martes, 24 de abril de 2012

FUI ATROPELLADO EN LA SUPERAUTOPISTA DE LA INFORMACIÓN


Fragmento de “Detonador Cósmico III: Mi Vida Después de la Muerte” (Robert Anton Wilson)

Traducción: Mazzu Stardust







FUI ATROPELLADO EN LA SUPERAUTOPISTA DE LA INFORMACIÓN



Éste no es un mundo normal.

--Batman



“Tal vez” es una caña muy débil de la cual colgar toda tu vida, pero es todo lo que tenemos.

--Hannah y sus hermanas





De acuerdo a fuentes confiables, fallecí el 22 de Febrero - cumpleaños de George Washington - de 1994. No sentí nada especial o chocante en ese momento, y creí estar todavía junto a mi procesador de texto trabajando en una novela llamada La Novia de Illuminatus. Sin embargo, a la hora del almuerzo, al revisar mi contestador automático, descubrí que Tim Leary y otra docena de amigos habían estado llamando, intentando comunicarse conmigo, o - si habían creído a las fuentes confiables - compartiendo sus pesares y condolencias con mi desconsolada familia. Rápidamente descubrí que la noticia de mi trágico final había aparecido en Internet, una de las redes informáticas más populares, en la forma de un obituario de Los Angeles Times:



“El célebre autor de ciencia-ficción Robert Anton Wilson fue hallado muerto en su casa ayer, aparentemente víctima de un paro cardíaco. El sr. Wilson, 63, fue encontrado por su esposa, Arlen…

Wilson fue autor de numerosos libros… fue famoso por sus puntos de vistas libertarios, su amor por la tecnología y humor sarcástico. Tenía dos hijos… etc.”



Originalmente, esta necrológica del L. A. Times fue ingresada a la red por alguien en Cambridge. Inmediatamente pensé en los bromistas del M. I. T. - los Gremlins del Ciberespacio, como alguien los bautizó -. Admiré la verosimilitud artística del Gremlin que falsificó el obituario. Malinterpretó mi obra (solamente 6 de mis 28 libros pueden ser clasificados como ciencia-ficción, tal vez 3 como ciencia-facción). También, torpemente, le erró a mi edad por un año y al número de mis hijos por uno. Pequeños toques de incompetencia e ignorancia que ayudaron a crear la impresión de que se trataba de un verdadero y sincero artículo del L. A. Times -- como las sillas chirriantes, toses de fondo, diálogos superpuestos, calidad de sonido escrupulosamente “mala” etc., que hicieron parecer “verdaderos” a los noticieros artificiales de las dos mejores películas de Orson Welles: Citizen Kane y F For Fake. El falso obituario del L. A. Times no podía competir con los engaños monumentales de Welles - por ejemplo, con el show radiofónico prematuramente desconstruccionista “La Guerra de los Mundos”, donde la música suave era interrumpida por noticieros ominosos confundiendo los límites entre “arte” y “realidad” de toda una audiencia masiva -. Pero si bien el artículo no tenía el peso de Welles, ciertamente contenía la mezcla wellesiana entre arte y magia: en retrospectiva, incluso me recuerda un poco a un show de arte surrealista de 1923, donde la audiencia se encontraba en el jardín con un taxi - en cuyo interior llovía -, con un letrero que decía gnómicamente:



DADA NO HA MUERTO

VIGILEN SUS SOBRETODOS





Siempre pensé que aquel doble chapuzón de guerrilla ontológica (por Dalí y Bretón, respectivamente) condujo a la audiencia más allá del surrealismo hasta el postmodernismo, es decir, al Agnosticismo Total y/o a la desorientación terminal. Ciertamente, el arte y la vida, y el arte y la magia nunca volvieron a ser desenredados con claridad para satisfacción de los espectadores. En esta lucha por derrumbar la Cortina de Hierro entre creatividad y “realidad”, tiendo a ver la farsa de los marcianos wellesianos como el segundo paso más grande luego del surrealismo y, ejem, a veces, inmodestamente, considero mi propio trabajo como un tercer paso. Pero el Gremlin que me mató el 22 de Febrero, impulsó “la transformación de la mente y todo aquello que se le parezca” (Bretón) un salto cuántico más allá de lo que yo nunca había llegado. Provocó dolor y sorpresa verdaderos, si no, pánico masivo wellesiano. Un amigo me contó que el primer artículo que vio, en Compuserve, citaba la supuesta necrológica del Times y agregaba: “Esto es tan malo como cuando nos enteramos de la muerte de Zappa. Voy a meditar en su memoria”. Otro cibernauta, una mujer, tecleó todo un capítulo del Eclesiastés por mi memoria -- “Para todas las cosas hay sazón, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su tiempo: Tiempo de nacer, y tiempo de morir;” etc. -- y luego añadió “¡Ahora salgan y ENFIÉSTENSE COMO A ÉL LE HUBIERA GUSTADO!”. Un boletín de “La Casa de los Apóstoles de Eris, San Francisco” decía que “los intentos de contactar a Robert Anton Wilson han sido infructuosos” -- ¿Mmmmh? -- no obstante, afirmaba que “RAW está vivo y ocupado en trabajos religiosos” Creo que el autor de ese artículo intentaba sonar poco convincente, especialmente para los iniciados en mis Novelas Clásicas (los “trabajos religiosos” erisianos consisten en operaciones jode-mentes y “shocks” en el estricto sentido masónico de la palabra) Él (o ella) proyectó una sospecha contagiosa sobre otras negaciones posteadas en la net por varios amigos que habían podido comunicarse conmigo. Ciertamente, los conspiranoicos que habían seguido mi carrera desde Illuminatus, no creerían en un reporte que admite, sospechosamente, que nadie pudo contactarme… Muchas de las contribuciones a la controversia de muerto-o-vivo parecían dudar en que si yo había muerto (o no) en Los Angeles o en San Francisco. La más graciosa de todas afirmaba que yo estaba vivo, pero en Howt (Condado de Dublin, Irlanda) – donde viví la mayor parte de los 80s:



“Contactado en su hogar en el Castillo de Howth, Wilson dijo ‘los reportes sobre mi muerte han sido un tanto exagerados. Aún puedo tambalearme un poco e incluso gastar alguna bromilla ocasional’.”



A lo que algunos astutos, reconociendo la chanza joyceana, respondieron: “¿No será el Castillo de Howth y sus alrededores?” La leyenda de Howth continuó circulando por la red, y pronto incluyó la noticia de que yo había asumido la presidencia del Comité para la Investigación Surrealista de las Afirmaciones de lo Normal (CISAN) luego de la muerte de su fundador, el Profesor Timothy F.X. Finnegan, de la Universidad de Trinity – Dublin, y que el CISAN todavía ofrecía $ 100.000 a cualquier “normalista” que pudiese presentar “una persona, lugar, o cosa perfectamente normal – o incluso un ocaso ordinario. O un día común”. Claro: Finnegan y el CISAN existen en cierto sentido, al igual que el Castillo de Howth, como ya sabrán los lectores de mis obras – no en el mismo sentido en que existe la Estatua de la Libertad, pero tampoco en el sentido enteramente metafórico en que existe la Deuda Nacional o la Santísima Trinidad. Pero el resultado de todo esto fue que comencé a preguntarme si no será que sólo existo de alguna manera semiótica o metafórica, como una versión masculina y anciana de la Virgen. Digo, ¿Existo de la misma manera en que existe el Castillo de Howth en Dublin, o en la manera en que existe el Castillo de Howth y sus alrededores en Finnegans Wake? Recuerdo un tratado espiritista que leí una vez (hojeo todo tipo de literatura extraña, con eso evito creer totalmente en lo que los medios masivos nos dicen que es la Verdad Oficial). Aquel tomo fantasmagórico afirmaba que los pobres espectros a menudo no nos enteramos que hemos muerto hasta que algún médium nos “contacta” y nos explica por qué la gente nos trata de manera tan ruda últimamente – es decir, por qué incluso nuestras esposas e hijos nos ignoran categóricamente a menos que sacudamos lámparas o golpeemos en código sobre la mesa. También había leído la hilarante “guerra panfletaria” que mantuvo Jonathan Swift  con el astrólogo Patridge, donde discutían si Patridge había muerto o no el día predicho por un astrólogo rival, Isaac Bickerstaff (“Bickerstaff” suena mucho al propio Swift operando tras una máscara como era usual, como también Lemuel Gulliver, el científico trotamundos, sonaba curiosamente parecido a Swift; con esta cuestión aprenderemos mucho sobre la Realidad y las Máscaras) A pesar de que Patridge insistía vehementemente en la continuidad de su vitalidad, el argumento de Swift, un modelo de la sutileza celta, sostenía que el hecho de que un hombre afirmara que no había muerto y que incluso así lo creyera, no implica, lógicamente, que nosotros debamos dar crédito a su testimonio sin pruebas que lo corroboren. Aquello dejó sin palabras al pobre Patridge (nunca discutas con un intelectual dublinés) – y ahora yo también me sentía así. Obviamente mi testimonio en el asunto no habría convencido a Swift, cuando decidió hacer el papel de científico escéptico, y me pregunto si convencería al CSICOP – el grupo opuesto al CISAN. El CSICOP (Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones de lo Paranormal) cree que lo “normal” realmente existe en algún lugar, y no sólo en un mundo espectral platónico. Aseveran que existe en todos lados, y que no existe ninguna otra cosa. (Si vemos alguna de las 10100 cosas no-normales de este mundo, ellos afirmarán que hemos tenido una alucinación) Como escribió un famoso bardo:



Pensó ver un cajero de banco descendiendo del bus

Miró de nuevo y vio un hipopótamo



Recuerdo una novela de Phil Dick, Ubik, sobre un montón de personas muertas que no sabían que habían muerto, y que pensaban que el universo había comenzado lentamente a transformarse en mierda. Si eso es lo que me sucedió, no podría saberlo - por definición. Ese tipo de pensamientos realmente pueden perturbar nuestra arquitectura mental, especialmente si uno derrochó gran parte de su vida en la filosofía epistemológica y en extractos de cannabis. Yo me he entregado a ambos vicios en muchas ocasiones, y temo haberme convertido en un ejemplo horrible de Existencialismo Agravado. Peor aún: también he escuchado a Albert Rosenfeld, un médico distinguido, dando una conferencia sobre “muerte clínica”, diciendo “hemos avanzado mucho desde aquellos días en que Marshall Dillon levantaba la sábana y decía ‘si, está muerto’. Ahora se necesita un comité para decidirlo”. Pero estas dudas ontológicas se hicieron a un lado cuando la CIA entró en el Viaje, haciendo el papel de los Demonios Iracundos de éste bardo. Alguien (que firmó como “Anon.”) ingresó lo siguiente en varias páginas de noticias de internet:



“LA CIA ASESINÓ A ROBERT ANTON WILSON”



“Wilson no murió por causas naturales. Fue asesinado. Temprano, ese mismo día, una inyección con un veneno de efecto retardado basado en toxinas de mariscos le fue suministrada a Wilson por agentes especiales del ESCUADRÓN SÚPER SECRETO DE OPERATIVOS NEGROS de la CIA, utilizando una aguja especial hecha de un plástico que se disuelve en el cuerpo sin dejar rastros. El cuerpo de Wilson fue trasladado y cremado inmediatamente, salteando el paso habitual de la autopsia POR ÓRDENES DE ARRIBA.



“Es claro por qué los podere$ querían muerto a Wilson. Era un elemento peligroso; el gobierno sólo puede gobernar si la mayoría no cuestiona el sistema (no importa quién sea el que “mande”). Las minorías problemáticas pueden silenciarse discretamente, mediante la ACCIÓN EJECUTIVA (asesinato), como sucedió con Wilson…”



“Antes, las mismas agencias (CIA, NRO, DEA y el GOBIERNO FANTASMA BOLCHEVIQUE de CFR/TLC/Bilderberger) neutralizaron al defensor del LSD, Timothy Leary, con una neurotoxina que DESTRUYE LA MENTE e INDUCE ARTIFICIALMENTE A UN ESTADO SIMILAR A LA SENILIDAD…”



“Se alienta la diseminación de esta información. HAGA 30 COPIAS”



Bello como rata de cloaca, pensé al leer esto. Ahora, cuando Tim le diga a la gente que yo no he muerto, funcionaría como una nueva evidencia de su “senilidad”. Por supuesto, también disfruté de la idea de que alguien, en algún lugar, me considerase tan importante como para aterrorizar a la CIA y hacerles llamar a su ESCUADRÓN SÚPER SECRETO DE OPERATIVOS NEGROS para eliminarme. (…)



Otros se pusieron más bizarros:



“Tal vez el gobierno instaló un RAW VIRTUAL en su lugar para apaciguar los miedos de la gente. Ah, seguro, puede responder lo que quiera, pero yo sé que no es el VERDADERO RAW.”



Pero mi favorita entre todas estas contribuciones a los Mitos de Wilson fue agregada por alguien con el apodo The Green One:



“No hay ninguna toxina. No hay ninguna aguja. No has escuchado nada sobre una toxina. No has escuchado nada sobre una aguja. No eran herramientas de la conspiración. No hay ninguna conspiración. La toxina y la aguja, que no existen, no forman parte de la conspiración, que tampoco existe. Fnord. Repite conmigo. No hay ninguna toxina…”



Que puedo agregar a este fragmento de guerrilla ontológica, excepto “¿Fnord?”




sábado, 21 de abril de 2012

LA ABOLICIÓN DE LA ESTUPIDEZ (fragmento de The Illuminati Papers, de RAW)


TheIlluminati Papers es una colección de ensayos y escritos de Robert Anton Wilson publicados por primera vez en 1980. Es como una especie de recopilación de ‘bootlegs’ o ‘inéditos’ de la Trilogía ¡Illuminatus! (y de su 'otra' trilogía, menos famosa, "El Gato de Schrodinger") donde amplía los pensamientos de los personajes que, incluso, son autores (como en este caso) de lo que estamos leyendo. Este recurso no es nuevo; en ¡Illuminatus! hay varios ejemplos de los personajes como autores (Nunca Chifles Mientras estás Meando, de Hagbard Celine, Telémaco Estornudó, de Atlanta Hope, etc.), pero siempre es bueno reencontrarse con ellos y leer sus ideas, o las de su alter ego Mr. RAW…





Traducción: Mazzu Stardust



CAPILLA DEL LIEF ERIKSON, LEGIÓN DE LA DISCORDIA DINÁMICA, ENSAYO DE OPINIÓN

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La Abolición de la Estupidez





Por Hagbard Celine







Dos hombres eminentemente inteligentes, R. Buckminster Fuller y Werner Erhard, han propuesto que podríamos y deberíamos abolir la hambruna para el final de este siglo.



Dicha meta es racional, práctica, y deseable; por lo tanto es denunciada como utópica, fantástica y absurda.



Deseo proponer una meta similar, también racional, práctica, y deseable, y que también será denunciada como utópica, fantástica y absurda.



Sugiero una guerra Mundial contra la Estupidez.



A pesar de que los estúpidos se sentirán resentidos con esto, estas ideas van dirigidas a aquellos que no son totalmente estúpidos, o que no son estúpidos todo el tiempo, es decir, a esos individuos escasos que tienen momentos de lucidez ocasionales.



Los argumentos de esta Idea Revolucionaria son los siguientes:



1 – A pesar de que uno suene satírico al decirlo, este planeta parece estar controlado y habitado ampliamente por personas nada razonables. Tal vez Voltaire exageraba al decir que para comprender el concepto matemático del infinito hay que contemplar los alcances de la estupidez humana; pero la situación es casi tan mala como esa. Para mencionar algunos ejemplos que he vivido: Hitler asesinó a seis millones de judíos por “razones” que eran completamente dementes; Joe McCarthy condujo una loca cacería de brujas contra los comunistas que arruinó a mucha gente inocente y que nunca logró descubrir ni a un solo comunista verdadero; Anita Bryant, en este momento, está haciendo campaña con una cruzada que parece salida del siglo XIII contra los homosexuales; etc.



Casi no es una exageración decir que millones de seres humanos han sido irracionalmente asesinados como chivos expiatorios a lo largo de la historia. Ya que todos pertenecemos a una minoría u otra, cualquiera de nosotros podría ser el blanco de la próxima cacería de brujas, y si nos queman, no hay nada que la criogenia pueda hacer para preservarnos.



La estupidez ni siquiera es una característica exclusiva de los estúpidos; a diferencia del sacerdocio, no necesitas tener “vocación”. Parece ser una perturbación socio-semántica contagiosa que, en algún momento u otro, nos aflige a todos. Se pueden encontrar ejemplos notorios en las vidas de “los Grandes”, tales como Simon Newcomb (el astrónomo que descubrió a Neptuno) quien “demostró” matemáticamente que era imposible que algo más pesado que el aire pudiese volar, o la Academia Francesa negándose a examinar la evidencia de meteoritos durante el siglo XVIII, etc. (Algunos podrán incluir los intentos continuos de Einstein para refutar el factor aleatorio de la mecánica cuántica como otro ejemplo de estupidez en una mente brillante.)



En líneas más generales, como Thomas Kuhn ha mostrado en La Estructura de la Revolución Científica, una medida exacta de la extensión de la estupidez entre los eruditos nos llega a través del hecho de que cada revolución científica parece saltearse toda una generación. Según la exhaustiva documentación de Kuhn, este salto generacional parece ser provocado porque los científicos más viejos casi nunca aceptan un modelo nuevo, por bueno que sea, y la revolución solo puede ser consumada cuando una segunda generación, con menos prejuicios, examina los modelos viejos y los nuevos objetivamente y determina que lo nuevo es más útil.



Entonces si la ciencia, el paradigma de lo racional, está infestada con suficiente estupidez como para causar este salto generacional generalizado, ¿qué podemos decir de la política, la economía y la religión? Los desfases temporales de miles de años parecen ser normales en esas áreas.



En efecto, fue principalmente la contemplación de la historia religiosa lo que llevó a Voltaire a concluir que la estupidez humana se aproximaba a lo infinito. El estudio de la política es a penas poco más inspirador, y cualquier examen de los debates económicos nos sugiere con firmeza que los teólogos de la Edad Media todavía están entre nosotros, operando en una nueva área.



No deseo extenderme más en este tópico, ya que ha sido ampliamente tratado por Jonathan Swift y Mark Twain, entre otros. Resumamos el asunto diciendo que la estupidez ha asesinado y encarcelado a más genios, ha quemado más libros, ha masacrado más poblaciones, y ha bloqueado el progreso con mucha más eficacia que cualquier otra fuerza en la historia. No sería una exageración decir que la estupidez ha matado más gente que todas las enfermedades conocidas por la medicina y la psiquiatría.



Se han ensayado varias curas, por supuesto. Sócrates creyó encontrar la cura en la dialéctica, Aristóteles en la lógica, Bacon en el método experimental, durante el siglo XVIII se creyó que estaba en la democracia y la alfabetización universal, Freud creyó encontrarla en el psicoanálisis, Korzybski en la Semántica General, etc. A pesar de que estas invenciones han sido benéficas para algunos de nosotros durante algún tiempo, no han detenido los rebrotes mundiales de la plaga, y ni siquiera han abolido completamente los lapsos ocasionales de estupidez de sus practicantes más versados (incluyendo con énfasis a quien escribe).



2 – Si se pudiera incrementar la inteligencia, encontraríamos soluciones obvias con mayor rapidez para los escenarios apocalípticos actuales que nos atemorizan.



(A)  Por ejemplo, si cada científico que trabaja sobre el problema de los recursos energéticos pudiese incrementar su inteligencia en un factor de dos, el trabajo a realizar en diez años podría hacerse en cinco.

(B)  Si la estupidez humana general decreciese, habría menos oposición hacia las ideas y perspectivas nuevas sobre nuestros problemas viejos.

(C)  Si la estupidez decreciera, se derrocharía menos dinero en imbecilidades organizadas enormes, tales como la carrera armamentista, y habría más dinero disponible para los proyectos de extensión de la vida humana.



Los mismos argumentos pueden aplicarse a cualquier otra meta valiosa: la abolición del hambre y la pobreza, encontrar curas para el cáncer y la esquizofrenia, etc. No hay nada racionalmente provechoso que no pueda lograrse pronto si se incrementa la razón misma. Esto es virtualmente una redundancia, pero rara vez consideramos el corolario: trabajar para adquirir una inteligencia mayor es trabajar para lograr todas nuestras otras metas.



3 – A pesar de que la dialéctica, la lógica, el método experimental, la “democracia”, el alfabetismo, el psicoanálisis, y la Semántica General no han detenido los rebrotes mundiales de estupidez, han creado ciertas contrafuerzas: enclaves de racionalidad (comparativa) donde los seres humanos funcionan (comparativamente) con menos estupidez que la habitual en esta especie de primates domesticados. “Nosotros”, como especie, hemos aprendido algunas cosas de cada una de estas invenciones.



Aquellos entrenados en dialéctica no serán engañados por la retórica vacía de los demagogos más vulgares. A algunos, la lógica nos protege de las modas “intelectuales” (o anti-intelectuales) más absurdas de la época en que vivimos. El método experimental nos ha demostrado cómo evitar los escollos de la lógica puramente abstracta y conectar nuestra teorización con la realidad.



La democracia y la alfabetización han hecho que estos descubrimientos estén, al menos potencialmente, al alcance de las grandes masas en vez que en manos de pequeñas elites, aunque siga siendo cierto que puedes guiar a un tonto hacia la sabiduría pero no puedes hacerlo pensar. El psicoanálisis nos ha mostrado por qué hasta la persona más “racional” puede estar sujeta al pensamiento irracional compulsivo. La Semántica General ha expuesto los reflejos neurolingüísticos que nos dificultan abandonar un modelo viejo y aceptar uno nuevo, y nos ofrece algunos trucos bastante útiles para romper dichos reflejos.



Pero apenas ha avanzado la psicología desde Freud, la psiconeurología desde Korzybski, y la psicología conductual desde Pavlov. Estamos en el umbral de un gran avance en la guerra contra la estupidez, como también seguramente estamos cerca de alcanzar la Extensión de la Vida humana y la Migración Espacial. Los efectos de la Revolución de la Inteligencia incluso pueden demostrar ser más amplios que los de los saltos cuánticos de la industria espacial y los de la longevidad.



4 – El Dr. Nathan Kline, que podría ser llamado conservador en el área de la neurofarmacología (en la misma escala en la que el Dr. Timothy Leary es radical y el gobierno de EEUU es reaccionario), ha predicho en su libro Drogas Psicotrópicas del Año 2000 que dentro de 20 años tendremos drogas para mejorar la memoria, drogas para borrar recuerdos desagradables, drogas para aumentar o disminuir las emociones, drogas para prolongar o acortar la niñez, drogas para ayudar o impedir la conducta maternal, etc. No se requiere de mucha imaginación para ver que dichos químicos nos permitirán adquirir un mayor control sobre nuestros sistemas nerviosos de lo que jamás se haya considerado. Obviamente, la gente usará y abusará de esas drogas de diferentes maneras, deseables o no, pero los más inteligentes las utilizarán de la manera más inteligente, es decir, para incrementar su propia libertad neurológica, para desprogramarse de patrones irracionales, y en general para expandir su consciencia e incrementar su inteligencia.



El potencial para una revolución neurológica implícito en tales avances psicofarmacológicos debería ser claro para cualquiera que tenga un mínimo conocimiento incluso de un psicodélico tan primitivo como el LSD. (Uno de los hechos menos conocidos sobre el LSD es que el único proyecto de investigación con dicha sustancia en los EEUU, en el Spring Grove Hospital de Maryland, probó un incremento de un 10% en la inteligencia de todos los sujetos; ver Psychedelics Encyclopedia, de Stafford.)



Walter Bowart ha documentado exhaustivamente en Operación Control Mental que la hipnosis con neuroquímicos es más efectiva que la hipnosis ordinaria; que la terapia conductual con neuroquímicos es más efectiva que la terapia conductual ordinaria; y que cualquier técnica de alteración mental es más efectiva con neuroquímicos que sin ellos. La evidencia de Bowart fue tomada de la malversación o perversión de dichas técnicas por parte del ejército de EEUU y la CIA en la investigación sobre el lavado de cerebro, pero no hay motivos por los cuales libertarios y humanistas no puedan utilizar dicho conocimiento para decondicionar y desprogramar en vez de solo reacondicionar y reprogramar. Ya han sido dados principios seguros y cuerdos para ese tipo de expansión mental y liberación de la inteligencia en libros tales como Programming and Metaprogramming in the Human Biocomputer del Dr. John Lilly, Neuropolitics, del Dr. Leary, y LSD: The Problem-Solving Psychedelic, de Stafford y Golightly. Nótese que estos libros tratan solamente de la liberación de la mente vía LSD, pero aquí estamos hablando de sustancias más precisas y predecibles. (Por favor, relea la última oración).



5 – Si la psicofarmacología está comenzando a darnos la opción de programarnos, desprogramarnos, y reprogramarnos a voluntad, estamos entrando a una nueva etapa de la evolución. Más que el psicoanálisis, la Semántica General, el Análisis Transaccional, el est (Erhard Seminars Training, Seminarios de Entrenamiento Erhard), o cualquier otra técnica de alteración mental del pasado, la neuroquímica representa un verdadero salto cuántico hacia un nuevo nivel de libertad: el sistema nervioso humano estudiándose y mejorándose a sí mismo, la inteligencia estudiándose y mejorándose a sí misma.



Para ser aún más específicos y definitivos sobre el tema, consideremos la encuesta McGraw-Hill de octubre de 1975 sobre la opinión científica en lo relativo a los avances que pueden esperarse antes del 2000. La mayoría de los neurocientíficos de la encuesta pronosticaron drogas específicas para incrementar permanentemente la inteligencia humana (ver No More Dying, de Kurzman y Gordon, pág. 4). Guardé esto para mencionarlo después de las predicciones más generales de Kline y así evitar la impresión de que estoy hablando solamente de incrementar el tercer circuito del coeficiente intelectual lineal. Hay otros siete tipos de inteligencia.



6 – Hay un bucle de retroalimentación directa entre la psicofarmacología y las otras ciencias cerebrales, como la electro estimulación cerebral (ESB por sus siglas en inglés electrical stimulation of the brain), y la bio-retroalimentación, etc. Como dice William S. Burroughs “cualquier cosa que puede hacerse químicamente, puede hacerse a través de otros medios”. Jean Millay, y otros, han demostrado que el yoga sumado a la bio-retroalimentación produce el desprendimiento de conjuntos de marcas emotivo-perceptuales de manera más acelerada que con el yoga solo. John Lilly ha reproducido los efectos del LSD con sus tanques de aislamiento. Con ESB, José Delgado ha producido muchos efectos encontrados anteriormente solo con drogas.



Para los alarmistas es trillado advertirnos que el arsenal completo de neurociencias sinérgicamente interconectadas que ahora está evolucionando va a permitir que los gobiernos inescrupulosos le laven el cerebro a poblaciones enteras de manera más efectiva que nunca. Necesitamos comprender que la misma tecnología, utilizada sabiamente por hombres y mujeres inteligentes, nos puede liberar de cualquier forma de rigidez neurótica e irracional, permitiéndonos sintonizar y enfocar nuestros sistemas nerviosos de manera tan simple como sintonizamos y enfocamos nuestros televisores, encendiendo o apagando cualquier circuito a elección.



¿Por qué estar deprimido cuando puedes ser feliz, por qué ser tonto cuando puedes ser listo, por qué estar agitado cuando puedes estar tranquilo? Obviamente, la mayoría de la gente está deprimida, es tonta, y se agita todo el tiempo porque no posee las herramientas para reparar y corregir los circuitos dañados o defectuosos de su sistema nervioso. La Revolución Neurológica (química, eléctrica, de bio-retroalimentación etc.) nos proporciona dichas herramientas. Esta Revolución de la CABEZA tiene al Principio del Placer como combustible. Esto es, cuanto más libertad interna consigues, más quieres; es más divertido ser feliz que estar triste, más disfrutable elegir tus propias emociones que padecerlas gracias a los procesos glandulares mecánicos, es más placentero resolver tus problemas que estancarte en ellos para siempre.



En otras palabras, el Incremento de la Inteligencia significa la inteligencia estudiando a la inteligencia, y lo primero que descubre es que cuanto más inteligente te vuelves, más divertido es el intento de volverte aún más inteligente. (Lo cual es solamente otra forma de decir que, al menos neurológicamente, cuanta más libertad consigues, más divertido es trabajar para conseguir una libertad mayor.) Nadie es más interesante para cualquier persona que ese personaje misterioso al que llamamos “yo”, lo cual expone por qué la autoliberación, la autoactualización la autotrascendencia y etc. son los juegos más excitantes que existen. Esta retroalimentación hedonística explica por qué todos aquellos que han dado el primer paso en el camino hacia la libertad neurológica nunca pueden conformarse al detenerse allí, sino que se proyecta hacia el próximo paso, y al próximo y así hasta la eternidad – o toda la ‘eternidad’ que pueda brindarnos la Extensión de la Vida humana.



7 – Resumiendo, el Incremento de la Inteligencia es deseable, porque cada uno de los problemas que confronta la humanidad es causado directamente, o empeorado considerablemente por la estupidez prevalente de nuestra especie; es asequible porque los avances modernos en los campos de lo químico, eléctrico y otras formas de cambio mental nos están enseñando cómo alterar los reflejos establecidos, condicionados o aprendidos que previamente nos restringían; es hedonístico porque cuanta más libertad adquieres, más ventajas ves en buscar más libertad e incluso más inteligencia. Esto puede acelerar nuestro progreso hacia la Migración Espacial, la Extensión de la Vida, y hacia otras metas racionales, gracias a la creación de una racionalidad superior que trabaje en dichos temas; y puede brindarnos el conocimiento para evitar los resultados “malos” de la Migración Espacial y la Extensión de la Vida sobre los cuales nos advierten los conservadores.



Al igual que la muerte y la pobreza, la estupidez ha estado tanto tiempo rondándonos que la mayoría de la gente no puede imaginar la vida humana sin ella, pero ya se está volviendo obsoleta. A pesar de que muchos grupos con intereses específicos (políticos, clero, anunciantes, etc.) puedan beneficiarse con la estupidez, la humanidad como conjunto se beneficiará mucho más con su abolición. De aquí en adelante, deberíamos medir nuestros progresos hacia nuestras metas personales, y nuestras contribuciones al progreso mundial, en términos de ‘cuánto más listo me he vuelto el año pasado, el mes pasado, la semana pasada, HACE UNA HORA’.




martes, 17 de abril de 2012

LOS OCHO CIRCUITOS DE CONCIENCIA (de Timothy Leary) Por RAW

Wilson, Leary, y amigos




LOS OCHO CIRCUITOS DE CONCIENCIA (de Timothy Leary)

Por Robert Anton Wilson

(Traducido por: Anónimo)

Para entender el espacio neurológico, el doctor Leary presupone que el sistema nervioso consta de ocho circuitos potenciales, "marchas" o minicerebros. Cuatro de estos cerebros están en el lóbulo izquierdo, normalmen­te activo, y se relacionan con nuestra supervivencia terrenal; los otros cuatro son‘extraterrenos’, residen en el lóbulo derecho, permanecen "en silencio" o inactivos, y nos han de servir en nuestra futura evolución. Esto explica por qué el lóbulo derecho está por lo general inactivo en esta fase de nuestro desarrollo, y por qué se activa cuando tomamos sustancias psicodélicas.

Vamos a explicar brevemente cada uno de los ocho cerebros.

I. El circuito de biosupervivencia. Este cerebro invertebrado ha sido el primero en la evolución (hace dos o tres mil millones de años) y también es el primero que se activa después del nacimiento. Opera según una especie de lógica bivalente que clasifica las percepciones en cosas nutritivas y útiles (a las cuales se acerca) y cosas venenosas-peligrosas (que ataca o evita). La grabación de este circuito fija las actitudes básicas de confianza y sospecha para toda la vida. También determina los estímulos externos que en adelante desencadenarán el acercamiento o el rechazo.

II. El circuito emocional. El segundo biocomputador, más avanzado, se formó cuando surgieron los invertebrados y empezaron a disputarse el territorio [entre sí] (hará unos 500 millones de años). Esta realidad-túnel se activa en el individuo cuando el ADN desencadena la metamorfosis que lleva de gatear a caminar. Como todos los padres saben, el niño que empieza a andar deja de ser pasivo (bio-supervivencia) para convertirse en mamífero político, lleno de exigencias territoriales físicas (y psíquicas), y pronto comienza a intervenir en asuntos y decisiones familiares. También aquí la primera huella es la que dura toda la vida (a menos que se consiga borrar) e identifica los estímulos que desencadenarán el comportamiento dominante y agresivo, o por el contrario, el dócil y solidario Cuando decimos que alguien tiene un carácter caprichoso y egoísta o "como el de un niño de dos años", nos referimos a que se está dejando llevar por una de las realidades-túnel grabadas en este circuito.

III. El circuito de habilidad-simbolismo. Este tercer cerebro se formó cuando los homínidos empezaron a distanciarse del resto de los primates (hace unos cuatro o cinco millones de años) y se activa cuando el niño empieza a manejar herramientas y a emitir y recibir señales laríngeas (unidades del lenguaje humano). Si el entorno resulta estimulante al tercer circuito, el niño graba una huella "positiva" y entonces coordinará y se expresará bien; si en el entorno predomina la torpeza, el niño grabará una huella de "estupidez", es decir, se estancará en la edad de los cinco años y no sabrá servirse de herramientas ni interpretar los símbolos.

El lenguaje popular suele denominar a la realidad-túnel del primer circuito "conciencia": la sensación de estar en el aquí y ahora, en el cuerpo y con vistas a la supervivencia del cuerpo. (Cuando uno se encuentra "inconsciente", el primer circuito se paraliza y los cirujanos pueden operar y los enemigos atacarle a uno, sin que trate de evitarlos o huir). El segundo circuito, en este mismo lenguaje, se llama "ego". El denominado "ego" es el sentido del estatus, la manera cómo se ve a sí mismo el mamífero del segundo circuito con relación a la manada o la tribu.El tercer circuito es lo que solemos denominar "mente"- la capacidad de recibir, asimilar y transmitir señales producidas por la mano homínida (herramientas) o por los nueve músculos laríngeos homínidos (lenguaje).

Hacia la edad de los tres años y medio, la grabación de estos tres circuitos determina respectivamente el grado y estilo de confianza-desconfianza que afectará a la "conciencia", el grado y estilo de imposición-sumisión que caracterizará al "ego", y el grado y estilo de habilidad-tor­peza con el que la "mente" manejará herramientas e ideas.

En el lenguaje de la evolución, la "conciencia" del primer cerebro es en esencia la de un invertebrado que va a la deriva atraído por lo alimenticio y repelido por los peligros. El "ego" del segundo cerebro es mamífero, y está siempre disputando su estatus dentro de la jerarquía de la tribu. La "mente" del tercer cerebro es paleolítica, se ubica en la cultura humana y se enfrenta a la vida con un complejo sistema de artilugios y simbolismos artificiales.

El cuarto cerebro es post-homínido y específico del homo sapiens, el ser humano "domesticado", es decir:

IV. El circuito socio-sexual. El cuarto cerebro surgió cuan­do las manadas de homínidos formaron sociedades con roles sexuales diferenciados para sus miembros, alrededor del 30.000 a. c. Se activa en la pubertad, cuando las señales de ADN estimulan la secreción de las hormonas sexuales que inician la metamorfosis para convertirse en adulto Los primeros orgasmos o experiencias sexuales fijan un rol sexual que se graba bioquímicamente y permanecerá inalterable de por vida, a menos que se aplique alguna forma de lavado de cerebro o regrabación química.

En el lenguaje cotidiano, las realidades-túnel y huellas del cuarto circuito se conocen como la "personalidad adulta".

Masters y Johnsons han demostrado que las diferentes "desviaciones" sexuales-"perversiones", obsesiones, disfunciones como la eyaculación precoz, la impotencia, frigidez, etc., así como las inclinaciones consideradas "pecaminosas" por la tribu del individuo- están condicionadas por experiencias muy concretas de cópulas adolescentes. Lo mismo cabe decir del comportamiento robótico de la persona "normal" o "integrada". El rol sexual del humano es tan banal y repetitivo como el de cualquier otro mamífero (o ave o pez o insecto).

Estos cuatro circuitos normalmente son las únicas redes neuronales que se llegan a activar. Ya debería ser claro por qué Leary las llama terrenales. Han evolucionado y han sido conformadas por las condiciones gravitacionales, climáticas y energéticas que rigen la supervivencia y la reproducción en esta clase de planeta que gira alrededor de una estrella de tipo G. Los organismos inteligentes nacidos en el espacio exterior, que no viven en el fondo de un pozo gravitatorio de 6.000 kilómetrosde profundidad, ni tienen que pelear por un trozo de superficie planetaria finita, ni están limitados por los parámetros de adelante-atrás, arriba-abajo y derecha-izquierda de la vida terrestre, forzosamente generarán circuitos diferentes, con grabaciones diferentes, y no serán tan rígidamente euclidianos.

Adelante-atrás son las dos opciones que tiene el bio-computador que opera en el Circuito I: o avanzar, ir hacia delante, olisquear, tocar, probar, morder; o reti­rarse, retroceder, huir, escapar.

Arriba-abajo, la opción gravitatoria, está presente en todas las descripciones etiológicas del combate animal. Erguirse, hinchar el cuerpo, rugir, aullar, chillar -o encogerse, ocultar la cola entre las piernas, gemir, escurrirse, gatear, encoger el cuerpo. Son comportamientos de dominio y sumisión que comparten la iguana, el perro, el pájaro y el director de la sucursal de banco más cercana. Estos reflejos constituyen el "ego" del Circuito II.

Derecha-izquierdaes la oposición principal del cuerpo adaptado a la vida en el planeta. El predominio de la mano derecha, y la tendencia a emplear las funciones del lóbulo izquierdo que lleva asociada, decide nues­tra forma característica de fabricar herramientas y pensar en conceptos, lo que se denomina la "mente" del tercer circuito.

Por tanto, no es casualidad que nuestra lógica (y la de los ordenadores) tenga estructura bivalente al igual que estos circuitos. Como tampoco es casualidad que hasta el siglo XIX nuestra geometría haya sido euclidiana. La geometría euclidiana, la lógica aristotélica y la física newtoniana son metaprogramas que sintetizan y gene­ralizan los programas del adelante-atrás del primer cerebro, el arriba-abajo del segundo y el derecho izquierda del tercero.

El cuarto cerebro, encargado de la transmisión de cultura tribal o étnica de generación en generación, introduce la cuarta dimensión: el tiempo.

Dado que estas realidades-túnel consisten en huellas bioquímicas en el sistema nervioso, cada una de ellas vendrá estimulada por un neurotransmisor específico así como otras sustancias.

Para activar el primer cerebro tómese un opiáceo. La Madre Opio y la Hermana Morfina lo reducen a uno al nivel de inteligencia celular, pasividad de biosupervivencia, la conciencia flotante del recién nacido. (Ésta es la razón por la que los freudianos asocian la adicción a opiáceos con el deseo de retornar a la infancia).

Para activar la segunda realidad-túnel ingiéranse grandes cantidades de alcohol. Las conductas territoriales de los vertebrados y las políticas sentimentales de los mamíferos afloran cuando fluye esta sustancia por las venas, como Thomas Nashe intuía cuando clasificaba los diferentes tipos de embriaguez mediante etiquetas animales: "borracho como un asno", "como una cabra", "como un cerdo", "como un oso", etc.

Para activar el tercer circuito pruébese con el café o el té, una dieta alta en proteínas, las anfetaminas o la cocaína.

Aún no se sintetiza el neurotransmisor del cuarto circuito, pero se sabe que empiezan a generarlo las glándulas en la pubertad y fluye caudalosamente en la sangre de los adolescentes.

Ninguna de estas drogas terrestres modifica las huellas bioquímicas. Las conductas que desencadenan son las que se grabaron en el sistema nervioso en las primeras etapas de maleabilidad. El borracho del circuito II recurre a los juegos y tretas emocionales aprendidos de sus padres en la infancia. La "mente" del circuito III no va nunca más allá de las permutaciones y conmutaciones de las reali­dades-túnel grabadas originariamente, ni de las abs­tracciones asociadas con huellas grabadas posteriormente. Y así el resto.

Pero todo este robotismo al estilo de Pavlov y Skinner cambia drásticamente cuando pasamos al lóbulo derecho, los circuitos futuros y las sustancias extraterrenas.

Los cuatro "cerebros" por desarrollar en el futuro son:

V. El circuito neurosomático. Cuando el quinto "cerebro corporal" se activa, las configuraciones básicas de figuras euclidianas planas explotan multidimencionalmente. En la terminología de McLuhan, las gestalten (configuraciones) pasan del espacio visuallineal al espacio sensitivo que todo lo abarca. Tiene lugar una ajuste hedonista, una alegría extática, un alejamiento de los anteriores mecanicismos de los primeros cuatro circuitos. Personalmente activé este circuito con marihuana y Tantra.

Este quinto cerebro empezó a aparecer hace unos 4.000 años en las primeras civilizaciones con clases ociosas y ha ido creciendo estadísticamente en los últimos siglos (desde antes incluso de la Revolución de las Drogas), como se aprecia en el arte de la India, China, Roma y otras sociedades acomodadas. Más recientemente, Ornstein y su escuela han demostrado con encefalogramas que este circuito representa el primer salto del lóbulo izquierdo lineal del cerebro al lóbulo derecho analógico.

La activación y grabación de este circuito ha sido la tarea de los "técnicos de lo oculto": los chamanes tántricos y los hatha-yoguis. La quinta realidad-túnel puede obtenerse mediante privación sensorial, aislamiento social, tensión psicológica o una sacudida (tácticas ceremoniales del terror, practicadas por gurús poco escrupulosos como don Juan Matus o Aleister Crowley), y tradicionalmente ha estado reservada a la aristocracia culta de las sociedades del ocio que tienen resueltos los cuatro anteriores problemas de la supervivencia terrestre.

Hará unos 20.000 años que los chamanes del Mar Caspio en Asia descubrieron el neurotransmisor del quinto cerebro e inmediatamente lo transmitieron a otros magos de toda Eurasia y África. Hablamos por supuesto del cannabis. La hierba. La madre María Juana.

No es casualidad que el fumador de maría suela referirse a su estado neuronal cuando está drogado, como "elevado" (En inglés high o spaced-out, literalmente "elevado" o "fuera del espacio", de donde el autor toma el término), con expresiones que sugieren que está fuera o más allá de nuestro espacio convencional. La superación de las orientaciones gravitacionales, digitales, lineales, dualistas, aristotélicas, newtonianas, euclidianas y planetarias (circuitos I a IV) forma parte, desde la pers­pectiva evolutiva, de los preparativos neuronales para la inevitable emigración de nuestro planeta, que ahora empieza. Esto explica por qué tantos fumadores son fans de Star Treky expertos en ciencia ficción. (En Berkeley, California, hay un Punto de Venta de la "Federación" en la Telegraph Avenue, donde los adi­nerados pueden gastarse 500 dólares o más en un solo día, adquiriendo novelas de Star Trek, revistas, boletines informativos, pegatinas, fotografías, pósters, cin­tas etc., y hasta los planos completos de la nave Enterprise).

El significado extraterrestre del término "high" lo confirman los mismos astronautas; el 85 por ciento de los que han experimentado la caída libre de la gravedad cero relatan "experiencias místicas" de estados extáticos típicas del circuito neurosomático. "Ninguna fotografía puede reflejar lo bella que parece la Tierra", cuenta entusiasmado el capitán Ed Mitchell al describir su Iluminación en gravedad cero. Habla como un auténtico yogui o un fumador de marihuana. Ninguna cámara puede captar esta experiencia dado que ocurre dentro del sistema nervioso.

La caída libre, en el momento evolutivo adecuado, desencadena la mutación neurosomática, opina Leary. Esta mutación se había conseguido antes "artificialmente" mediante ejercicios yóguicos o chamánicos o con el estimulante del quinto circuito, el cannabis. El surf, el esquí, el submarinismo y la nueva cultura sexual (masaje sensual, vibradores, artes tántricas importadas, etc.) han evolucionado igualmente como forma de conquista hedónica de la gravedad. Al estado de "tonificación", de hipersensibilidad, se le aplica el adjetivo de "flotante" o, metafóricamente en Zen, "a un pie por encima del suelo".

VI. El circuito neuroeléctrico. El sexto cerebro consiste en que el sistema nervioso cobra conciencia de sí mismoal margen de los mapas de realidad gravitacionales grabados (circuitos I a IV) e incluso del éxtasis corporal (circuito V). El conde Korzybski, el semantista, llamó a este estado "conciencia de abstracción". El doctor John Lilly lo llama "metaprogramación", es decir, conciencia de progra­mar la propia programación. Esta conteligencia (consciencia-inteligencia) einsteniana-relativista se da cuenta por ejemplo de que los mapas de realidad euclidianos, newtonianos y aristotélicos no son más que tres de entre miles de millones de programas o modelos de experiencia posibles. En mi caso particular activé este circuito con peyote, LSD y los metaprogramas de la magiack de Crowley.

Tenemos constancia de este nivel de funcionamiento cerebral al parecer desde el año 500 a. c. momento en que se desarrolló en el seno de varios grupos "ocultistas" relacionados con la Ruta de la Seda (de Roma al Norte de la India). Está tan alejado de las realidades túnel terrestres que aquellos que han accedido a él apenas pueden comunicarlo a la humanidad normal (circui­tos I a IV), y apenas pueden entenderlo los Ingenieros del Éxtasis del quinto circuito.

Las características del circuito neuroeléctrico son alta velocidad, opciones múltiples, relatividad y la fisión-fusión de todas las percepciones en universos paralelos de ciencia ficción con posibilidades alternativas.

Las políticas mamíferas que condicionan las luchas de poder en la humanidad terrestre son trascendidas, es decir, que se las descarta por estáticas, artificiales, farsas rebuscadas. Uno no se siente ni atraído a la fuer­za hacia la realidad territorial de otro ni obligado a luchar contra ella contraatacando con los mismos juegos emocionales (típicos de las telenovelas). Uno elige conscientemente si quiere compartir o no el modelo de realidad del otro.

Los medios para activar y grabar el sexto circuito se describen, aunque en raras ocasiones se pongan en práctica, en el rajah yoga avanzado y en los manuales herméticos (codificados) de los alquimistas e Illuminati de la Edad Media y el Renacimiento.

Aún no disponemos de la sustancia específica del sexto circuito, pero drogas psicodélicas fuertes como la mezcalina (del "cactus sagrado", peyote de mis años 1962-1963) y la psilocibina (extraída del "hongo mágico" mexicano, el teonactl) activan en el sistema nervioso una mezcla de circuitos V y VI. Esto se denomina acertadamente "viajar", por contraposición a la simple "tonificación" o "elevación" del quinto circuito.

La prohibición de investigar en este campo, ha tenido la desafortunada consecuencia de hacer retroceder a la cultura ilegal de las drogas hasta las realidades-túnel hedónicas y precientíficas del quinto circuito (el renacimiento ocultista, el solipsismo, el orientalismo light). Sin disciplina y metodología científicas pocos conseguirán descodificar las señales metaprogramadoras del sexto circuito (aterradoras pero filosóficamente cruciales). Los científicos que siguen investigando el tema no se atreven a dar a conocer sus hallazgos (por ser ilegales) y hablan de realidades-túnel cada vez más abiertas exclusivamente en conversaciones privadas, como los erudi­tos en tiempos de la Inquisición.(Voltaire anunció la Edadde la Razón con dos siglos de adelanto: nos encon­tramos aún en la Edad Media). La mayoría de los alqui­mistas clandestinos han renunciado a ese trabajo consi­go mismos, tan exigente y arriesgado, y limitan sus incursiones a los túneles eróticos del quinto circuito.

La función evolutiva del sexto circuito es permitir que nos abramos a relatividades einstenianas y acelera­ciones neuroeléctricas, utilizando no los símbolos laríngeo-manuales del tercer circuito sino directamente la retroalimentación, telepatía y conexión computacional. Las señales neuroeléctricas sustituirán progresivamente al "habla" (gruñidos homínidos) una vez consumada la emigración al espacio.

Cuando los humanos hayamos escalado la atmósfera y el pozo gravitatorio de la vida planetaria, la conteligencia acelerada del sexto circuito posibilitará la comunicación de alta energía con Inteligencias Superiores, es decir, nosotros-mismos-en-el-futuro y otras razas post-terrestres.

Todo se vuelve maravillosamente claro y sencillo en cuanto nos damos cuenta de que las experiencias neuronales de "flipe" son en el fondo extraterrenas, de que "colocarse" y "flipar" son metáforas acertadas. El éxta­sis neurosomático del circuito V nos prepara para el siguiente estadio evolutivo, la emigración del planeta. El circuito VI nos prepara para el estadio que viene des­pués, la comunicación interespecífica con entidades avanzadas en posesión de realidades-túnel electrónicas (postverbales).

El circuito VI es el "traductor universal" tantas veces imaginado por los escritores de ciencia ficción y que ya está incorporado en nuestros cerebros gracias a la hélice del ADN. Del mismo modo que la oruga contiene los cir­cuitos de la futura mariposa.

VII El circuito neurogenético. El séptimo cerebro entra en acción cuando el sistema nervioso empieza a recibir señales desde dentro de las neuronas, proce­dentes del diálogo ADN-ARN. El primero que experimentó esta mutación habló de "recuerdos de vidas anteriores", "reencarnación", "inmorta­lidad", etc. Que estos maestros hablaban de cosas reales lo demuestra el hecho de que muchos (sobre todo hindúes y sufíes) nos han legado panorámicas poéticas, sorpren­dentemente precisas, sobre la evolución 1.000 o 2.000 años antes de Darwin, y anunciaron el superhombre antes que Nietzsche.

Los "archivos akáshicos" de la teosofía, el "inconsciente colectivo" de Jung, la "conciencia filogenética" de Grof y Ring, son tres metáforas modernas de este circuito. Las visiones de la evolución pasada y futura descritas por los que han tenido experiencias "fuera del cuerpo" durante episodios cercanos a la muerte también ejemplifican la realidad-túnel transtemporal del circuito VII

En las enseñanzas yóguicas nos encontramos con ejercicios específicos para despertar el circuito VII. Suele despertarse, si es que llega a ocurrir, tras varios años de practicar el tipo de rajah yoga que desarrolla las habilidades del circuito VI.

El neurotransmisor específico del circuito VII es, por supuesto, el LSD. (También el peyote y la psilocibina tienen algún efecto en el circuito VII).

Contemplado desde el punto de vista científico en el año 1977 podríamos considerar al circuito VII como archivos genéticos que se activan mediante proteínas antihistónicas. Es la memoria del ADN que se remonta hasta el amanecer de la vida. Todos los mutantes del cir­cuito VII presienten la inevitabilidad de la inmortalidad y de la simbiosis interespecífica; sabemos hoy en día que esto también es una predicción evolutiva dado que estamos a las puertas de una mayor longevidad que nos dará acceso a la inmortalidad.

La función de los circuitos del lóbulo derecho y el moti­vo de su activación por la revolución cultural de los años sesenta empieza ahora a estar clara. Como el sociólogo F. M. Esfandiary escribe en Upwingers, "Hoy en día, cuan­do hablamos de inmortalidad y de ir a otro mundo, no lo decimos en un sentido teológico o metafísico. La gente ya está viajando a otros mundos. La gente ya está buscando la inmortalidad. La trascendencia ha dejado de ser un con­cepto metafísico. Se ha convertido en una realidad".

La función evolutiva del séptimo circuito y su realidad-túnel evolutiva de largas miras es prepararnos para la inmortalidad consciente y la simbiosis interespecífica

VIII. El circuito neuroatómico. Sujétense el sombrero y respiren hondo, porque esto es donde más lejos se ha aventurado la inteligencia humana:

La conciencia precede, probablemente, a la unidad biológica a la hélice de adn. Tenemos noticia de "experiencias fuera del cuerpo", "proyecciones astrales", contacto con "entidades" alienígenas (¿extraterrestres?) o con una Supramente galáctica, etc. -como yo mismo he experimentado- y no sólo por boca de los ignorantes, los supersticiosos y los crédulos, sino que lo han relatado a menudo las mentes más lúcidas que conocemos (Sócrates, Giordano Bruno, Edison, Buckminster Full, etc.). Los parapsicólogos se enteran de tales casos a diario, y científicos de la talla del doctor John Lilly y Carlos Castaneda las han vivido personalmente.

El doctor Kenneth Ring ha atribuido estos fenómenos a lo que el denomina, muy acertadamente, "el inconsciente extraterrestre".

El doctor Leary sugiere que el circuito VIII es literalmente neuroatómico -infra, supra y meta fisiológico- un sistema comunicativo cuántico que no necesita de un reci­piente biológico. El intento de construir un modelo cuán­tico de la conciencia y/o un modelo consciente de la mecánica cuántica por los físicos inspirados mencionados con anterioridad (el catedrático John Archibald Wheeler, Saul-Paul Sirag, el doctor Fritjof Capra, el doctor Jack Sarfatti, etc.), es un claro indicio de que la "conciencia atómica", propuesta inicialmente por Leary en The Seven Tongues of God (1962) supone un vínculo explicativo que aunará la parapsicología y la parafísica en la primera teología científico-empírico-experimental de la historia.

Cuando el sistema nervioso se eleva hasta este circuito de nivel cuántico, el espacio-tiempo queda suprimido. Se trasciende la barrera einsteniana de la velocidad de la luz; de acuerdo con la metáfora del doctor Sarfatti, superamos el "chauvinismo electromagnético". La conteligencia contenida en la cámara proyectora cuántica es todo el "cerebro" cósmico, igual que la diminuta hélice de ADN es el cerebro local que dirige la evolución planetaria. Como dijo Lao-Tse desde su propia perspectiva del Circuito VIII: "Lo más grande se encuentra en lo más pequeño".

El desencadenante del circuito VIII es la catamina, un psicofármaco investigado por el doctor John Lilly, que (según un extendido rumor aún por confirmar) también se administra a los astronautas para prepararlos para el espacio. También producen cierta conciencia del circuito VIII dosis altas de LSD.