese país, difamado por la
Asociación Médica Americana después de venir aquí, para finalmente morir en la
Prisión Federal en 1957. Todo esto había convencido a muchas personas,
incluyéndome, de que la libertad científica no era más segura en el siglo XX
que en la edad media si las ideas de un científico se volvían demasiado
revolucionarias.
Yo
había observado con horror la destrucción del Dr. Reich por las fuerzas de la
burocracia y la intolerancia en la década de 1950. Fue una especie de
experiencia de Despertar, el primer albor de aprehensión de que nuestro gobierno,
como cualquier otro, es más malo que bueno. Para otros, este despertar les
llegó a través de la Guerra de Vietnam, o al trabajar junto a negros e indios
en la lucha por los derechos civiles y descubriendo que la miseria de estas
minorías no es sólo un “tema político” dramático sino una realidad muy
dolorosa. Para algunos, vino con Watergate. Para otros, aún no ha llegado. Para
mí, como Libertario, sucedió cuando agentes de la agencia de Administración de
Alimentos y Medicamentos arrojaron todos los libros del Dr. Reich — 30 años de
investigación científica — en el incinerador de la calle Vandivoort en Nueva
York, en 1957, y los quemaron.
La
quema de libros era una escena de la Alemania Nazi, el horror de todas las
películas antinazis que yo había visto de niño estaban cobrando vida en mi
propio país, en mi propio tiempo.
Escribí
mucho en defensa de Reich en esos años, para pequeñas y extravagantes revistas
políticas y ocultistas — las únicas que estaban dispuestas a imprimir artículos
donde se alegaba que el Gobierno de Estados Unidos posiblemente pudo haber
desempeñado el papel de la Santa Inquisición para un nuevo Galileo. El único
efecto de todos estos escritos fue que llegué a conocer a varios reichianos, y
descubrí que eran un grupo deprimente — emocionalmente adictos a la paranoia,
con ideas dogmáticas e intolerantes (una imitación inconsciente pero
brillantemente precisa de todos los síntomas de estrés que Reich mismo había
desarrollado después de siete años de acoso y hostigamiento por parte de
Washington).
Ahora,
a medida que pasaba la década de los 60s, comencé a ver que el mismo guión de
matar-al-hereje surgía otra vez, con Tim Leary encasillado en el papel
protagonista. Era todo tan mecánico y repetitivo como el sacrificio anual de la
Virgen en los cultivos de maíz. Reich había llamado a este ritual sangriento
“el asesinato de Cristo” y dijo que seguiría sucediendo una y otra vez en tanto
la humanidad siguiera “muscularmente blindada” contra el juego libre del amor y
la sexualidad. Uno comenzaba a pensar que podría haber tenido razón al
respecto…
Para
quienes sean ajenos a las ideas de Reich, he aquí un resumen de algunos de sus
conceptos (fuente original):
La
psicoterapia se enriquece con la teoría y técnica de Wilhelm Reich: la
Psicología del cuerpo a la que llamó Vegetoterapia
y, posteriormente, Orgonomía. Wilhelm
Reich es considerado el padre de la Psicología Corporal. Reich planteó que el
ser humano es más que la palabra, que el símbolo o la imagen, es todo ello
sustentado en el cuerpo, la postura y el movimiento. Aproximarse integralmente
a su complejidad implica no olvidarnos ni de lo obvio ni de lo oculto, de lo
consciente y de lo inconsciente, de la causa y del objetivo. El trabajo
psico-corporal, -o sea palabra y cuerpo entremezclados-, es la vía. Necesitamos
aprender sobre el cuerpo y su lenguaje.
La
Energía: el Orgón
Para
Reich el concepto original de libido de Freud era el correcto. Luego Freud
desarrolla el concepto de dos energías: eros y tánatos. Reich considera que el
concepto de tánatos es innecesario, sólo es necesario eros y, para explicar los
comportamientos autodestructivos o destructivos, explica que son debidos a una
mala organización de la energía erótica.
Según
Reich no conocemos a la energía como tal, sino sólo sus manifestaciones. Las
manifestaciones de la energía pueden tomar diversas formas. Reich llama a la
libido Orgón y la conceptualiza como
la energía vital del organismo, la energía universal. Dicho concepto de energía
sustenta la teoría reichiana. La energía del orgasmo, el orgón, es algo que se
puede conservar.(...)
Cuando
la energía no fluye armónicamente se da la enfermedad. Es necesario un
equilibrio flexible entre fuerza (contracción) y relajamiento (expansión), para
que haya armonía (salud). Lo que se opone a esta flexibilidad es la coraza
corporal (formada por tensiones musculares crónicas), la cual no permite el
proceso natural de expansión-contracción
Todo
síntoma físico tiene una repercusión emocional-mental y viceversa. Para Reich
no existe una dualidad mente-cuerpo. Lo físico es más burdo, lo emocional es
más sutil. Tanto los síntomas físicos
como los mentales, son parte de un mismo sistema energético. La vida se
mantiene saludable mientras dejamos ir la energía ya gastada, hay que dejar que
todo salga para que todo se renueve. Existen dos formas de lograrlo: el orgasmo
y la creatividad. Lo que mantiene plenamente saludable la vida es la vivencia
plena de la sexualidad y/o de la creatividad. Si se obstaculiza la creatividad,
se obstaculiza la vida sexual y viceversa, ya que corren paralelamente. En el
orgasmo genuino se expulsa toda la energía y luego se recarga para poder ser
utilizada en el trabajo o en cualquier actividad. Para Reich no hay lugar para
la sublimación, la sexualidad es el medio
de descarga plena de energía para poderla renovar.
Acumulador
de Orgón
La
Coraza
Según
la opinión de Reich, el carácter forma una especie de defensa contra la
ansiedad creada por los intensos sentimientos sexuales y agresivos del niño y
el correspondiente temor al castigo, la cual se marca en el cuerpo. Al nacer
venimos con el impulso biológico de satisfacer nuestras necesidades
inmediatamente, sin embargo entramos en conflicto porque nos vamos dando cuenta
que para obtener amor hay que seguir reglas, posponer la satisfacción, por lo
que nos empiezan a dar miedo nuestros propios impulsos, por ejemplo, podemos
perder el amor de la madre y por lo tanto, tendríamos pocas probabilidades de
sobrevivir. Si la madre se va nos duele, nos da tristeza y el abandono es el
mayor generador de cólera.
Reich
plantea únicamente la existencia de tres emociones básicas: el miedo, la tristeza y la cólera. La persona se defiende de
estas tres emociones desagradables de una forma en particular y empieza a
formar su coraza caracterológica. Todos
nos hemos tenido que defender de la tristeza, la cólera y el miedo. Además no
nos es permitido expresar los impulsos sexuales y agresivos, por lo que
llevamos al enemigo dentro de nosotros: formamos una coraza para defendernos de
nosotros mismos.
La
primera defensa contra el temor es la represión
corporal, la cual interrumpe temporalmente los impulsos sexuales. Como las
defensas del ego llegan a ser crónicamente activas y automáticas, se
transforman en rasgos del carácter como mecanismos de protección que se han
hecho crónicos en la conducta y en el cuerpo (grupos musculares crónicamente
tensos que bloquean la energía). La concepción que Reich tiene sobre esta
coraza incluye la suma total de todas las fuerzas defensivas de represión, que
están organizadas en un patrón más o menos coherente dentro del ego: “El
establecimiento de un rasgo característico indica la solución de un problema de
represión, (hace innecesario el proceso de la represión), o cambia una
represión en una formación relativamente rígida aceptada por el ego, una vez
que se ha establecido”.
Los
rasgos caracterológicos no son síntomas neuróticos. Según Reich, la diferencia
estriba en el hecho de que los síntomas neuróticos (tales como los temores
irracionales o fobias, síntomas obsesivo-compulsivos, etc.), se experimentan
como ajenos al individuo, como elementos extraños a la psique, en tanto que los
rasgos caracterológicos (orden un poco exagerado, timidez angustiosa), se
experimentan como partes integrantes de la personalidad. Las defensas del
carácter son particularmente efectivas e igualmente difíciles de erradicar
porque están bien racionalizadas por el individuo y son experimentadas como
parte de su autoconcepto y tienen sus representación en el cuerpo.
El
carácter consiste en una alteración crónica del yo, a la que podríamos
calificar de rigidez. Es la base del modo de reacción característico de una
persona. Su significado es la protección del yo contra peligros exteriores e
interiores. Como mecanismo de protección que se ha hecho crónico, se le
denomina coraza. Esta coraza significa
inevitablemente una disminución de la movilidad psíquica. Sin embargo, debe
concebirse la coraza como algo móvil en las que existen brechas. Opera conforme
al principio del placer/displacer. En situaciones poco placenteras la coraza
aumenta, en situaciones placenteras disminuye.
El
lugar donde se forma la coraza es el Yo, esa parte de la personalidad que
constituye el límite entre la vida instintiva y el mundo exterior. Podemos
llamarla, por lo tanto, el carácter del Yo. La coraza caracterológica se
desarrolló como resultado del conflicto entre las demandas instintivas y el
mundo exterior frustrante, por el temor consciente o inconsciente del castigo.
Una coraza más o menos completa queda ejemplificada por el estupor catatónico.
Una coraza completamente insuficiente, en la estructura del carácter impulsivo.
Quienes
estén interesados en las ideas de Wilhelm Reich, podrán encontrar varios de sus
libros online; les recomiendo también la introducción del propio RAW a Wilhelm Reich in Hell, que es muy
completa – aunque no está en español. Luego, como una entrada complementaria –
para no extenderme demasiado aquí –, subiré un fragmento que ya tenía traducido
de The New Inquisition que Wilson
dedica al infortunado doctor.
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Cabalísticamente,
al comienzo del fragmento de esta semana todavía estamos en Tiphareth, el
centro del Árbol, la séfira en la cual confluyen todos los senderos
sefiróticos; por esta razón, no parece casual que se hable tanto de “unificar
las fuerzas”: primero Robert Putney Drake con la entidad extradimensional que
le envían los Illuminati (ver entrada anterior), y ahora Saul con Rebecca:
“ellos quieren separarnos (...) ellos… no quieren… que unifiquemos… nuestras
fuerzas”. La escena de Putney Drake parece un reflejo qlifótico de la escena
entre Saul y Rebecca, e ilustran muy bien la línea de sus protagonistas dentro
de los Mitos de Illuminatus: los Illuminati buscan la inmortalidad a través del
sacrificio humano, y los discordianos buscan elevar la consciencia a través del
sexo tántrico (o reichiano, en este caso).
También,
lo de la confluencia de los senderos se da de manera literal y con aire de
comedia cuando tres personajes (que no se conocen entre sí) se cruzan de
repente:
El
Enano Desobediente, Carmel y el Dr. Horace Naismith chocaron en la entrada del
Hotel Sands (“¿Por qué no miran por donde mierda caminan?” gruñó Carmel) (pág.
298)
En
la página 303 dejamos la esfera de Tiphareth y entramos en el Séptimo Viaje o
Netzach. Netzach, “la Victoria”, o “la Perseverancia”, o también “la
Eternidad”, es la séptima séfira del Árbol de la Vida de los cabalistas.
Aleister
Crowley, en el “Arreglo de Nápoles” que incluye en El Libro de Thoth, nos explica la tríada inmediatamente inferior a
Tiphareth:
En
esta fase conviene apartarnos por un momento del simbolismo estrictamente Qabalístico.
La doctrina de los tres números siguientes (al menos para algunas personas) no
está expresada muy claramente. Debemos acudir al sistema Vedanta para hallar
una interpretación más lúcida de los números 7, 8 y 9, si bien éstos se corresponden
muy íntimamente con las ideas Qabalísticas. En el análisis hindú de la
existencia los Rishis (Sabios) postulan tres cualidades: Sat, la Esencia del Ser mismo (Yesod); Chit, Pensamiento o Intelecto (Hod), y Ananda (palabra traducida normalmente por Bienaventuranza, Netzach),
el placer experimentado por el Ser en el curso de los acontecimientos.
Stuart
Holroyd, en Los Misterios de la Cábala,
dice de Netzach:
Representa
los sentidos y las pasiones. Es la séfira del arte y del ritmo, del movimiento
y el color. Su esfera es Venus, y el ave que le corresponde – el torcecuello –
es utilizada como amuleto de amor. A pesar de estar en la columna masculina, su
imagen – igualmente relacionada con Venus/Afrodita – es una hermosa mujer
desnuda.
Para
los ocultistas, Netzach también representa el primer nivel del plano astral o
de los mundos de los sueños, un mundo de deseos y fantasías.
Como
vemos al comienzo de este capítulo, el Enano, Markoff Chaney, es un personaje
con fuertes características de Netzach: muy emocional “otra tonelada de bilis
se acumuló en la fosa séptica del Enano: la lista de personas a las que iba a
hacer comer mierda antes de irse a la tumba” (pág. 304) y con vívidas fantasías
sexuales “(se escondía) en su habitación, con el póster central de Playboy desplegado, masturbándose y
soñando con millones y millones de chicas adolescentes con el físico de las
Playmates” (ídem); de hecho, su
venganza contra “las matemáticas, la línea, el cuadrado, lo normal, y todo el
mundo mensurable que lo considera a él como un extraño factor aleatorio” no
nace de una ideología, de algo cerebral, sino que brota de sus emociones
viscerales; precisamente por esto, es tan difícil de detectar para las
‘facciones enfrentadas’ de Illuminatus.
Netzach
representa al mundo de los sueños, y en la página 306 leemos: “En algún lugar
hay un factor aleatorio” dijo el líder del FLE, el Dealy Lama, soñando en su escondite subterráneo
debajo de la Dealy Plaza”.
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David
Rappaport como Markoff Chaney
en la versión teatral de Illuminatus dirigida por
Ken Campbell
Volvamos
a Markoff Chaney: el Enano Desobediente – el principal protagonista del
fragmento de esta semana – el cual me parece un personaje fascinante; el Enano parece
ser una representación de lo puramente aleatorio, un avatar de la Operación
Jodementes. En el Apéndice Yod de Illuminatus,
los autores nos dicen:
La
Operación Jodementes fue inicialmente instigada por Ho Chih Zen, del Frente de
Liberación Erisiano, que es la misma persona pero no el mismo individuo que Lord
Omar Khayyam Ravenhurst, autor de El
Honesto Libro de la Verdad. Su filosofía principal fue propuesta
originalmente en La Teoría de los Juegos
y de la Conducta Económica, de Neumann y Morgenstern: esto es, que la única
estrategia que un oponente no puede predecir es una estrategia aleatoria. Los cimientos ya habían sido colocados
por Malaclypse el Más Joven, G. C. S., cuando proclamó “los discordianos
debemos estar separados”. Esta descentralización radical de los emprendimientos
dicordianos creó un factor aleatorio interno mucho antes de que la Operación
Jodementes fuera ideada.
Markoff
Chaney parece ser la encarnación de esta estrategia con su micro-anarquía
(sobre la cual ya habíamos hablado en relación al wu-wei en una entrada anterior), y el fragmento de Nunca Chifles Mientras Estás Meando, de
Hagbard Celine, citado al comienzo del Séptimo Viaje (pág. 303), parece ser un
identikit del Enano:
La
individualidad del ser humano es la Cosa más completa e implacablemente Maldita,
prohibida, excluida, condenada, olvidada, relegada, ignorada, suprimida, reprimida,
robada, violada y disfamada que existe. Ingenieros, estadistas, psicólogos,
sociólogos, publicistas, terratenientes, burócratas, dueños de industrias, banqueros,
gobernadores, comisarios, reyes y presidentes están perpetuamente forzando a la
Cosa Maldita a entrar en categorías cuidadosamente preparadas, y están
perpetuamente irritados porque la Cosa Maldita no encaja en el espacio que tiene
asignado. Los teólogos le llaman pecador e intentan reformarla. El gobernador
le llama criminal e intenta castigarla. El psicoterapeuta le llama neurosis e
intenta curarla. Y aún así la Cosa Maldita no encajará en el espacio que tiene asignado.
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En
la página 305 leemos “cien mil personas marcharon al Pentágono, e incluso
algunos quisieron exorcizar al Demonio (los Illuminati frustraron ese intento
al impedirles formar un círculo)”; esto realmente sucedió, y Adam Gorightly nos
lo cuenta en Historia Discordia:
Esta
es una alusión a la marcha sobre el Pentágono, del 21 de de octubre de 1967,
una protesta contra la guerra que incluyó un exorcismo con la intención hacer levitar
al templo de cinco caras en un ritual de limpieza y purificación.
Algunos
sugieren que el Pentágono en efecto levitó ese día, como el siempre fiable
Abbie Hoffman en su autobiografía, pero ¡quién sabe lo que había fumado Abbie
ese día!
En
las primeras etapas de la marcha sobre el Pentágono, el organizador del evento
David Dillinger- del Comité Nacional de Movilización para poner Fin a la Guerra
de Vietnam (The Mobe) - designó al popular Yippie Jerry Rubin para dirigir la
marcha. Rubin, a su vez, invitó a su compañero Abbie Hoffman para unirse a la
diversión, así como a luminarias tales como Allen Ginsberg y Ed Sanders, de los
Fugs - y de pronto este plan loco para hacer levitar al Pentágono se puso en
marcha.
Panfleto
escrito por Ed Sanders con instrucciones para la levitación del Pentágono,
21
de Octubre 1967.
Según
Rubin, Abbie Hoffman fue la figura clave que propuso la idea de la levitación del
edificio, y antes de la protesta Abbie hizo una visita de campo al Pentágono
con un doble propósito: 1) fomentar el interés por la marcha en los medios de
comunicación y, 2) calcular el número de personas que serían necesarias para rodear
por completo, tomadas de la mano, el templo de cinco lados durante el curso del
exorcismo/levitación.
Al
parecer, Hoffman andaba balbuceando alrededor del Pentágono con una cinta
métrica (en los días cuando uno podía aparecer sin previo aviso en el Pentágono)
cuando fue informado por la Guardia Nacional para que cesara y desistiera, para
luego ser escoltado fuera del terreno. En su salida, Abbie hizo una solicitud
formal de un permiso para la levitación del Pentágono, que - de acuerdo con
Abbie - levantaría el edificio a unos 90 metros de altura. En respuesta, los
militares realmente accedieron a esta solicitud surrealista con las siguientes
estipulaciones: Abbie y sus freaks
peludos solamente estarían autorizados a elevar el Pentágono a sólo un metro de
la tierra (¡A fin de no dañar los cimientos!), y que los manifestantes no podían
rodear el Pentágono, solamente podrían reunirse frente al edificio.
Exorcismo
de los Espíritus Malévolos del Pentágono, por The Fugs
En
total, 50.000 peaceniks fueron hasta
el Pentágono aquel lejano y muy extraño día ostentando toda la parafernalia de
la época: pelo largo, flores y carteles pacifistas - incluyendo banderas con el
símbolo del ojo-en-la-pirámide que al parecer los Yippies adoptaron como su
propio escudo de armas esotérico durante este período.
Foto tomada del libro anti-Illuminati de John
Steinbacher Senator Robert Francis
Kennedy: The Man, The Mysticism, The Murder.
En
respuesta al flujo masivo de manifestantes contra la guerra, 10.000 efectivos
militares fueron apostados para “mantener la paz”. Una de las imágenes más
icónicas de esta confluencia de fuerzas Erísticas vs. Anerísticas es la foto de
la chica hippie poniendo una flor en el cañón de un fusil con bayoneta a punto
de volarle la sonrisa de la cara.
El
Pentágono, como hemos señalado en innumerables ocasiones aquí en Historia
Discordia es una parte integral de los Mitos
Discordianos, por no mencionar al signo de la paz, la V de la victoria, que
los Discordianos habían adoptado años antes de que se convirtiera en un sinónimo
de la contracultura. Así que todos estos símbolos ocupan un lugar preponderante
en las iconografías discordiana y de Illuminatus!,
y parece que una cierta cantidad de polinización cruzada ocurrió durante este período
entre los Discordianos y los Yippies - aunque los Discordianos, en gran medida
(Greg Hill, en particular), trabajaban de una manera bastante más subliminal e
introvertida en contraposición a los Yippies con su actitud in your face, llevando su teatro a las
calles y las pantallas de televisión de EE.UU.
La
imagen original del Cao Sagrado creada por Greg Hill alrededor de 1964 reuniendo
al Pentágono (Anerístico) y a la Manzana Dorada (Erística) en un tire-y-afloje
yin-yang/mezco-lanza de fuerzas caóticas opuestas. Cortesía de los Archivos
Discordianos.
RAW
- como bien sabemos – salió a las calles durante las manifestaciones de la
Convención Democrática de Chicago y fue testigo presencial de las tácticas de
mano dura del escuadrón de matones del Alcalde Daley, una narrativa que se teje
dentro y fuera de Illuminatus!
También hay una buena probabilidad de que RAW alcanzara a ver la bandera freak “Now” de los Yippies flameando durante
estas manifestaciones, la cual muy probablemente tuviera alguna influencia en
su afición y uso posterior de la imagen y la mitología del Ojo-en-la-Pirámide.
Si les interesa
leer más sobre el intento de levitación y exorcismo del Pentágono en 1967, aquí
encontré un par de links en español que tratan sobre el tema: Norman Mailer
sobre el Exorcismo del Pentágono, y Abbie Hoffmann sobre las Aventuras de los
Yippies.
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En
la página 308 vuelve a aparecer otra de las personalidades que han influenciado
fuertemente a RAW: Richard Buckminster Fuller, que “daba una conferencia en el
Real Instituto de Arquitectura de Londres explicando por qué los sustantivos no
existen en el mundo real”. Esto es una referencia a su libro de 1970 I Seem to be a Verb, donde escribió: “En
el presente vivo en la Tierra y no sé lo que soy. Sé que no soy una categoría.
No soy una cosa; un sustantivo. Podría ser un verbo, un proceso evolutivo; una
función integral del universo”. Ya nos hemos referido a ‘Bucky’ Fuller en una
entrada anterior
‘Bucky’ Fuller
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5s,
17s y 23s: “Mientras el Presidente traga tres
Librium, un Tofranil y un Elavil” (cinco pastillas en total, pág. 300); “cien mil personas marcharon
al Pentágono” (pág. 305); “la Forma 1472” (14+7+2=23), y “la Forma 2317” (pág. 306).
its lit..
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