Lectura de
Illuminatus semana 40
Por Mazzu
Trilogía
Illuminatus
(Desde la página 441 a la 451)
Joe
Malik interpela a Hagbard Celine a bordo del Leif Erikson, y Hagbard suelta la lengua sobre algunos secretos de
la novela; Mary Lou Servix nos cuenta parte de su historia personal; Hagbard y
su tripulación llegan a Valusia, en el fondo del Lago Totenkopf...
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Volvemos
a ubicarnos en 1974; Joe Malik vuelve a su casa reflexionando en la charla que
había tenido con Jim Cartwright y en lo que éste le había dicho sobre Hagbard y
su supuesto armamento bacteriológico. Malik piensa “era difícil pensar que
Cartwright estuviese mintiendo, ya que sabía muchísimo sobre muchas otras cosas”.
Aquí Joe vuelve a caer en la falacia del sesgo de confirmación, más
precisamente en la variedad conocida como argumentum
ad verecundiam o argumento de
autoridad, un silogismo falaz que consiste en defender una afirmación como
verdadera citando a alguien que tiene amplios conocimientos en varias materias;
un ejemplo burdo de esto mismo sería: “Isaac Newton era un genio, y creía en
Dios. Por lo tanto Dios existe”.
Esta
semana siguen develándose algunos de los misterios de la novela:
¿Recuerdan
que los vecinos acusaban a Joe de tener toda una jauría de perros en su
departamento? ¿Y recuerdan que Saul Goodman y Barney Muldoon buscaron
infructuosamente los perros luego de la desaparición de Joe? Pues bien, ahora
vemos que dichos perros nunca existieron, y lo que Joe hacía en realidad era
escuchar a todo volumen su disco favorito del Museo de Historia Natural: El Lenguaje y la Música de los Lobos
(The Language and Music of the Wolves).
Yo calculo que Joe debía escuchar el lado B (ver a partir del minuto 14:30),
que contiene puramente grabaciones de los lobos a diferencia del lado A que
consiste en una narración a cargo de Robert Redford.
The Language and Music of the Wolves
En
este fragmento de Cosmic Trigger III (1995)
Robert Anton Wilson rememora cómo conoció dicha grabación del Museo de Historia
Natural...
Bob
Shea, Yvonne, Arlen y yo – estábamos bien colocados, en casa de Bob; entonces
él, silenciosamente, puso un disco en el estéreo. En mi trance profundo de
cannabis todo lo que escuchaba me llegaba como sonido puro y maravilloso, un
sonido tan rico como el de Beethoven, pero no lograba adivinar qué era lo que
producía tal sonido. Por último, decidí que parecía más orgánico que
instrumental.
“¿Las
ballenas azules?” le pregunté finalmente. (Songs
of the Blue Whales había alcanzado mucha popularidad ese año.)
En
respuesta Shea alzó la portada del álbum: El
Lenguaje y la Música de los Lobos. Él me había llevado a los reinos de
música no humana, por cierto.
En
la página 114 leíamos el siguiente diálogo entre Joe Malik y John Dillinger
“¿Quién
mató a Kennedy realmente?” preguntó Joe.
“Lo
lamento” dijo Dillinger. “Por el momento sólo eres un soldado de nuestro
ejército. Todavía no estás autorizado a ese tipo de información. Solamente te
diré esto: sus iniciales son H. C. - así que nunca confíes en nadie con esas iniciales,
no importa dónde o cómo lo conozcas”.
En
la novela hay varios personajes con dichas iniciales: Hagbard Celine, Harry
Coin, Harold Canvera, y H. C. Winifred. Finalmente se revela quién era el H.C.
que mató a JFK (o eso es lo que Hagbard quiere
hacernos creer, jeje): Harold Canvera, sobre quien ya habíamos hablado en
la entrada de la semana 26 en relación a la repartija de AUM que Joe Malik
realizara en las calles de Chicago. En la página 442, Celine explica la
presunta razón del famoso magnicidio en un pasaje donde Shea y RAW dejan
relucir su humor ácido e ingenioso:
“(Canvera)
Era un individuo muy cuerdo, ordinario, y bastante soso. Luego, en 1963, en
Dallas, John lo vio volándole la cabeza al presidente antes de que Oswald,
Harry Coin, o el francotirador de la Mafia pudiesen dispararle. Posteriormente
investigamos a Canvera como los científicos investigarían a la primera forma de
vida extraterrestre. Puedes imaginarte lo minuciosos que fuimos. No era un
sujeto político, lo cual nos desconcertó muchísimo. Resulta que Canvera había
invertido un montón de dinero en Blue Sky Inc., una firma que fabricaba
artefactos para aterrizajes en planetas de baja gravedad. Eso fue a principio
de los 50s. Finalmente, la hostilidad de Eisenhower hacia el programa espacial
hizo que las acciones de Blue Sky cayeran hasta lo más bajo, y Canvera las
vendió, sufriendo pérdidas terribles. Entonces vino Kennedy y anunció que los
EEUU pondrían un hombre en la Luna. De repente, las acciones que había vendido
valían millones. El cerebro de Canvera hizo crac
- y eso fue todo. Asesinar a Kennedy y salirse con la suya lo volvieron
esquizoide; durante un tiempo fue adepto al espiritualismo, y después se unió a
la Pueblada Unida de Trabajadores Anticomunistas, uno de los grupos anti-Illuminati
más paranoicos, y se dedicó a manejar el servicio de mensajes telefónicos de
propaganda de la P.U.T.A.”
“¿Nadie
ha sospechado de él?” preguntó Joe. “¿Canvera anda suelto por Chicago, ocupándose
de sus negocios, y es solamente otro rostro más en la calle?”.
“No.
Lo asesinaron hace unos años. Gracias a ti”.
“¿Gracias
a mí?”.
“Si.
Él fue uno de los sujetos del primer experimento con AUM. Subsecuentemente
cometió el error de dejar preñada a la hija de un político local. Parece que el
AUM lo volvió susceptible a ideas libertinas”.
En
la página 296, los autores ya nos habían contado el fatídico final del
desventurado Harold Canvera...
En
realidad, la muerte del pobre Canvera no tuvo nada que ver con los Illuminati o
con sus antiguos compañeros de la P.U.T.A. El hombre había estado practicando
la filosofía libertina de sus mensajes telefónicos post-AUM con Cassandra
Acconci, la adorada hija de Ronald Acconci, Comandante Regional de los Relámpagos
de Dios en Chicago y viejo contribuyente del KCUF. Acconci arregló a través del
Fiscal Estatal Milo A. Flanagan para que la mafia local se encargase de
Canvera. Pero así como no hay finales, no hay principios; tal parece que la
semilla de Canvera convivió en matrimonio con el óvulo de Cassandra y corría peligro
de convertirse en un ser humano dentro del abdomen previamente plano de la
chica.
Cassandra
Acconci también es quien luego enviaría (sin intención – o al menos eso parece) a Milo A. Flanagan a su
muerte al pasarle el dato de que el Padre Pederastia (hermano de Flanagan) era
un terrorista Morituri – Milo Flanagan sería asesinado por Otto Waterhouse en
el transcurso del allanamiento del departamento de su hermano; Cassandra, según
nos dicen RAW y Shea en la página 300, “estaba delatando el emporio de
explosivos del Padre Pederastia porque quería molestar a Simon Moon, a quién
había estado tratando de meter en su cama desde que lo conoció en el Bar
Friendly Stranger hacía seis meses. Simon no había demostrado interés, debido a
su obsesión por las mujeres de color, quienes representaban el Santo Grial para
él”.
Luego
nos entermos de dos cosas más: que Joe estaba en el submarino al mismo tiempo
(1976) que George, pero Hagbard los mantenía separados por una cuestión del
‘sistema celiniano’, y que Celine sabía que había sido Joe el que había puesto
la bomba en Confrontación.
Hagbard
le dice a Joe que va a responder todas sus preguntas sin vueltas ni ambages, ya
que se acerca el Final, a lo que Joe – que había estado investigando las
actividades de Celine y sospechaba de él – le pregunta por qué estaba ayudando
a los Illuminati a inmanentizar el Eskatón; Hagbard, traicionando su propia
afirmación de que no iba a andarse con rodeos, le responde “andará a vapor
cuando llegue el tiempo de los motores a vapor, como dijo un hombre muy sabio
una vez”. El hombre sabio al que se refiere es Charles H. Fort, que en su libro
Lo! (capítulo cuatro de la Primera
Parte) dice:
A
pesar de que no conozco ningún estándar mediante el cual juzgar, yo concibo – o
acepto la idea – de un Estándar si pienso en nuestra existencia como un
organismo. Si el pensamiento humano es un brote, al igual que todos los demás
brotes, su lógica no tiene fundamento propio: es sólo el carácter constructivo
de ajuste de todas las cosas que crecen. Un árbol no puede averiguar, aunque quiera,
la forma de florecer – hasta que llega el momento de floración. Un brote social no puede descubrir el uso de
las máquinas de vapor, hasta que llega el momento de las máquinas de vapor.
También,
en este segmento, Joe hace una relectura de la máxima thelémica más famosa
(pág. 444): “‘haz lo que quieras’ se transforma en ‘toda la ley’ por un proceso
matemático. La ecuación se equilibra cuando descubres que el ‘tú’ implícito en
la frase es distinto del ‘tú’ ordinario. Se trata de todo el maldito universo -
y todo lo que está vivo de la misma forma en que nosotros estamos vivos”. Con “todo
el maldito universo” Joe hace referencia al tema del universo consciente que se
autocontempla del que supuestamente hablaba Cartwright en su ensayo, vinculando
así el axioma crowleyano a la doctrina budista de la ausencia de
individualidad, anatman (ver entrada anterior) y al “modelo cuántico o no-local de la conciencia” de RAW.
En
respuesta a la pregunta de Joe sobre el Eskatón, Hagbard lo define como algo inexorable; esto me resulta
muy similar al concepto del Fin de la
Historia de Terence McKenna:
¿Qué
mierda vamos a hacer a Ingolstadt, si no podemos hacer nada?”.
“(...)
yo sé, al igual que los Illuminati, que la inmanentización sucederá el primero
de Mayo debido al proceso mecánico
que Adam Weishaupt inició otro primero de Mayo hace dos siglos, y debido a
otros procesos que otra gente inició antes y después de eso. Pero ni los
Illuminati ni yo sabemos qué forma tomará
la inmanentización. No tiene por qué
ser el infierno en la tierra. Tal vez sea el paraíso en la tierra. Y es por
eso que iremos a Ingolstadt” (pág. 444)
Terence
McKenna explica su concepto del “objeto trascendental en el Fin de la Historia”
en una entrevista titulada En Elogio de
los Psicodélicos, realizada por Jay Levin y publicada originalmente en L.A. Weekly, 20-26 de mayo de 1988. Yo
tomé este fragmento del libro La Nueva
Consciencia Psicodélica. Es un fragmento bastante extenso, pero creo que
vale la pena leerlo:
Jay Levin: Usted cree
haber obtenido de sus visiones cierto sentido de la naturaleza del lugar hacia
dónde vamos, ¿pero hay en verdad un “punto de elección”, un momento en que el
individuo —o la especie colectivamente— debe hacer una elección sobre tomar un rumbo
u otro? ¿O es simplemente que hay un rumbo de la historia que tomamos de manera
natural?
Terence McKenna: La verdad es
que la realidad misma no es estática. Esta es una de las cosas que los
psicodélicos tratan de hacernos comprender, que la realidad en la que estamos
insertos es en sí misma cierto tipo de organismo y que evoluciona hacia una
conclusión. La historia del siglo veinte no es simplemente una casualidad ni
una anormalidad: es la culminación de un
proceso que ha estado en movimiento desde que existe el planeta. No estamos
alienados y fuera de la naturaleza: de alguna manera somos su filo. Y esta
vasta producción de edificios y autopistas y todas las cosas que caracterizan
al mundo moderno es en verdad una característica del mundo natural. De manera
similar, la evolución de la inteligencia técnica sobre la superficie del planeta,
si bien nueva, no es antinatural.
Los
seres humanos somos, entonces, los agentes naturales de una compresión que se
está gestando en el mundo temporal en transición hacia una dimensión más
elevada de la existencia. La historia va
a terminar. Esta es la asombrosa conclusión que extraigo de la experiencia
psicodélica. Y todos los escenarios del fin de la historia que rondan el
pensamiento humano sobre el tema, desde el Apocalipsis
de Juan hasta las últimas profecías de los cultos a los platos voladores, son
intentos de dominar o de entender una intuición de separación trascendental de
aquello que conocemos.
Si
miramos las tendencias culturales de la actualidad y las extrapolamos, es
razonable sugerir que para fines del calendario maya —que es en el 2012 de
nuestra era— seremos irreconocibles para nosotros mismos, que lo que creemos
que son nuestras creaciones, las computadoras y las tecnologías, son en verdad
otro nivel de nosotros mismos. Y que cuando hayamos realizado esta
peregrinación a través del laberinto profano de la historia, recuperaremos lo
que sabíamos al principio: la unión arcaica con la naturaleza que era
inconsútil, no mediada por el lenguaje, no mediada por las nociones del yo y
del otro, de vida y muerte, de civilización y naturaleza. Todos estos son
dualismos temporarios y provisionales dentro del laberinto de la historia. Este
Renacimiento Arcaico significa que todas nuestras religiones fueron pálidas
imitaciones del Misterio mismo. Entonces la gente dirá: “¡Ahora comprendo!
Ahora comprendo por qué las pirámides, por qué la caída de Roma, por qué
Auschwitz, por qué la bomba H”. Todas estas cosas son hitos en el camino hacia
el objeto trascendental. Y una vez que lo alcancemos, el significado se
derramará sobre toda la experiencia humana.
JL: Pero ver a la gente tan
transformada, tan de vuelta en sintonía con la naturaleza a un nivel masivo,
significaría que estamos preparados colectivamente para dejar atrás virtualmente
de la noche a la mañana temas tan graves como la contaminación del planeta o la
lucha árabe-israelí. Para que eso suceda, ¿no tendría que haber una especie de
evento trascendental? ¿La visita de un plato volador? ¿La guerra nuclear? No
sé, trato de no perder el racionalismo.
TM: Parece sumamente improbable que
ocurra algo así. Sin embargo, consideremos algo como el fenómeno del lenguaje
en nuestra especie. ¿Cuán probable era antes de existir? Representa cierto tipo
de intersección de la especie mono con una fuerza trascendental de alguna
clase. Y sin embargo, una vez que cobró existencia, se lo ve como inherente a
nuestra organización biológica.
JL: ¿Nada en sus experiencias con
las drogas le mostró cuál podría ser ese evento chamánico?
TM: Creo que podría ser algo así:
el objeto trascendental, que ha sido bien descrito desde el siglo dieciséis, es
la unión del espíritu y la materia. El objeto trascendental es materia que se
comporta como pensamiento, y es una entrada a la imaginación. Allí es donde viviremos
todos. Es por esto que la experiencia psicodélica es tan importante, porque
anticipa una vida vivida por completo en la imaginación.
Ahora
usted me pregunta: “¿Cómo será tal cosa?”. Bien, como una hipótesis, supongamos
que se descubriera el modo de integrar la inteligencia humana y la de la
máquina para crear una cultura en la que los humanos y las máquinas fueran
psicológicamente indistinguibles. Esto nos permitiría influir en las
dimensiones de esa interacción. Si creamos otra dimensión, bien podría ser el paraíso. Entonces, lo que
hoy contemplamos como un objeto trascendental puede ser una tecnología
comerciable para el 2012.
JL: En otras palabras, ¿quiere
decir que el evento trascendente puede ser la creación para el 2012 de un programa
de computación con el que interactuaríamos para acceder a un estado más elevado
de la existencia? ¿Tal vez un programa creado por un genio programador de
computación y metafísico en sus viajes con la psilocibina?
TM: Si, un programa de computación.
Los dos conceptos, drogas y computadores,
están migrando uno hacia el otro. Si se agrega el concepto “persona” y se dice
que estos tres conceptos —drogas,
computador y persona— están migrando uno hacia el otro, entonces podemos
ver que el cuerpo del mono todavía conserva en su lugar gran parte de nuestra
estructura lingüística. Pero si el cuerpo del mono se disolviera, entonces
tendríamos probabilidades mucho mayores de definirnos como información pura.
Creo que esto es lo que sucede: que después del 2012, todo el mundo se
convierte en todo. Se realizan todas las posibilidades, incluso las
posibilidades que son mutuamente excluyentes. Porque la resolución y la realización
de estas posibilidades se producen en una clase distinta de espacio, el espacio
“nanotecnológico” o el espacio psicológico, o una verdadera hiperdimensión.
Es
muy difícil imaginar cómo será, simplemente porque no contamos con las metáforas
y la experiencia para conocer aquello hacia lo cual nos dirigimos.
JL: Supongo que usted no quiere
decir que el cuerpo del mono tendrá un fin literal sino que se trata de una
trascendencia del modo en que vemos y usamos el cuerpo hoy. ¿Supongo que no
cree que no tendremos sexo y procreación?
TM: Por supuesto. Tendremos todo lo
que tenemos ahora.
JL: ¿Puede conceptualizar —o
visualizar— la naturaleza de un programa de computación que facilitara este proceso
de conciencia superior?
TM: Bien, en realidad he
desarrollado un programa que denomino Timewave
Zero (Onda de tiempo cero). Es una onda fractal que muestra que todos los
tiempos son en realidad modelos de interferencia creados por otros tiempos que
interactúan entre sí y que todos estos tiempos se originan en un único estado
final. Tal vez pudieran crearse versiones avanzadas de esta clase de programa
en los veinticuatro años que nos quedan hasta el 2012.
No
se trata de algo que los seres humanos deban decidir hacer: ¡es algo que está
sucediendo! El asunto es imaginar qué sucederá que nos permita relacionar. Los
psicodélicos ayudan en esto porque anticipan el objeto trascendental. Todas las
religiones anticipan el objeto trascendental. Todas las grandes personalidades
espirituales, de algún modo, anticipan y corporizan el objeto trascendental. Ya
no está a siglos o milenios de distancia. Está aquí mismo, ahora. Es lo que
explica la precipitada caída en la innovación que representa el siglo veinte.
El siglo veinte no tiene ningún sentido a menos que finalice con una
transformación completa de la especie. Y la muerte nuclear y los factores que
afirman la vida están entrelazados de manera tan inextricable que será una
carrera de caballos hasta el último momento.
En
una de mis conferencias, pregunté: “¿Cuál
es el hongo que florece al final de la historia humana? ¿Es el hongo de Teller
y Fermi y Oppenheimer, o es el hongo de Albert Hofmann y Gordon Wasson y
Richard Evans Schultes y Timothy Leary?”. Creo que a quienes no posean
información concreta les resultará muy difícil decidir a qué apostar. Pero el
hecho mismo de que usted y yo podamos tener esta conversación es la prueba de
la proximidad de este evento. La gente no podía decir estas cosas ni siquiera
hace treinta años: nadie lo hubiera entendido. Sabe, cuando se someten a prueba
aviones de alto desempeño hay una expresión, “estirar el sobre”, que significa
llevar las capacidades de desempeño hasta los límites exteriores absolutos.
Esto es lo que el siglo veinte está haciendo con el planeta y el organismo
humano. Estamos estirando el sobre a medida que nos acercamos, no a la barrera
del sonido sino a... llamémosla la “barrera de la mente”, la “barrera social”.
No nos desintegraremos cuando lleguemos a ella ni nos caeremos del cielo. Antes
bien, si hemos diseñado correctamente nuestra nave espacial social, nos deslizaremos
hacia un ámbito infinito de transformación humana potencial.
Vemos que el
concepto de Eskatón de Hagbard Celine y el de Fin de la Historia de Terence
McKenna son realmente similares y poseen muchos paralelismos: un proceso
mecánico ineludible que se acelera de manera cuantitativa a medida que se acerca
a su “fin”, y la naturaleza incierta de ese fin – un “paraíso” o un “infierno”
según Hagbard, y el “hongo de Teller y Fermi y Oppenheimer, o el hongo de
Albert Hofmann y Gordon Wasson y Timothy
Leary” según McKenna; obviamente Illuminatus
es anterior al concepto de la Timewave
Zero de McKenna... ¿se habrá inspirado Terence en las ideas de RAW y Shea
para bocetar su teoría?
Hemos pasado ya
el 2012 y la profecía de Terence no se ha cumplido, aunque él no llegó a
enterarse (falleció en 2000). Un poco más adelante, Jay Levin le pregunta sobre
la posibilidad de que su previsión fuera errónea, a lo que McKenna le responde
con su natural sentido del humor:
(...)
JL: ¿Y si usted se equivoca y el
mundo sigue tan enfermo en el 2012?
TM: Bueno, por lo menos habré
tenido el coraje de hacer una profecía específica. Tendré sesenta y cinco años
en el 2012, será tiempo de aprovecharlo en todo caso.
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En
la entrada de la semana 38 decíamos que cuando se adopta la figura humana para
ilustrar los séphiroth, Yesod ocupa el lugar de los genitales. Justamente en la
sección de esta semana vemos que Hagbard hace referencia a la figura del progenitor
y al sexo en relación al método del sistema celiniano que está aplicando a George:
Le
estoy quitando a George las figuras
paternales. Tú eres una: su primer y único jefe, un hombre mayor al que
respeta y en quien confía. Yo me transformé rápidamente en otra, y esa es una
de las mil y una razones por las que dejé la figura del gurú en manos de la
Srta. Portinari. Él debía confrontar a Drake, el mal padre, y perdernos a ti y a mí, los buenos padres, antes de poder comprender realmente el sexo con una mujer. El próximo paso,
si eres curioso, es alejarlo de las mujeres. Temporalmente
También
decíamos que a Yesod se le asocia con el elefante por ser este una combinación
de vigor e inteligencia, y en la página 446 leemos una variación de la vieja
parábola – posiblemente de origen budista – de los ciegos y el elefante (ver
entrada de semana 30); en este caso se trata de una versión psicodélica y
discordiana: en vez de ser seis ciegos, son cinco tipos drogados.
En
las páginas 445/446 vemos que Joe recurre a la cartomancia para acomodar sus
ideas confusas con respecto a Hagbard:
Todavía
abrigando dudas sobre Hagbard, Joe Malik intentó el método más simple de
adivinación a través del Tarot. Concentrando toda su energía en la pregunta, cortó
el mazo y sacó una carta que revelaría la verdadera naturaleza de Hagbard, si
el método funcionaba. Con abatimiento, vio que había sacado el Hierofante (5).
Si
bien el Hierofante no está en contacto directo con Yesod en el esquema
hermético más tradicional del Árbol de la Vida (se encuentra en el sendero
sefirótico que une a Chokmah con Chesed), este arcano comparte varias
características con esta séfira. Yesod es la número nueve, está representada
por los genitales, el elefante y la luna, y tiene un carácter dual. En El Libro de Thoth, de Aleister Crowley,
leemos sobre el Hierofante (el énfasis en cursiva
es mío):
5.
Movimiento (Tiempo) –Hé, el Útero;
pues sólo por el Movimiento y en el Tiempo pueden acaecer los sucesos.
Esta
carta está asignada a la letra Vau, que significa Clavo; y nueve son los clavos que aparecen en su parte superior, sirven para
fijar el rosetón que está detrás de la figura principal.
La
carta está atribuida a Tauro; de aquí que el Trono del Hierofante esté rodeado
por elefantes, que son de la
naturaleza de Tauro
En
este signo está “exaltada” la Luna;
su influencia no sólo está representada por la mujer, sino por los nueve clavos.
(...)
Aunque el rostro del Hierofante parece benigno y sonriente, no se puede negar
que en la expresión del iniciador hay algo misterioso, incluso siniestro.
Parece estar gozando de una broma muy
secreta a expensas del alguien.
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Algunas
notas y referencias:
Esta
semana también nos enteramos que Mary Lou Servix es policía y que espiaba a
Simon Moon para Milo Flannagan; a pesar de esto, no había sido ella quien había
delatado al grupo de Simon, sino Cassandra Acconci, como vimos más arriba. Mary
Lou nos cuenta (pág. 444) que se hizo policía gracias a Billie Frechette, a
quien su padre le señaló una vez cuando era chica:
“La
observé y vi que era una mujer fuerte e íntegra, y que lo que fuera que la ley
le había hecho no la había quebrado, pero también vi que la pena la rodeaba
como un halo oscuro
“Los
negros solo tienen una forma de sobrevivir en Chicago, y es uniéndose a una pandilla
- Solidaridad Eterna, como diría Simon -, pero yo me figuré que había una sola pandilla
realmente segura, la más grande de todas, los chicos del Sr. Charlie, el puto establishment.
Supongo
que todos los policías negros tienen eso en mente antes de darse cuenta de que nunca
podremos unirnos realmente a esa pandilla, no como miembros oficiales. Yo lo descubrí
rápidamente, no solo por ser negra, sino también porque soy mujer.
Este
monólogo de Mary Lou nos recuerda bastante a aquel de la propia Billie
Frechette en la página 58, cuando recibe la noticia de que habían asesinado a
John Dillinger.
Billie Frechette
Otra
referencia crowleyana, en la página 444: “a principios de los 50s (...) Hassan
i Sabbah X recorría el South Side predicando que el más grande de los Magos Blancos había muerto recientemente en
Inglaterra, y que ahora estaba comenzando la era de los Magos Negros” (Crowley
murió en 1947)
Página
446:
A
las ocho en punto, en Ingolstadt, un grupo no incluido en las listas llamado
Culto Cargo consiguió hacerse con el micrófono y comenzaron a atronar con su
propia versión de una vieja canción infantil con arreglos galácticos:
SHE'LL BE COMING 'ROUND THE MOUNTAIN WHEN SHE COMES
She'll Be Coming
Round the Mountain -Ken Carson and the Choraliers
En
la página 446 Joe consulta un libro:
Era
Liber 555, de Mordecai Malignatus, que
le hizo recordar vagamente a Joe que el viejo esquema de la conspiración
Illuminati del East Village Other
mostraba a un tal “Mordecai el Funesto” a cargo de la Esfera del Caos - y
“Mordecai Malignatus” era una especie de latinización de “Mordecai el Funesto”.
Mordecai
Malignatus, “Mordecai el Funesto”, era el nombre discordiano de Robert Anton
Wilson, posiblemente el autor del esquema de la conspiración Illuminati que
apareciera sin explicación en el East
Village Other el 4 de junio de 1969 (ver pág. 88), tal vez una sátira a la
literatura conspiranoica como la de Nesta Webster, citada en los memos
Illuminati, según dice Adam Gorightly en esta entrada de Historia Discordia.
En
la página 448 Hagbard le dice a George: “una de dos: estás en el submarino, o
estás fuera de él”; la cita se entiende mejor si la leemos en inglés: “You’re
either on the sub or off the sub”; es una referencia a “you're either on the
bus or off the bus” (“o estás en el bus, o estás fuera de él”, donde los
autores cambian bus por sub, jeje); se trata de una frase que
decía Ken Kesey aludiendo al autobús psicodélico de los Merry Pranksters –
aquél con la inscripción “Further” –, según cuenta Tom Wolfe en The Electric Kool-Aid Acid Test.
Otra
joyita de la apropiación de símbolos por parte de los Mitos de Iluminatus que nos entregan los autores esta semana está
en la página 449, donde RAW y Shea – satirizando a los conspiranoicos
cristianos de los 60s y 70s, muy similares a muchos de los conspiranoicos que
hoy en día pululan en la red – nos dicen que el símbolo de la paz era un
invento Illuminati:
“El
símbolo de la paz” dijo George. “No sabía que era tan antiguo”.
“Cuando
fue inscrito allí,” dijo Hagbard, “era conocido como la cruz de Lilith Velkor,
y su significado es que cualquiera que atente contra los Illuminati sufrirá la
tortura más horrible que ellos puedan concebir. Lilith Velkor fue una de sus
primeras víctimas. La crucificaron en una rueda con una cruz muy similar a
esa”.
“Me
habías dicho que eso no era realmente un símbolo de la paz,” dijo George
mirando el diseño pensativamente, “pero no había comprendido qué querías
decir”.
“Había
un Illuminatus de grado mayor en el círculo de Bertrand Russell, y fue el que
puso en la cabeza de algunos de ellos que el tridente en el círculo sería un
buen símbolo para los manifestantes de Aldermaston. Fue un trabajo muy
inteligente y sutil. Si el Comité para el Desarme Nuclear se hubiera puesto a
pensar, ¿Para qué necesitaban un símbolo? Pero Russell y su gente se
entusiasmaron con él. Lo que no sabían es que el círculo y el tridente habían sido
tradicionalmente un símbolo de maldad entre los satanistas y los seguidores del
camino de la mano izquierda durante miles de años. Y como muchos derechistas
son secretamente magos siniestros y satanistas, detectaron inmediatamente el significado
del símbolo. Eso los hizo pensar que los Illuminati estaban detrás del movimiento
pacifista, y acusaron a los peaceniks de usar simbología satánica, lo cual en
cierto grado los desacreditó. Un truco hábil”.
Estudiantes
manifestándose en Aldermaston, 1958
En
la última página del fragmento de esta semana George se sorprende al ver a
Howard el delfín con un equipo de buceo, equipo que la horda delfín debía usar
ya que casi no había superficie en el mar subterráneo de Valusia. La imagen del
delfín con equipo de buceo me hizo recordar al delfín de la película Johnny Mnemonic... ¿se habrán inspirado
un poco en Illuminatus para componer
al personaje Jones, el cetáceo?
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5s
y 23s: “a fines de los 50s (...) a
principio de los 50s” (pág. 442); “una
firma de abogados de mala muerte llamada Washington, Weishaupt, Budweiser, y
Kief, en el nº 23 de la calle North
Clark” (pág. 445); “Cinco era el
número de Grummet, el fin caótico y destructivo de un ciclo” (pág. 445); “era
Liber 555, de alguien llamado
Mordecai Malignatus”, “5 Vau (clavo)”,
“Cinco hombres drogados estaban en un
patio, cuando entró un elefante”, y “El quinto
hombre drogado estaba de ácido” (pág. 446); “cien quintillones de años” (448).