lunes, 30 de mayo de 2016

LECTURA DE ILLUMINATUS: SEMANA 25

Lectura de Illuminatus semana 25

Por Mazzu

Trilogía Illuminatus

(Desde la página 276 a la 286)



Tobias Knight, el agente del FBI, descubre que se ha desatado una plaga terriblemente contagiosa, el Ántrax Lepra Pi; mientras espera su destino, Robert Putney Drake ayuda a escapar a George Dorn y recuerda su primer encuentro con los Illuminati...

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En la entrada de esta semana nos enteramos que el Gral. Talbot asesinó al Dr. Mocenigo y prendió fuego su casa antes de suicidarse porque hubo un contagio de Ántrax Lepra Pi, y Mocenigo era el único contagiado que había salido de la base. Talbot descubre que Mocenigo había estado con una mujer, la cual resultó ser Sherri Brandi, ya fallecida, pero Talbot no lo sabe y recomienda su búsqueda para darle el antídoto; todo esto hace a Carmel el único – e insospechado – infectado con el virus más nocivo que pudiera existir, un arma biológica caminante, y el elemento crucial del cual hablaban los autores al principio de la novela “incidentalmente se convertiría en el ser humano más importante sobre la Tierra antes del primero de Mayo” (pág. 24)

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En la sección que nos toca esta semana, los autores nos dan una cátedra de Operación Jodementes fusionando realidad y ficción de manera magistral al mezclar elementos de los Mitos de Cthulhu, los Illuminati, el acta de Seguridad Nacional estadounidense, C. G. Jung, el Pentágono, las últimas palabras de Dutch Schultz, la Mafia, el Discordianismo, y Moby Dick.

Sumada todas las teorías contradictorias expuestas en los ‘memos de Pat’ y a la explicación de Hagbard sobre el origen de los Illuminati, en la página 277 hay otra hipótesis más sobre el nacimiento de esta organización secreta, que es la que creen los integrantes de la Mafia. Maldonado le explica a Richard Jung que la teoría del origen atlante era “pura mierda” y que los Illuminati eran “una especie de frente para la liberación femenina del siglo XVIII”. Esto se contradice de manera chocante con lo que decía Mavis en la página 244, que los Illuminati “crearon el patriarcado, la supremacía masculina, y toda esa basura”, y también Hagbard, y Malaclypse el Viejo, introduciendo nuevamente el efecto de disonancia cognitiva al que los autores, a esta altura, casi nos tienen acostumbrados. Esta, creo yo, es la sensación que el propio Wilson tuvo cuando comenzó a investigar sobre los Illuminati, como explica en Cosmic Trigger I:

Se ha afirmado que el Dr. Weishaupt era ateo, mago cabalista, racionalista, místico; demócrata, socialista, anarquista, fascista; un amoral maquiavélico, alquimista, totalitario y un “filántropo entusiasta” (El último fue el veredicto de Thomas Jefferson, por cierto). También han acreditado a los Illuminati la orquestación de las revoluciones francesa y estadounidense detrás del escenario, de apoderarse del mundo, de ser los cerebros detrás de comunismo, de continuar en la clandestinidad hasta la década de 1970, de adorar secretamente al Diablo y de otras actividades sospechosas. Algunos afirman que Weishaupt no inventó a los Illuminati, sino que sólo los revivió. La orden de los Illuminati ha sido rastreada hasta los Caballeros Templarios, los cultos iniciáticos griegos y gnósticos, hasta Egipto, e incluso hasta la Atlántida. La única generalización segura que uno puede hacer es que la intención de Weishaupt de mantener el secreto ha funcionado; No hay dos estudiantes de la Illuminología que se hayan puesto totalmente de acuerdo sobre cuál era el verdadero “secreto interno” o el propósito de la orden (o cuál es...). Hay un espacio interminable para las especulaciones espeluznantes y para la paranoia pedante una vez que uno entra realmente en la literatura sobre la materia; y ha habido una ola de “revelaciones” sensacionalistas de los Illuminati en cada generación desde 1776. Si vamos a creer toda esta literatura sensacionalista, los malditos conspiradores bávaros han sido responsables de todo lo que anda mal en el mundo, incluyendo las crisis energéticas y hasta el hecho de uno no pueda conseguir un plomero los fines de semana.

Maldonado también hace referencia a Mary Wollstonecraft como el cerebro revolucionario detrás del socialismo y el anarquismo. Como vimos en una entrada anterior, Frankenstein, la obra clásica de su hija, Mary Wollstonecraft Shelley, puede ser leída como una crítica a la simpatía por las ideas de Weishaupt de su marido Percy Shelley, y que ella “estaba en contra de las revoluciones – a diferencia de sus padres radicales y de su esposo – y que apoyaba el orden tradicional”.

Este juego de disonancias se hace aún más interesante cuando Maldonado menciona la “pelea a cinco bandos” entre los Monárquicos, la “Haute Vente” (los Carbonarios), los Liberteri (anarquistas), la Mafia y los Facisti. No quiero extenderme mucho, pero la historia es fascinante y me parece genial que RAW y Shea hagan referencia a ella, demostrando una vez más cuán amplio es el abanico referencial de Illuminatus. Los Carbonarios nacieron alrededor de los gremios del carbón en Nápoles al principio del siglo XIX como resistencia nacionalista a la ocupación napoleónica de Italia. Su objetivo era instaurar régimen democrático y unificar al país. Si bien posteriormente fueron derrotados por la Santa Alianza, sentaron precedente para la unificación años más tarde. Uno de sus miembros más conocidos fue Giuseppe Mazzini, quien tras la caída de los Carbonarios fundó otro grupo revolucionario en su exilio, La Giovine Italia (la Joven Italia), del cual fue miembro Giuseppe Garibaldi, masón y revolucionario muy conocido aquí en Sudamérica.

Monumento a Garibaldi en Bahía Blanca


La Mafia, por su parte – como bien dice Don Federico –, siempre estuvo en el medio y cambió de lealtades a conveniencia. Nacida como una forma de organización de los campesinos en épocas feudales, en el siglo XVIII los mafiosos estuvieron con los monárquicos a favor de Fernando IV y Francisco II; luego, hacia mitad del siglo XIX, se unieron a los revolucionarios nacionalistas anti-monárquicos encabezados por Giuseppe Garibaldi (incluso se ha llegado a teorizar que ‘mafia’ es el acrónimo de la frase Mazzini Autorizza Furti, Incendi, Avvelenamenti, ‘Mazzini autoriza robos, incendios y envenenamientos’); después de la unificación de Italia, y tras el fracaso del gobierno aristocrático de la Derecha Histórica, la Mafia se alió con el Estado del gobierno de la Izquierda Histórica, cosa que terminó con la llegada de los fascistas en el siglo XX (aliados de los monárquicos); allí la mayoría de los mafiosos se vieron obligados a exiliarse o a unirse a los anarquistas; muchos se refugiaron en EE.UU., adonde exportaron su sistema organizativo. En la página 236, Don Maldonado le decía a Richard Jung “(los Illuminati) no están interesados simplemente en volverse ricos, el cual es nuestro caballeroso objetivo en la vida. Juegan juegos sobrenaturales ¿Capisce?”; y esto me hizo recordar a lo que le dice el consigliere Partanna a su hijo Charlie en la película El Honor de los Prizzi; “Todo es negocio, Charlie, puro negocio”.

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En las secciones anteriores hemos visto cómo fue que Robert Putney Drake descubrió a los Illuminati y cómo se puso en contacto con ellos; ahora, en el “presente” (el año en que intentaron “inmanentizar el Eskatón”), R.P.D. se pone a recordar partir, de la página 278, su primer encuentro con el Gran Maestre Illuminatus de EE.UU. en 1935. Allí, Gran Maestre le revela el plan Illuminati para los siguientes 30 años, entre ellos, un Acta de Seguridad Nacional que invalidaría los derechos constitucionales de los ciudadanos. En RAWIllumination.net, Tom Jackson hizo un análisis muy interesante sobre este fragmento, que traduje para compartirlo con ustedes: 



Cuando Octavio se convirtió en Augusto, el primer emperador romano (27 a.C. hasta 14 d.C.), terminando oficialmente con la República romana y sustituyéndola por el Imperio Romano, la transición fue manejada con mucho cuidado para ocultar dicho cambio crucial (ver entrada anterior). El emperador hizo todo lo posible para preservar muchas de las formas de la república y fingir que nada había cambiado. No se proclamó rey, pero adoptó el título de “princeps” primer ciudadano. Mostró deferencia al Senado, o al menos simuló hacerlo.

En esta sección de Illuminatus los autores comparan explícitamente el Imperio Romano a los Estados Unidos, sugiriendo que también sucedió una transición similar de republica a imperio.

Drake recordó su excitación: todo era como lo había previsto. El final de la República, el amanecer del Imperio.

Drake leyó lo que sería el Acta de Seguridad Nacional de 1947. “Esto invalida la Constitución” dijo, cerca del éxtasis.

“Casi. Y créame señor Drake, para 1946 o 47, el Congreso y el público estarán listos para aceptarla. El Imperio Americano está más cerca de lo que usted imagina”.

“¿Y que hay de los neutrales y los pacifistas, como el Senador Taft y su grupo?”

“Se marchitarán. Cuando el comunismo reemplace al fascismo como enemigo número uno, nuestros conservadores pueblerinos estarán listos para aventuras globales a una escala tal, que harán bailar las cabezas de los pobres liberales del señor Roosevelt. Confíe en mí. Tenemos cada detalle controlado con precisión. Déjeme mostrarle adonde estará localizado el nuevo gobierno”.

Drake observó el plano y meneó la cabeza. “Algunas personas reconocerán lo que significa el pentágono” dijo dubitativamente.

“Los tomarán por locos supersticiosos. Éste edificio será construido dentro de unos pocos años. Se convertirá en la policía del mundo. Nadie se atreverá a cuestionar sus acciones o juicios sin ser denunciado como traidor. Dentro de treinta años, señor Drake, dentro de treinta años, quienquiera que intente restaurar el poder al Congreso, será vilipendiado y rechazado, no por los liberales, si no por los conservadores”. (Pág. 279)

Mediante la Ley de Seguridad Nacional de 1947 que se menciona en el texto se creó la CIA y comenzó la creación del estado de seguridad nacional secreto, que maneja la mayor parte de la política exterior y de seguridad nacional de los EE.UU. sin tener que preocuparse mucho sobre las elecciones o de lo que piense el Congreso.

El presidente Harry S. Truman firmó el proyecto de ley, por cierto, en un avión presidencial llamado The Sacred Cow (la Vaca Sagrada), en extraña sincronicidad con el Sacred Chao (Cao Sagrado) discordiano. Antes de dejar el cargo, Truman también creó la NSA.

Harry S. Truman


Las comparaciones entre Roma y EE.UU. son peligrosas, por supuesto, pero las corrupciones del poder tienen paralelos a través de los siglos. Yo diría que el paralelismo entre el Imperio Romano y el americano no es tenue. El Imperio Romano esencialmente estuvo en un estado de guerra permanente hasta que el Imperio de Occidente cayó. La guerra permanente es la doctrina estadounidense actual.

Algunas de las presiones institucionales son análogas. Hace poco leí de Rome’s Gothic Wars, de Michael Kulikowski, donde se afirma que incluso en el Bajo Imperio (que ya no estaba en expansión), los emperadores estaban bajo la presión de lograr victorias contra los “bárbaros” para demostrar su legitimidad. Los presidentes estadounidenses modernos están bajo la presión de no aparecer “débiles” y aplacar al poderoso aparato de seguridad nacional. En las páginas del Wall Street Journal, los militaristas son los “adultos” de Washington, DC

Anteriormente en esta sección, como una especie de obertura a los pasajes en discusión sobre el imperio romano y el americano, hay una referencia a la matanza de los habitantes de Melos, un momento clave en el paso de Atenas de ser una democracia a convertirse en un imperio despiadado (pág. 274). Durante la Guerra del Peloponeso, en la lucha entre Atenas y Esparta (y sus aliados) por el control de Grecia, los atenienses exigieron en el 416 a.C. que el estado de la isla de Melos se rindiese y se convirtiese en parte del imperio. En un famoso pasaje de Tucídides de la inconclusa Historia de la Guerra del Peloponeso, los atenienses explican que no se van a molestar en discutir los méritos de cada lado - era hora de que los habitantes de Melos aceptaran las realidades del poder y se alinearan con el mejor postor.

Al final, los habitantes de Melos se negaron a rendirse, y cuando el asedio había terminado, los atenienses mataron a los hombres y vendieron a las mujeres y los niños como esclavos.

Dicho sea de paso, el convertirse en un imperio despiadado no funcionó muy bien para los atenienses; el intento de conquista de Siracusa, la más poderosa ciudad griega de Sicilia, terminó en desastre y con Atenas perdiendo la guerra. La ciudad sobrevivió, pero nunca volvió a ser una gran potencia.

Tom Jackson, RAWIllumination.net

Un poco más adelante, el Gran Maestre (que trabaja en el Departamento de Justicia) le dice a Drake (pág. 280):

Ahí es donde su idea de un sindicato del crimen unificado encaja en nuestro plan. Para aplastar a la oposición, necesitamos un Departamento de Justicia equivalente en muchas maneras a la Gestapo de Hitler. Si su esquema funciona - si la Mafia puede ser unificada en un sindicato que no esté enteramente bajo el control de los sicilianos, y que pueda albergar a otros grupos bajo el mismo paraguas - tendremos un cártel de delincuencia a nivel nacional. Entonces, el mismo público exigirá el tipo de Departamento de Justicia que necesitamos. Para mediados de la década de 1960, los micrófonos y las escuchas telefónicas serán tan comunes, que el concepto de privacidad será arcaico

Comparemos esto con lo que decía Hagbard en la entrada de la Semana 14 “Y lo mejor es que la mayoría de los americanos estarán tan asustados por los incidentes terroristas provocados por los Illuminati, que rogarán ser controlados, como un masoquista ruega ser azotado” y su semejanza también al ‘acta Patriótica’ promulgada por el presidente estadounidense G.W. Bush luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001:

El Acta Patriótica ha sido fundada en el argumento básico, de que, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el pueblo norteamericano debía elegir entre su seguridad y sus derechos constitucionales, optando por restringir estos últimos para garantizar aquella.

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Varias imágenes cabalísticas de Tiphareth: el sacrificio en pos del bien colectivo del Gral. Talbot, la referencia al sistema solar y los niños sacrificados en la página 280, Drake salvando a George pero entregándose él mismo a la Muerte...

El arcano mayor del tarot sin nombre, el número 13 – habitualmente llamado La Muerte – está en el sendero sefirótico que une a Tiphareth con Netzach, y a lo largo de casi todo el fragmento de esta semana Drake la invoca varias veces como “la Muerte, esa Vieja Prostituta”



Hay varias referencias al Departamento de Justicia, y la Justicia está en el sendero que conecta a esta séfira con Geburah. También está el Ermitaño entre Tiphareth y Chesed, y podría caratularse a Lovecraft como uno.

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En esta sección se aclara qué pasó con el Holandés: se insinúa que tenía un pacto con los Illuminati, que lo rompió, y que ellos lo hicieron matar; pero que antes de morir intentó brindar información sobre ellos a la policía, algo que se le hizo difícil por su estado grave y a por la intervención telepática de los Illuminati para impedirlo. En la entrada de la semana 6 dije que quien leyese la versión en español y luego viera el original en inglés, descubriría que la traducción de las últimas palabras de Schultz no es literal. Por ejemplo, leemos que el Holandés dice “oh mamá, mamá, mamá. Conservas Canadienses Viandas Bean”. Si ven el original, se encontrarán con “oh mama mama mama. French Canadian bean soup”. Y aclaraba que había una razón para esta y otras aparentes diferencias de traducción que explicaba el motivo de las palabras que escogí para la versión en español. Pues bien, en la lectura de esta semana se revela dicha razón; en un sueño pesadillesco que tiene Drake mientras espera que llegue el castigo de los Illuminati (pág. 281), es Carl Gustav Jung el que descorre la cortina. Lo que Drake había descubierto en las palabras de Dutch Schultz, es que eran acrósticos cuyas letras iniciales mencionaban la estructura de los Illuminati y los nombres de las entidades que invocaban:

“¡Qué códigos tan infantiles! MAFIA - Morte Alla Francia Italia Anela. Conservas Canadienses Viandas Bean - Cinco Consagrados Videntes Bávaros. Annuit Coeptis Novus Ordo Seclorum - Anti Cristo, Nuestro Ominoso Salvador. A bailar herido, nuevo waltz: niño, danza al tiempo kerosén - Asmodeus, Belial, Hastur, Nyarlathotep, Wotan, Niggurath, Dholes, Azathoth, Tindalos, Kadith ¡Un juego de niños!”.

... de ahí la diferencia en la traducción de algunas de las frases.

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El Morador de las Tinieblas de H.P. Lovecraft ilustrado por Alberto Breccia


Más referencias lovecraftianas en la lectura de esta semana. Drake alega estar cansado de ser el “sirviente de los Illuminati” y se cambia de bando, apoyando a los discordianos al cerrar el trato con Hagbard a través de George. Pero no es tonto, y sabe que su traición le costará la vida...

Dinero ¿De qué servirá cuando Nyarlathotep aparezca y “las bestias se acurruquen ante él y laman sus manos” (como había escrito aquel maldito estúpido de Lovecraft)? ¿De qué servirá cuando “el dios del Caos, ciego e idiota, barra a la Tierra como polvo”? (pág. 282)

Las dos citas lovecraftianas aquí incluidas provienen de dos relatos diferentes de los Mitos de Cthulhu pero relacionados entre sí; el “dios del Caos, ciego e idiota”, aunque es una referencia textual de uno de los poemas de Los Hongos de Yuggoth, también es mencionado en cuento El Morador de las Tinieblas, de H.P. Lovecraft (1935):

Pensó en las antiguas leyendas sobre el Caos Esencial, en cuyo centro habita un dios ciego e idiota - Azathoth, Señor de Todas las Cosas - circundado por una horda de danzarines amorfos y estúpidos, arrullado por el silbo monótono de una flauta manejada por dedos demoníacos.

Y la cita sobre Nyarlathotep y “las bestias que se acurrucan ante él y lamen sus manos” no es de H.P.L., es del cuento La Sombra que Huyó del Chapitel, de Robert Bloch (1950),

En ese momento saltaron por encima del muro dos sombras sedosas y negras. En el frescor del jardín se agazaparon, pero pronto avanzaron, suaves y jadeantes, hacia el Dr. Dexter.

A la luz de la luna vio éste que eran dos panteras negras.

Inmóvil contempló cómo se le acercaban, aterciopeladas y terribles, con los ojos relucientes y abiertas quijadas babeantes.

El Dr. Dexter volvió hacia la luna su rostro burlón cuando las bestias se acurrucaron ante él y lamieron sus manos.

La relación entre estos dos cuentos es que son parte de una trilogía de relatos que comenzó cuando Robert Bloch escribió El Vampiro Estelar en 1935. En este relato, además de dedicárselo, Bloch hace aparecer al propio Lovecraft como personaje: un “místico de Nueva Inglaterra” con un “delgado perfil (...) que proyectaba una sombra inquieta en la pared, y un semblante de cera que adoptaba, a la luz mortecina, una apariencia furtiva”. Allí, el personaje de Lovecraft es asesinado de manera horripilante por el vampiro estelar al que alude el título del relato. En devolución de gentilezas, Lovecraft escribió la continuación, El Morador de las Tinieblas, donde Robert Bloch (apenas disimulado por el nombre del protagonista, Robert Blake) muere en manos de Nyarlathotep. La Sombra que Huyó del Chapitel, de Bloch, es una continuación de éste último relato y a la vez un homenaje póstumo a su maestro, H.P. Lovecraft.

Robert Bloch

Azathoth es la divinidad principal de los ‘Dioses Externos’ de los Mitos de Cthulhu, cuya primera aparición fue en una novela inconclusa de H.P.L. llamada, precisamente, Azathoth (1922); posteriormente aparecería en varios relatos del autor, como en En Busca de la Ciudad del Sol Poniente (1927), El que Susurra en la Oscuridad (1930), Los Sueños en la Casa de la Bruja (1932), y el ya mencionado El Morador de las Tinieblas, así como en varios relatos de sus corresponsales del Círculo.

En El que Susurra en la Oscuridad, Azathoth es descrito como “el caos nuclear monstruoso situado más allá del espacio angular y que el Necronomicon ha ocultado misericordiosamente bajo el nombre de Azathoth”. Esta mención de lo “nuclear” ha llevado a muchos entusiastas de Lovecraft a afirmar que el escritor de Providence había vaticinado la energía atómica y los horrores nucleares que sucedieron casi una década después de su muerte (como el de Hiroshima y Nagasaki, algo que también insinúan RAW y Shea en la página 284). Por otra parte, los académicos aseveran que la cita a lo “nuclear” se refiere a que Azathoth está ubicado en el centro del universo, en el “núcleo”; lo dejo a vuestro criterio...

En En Busca de la Ciudad del Sol Poniente H.P.L. brinda otra descripción de este ser monstruoso, y menciona su relación con Nyarlathotep:

Esta última entidad maligna y amorfa del caos inferior, que blasfema y babea en el centro de toda infinidad, no es sino el ilimitado Azathoth, el sultán de los demonios, cuyo nombre jamás se atrevieron labios humanos a pronunciar en voz alta, el que roe hambriento en inconcebibles cámaras oscuras, más allá de los tiempos, entre los fúnebres redobles de unos tambores de locura y el agudo, monótono gemido de unas flautas execrables, a cuyas percusiones y silbos danzan lentos y pesados los gigantescos Dioses Finales, ciegos, mudos, tenebrosos, estúpidos; y los Otros Dioses, cuyo espíritu y emisario es Nyarlathotep, el caos reptante.

Nyarlathotep por Jens Heimdahl


Nyarlathotep vendría a ser como el Hermes de Azathoth, su mensajero; a pesar de ser un dios primordial amorfo, es el único de los Mitos que puede asumir la forma humana para presentarse en este plano, como lo hace en Nyarlathotep (1920) y en Los Sueños en la Casa de la Bruja. Sin embargo, en esta parte de Illuminatus, Wilson y Shea parecen referirse al mismo avatar informe de Nyarlathotep que Lovecraft describe en El Morador de las Tinieblas:

El aire se estremeció como en un batir de alas inmensas, y se levantó un viento fuerte y repentino con más violencia que antes, arrancando los sombreros y paraguas chorreantes de la multitud. Nada concreto llegó a distinguirse en las tinieblas, aunque algunos creyeron ver desparramada por el cielo una enorme sombra aún más negra que la noche, una nube informe de humo que desapareció hacia el Este a una velocidad de meteoro.

En Illuminatus se sugiere que los Illuminati lo mantienen encerrado en el pentágono y que ya no tiene la forma humana con que Hitler supuestamente lo había visto. La muerte de Robert Putney Drake en manos de esta entidad lovecraftiana es un homenaje directo a El Morador de las Tinieblas – aunque entrelazado con maestría por los autores con fragmentos de Moby Dick (el capitán Ahab, la blancura de la ballena, e Ismael) y las últimas palabras de Dutch Schultz; comparemos estos fragmentos compilados de Illuminatus (hacemos un poco de trampa y nos vamos hasta la página 287):

Los relámpagos parecían oscuridad, y la oscuridad parecía luz. Se está apoderando completamente de mí, (...) Debo llegar a él para unir las fuerzas. No, maldición, ese pensamiento no es mío. Es el de él. Está emergiendo de las aguas. Debo erguirme, debo erguirme para unir las fuerzas (...) Mientras el trueno aumentaba en un crescendo enloquecedor,... ¿Qué es lo que temo? (...) Debo unificar las fuerzas. Veo que la blancura de la blancura es negra. Roderick Usher. Estoy loco. Estoy medio loco

... con la muerte de Robert Blake en El Morador de las Tinieblas:

La lluvia y los truenos son ensordecedores. Ya se está apoderando de mi mente. Trastornos de la memoria. Recuerdo cosas que no he visto nunca: otros mundos, otras galaxias. Oscuridad. Los relámpagos me parecen tinieblas Y las tinieblas, luz ¿De qué tengo miedo? (...) la luz es tinieblas y las tinieblas luz   Pierdo el sentido de la distancia lo lejano está cerca y lo cercano lejos   Roderick Usher   estoy loco o me estoy volviendo   ya se agita y aletea en la torre   somos uno quiero salir debo salir y unificar mis fuerzas   sabe dónde estoy   Soy Robert Blake, (...) Lo veo viene hacia acá viento infernal sombra titánica negras alas Yog-Sothoth, sálvame tú, ojo ardiente de tres lóbulos




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5s, 17s, y 23s: “Entonces apareció la vieja Ley de los Cincos y los Facisti entraron como quinto bando en la contienda” (pág. 278); “Billones para alcanzar la Luna. Trillones para llegar a Marte”, “una ametralladora Thompson de 1923” (pág. 280); “Cinco Consagrados Videntes Bávaros”, “Jung, montado en un triciclo (...) y Albert Hoffman, pedaleando en una bicicleta detrás de Jung” (pág. 281); “23 de Octubre de 1935” (pág. 282); “diecisiete chicos”, “Los diecisiete representantes Illuminati desaparecieron en la oscuridad” (pág. 283); “Solamente hay cinco pulgadas entre la felicidad y yo” (pág. 284); “¿Realmente lo mantienen encerrado en el Pentágono?” (pág. 285); “No me sorprende que solamente cinco hayan podido aguantar esas pruebas terribles” (pág. 286).





jueves, 26 de mayo de 2016

LECTURA DE ILLUMINATUS: SEMANA 24

Lectura de Illuminatus semana 24

Por Mazzu

Trilogía Illuminatus

(Desde la página 265 a la 275)



Robert Putney Drake tiene una revelación al analizar las últimas palabras de Dutch Schultz; al volver a EEUU visita a H.P. Lovecraft para recabar información; Malaclypse el Viejo le cuenta su historia a Joe Malik, junto a Simon Moon y el Padre Pederastia...

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En el fragmento de esta semana se hace más evidente que en ninguna otra parte que los Mitos de Illuminatus le deben mucho a El Retorno de los Brujos, de Louis Pauwels y Jacques Bergier.

Lo primero que nos revelan los autores es cómo comenzó Robert Putney Drake a descifrar el mensaje secreto encriptado en las últimas palabras del gángster Dutch Schultz (ver entrada de la Semana 6).

Dutch Schultz, herido y delirando en el hospital de Newark, 1935.


La primera intuición de que el palabrerío aparentemente inconexo del mafioso moribundo contenía información cifrada sobre los Illuminati y su relación con la Mafia y con los Lloigor, le llegó a R.P.D. a través de “un novelista famoso, posteriormente ganador de un Premio Nobel”; si bien RAW y Shea no mencionan el nombre de dicho “novelista famoso”, dejan entrever que se trata de Hermann Hesse. En páginas anteriores, ya habíamos visto que Hesse y Drake se conocían; Hesse ganó “posteriormente” el premio Nobel (la charla entre el novelista y R.P.D. del pasaje que nos ocupa transcurre – calculo – en 1935, y Hesse recibió el Premio Nobel de Literatura “posteriormente” en 1946); en la página 266 le dice a Drake “como sabes, me rehúso a vivir en Alemania por lo que está sucediendo allí, pero de cualquier manera es mi hogar”, y Hesse era alemán pero, preocupado por el clima político de Alemania (sobre todo por el ultranacionalismo), se había exiliado en Suiza aún antes de que los nazis llegaran al poder. También menciona a Jung y a Klee, a quienes Hesse conocía personalmente (ver entrada de la Semana 20). La anécdota que cuenta el escritor sobre Jung y Joyce es verídica. En 1930 Lucia Joyce comenzó a mostrar síntomas de trastornos mentales. Joyce se negaba a creer que su hija estuviera enferma, hasta que en 1934, al empeorarse su condición, el escritor decidió llevarla a la consulta de Carl Gustav Jung. Poco después fue diagnosticada como esquizofrénica. Ricardo Piglia relata el suceso en su libro Formas Breves:

Estaban viviendo en Suiza y Jung, que había escrito un texto sobre el Ulises y que por lo tanto sabía muy bien quién era Joyce, tenía ahí su clínica. Joyce fue entonces a verlo para plantearle el dilema de su hija, y le dijo a Jung: “Acá le traigo los textos que ella escribe, y lo que ella escribe es lo mismo que escribo yo”, porque él estaba escribiendo Finnegans Wake, que es un texto totalmente psicótico (…) totalmente fragmentado, onírico, cruzado por la imposibilidad de construir con el lenguaje otra cosa que no sea la dispersión. Entonces Joyce le dijo a Jung que su hija escribía lo mismo que él, y Jung le contestó: “Pero allí donde usted nada, ella se hunde”.

Volviendo al diálogo entre Hesse y Drake, al escritor le llaman la atención las referencias a alguien o algo que “comanda a Hitler” presentes en la transcripción del soliloquio delirante de Schultz que Drake le hace leer. Aquí los autores enganchan a Hesse con los Mitos de Illuminatus, al comenzar a explicarle a Drake sobre las sociedades secretas supuestamente ocultas detrás del andamiaje político del partido nazi, otro ejemplo genial de la mezcla de realidad/ficción que caracteriza a Illuminatus. Esta parte de la novela parece calcada de El Retorno de losBrujos:

En Illuminatus Hesse dice (pág. 266)

No eres alemán… ¿Cómo podrías comprender a esa gente de la que han dicho, con razón, que tienen un pié en su propia tierra y el otro pié en Thule? ¿Has escuchado algo sobre Thule? Es el nombre alemán para el reino fabuloso al que los griegos llamaban Atlántida.

Y en El Retorno de los Brujos, los autores citan a Hermann Rauschning, un dirigente alemán que se unió a los nazis durante un breve período para luego se alejarse del partido, y quien fuera uno de los primeros en advertir sobre el peligro de Hitler:

«En el fondo todo alemán tiene un pie en la Atlántida, donde busca una patria mejor y un mejor patrimonio. Esta doble naturaleza de los alemanes, esta facultad de desdoblamiento que les permite, al mismo tiempo, vivir en el mundo real y proyectarse a un mundo imaginario, se manifiesta de manera especial en Hitler y nos da la clave de su socialismo mágico.»



Hesse le cuenta a Drake sobre la Golden Dawn y sus miembros; la cita de Algernon Blackwood que habla sobre la supervivencia de ciertas entidades ancestrales (pág. 266), es también la nota de encabezamiento a manera de introducción de La Llamada de Cthulhu, que H.P. Lovecraft, a su vez, tomó del capítulo X de la novela El Centauro, de Blackwood:

Es concebible que tales potencias o seres hayan sobrevivido... hayan sobrevivido a una época infinitamente remota donde... la conciencia se manifiesta, quizá, bajo cuerpos y formas que ya hace tiempo que se retiraron ante la marea de la ascendente humanidad... formas de las que sólo la poesía y la leyenda han conservado un fugaz recuerdo con el nombre de dioses, monstruos, seres míticos de toda clase y especie...

La cita de Yeats que menciona el escritor es del poema The Second Coming. La anécdota de los supuestos ángeles descritos primero por Machen y luego reportados por los soldados también es referida en El Retorno de los Brujos:

Una aventura muy singular conduce de nuevo a Machen a la vida literaria. Gracias a ello, su nombre gozó de celebridad durante unas semanas, y la impresión que esto le produjo le decidió a terminar su vida como escritor. El periodismo le pesaba, y había perdido la afición a escribir para sí. Acababa de estallar la guerra. Hacía falta literatura heroica. Éste no era su género. The Evening News le pidió un artículo. Lo escribió a vuela pluma, pero siempre a su manera. Fue «The Bowmen» (Los arqueros). El periódico lo publicó el 29 de setiembre de 1914, el día siguiente a la retirada de Mons. Machen había imaginado un episodio de esta batalla: san Jorge, con su resplandeciente armadura y al frente de unos ángeles que eran los antiguos arqueros de Azincourt, socorría al Ejército británico. Pues bien, docenas de soldados escribieron al periódico: el señor Machen no había inventado nada. Ellos habían visto con sus propios ojos, ante Mons, a los ángeles de san Jorge incorporándose a sus filas. Podían atestiguarlo por su honor. Gran número de estas cartas fueron publicadas. Inglaterra, ávida de milagros en el momento de peligro, se conmovió. Machen fue ignorado cuando intentó revelar secretas realidades. Ahora, con una fantasía de pacotilla, conmovía a todo el país. ¿O sería que las fuerzas ocultas se levantaban y tomaban tal o cual forma a la llamada de su imaginación, tan a menudo ligada a las verdades esenciales, y que tal vez había realizado una profunda labor sin él saberlo? Machen repitió más de doce veces en los periódicos que su relato era pura invención. Nadie le creyó. En vísperas de su muerte, más de treinta años después, el gran anciano repetía sin cesar, en sus conversaciones, esta extravagante historia de los ángeles de Mons.

La frase sobre los sacramentos del mal y del bien, también fue tomada de El Retorno de los Brujos; del capítulo I de la Segunda Parte – titulada Algunos Años en el Más Allá Absoluto:

Arthur Machen ha expresado vigorosamente: «A nuestro alrededor existen sacramentos del mal, como existen sacramentos del bien, y yo creo que nuestra vida y nuestros actos se desarrollan en un mundo insospechado, llenos de cavernas, de sombras y de moradores crepusculares.»

Jacques Bergier (izq.) y Louis Pauwels (der.)


En el capítulo IV de la Segunda Parte, Pauwels y Bergier incluyen un fragmento de la novela El Pueblo Blanco de Arthur Machen, donde amplía el concepto:

¿Qué es el pecado (el Mal)? —dijo Cotgrave.

—Me veo obligado a responder a su pregunta con otras preguntas. ¿Qué experimentaría si su gato o su perro empezaran a hablarle con voz humana? ¿Y si las rosas de su jardín se pusieran a cantar? ¿Y si las piedras del camino aumentaran de volumen ante sus ojos? Pues bien, estos ejemplos pueden darle una vaga idea de lo que es realmente el pecado. (..) La esencia del pecado sería (...) querer tomar el cielo por asalto —respondió Ambrosio—. El pecado consiste, en mi opinión, en la voluntad de penetrar de manera prohibida en otra esfera más alta. Esto explica que sea tan raro. En realidad, pocos hombres desean penetrar en otras esferas, sean altas o bajas, y de manera autorizada o prohibida. Hay pocos santos. Y los pecadores, tal como yo los entiendo, son todavía más raros. Y los hombres de genio (que a veces participan de aquellos dos) también escasean mucho... Pero puede ser más difícil convertirse en un gran pecador que en un gran santo.

Estas metáforas sobre el Mal que describe Machen (“¿Qué experimentaría si su gato o su perro empezaran a hablarle con voz humana? ¿Y si las rosas de su jardín se pusieran a cantar?”) recuerdan a las visiones de los esquizofrénicos: estos “sacramentos del Mal” abrirían portales hacia un “más allá” donde no sólo los locos percibirían dichas alucinaciones, sino que “el hombre o la mujer común” se verían inmersos también en ese mundo pesadillesco. Recordemos a Sasparrilla Godzilla, la turista que al comienzo de Illuminatus (pág. 17) cree ver una sonrisa burlona en la cara de la estatua del dios Tláloc, o a los “hombres y mujeres corrientes que abandonaban las calles alegando ojos vigilantes, seres encapuchados atravesando habitaciones cerradas, figuras coronadas dando órdenes ininteligibles y voces que clamaban ser Dios o el Diablo” (pág. 18) cuando los Illuminati intentan “inmanentizar el Eskatón”. En la lectura de esta semana Wilson y Shea vinculan muy hábilmente esta similitud entre el “sacramento del Mal” y la esquizofrenia con la enfermedad mental de Lucia Joyce, los delirios de Dutch Schultz, y los ensueños persecutorios de Hitler. “Hay momentos en la historia en que las visiones de los locos y de los drogadictos son una mejor guía a la realidad que el sentido común y la interpretación de los datos existentes en la – así llamada – mente normal. Éste es uno de esos períodos, por si no lo habían notado” (Illuminatus, página 35).

En resumen, lo que Hesse le insinúa a Drake, es que detrás de la Golden Dawn, de la Sociedad Vril y de la Sociedad Thule, había “un grupo oculto de verdaderos iniciados”, que guardaban “los verdaderos secretos extraterrestres”. Este grupo oculto, obviamente, serían los Illuminati, y los “secretos extraterrestres” que guardaban era su relación con los “Superiores Desconocidos”, los Lloigor. El objetivo de esta relación – como hemos visto en entradas anteriores – sería la de conseguir la inmortalidad mediante los sacrificios sangrientos en honor de estos seres. Esta forma violenta de ingresar a un plano superior, sería uno de los “sacramentos del mal” a los que Machen se refería. Unas páginas más adelante, y siguiendo con los Mitos de Illuminatus, Wilson y Shea describen este proceso en boca de Malaclypse el Viejo, quien se transformó – de manera casi involuntaria, o “de carambola” durante la Masacre de Melos – en un ser de pura energía mediante dicho proceso, al cual llama Iluminación Trascendental, “para diferenciarlo de la adquisición de la visión interna sobre la verdadera naturaleza del hombre y del universo, que es la Iluminación ordinaria” (pág. 274).

“Como dije, esta es la verdadera razón del sacrificio humano. (...) Cualquier muerte violenta o repentina libera un estallido de energía consciente que puede ser controlado y canalizado como cualquier otro tipo de energía explosiva. Todos los Illuminati desean convertirse en dioses. Esa ha sido su ambición desde siempre” (pág. 275)

Comparemos esto con lo que dicen Bergier y Pauwels en El Retorno de los Brujos, citando al Doctor Achille Delmas sobre el “verdadero” objetivo de la jerarquía nazi (o del grupo detrás de la misma):

«El objetivo de Hitler no es la implantación de la raza de los Señores, ni la conquista del mundo; esto sólo son medios de la gran obra señalada por Hitler; el fin verdadero es hacer obra de creación, obra divina, mutación biológica; resultado de ello sería una ascensión de la Humanidad todavía no igualada, “la aparición de una humanidad de héroes, de semidioses, de hombres-dioses”.»

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Cabalísticamente, Tiphareth es el centro del Árbol de la Vida, la séfira en la que convergen casi todos los caminos sefiróticos provenientes de las restantes nueve esferas. Podría decirse que el nudo dramático de Illuminatus es el intento por parte de los Illuminati de “inmanentizar el Eskatón”, y en la lectura de esta semana vemos parte de la génesis de ese punto de confluencia: el centro de la trama. Casi al comienzo del libro, los autores nos adelantaban ese factor diciéndonos que “cuando los senderos del Sr. Flegenheimer (Dutch Schultz) y del Sr. Drake se cruzaron en 1935, se formó uno de los vínculos que condujeron al Incidente de Fernando Poo” (pág. 54). Y aquí, en Tiphareth – justamente donde confluyen todos los senderos –,  nos develan cómo fue que se cruzaron los destinos de Drake y Schultz.

Además, esta parte está repleta de símbolos de Tiphareth y crísticos: el niño sacrificado y el rey “Cuando estaba en el trono, el niño vino a mí” (pág. 265), la figura de Hitler como el salvador de la Alemania nacionalsocialista y como Anticristo para el resto de Europa, la encarnación de Malaclypse el Viejo como el mismísimo Cristo, y el sacrificio como camino a la inmortalidad (el Fénix, otro símbolo de esta séfira) y el balance entre la destrucción y la construcción en la explicación que le brinda a Joe.



Malaclypse dice también haber sido Simón el Mago, encarnación mediante la cual desparramó “ideas contradictorias sobre el cristianismo”. De Wikipedia:

San Justino mártir e Ireneo cuentan el mito de Simón y Elena. De acuerdo con este mito, que era el centro de la religión simonista, al principio de los tiempos Dios tuvo su primer pensamiento llamado Ennoia o Sophia, que era una mujer y de ese pensamiento surgieron los ángeles cuando descendió a las regiones inferiores de la creación. Pero los ángeles se rebelaron contra ella por celos y crearon el mundo y lo convirtieron en su prisión, donde apresaron su cuerpo femenino. Desde entonces ella se reencarnó muchas veces, y en cada ocasión resultó humillada. Entre sus muchas reencarnaciones se encontraba Helena de Troya, y finalmente se reencarnó como Elena, una esclava y prostituta de la ciudad fenicia de Tiro. A su vez el ser Supremo descendió bajo la forma de Simón el Mago para rescatar a su Ennoia. Tras redimirla de la esclavitud viajó con ella, proclamándose Dios y a ella como su Ennoia, prometiendo que disolvería el mundo que los ángeles habían creado en su rebelión, y que quienes confiasen en él y en Elena regresarían con ellos a los mundos superiores.

Simón el Mago decía ser un avatar de Dios y un salvador, es decir, una figura crística de Tiphareth, y Sophía había encarnado en Helena de Troya, la mujer “más bella del mundo”, la cual es ofrecida a Paris por Afrodita a cambio de la Manzana Dorada (Kallisti, “para la más bella”) que Eris había arrojado en la boda de Peleo y Tetis; y Tiphareth es la Belleza. 

En la página 271 Joe le pregunta a Malaclypse “¿Cómo debo llamarlo? ¿Lucifer?, ¿Satán?”; el sendero sefirótico que une a Tiphareth con Hod contiene el arcano mayor 15: El Diablo.

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Ilustración original de Virgil Finlay para la publicación de La Casa Maldita en Weird Tales


A Hesse, Jung y Joyce, se les suma otra figura histórica que fue también de enorme influencia para RAW y los Mitos de Illuminatus: Howard Philip Lovecraft; en el fragmento que nos ocupa esta semana, el escritor de Providence aparece como personaje y dialoga con Robert Putney Drake.

Parado frente a la casa de Benefit Street, Drake pudo ver la cima de Sentinel Hill más allá del pueblo, y la vieja iglesia abandonada que albergó a la Secta de la Sabiduría Estelar en la década de 1870. Se dirigió a la puerta, levantó el viejo llamador gregoriano (pensando en Lillibridge, el reportero, y en Blake, el pintor: ambos murieron investigando aquella secta), y golpeó tres veces. (pág. 267)

La casa del 135 de Benefit Street en Providence, Rhode Island, aún existe, y si bien Lovecraft no vivió en ella, la conocía porque su tía Lillian Clark vivió un tiempo allí. Su novela corta La Casa Maldita (The Shunned House, 1924) está basada en esta vivienda. La iglesia abandonada en Sentinel Hill, la Secta de la Sabiduría Estelar, el reportero Lillibridge y Blake, el pintor, son referencias al relato El Morador de las Tinieblas (1935), del cual hemos hablado en una entrada anterior. La señora Gamhill mencionada en la página 268 es, creo yo, a Annie E. Philip Gamwell, la tía de H.P.L.



¿Cuál es el propósito de la visita de Robert Putney Drake a H.P. Lovecraft? Drake, como hemos visto en páginas anteriores, busca casi desesperadamente contactarse con los Illuminati como parte de su plan de extorsión a la Mafia para crear un sindicato unificado del crimen, pero a pesar de dar pelos y señales, no lo logra – en apariencia. “Mi plan puede ser la última opción, pero los Illuminati todavía no se han contactado conmigo, a pesar de que ya deben estar informados ¡Oh, Weishaupt, qué montón de cabezas huecas intentan llevar a cabo tu obra!” (pág. 260). Luego de descifrar las últimas palabras de Dutch Schultz, e informado de las sociedades secretas por “sus amigos de Zúrich” (Hesse, Klee, etc.), Drake comienza a investigar sobre ocultismo y sobre los autores que han escrito sobre cultos y seres ancestrales, descubriendo que H.P.L. ha revelado gran parte del armazón oculto de los Illuminati (en el universo de Illuminatus, los Mitos de Cthulhu son una realidad); en vista de eso, Drake no va a ver a H.P.L. para advertirle lo que puede pasarle si sigue develando secretos: en realidad lo que quiere es averiguar si los Illuminati se han comunicado con Lovecraft.

Hace casi veinte años que él viene escribiendo sobre ellos, y ellos no lo han contactado. Yo he estado sacudiendo el bote en dos continentes y no me han contactado ¿Qué hay que hacer para que asomen una mano? Si no llego a un entendimiento con ellos, todo lo que arregle con Maldonado y Capone estará escrito en el viento. Simplemente no puedo hacer tratos con la mafia antes de tener un trato con ellos ¿Qué debo hacer? ¿Poner un aviso en el New York Times?: “Hey, hola Ojo que Todo lo Ve ¿Podría mirar en mi dirección? R. P. Drake, Boston” (pág. 270).

Para esta parte, creo que los autores – sobre todo Wilson – tomaron la voz de Lovecraft de ensayos tales como el famoso El Horror Sobrenatural en la Literatura (publicado en 1927 y revisado en 1934) y otros como Notas Sobre el Arte de Escribir Cuentos Fantásticos (publicado en 1937) y el breve ensayo autobiográfico titulado Algunas Notas Sobre Algo que No Existe (1933); el Lovecraft de Illuminatus dice (pág. 268):

“Soy un artista, un artista mediocre, me temo - y no me contradiga -. Valoro la honestidad por sobre todas las virtudes. Me gustaría creer (...) en mi propio talento. Pero la razón manda, (...) y yo poseo una capacidad bastante microscópica para crear un abanico minúsculo de efectos estéticos, todos macabros y limitados, que solamente atraen a una audiencia muy especial”.

Y en Notas Sobre el Arte de Escribir Cuentos Fantásticos el propio H.P.L., con el mismo tono de autocrítica dura, escribe:

Mi forma personal de escribir un cuento es evidentemente una manera particular de expresarme; quizá un poco limitada, pero tan antigua y permanente como la literatura en sí misma. Siempre existirá un número determinado de personas que tenga gran curiosidad por el desconocido espacio exterior, y un deseo ardiente por escapar de la morada-prisión de lo conocido y lo real, para deambular por las regiones encantadas llenas de aventuras y posibilidades infinitas a las que sólo los sueños pueden acercarse (...) Entre esta clase de personas apasionadas por los cuentos fantásticos se encuentran los grandes maestros - Poe, Dunsany, Arthur Mache, M. R. James, Algernon Blackwood, Walter de la Mare; verdaderos clásicos - e insignificantes aficionados, como yo mismo.

Lovecraft le aclara a Drake que es “estrictamente materialista” y que no cree en las amenazas de esos grupos esotéricos; Drake le pregunta entonces por qué incorpora elementos ocultistas en sus cuentos, a lo que H.P.L. le responde “Los vampiros, los fantasmas y los hombres lobos están pasados de moda; provocan más risa que terror. Consecuentemente, cuando comencé a aprender sobre el saber olvidado, antes de publicar ‘Dagon’, empecé a incorporarlo a mis historias. No imagina las horas que pasé con esos volúmenes antiguos en Miskatonic, discriminando entre toneladas de basura - Alhazred, Levi y Von Juntz eran verdaderos casos de manicomio, ¿Sabe? -, para sacar en limpio algunas nociones que fueran lo suficientemente ajenas como para causar un shock genuino, un estremecimiento verdadero en mis lectores”. En Algunas Notas Sobre Algo que No Existe, el autor escribe:

Creo que la escritura fantástica ofrece un campo de trabajo serio nada indigno de los mejores artistas literarios; aunque uno muy limitado, ya que refleja solamente una pequeña sección de los infinitamente complejos sentimientos humanos. La ficción espectral debe ser realista y centrarse en la atmósfera; confinar su salida de la Naturaleza al único canal sobrenatural elegido, y recordar que el escenario, el tono y los fenómenos son más importantes para comunicar lo que hay que comunicar que los personajes y la trama. La «gracia» de un cuento verdaderamente extraño es simplemente alguna violación o superación de una ley cósmica fija, una escapada imaginativa de la tediosa realidad; por lo tanto son los fenómenos más que las personas los «héroes» lógicos. Los horrores, creo, deben ser originales: el uso de mitos y leyendas comunes es una influencia debilitadora.

Con respecto a este recurso de Lovecraft buscar nuevas fuentes de inspiración “originales” para “causar un shock genuino” en sus lectores, el escritor Christopher Knowles propuso la idea de que H.P.L. utilizó ciertos conceptos de la Teosofía – en especial los de Alice Bailey – como fuente de inspiración para los Mitos de Cthulhu; en otro blog traduje el artículo de Knowles, que será de gran interés para los fans de Lovecraft.



En la página 269 Drake le pregunta si había recibido amenazas por parte de los grupos ocultistas, a lo que Lovecraft le responde: “Solamente cuando mencioné a Kali”. He buscado esta supuesta referencia a Kali en los cuentos de H.P.L. y no he podido encontrarla; lo más cercano que encontré fue una referencia a una divinidad india en A Través de la Puerta de la Llave de Plata (escrito en colaboración con E. Hoffmann Price)

Sabía que en Boston había existido un Randolph Carter, pero no estaba seguro de si él - el fragmento componente de la entidad que ahora se hallaba al otro lado de la Ultima Puerta - había sido ése o algún otro. Su yo había sido aniquilado; y no obstante, él - si es que efectivamente podía, ante aquella absoluta falta de existencia individual, decir él con entera propiedad - tenía conciencia de ser igualmente una legión de yos. Era como si su cuerpo se hubiese transformado repentinamente en una de esas efigies de brazos y cabezas múltiples que se adoran en los templos de la India, y contemplase el conglomerado resultante de un atolondrado intento de distinguir su cuerpo original de dichas reproducciones, si es que realmente (¡qué idea majestuosa!) había un original distinto de las infinitas encarnaciones.

Pero esta descripción no se corresponde específicamente a Kali, puede atribuirse a cualquiera de las divinidades hindúes de la Trimurti y a muchas otras más; creo que aquí los autores desenvainan otro de sus recursos astutos para mezclar los Mitos de Illuminatus con los de Cthulhu: Kali es, obviamente, una representación femenina del Caos, como Eris (Kali-¿Kallisti?); en los Mitos de Illuminatus, según Wilson y Shea, a los Illuminati no les preocupa que alguien investigue sus chanchullos debido a la Ley de los Cincos “cualquiera que intente describir sus operaciones suena como un paranoico” (pág. 227) y no reaccionaron a las supuestas revelaciones de Lovecraft sobre la naturaleza de su organización hasta que – supuestamente – mencionó a Kali, es decir a la divinidad de los discordianos. Los autores parecen sugerir que todo es aceptable para ellos, menos la propaganda de “la contra”, o como dice el dicho argentino “no hay que avivar a la gilada”.

Después, Drake le pregunta por qué nunca mencionó la Ley de los Cincos, a lo que Lovecraft le responde que la había sugerido en En las Montañas de la Locura. En esa novela corta, H.P.L. narra la historia de una raza extraterrestre que habría poblado la Antártida millones de años antes de la aparición del ser humano, a la que llama ‘los Grandes Antiguos’, unos seres con cabeza en forma de estrella de cinco puntas.

Wilson y Shea afirman – en dichos de Drake – que en El Caso de Charles Dexter Ward Lovecraft cita de manera incompleta una fórmula mágica de Historia de la Magia, de Eliphas Levi; dos cosas: la cita que Lovecraft incluye en El Caso de Charles Dexter Ward no está en Historia de la Magia, sino en Dogma y Ritual de la Alta Magia de Levi; y lo único que falta en la versión del relato es una sola repetición de la palabra Adonai:

Per Adonai Eloim, Adonai Jehova Adonai Sabaoth, Metraton Ou Agla (aquí falta otra repetición de Adonai) Methon verbum pythonicum, mysterium salamandrae cenventus silvorum, antra gnomorum, daemonia Coeli Gad Almonsin, Gibor, Jehosua, Evam Zariathnatmik, Veni, veni, veni.

En la página 271 se insinúa que Lovecraft conoce la meta de los rituales sangrientos de los Illuminati y su relación con la guerra y los regímenes dictatoriales, pero que no cree que nadie comprenda lo que implican “dudo que eso lleve a la gente a considerar mis cuentos con más seriedad, o a ver conexiones entre ciertos rituales, que nunca he descrito explícitamente, y aquellos actos que serán considerados como los excesos normales del despotismo”.

Finalmente vemos que los Illuminati no sólo contactan a Drake (pág. 271), sino que lo venían protegiendo aún antes de convocarlo, haciendo desaparecer (mediante los Lloigor, tal vez) a los sicarios enviados por la Mafia para atrapar a R.P.D. (pág. 270)



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“Kleopatra” dijo Malaclypse, “era un caso de cuidado. La hubiera consagrado Polimadre del planeta, si ella hubiera vivido. Por poco destruyó al Imperio Romano, y, en efecto, acortó su vida varias centurias. Forzó a Octavio a imponer y soportar tanto poder Anerístico, que sumió al Imperio en un estado prematuro de burocracia” (pág. 271)

Aquí Mal-1 se refiere a la teoría Illuminati de la historia, que tiene – por supuesto – cinco etapas: Verwirrung o caos, Zweitracht o discordia, Unordnung o confusión, Beamtenherrschaft o burocracia, y Grummet o desenlace (ver pág. 569). Según Malaclypse, Cleopatra forzó a Octavio y al Imperio Romano a entrar en una etapa de Beamtenherrschaft o burocracia precoz; Octavio era el heredero de Julio César, y tras el asesinato de éste gobernó como autócrata a Roma bajo una dictadura militar, llamada el Segundo Triunvirato (junto a Marco Antonio y Lépido). Octavio utilizó la relación de Marco Antonio con Cleopatra para convencer al Senado de que Antonio quería reducir el poder de Roma en Egipto, y esto llevó a una guerra civil, que terminó con la victoria de Octavio, el suicidio de Marco Antonio y Cleopatra, y con Octavio proclamándose Emperador.

La Muerte de Cleopatra por Jean Andre Rixen


En la página 273, para sorpresa de Joe, Malaclypse afirma que los Illuminati son neófilos, y que de hecho, fueron tal vez los primeros neófilos. Sobre este tema, hemos hablado en una entrada anterior.

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Otro tema interesante tocado en la lectura de esta semana es el de las sociedades secretas de la Golden Dawn y la Sociedad Vril. Ambas sociedades contienen un elemento Jodementes de realidad/ficción en su creación.

Hay fuertes dudas sobre la verdadera existencia de una Sociedad Vril durante la Alemania nazi, tal vez debido a que el concepto de Vril fue tomado de una novela de ciencia-ficción de Edward Bulwer-Lytton, La Raza Futura, publicada en 1871. Dos de los defensores de la teoría de que sí existió la Sociedad Vril fueron los ya citados Louis Pauwels y Jacques Bergier. En El Retorno de los Brujos cuentan que conocieron de su existencia gracias a Willy Ley, un ingeniero alemán que se había exiliado en EEUU y que en 1947 publicó un artículo llamado Pseudociencias en la Tierra de los Nazis en la revista Astounding Science Fiction



El doctor Willy Ley, uno de los más grandes expertos del mundo en materia de cohetes, huyó de Alemania en 1933. Por él nos hemos enterado de la existencia en Berlín, poco antes del nazismo, de una pequeña comunidad espiritual que reviste un gran interés para nosotros. Esta comunidad se fundaba, literalmente, en una novela del escritor inglés Bulwer Lytton: La Raza Futura. Esta novela presenta a unos hombres cuyo psiquismo está mucho más desarrollado que el nuestro. Han adquirido poderes sobre ellos mismos y sobre las cosas que los hacen semejantes a los dioses. Por lo pronto, siguen ocultos. Habitan en cavernas, en el centro de la Tierra. Pronto saldrán de ellas para reinar sobre nosotros. Esto era todo lo que parecía saber el doctor Willy Ley. Añadía, sonriendo, que los discípulos creían poseer ciertos secretos para cambiar de raza, para igualarse a los hombres ocultos en el fondo de la Tierra. Eran métodos de concentración y toda una gimnasia interior para transformarse. Comenzaban sus ejercicios contemplando fijamente la estructura de una manzana partida en dos... Nosotros proseguimos la investigación, Esta sociedad berlinesa se llamaba: «La Logia Luminosa» o «Sociedad del Vril». El Vril es la enorme energía de la cual sólo utilizamos una ínfima parte en la vida ordinaria, el nervio de nuestra divinidad posible. El que llega a ser dueño de un vril se convierte en dueño de sí mismo, de los demás y del mundo. Aparte de esto, no hay nada deseable. Todos nuestros esfuerzos deben tender a ello. Todo lo demás pertenece a la psicología oficial, a la moral, a las religiones, al viento. El mundo va a cambiar. Los Señores saldrán de debajo de la Tierra. Si no hemos celebrado una alianza con ellos, si no somos también señores, nos veremos entre los esclavos, entre el estiércol que servirá de abono a las nuevas ciudades.

Más adelante, Pauwels y Bergier afirman que la Sociedad Vril era como una especie de círculo interno de la Sociedad Thule, y que Karl Haushoffer, Rudolf Hess y Adolf Hitler eran algunos de sus miembros más conocidos.



Con respecto a la Golden Dawn, también hay muchas dudas; no en lo referente a su existencia, pero sí a su origen. La Orden Hermética de la Aurora Dorada, o Golden Dawn, fue fundada en Londres en 1888 por William Wynn Westcott, Samuel MacGregor Mathers y William Robert Woodman. El Dr. Wynn Westcott, masón y médico londinense, supuestamente encontró – en una tienda de libros usados – un documento en apariencia muy antiguo escrito en un código que parecía una mezcla de griego antiguo y símbolos astrológicos. Al parecer, Wescott logró descifrar el código y descubrió que el documento contenía cinco rituales mágicos. Entre las páginas del manuscrito cifrado, Wescott dice haber encontrado la dirección de una tal Anna Sprengel de Stuttgart, a quien escribió. La señora Sprengel, quien supuestamente era la condesa de Landsfeld e hija natural de Luis I de Baviera y Lola Montez, aparentemente le respondió que los rituales pertenecían a un grupo ocultista alemán llamado Die Goldene Dämmerung – la Aurora Dorada –, y lo autorizó a fundar una rama inglesa de dicha orden. La cuestión es que la existencia de la señora Sprengel nunca pudo ser demostrada, y al parecer habría sido un invento de Wynn Westcott para legitimar a la Golden Dawn y transformarla en heredera de una larga tradición mágica.



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5s, 17s, y 23s: “¿Por qué (...) nunca mencionó la Ley de los Cincos?” (pág. 269); “¿Kleopatra? preguntó Simon Moon veintitrés años después”, y “Lake Shore Drive 2323” (pág. 271); “los diecisiete apóstoles originales - cinco de ellos fueron borrados de los registros” (pág. 273).