AGNOSTICISMO
CREATIVO (1º Parte)
Robert
Anton Wilson
Traducción:
Mazzu
Uno de los mayores logros de la mente
humana, la ciencia moderna, se niega a reconocer las profundidades de su propia
creatividad, y ahora ha llegado a un punto en su desarrollo donde esa misma
negación bloquea su futuro crecimiento. La física moderna nos grita que no hay una
realidad material definitiva, y que sea lo que sea que estamos describiendo, la
mente humana no puede separarse de ello.
-Roger
Jones, La Física Como Metáfora
Si,
como dice Colin Wilson, la mayor parte de la historia ha sido la historia del
crimen, esto se debe a que los seres humanos tienen la capacidad de retirarse
de la realidad existencial a esa peculiar construcción que llaman el Universo "Real"
y que yo llamo hipnosis. Cualquier
universo platónico "Real" es un modelo, una abstracción, que es
reconfortante cuando no sabemos qué hacer con la confusión de la realidad
existencial o la experiencia ordinaria. En esta hipnosis, que se aprende de los
demás pero que luego se vuelve auto-inducida, el Universo "Real" nos abruma y gran parte de la experiencia
existencial, sensorial, y sensual es fácilmente ignorada, olvidada o reprimida.
Cuanto más hipnotizados estamos por el Universo "Real", más
experiencia existencial editamos o borramos o desenfocamos para estar en
conformidad con el Universo "Real".
En
concreto, el Hombre Violento - la forma extrema del Hombre que está en lo
Correcto - borra el sufrimiento y el dolor que les causa a los demás. Eso es sólo apariencia y puede ser ignorada. En
el Universo "Real", la víctima es sólo uno de Ellos - uno de los
bastardos podridos que han frustrado y maltratado al Hombre que está en lo
Correcto durante toda su vida. En la realidad existencial, un hombre grande y
brutal está golpeando a un niño; en el Universo "Real" de la auto-hipnosis,
el Hombre que está en lo Correcto está consumando su justa venganza contra los
opresores que han abusado de él.
Hemos
empleado reiteradamente la metáfora de Nietzsche en la que la realidad
existencial es abismal. En una dimensión de significado, esto se limita a
afirmar que es interminable: mientras más profundo se mira en ella, más se ve.
Contiene una sensación de infinito, sea
o no topológicamente infinita en el espacio-tiempo.
El
Universo "Real" - el modelo que se ha experimentado como el verdadero
universo - es, por otra parte, bastante
finito. Es compacto y ordenado, ya que ha sido fabricado mediante el descarte
de todas las partes molestas de la experiencia existencial. Es por esto que los
auto-hipnotizados por un Universo "Real" de este tipo pueden ser tan
ajenos a la continuidad existencial que los rodea. "¿Cómo puede un ser
humano hacer algo tan cruel?" solemos
preguntarnos con horror cuando un Hombre que está en lo Correcto extremista finalmente
es detenido. La crueldad estaba "sólo" en el mundo de las apariencias
existenciales; no existe en el editado y mejorado Universo "Real" del
Hombre que está en lo Correcto. En el Universo"Real", el Hombre que
está en lo Correcto siempre tiene la razón.
La
aceleración espantosa de los delitos violentos, inexplicables y aparentemente
"sin sentido" realizados por Hombres que están en lo Correcto en este
siglo - y su horrible ampliación reflejada en asesinatos en masa y crímenes de
guerra realizados por los Hombres que están en lo Correcto en los gobiernos -
indica la prevalencia de este tipo de auto-hipnosis y lo que Van Vogt llama
"el horror interior" que la acompaña. Este "horror
interior" es una sensación de
impotencia total combinada con la certeza de estar siempre en lo correcto.
Parece paradójico, pero cuanto más un hombre se convence de que está en lo
Correcto, más impotente también se
vuelve. Esto se debe a que estar en lo Correcto significa "conocer" (gnosis) y "conocer" es
comprender el Universo "Real". Puesto que el Universo "Real"
es, por definición,
"objetivo", está "afuera de nosotros", y "no es
nuestra creación", nos sentimos empequeñecidos por él. No podemos actuar, sino sólo reaccionar - mientras el Universo "Real" nos empuja, nosotros
resistimos el empujón. Pero es más grande que nosotros, así que eventualmente
vamos a perder. Nuestra única defensa es estar
en lo Correcto y luchar tan
suciamente como sea posible.
Esta,
creo, es en forma sucinta la filosofía de Adolf Hitler. Es la filosofía del
Marqués de Sade, y de cualquier violador o matón que podamos encontrar en
cualquier prisión del mundo. Donde reina la Visión Única - donde el Universo
"Real" está fuera de nosotros y es impersonal - este mundo sombrío de
la violencia y el horror la sigue en su estela.
Esta,
probablemente, es la razón por la que Nietzsche, quien entendía esta patología
desde dentro, rabiaba en contra tanto de la epistemología modeloteísta – que
niega al Universo "Real" en su totalidad - como en contra de lo que
él llamó el motivo de Venganza. Incluso aunque el Universo "Real"
fuera real, dijo una y otra vez, no podríamos conocerlo, puesto que todo lo que
conocemos es el mundo existencial de la experiencia. Además de eso, el análisis
lingüístico indica con bastante claridad que el Universo "Real" es
nuestra creación, formada por nuestras metáforas y modelos. Pero su ataque más
profundo va dirigido a la psicología
del Universo "Real" y su relación con la venganza, y a los disfraces
de la venganza. Si un hombre se siente abrumado por el Universo
"Real", tratará de destruir lo que lo oprime. Ya que no podemos
llegar al Universo "real", la venganza deberá ser dirigida contra
objetivos simbólicos en el continuo existencial. La Voluntad de Poder - que
Nietzsche sostenía era esencialmente una voluntad de autosuperación: la
autocrítica neurológica en mi terminología: llegar a ser más de lo que uno era - se
convierte entonces en una Voluntad de Destrucción desviada.
En
el lenguaje de la psicología existencialista y humanista moderna, Nietzsche
estaba describiendo el proceso mediante el cual eludimos la responsabilidad. Buscamos la venganza, pero sólo estamos
reaccionando, fue el Universo "Real" el que nos obligó a hacerlo.
Cualquier criminal nos dirá su propia versión de lo que está describiendo Nietzsche:
"Fue culpa de mi madre", "Fue culpa de mi padre", "La
sociedad tiene la culpa", "Quería quedar a mano con todos esos hijos
de puta", "no pude controlarme; simplemente me volví loco", "ellos
se pasaron de la raya y exploté". El hombre como un mecanismo reactivo – la
metáfora materialista – es un Hombre con Rencor. Los versos más conocidos, y probablemente más típicos
del siglo XX casi ciertamente son los siguientes:
Tengo Miedo y me
siento extraño
En un mundo que
yo no he creado
Esta
es la propia imagen de la humanidad moderna: la del Hombre que está en lo
Correcto en particular, pero también la de las masas de hombres y mujeres
comunes que han interiorizado la metáfora Fundamentalista Materialista y la han
convertido en el Nuevo Ídolo. El pesimismo y la rabia nunca están muy por
debajo de la superficie de la mayor parte del arte de la era materialista: los
payasos tristes del primer Picasso - los monstruos frenéticos de su período
medio - los héroes y heroínas derrotados de Hemingway, Sartre, y Faulkner - la
carnicería cósmica de Bacon - la pesadilla homicida de películas arquetípicas
como Dead End, Bonnie and Clyde, y Chinatown
- los vagos, maleantes, y la interminable sucesión de rebeldes autocompasivos y
derrotados en casi todas las novelas, obras de teatro, y películas que
pretenden ser naturalistas - la música, que es cada vez menos una melodía y
más un grito de dolor y de rabia - la apoteosis finalmente alcanzada por
Beckett: el hombre y la mujer en los botes de basura junto con el resto de la
basura.
Adolf
Hitler leyó a Nietzsche, confundió el diagnóstico con la prescripción, y
procedió a actuar de la peor manera que Nietzsche podría haber imaginado,
incorporando irónicamente el nacionalismo y el antisemitismo que Nietzsche precisamente
más despreciaba. El mundo, horrorizado aunque sin aprender nada, decidió que Hitler
era un "monstruo". Seguía estando hipnotizado por el mismo
determinismo biológico materialista que, para Adolf, había justificado tanto su
autocompasión como su venganza.
Y
así seguiremos a los tropezones hacia un holocausto más grande de lo que los nazis
podían imaginar, quejándonos amargamente de que es "inevitable". El Universo
"Real" no nos dará una oportunidad.
Cuando
digo que el universo "real" es creado por la auto-hipnosis, no
pretendo otra cosa que la literalidad psicológica. En el estado de hipnosis, la
"realidad" existencial que nos rodea está borroneada y nos vamos a
una especie de Universo "Real" creado por el hipnotizador. La razón por
la cual generalmente es fácil inducir la hipnosis en los seres humanos es que tenemos un tipo de "conciencia"
que fácilmente se adentra en esos universos "reales" en lugar de
lidiar con el desorden existencial y la duda. Todo el mundo tiende a
alejarse varias veces de esa manera en una conversación ordinaria, editando el
sonido en el oído como el gato de Bruner. Como señala Colin Wilson, cuando nos
fijamos en nuestro reloj y nos olvidamos qué hora era y tenemos que mirar de
nuevo, es porque nos hemos deslizado a un Universo "Real" nuevamente.
Los visitamos todo el tiempo, pero sobre todo cuando las preocupaciones
existenciales son dolorosas o estresantes.
Cada
Universo "Real" es fácil de
entender, porque son mucho más simples que el continuo existencial. Los
teístas, los nazis, los creyentes en la Tierra plana, etc. pueden explicar sus
universos "reales" tan rápido como cualquier Materialista
Fundamentalista explica el suyo, debido a esta simplicidad del objeto editado en contraste con la complejidad del continuo
sensorial-sensual en el que vivimos durante la vigilia (cuando no estamos hipnotizados).
Al
estar hipnotizados por un Universo "Real", nos separamos cada vez más
del continuo existencial, y nos molesta cuando éste interfiere con nosotros.
Sin
embargo los Universos "Reales" nos hacen insignificantes, debido a
que se rigen por leyes duras que nos empequeñecen en la comparación. Esto es
especialmente cierto para el Universo "Real"
de los Materialistas Fundamentalistas, y explica la impotencia y la apatía de
la sociedad materialista. Rara vez sabemos que estamos hipnotizados, y ya ni
siquiera tratamos de actuar, sino sólo reaccionar mecánicamente.
Dado
a que la mentalidad criminal deriva de estar hipnotizado por un Universo "Real"
y de la impotencia y la rabia inducidas por tales metáforas, el
criminal se convierte, cada vez más, en la típica persona de nuestros tiempos. Cuando
el Universo "Real" se politiza – cuando el modelo hipnótico se basa
en una lógica aristotélica de "Nosotros"-versus-"Ellos"
- los criminales se gradúan de terroristas, otro producto cada vez más típico
de la era materialista.
Contra
toda esta barbarie mecanizada, la psicología existencialista y la psicología humanista
ayudadas - tal vez no por casualidad - por las metáforas de la física cuántica sugieren
que otros modelos de la existencia humana son posibles, pensables, y deseables.
En
los modelos existencialistas y humanistas - modelos influenciados por el
pensamiento y los experimentos de investigadores tales como Maslow, Sullivan,
Ames, Peris, Leary, Krippner, y muchos otros - el ser humano es visto tanto como un in-dividuo, así como un in-unido, separado en algunos aspectos,
pero conectado con todas las cosas de otras maneras. La forma en que un ser
humano experimenta su mundo no es considerada como un "hecho" inmutable, sino como una "interpretación" hecha por ese ser
humano, quizás aprendida de otros, tal vez auto-generada. El Universo "Real"
es considerado como un modelo - una construcción lingüística – en medio de la
experiencia existencial, que puede o no conectarse con nuestro Universo
"Real" favorito.
Según
la psicología existencial-humanista, donde el materialista dice "yo
percibo", sería más correcto decir "estoy haciendo una apuesta". Concretamente, en la habitación de
Ames, "apostamos" a que estamos viendo algo familiar para nosotros.
Si pudiéramos entrar a la habitación y pudiéramos tocar una esquina del techo
con un puntero, descubriríamos rápidamente la apuesta en cada acto de la percepción. Por lo general, en nuestros primeros
intentos, nos chocamos casi con todo salvo
las esquinas - los muros, otras partes del techo, etc. Algo extraño sucede a
medida que avanzamos en el intento. Nuestras
percepciones cambian - estamos haciendo una nueva serie de apuestas, una
tras otra, y poco a poco somos capaces de encontrar la esquina que estamos
apuntando.
La Habitación de Ames
El
mismo tipo de cosas suceden en cualquier experiencia con drogas psicodélicas, y
esa es la razón por la cual los modelos existencialistas humanistas se hicieron
más populares entre los psicólogos después de la década de 1960. El mismo tipo
de cosas, de nuevo, sucede en la meditación - despejar la mente de sus hábitos - y es por eso que muchos
psicólogos de esta tradición han estado involucrados en la investigación de lo
que sucede fisiológicamente a quienes meditan.
Cuando
regresamos al mundo ordinario de las interacciones sociales después de choques
tales como la habitación de Ames, el LSD, o la meditación, observamos que los
mismos procesos siguen en marcha - las personas están haciendo apuestas sobre qué
modelo se ajusta mejor al momento dado - pero
no son conscientes de que están
apostando. Están - debe de ser repetido - hipnotizadas por sus
modelos. Si los modelos no encajan muy bien, ellos no los revisan, sino que se
enfadan con el mundo - en la experiencia - por ser recalcitrante. Más
típicamente, encuentran a alguien a quien
culpar, como señaló Nietzsche una y otra vez.
Edmund
Husserl, que fue tan importante como Nietzsche al ser pionero en este tipo de
análisis existencial, señala que, mientras en la metáfora materialista la conciencia
parece ser pasiva, una vez que reconocemos
la apuesta involucrada en cada percepción, la conciencia parece volverse muy activa por cierto. Nadie nace siendo un
gran pianista, o físico cuántico, o teólogo, o asesino: la gente se ha
transformado a sí misma en esas cosas al seleccionar activamente qué tipos de percepciones-apuestas
harán habituales y qué tipos de otras experiencias borrarán por considerar irrelevantes.
No es de extrañar que, desde esta perspectiva, el mundo contenga realidades-túneles
católicas, realidades-túneles marxistas, realidades-túneles musicales, realidades-túneles
materialistas, realidades-túneles literarias, ad infinitum. La sorpresa es que dos individuos puedan superponer sus
realidades-túneles lo suficiente como para poder comunicarse.
Esta
sorpresa desaparece cuando recordamos que ninguno de nosotros nació y se crió en
el vacío. Somos socializados tanto como "personalizados"- in-unidos, así como individuos. Incluso los más "creativos" de nosotros van a
descubrir que, la mayor parte del tiempo, "vivimos" en un túnel de
realidad social fabricado con elementos que, en algunos casos, tienen miles de
años de antigüedad: la misma lengua que hablamos controla nuestras percepciones
(apuestas) - nuestro sentido de "posibilidad".
No
obstante, el proceso de socialización o aculturación – las Reglas del Juego
mediante las cuales la sociedad impone su realidad-túnel grupal a sus miembros -
sólo es eficaz estadísticamente. Cada individuo parece tener varias excentricidades
en su propia realidad-túnel, incluso perteneciendo a un estado totalitario o a
una iglesia autoritaria. El supuesto conformista – el típico "empleado de
banco", como dicen - revelará algunos actos asombrosamente creativos en su
modelo privado, si uno habla con esa persona el tiempo suficiente.
En
pocas palabras, la conciencia, en este modelo, no es un receptor pasivo sino un
creador activo, ocupada durante cada nanosegundo en la proyección de la obra de
arte que es esa realidad-túnel individualizada y que generalmente es soñada hipnóticamente como el Universo "Real".
Este trance, en la mayoría de los casos, parece tan profundo como el de alguien
hipnotizado profesionalmente para reprimir el dolor durante una cirugía. El
criminal - volvemos a este punto para destacar que estas observaciones no son
académicas, sino urgentemente existenciales - reprime la simpatía y la caridad de manera
tan "milagrosa" como el paciente reprime el dolor en el ejemplo
anterior. No somos las víctimas del Universo "Real"; hemos creado el Universo "Real" particular
en el que habitamos.
Por
tanto, esta psicología existencialista humanista llega a la misma conclusión
que la mayoría de los físicos cuánticos: sea
lo que sea que estemos hablando, nuestra mente ha sido su principal arquitecto.
"Nada es real y todo es real", como dice Gribbin. Es decir, en este
modelo, nada es absolutamente real en
el sentido filosófico, y todo es
realidad experimentada para los que creen en ella y la seleccionan en sus percepciones-apuestas.
Si
reconocemos cierta validez en estas observaciones y tratamos de "despertarnos"
del trance hipnótico del modeloteísmo - si tratamos de recordar, momento a
momento, cualquier día ordinario, que el universo "real" es sólo un
modelo que hemos creado y que la vida existencial no puede ser comprimida en
ningún modelo - entraremos en un nuevo tipo de conciencia. Lo que Blake llama la
"Visión Única" comienza a expandirse hacia una visión múltiple - una apuesta
consciente. La persona entonces "ve abismos en todas partes", usando
la metáfora deliberadamente alarmante de Nietzsche. (Blake lo dice de manera
más tranquilizadora cuando habla de percibir "el infinito en un grano de
arena.") El mundo de la experiencia viviente no es tan finito, estático, u
ordenado como el trance llamado el Universo "Real". Al igual que la
demostración de Gödel, contiene una regresión infinita. Al hablar con otro ser
humano durante dos minutos, "yo" experimento y creo docenas de
apuestas (realidades-túneles), pero no llego a conocer plenamente a esa persona
mucho más de lo que el físico cuántico "conoce" si el electrón
"es" una onda o una partícula, o una "ondícula" (como se
ha sugerido), o algo creado por nuestros actos de búsqueda. El "estado de
ánimo" de la otra persona o "su yo"-de-ese-momento, del mismo
modo, ahora parece amable, ahora aburrido o desagradable, ahora ha cambiado
demasiado rápido para ser identificado, ahora es algo que he ayudado a crear por el acto de tratar de
sintonizar con esa persona.
Como
dicen los budistas, la otra persona - y de hecho todo el continuo de la
experiencia - ahora parece "ser" X y no-X, y tanto X como no-X, y no ser
X ni tampoco no-X. Todo lo que parece certeza relativa es que cualquier cosa
que yo creo "saber" sobre una persona, o de todo un mundo, es sólo mi
última apuesta.
Uno
comienza a percibir que "hay" al menos dos tipos de conciencia.
(Parece que hay muchos más.) En la "conciencia común" o estado
hipnótico, los modelos son considerados el Universo "Real" y son proyectados afuera. En este estado,
nosotros "somos" modeloteistas, fundamentalistas y mecánicos; todas
las percepciones (apuestas) son actos mecánicos pasivos. Nosotros "inconscientemente"
(neurológicamente) editamos y seleccionamos fragmentos de la experiencia
existencial y los admitimos en el Universo "Real" sólo después de haber
sido procesados para concordar con las "leyes" del Universo"Real".
Al ser mecánicos y pasivos, también somos, o nos experimentamos a nosotros
mismos, como dominados por el Universo "Real" y nos creemos empujados
de aquí para allá por su brutal impersonalidad.
En
el modo de conciencia existencialista humanista, por el contrario, nosotros
"somos" agnósticos, y reconocemos conscientemente nuestros modelos
como creaciones propias. En este estado, nosotros "somos"
modelo-relativistas, "sofisticados" y activamente creativos; todas
las percepciones (apuestas) son reconocidas activamente como tales.
Conscientemente buscamos editar menos
y sintonizar más, y buscamos especialmente eventos que no encajan claramente en nuestro modelo, ya que nos enseñarán a hacer un mejor modelo para mañana, y aún
mejor al día siguiente. No estamos dominados por el Universo "Real" ya
que recordamos que la construcción lingüística es nuestra última apuesta y podemos hacer una mejor
rápidamente.
En
el modo materialista de la conciencia - como dice Timothy Leary - somos como
personas sentadas pasivamente ante un aparato de televisión, quejándonos de la
basura que sale en la pantalla, pero que no pueden hacer nada más que
"soportarla". En el modo existencialista de la conciencia, para
continuar con las metáforas de Leary, asumimos la responsabilidad de cambiar de canal y descubrir que no hay
sólo un "programa" disponible, que la elección es posible. Lo
sintonizado no es toda la existencia;
es sólo lo sintonizado.
Preguntarse
cuál modo de conciencia es el "verdadero", después de experimentar
ambos, parece tan inútil como preguntar si la luz es "realmente" una
oleada de partículas después de ver el experimento de los dos agujeros.
De
hecho, el énfasis en la "elección" y la "creatividad" en la
psicología humanista existencial tiene un paralelo exacto con el experimento de los
dos agujeros. Muchos físicos creen que la mejor metáfora para describir ese
experimento es decir que "creamos" la onda o partícula en función del
montaje experimental que "elegimos".
El
ejemplo de la onda / partícula parece reflejar la experiencia existencial de la
conciencia aún más de cerca cuando lo examinamos. La conciencia ordinaria del
"yo" - en el sentido vernáculo, sin doctrina técnica filosófica
implícita - es muy similar a una partícula: "sólido",
"aislado", "real", encapsulado por la piel, y más o menos
estático. Cuando uno se desapega lo suficiente para alcanzar la autocrítica neurológica - para revisar
los modelos que uno va experimentando - el "yo" parece más como un
proceso, e incluso un proceso en ondas: "es" una sucesión de estados,
en lugar de un estado en sí mismo (como descubrió Hume), y estos estados van y
vienen en forma de onda, "fluyendo" entre el "interior" y el
"exterior." Mientras uno los observa ir y venir, aprende a elegir los
estados deseables, al menos en la misma medida en que el experimento de los dos
agujeros "elige" a las ondas o a las partículas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario