Lectura de
Illuminatus semana 26
Por Mazzu
Trilogía
Illuminatus
(Desde la página 287 a la 297)
George
Dorn escapa al desastre de la mansión Drake y se vuelve a reunir con Hagbard Celine
y su grupo en el Lief Erikson; en
otra línea temporal, Joe Malik realiza el primer experimento con la droga
neofílica AUM; en el ‘presente’ Peter
Jackson intenta continuar con la revista Confrontación
después del atentado con explosivos en sus oficinas...
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Al
mejor estilo del desgraciado protagonista de un cuento lovecraftiano, Robert
Putney Drake documenta sus últimos momentos en este mundo escribiendo
frenéticamente en un diario con los pocos jirones de cordura que le restan
(sobre su muerte pueden leer en la entrada anterior):
¡Puedo
escucharlos! Los mismos sonidos recogidos por Poe y Lovecraft: ¡Tekeli-li, tekeli-li!
(pág. 287)
El
grito “¡Tekeli-li!” aparece por
primera vez en Las Aventuras de Arthur
Gordon Pym de Edgar Allan Poe, y es tomado en préstamo por H.P. Lovecraft
para su novela corta En las Montañas de
la Locura, donde se lo atribuye a los Shoggoths:
De
pronto se oyó un sonido que nos hizo olvidar nuestros proyectos anteriores, y,
rompiendo aquel sortilegio maléfico, nos hizo correr locamente a lo largo de
los megalíticos túneles, llegar a la torre circular y subir rápida y
automáticamente por la rampa hasta encontrar al fin el aire y la luz del día.
Aquel
nuevo sonido (...) Tenía ciertamente una curiosa semejanza con los silbidos del
viento en las cavernas. (...) Naturalmente, nuestra interpretación tenía como
base lecturas comunes, pero Danforth había sugerido una vez que Poe había
debido recurrir a unas fuentes muy poco conocidas cuando estaba escribiendo Las Aventuras de Arthur Gordon Pym. Se recordará
que en esa fantástica narración hay una palabra de significado desconocido,
pero prodigiosa y terrible, y que gritan las aves gigantes, blancas como
espectros, de aquellas malignas regiones antárticas: ¡Tekeli-li! ¡Tekeli-li!. Esto, debo admitirlo, es lo que creímos
oír en aquel grito que venía desde esa niebla blanca. (...)
De
nuevo volvió a oírse el grito sobrenatural: ¡Tekeli-li!
¡Tekeli-li!. Y al fin recordamos que los shoggoths, habiendo recibido de
los Antiguos vista, pensamientos y órganos plásticos, no tenían tampoco otra
voz que las de sus amos desaparecidos.
Ambas
novelas transcurren en la Antártida, por supuesto. En Las Aventuras de Arthur Gordon Pym Poe no explica qué significa
aquella exclamación, pero lo relaciona con el terror:
«¡Tekeli-li!» era el grito de los
naturales de Tsalal atemorizados delante del cadáver del animal «blanco»
recogido en el mar. «¡Tekeli-li!» era
también la exclamación de terror del salvaje cautivo al ver las camisas y el
pañuelo «blanco» y el grito de las aves gigantescas «blancas» que salían de la
cortina «blanca» de vapor extendida sobre el horizonte.
Este
“terror a la blancura” nos recuerda también lo que decíamos en la entrada
anterior sobre la muerte de Robert Putney Drake, donde Wilson y Shea fundían El Morador de las Tinieblas de H.P.L. con
Moby Dick de Herman Melville:
Blanco,
vacío Blanco. El ojo de Ahab. (...) Los relámpagos parecían oscuridad, y la
oscuridad parecía luz (...) Veo que la blancura de la blancura es negra
También blanca
es la piel de la misteriosa aparición al final de Las Aventuras de Arthur Gordon Pym:
Las
tinieblas eran más densas y nos iluminaba únicamente la claridad de las aguas
en las que se reflejaba la blanca cortina extendida delante de nosotros. Una
multitud de aves gigantescas, de una blancura lívida, volaban detrás del
singular velo, y huían al vernos, gritando «¡Tekeli-li!
» (...) Y entonces nos precipitamos en las entrañas de la catarata, donde se
abrió una sima como para recibirnos. Pero he aquí que en nuestro camino se alzó
una figura humana, velada, de proporciones mucho mayores que las de ningún
habitante de la tierra. Y el color de la piel de aquel hombre era más blanco
que la nieve.
Eso es todo, así
termina el relato en primera persona de Pym. Después hay una explicación breve
diciendo, desde la voz del editor, que Pym había fallecido sin escribir el
final de la historia, y muy poco más. Mucho se ha hablado sobre este final
abrupto: la mayoría de los análisis concuerda en que la enorme figura velada blanca
es una representación de la muerte; otra explicación – que me interesa más –
alega que la “sima que se abre” para recibir a la embarcación era, ni más ni
menos, la entrada polar a la Tierra Hueca, y que la figura gigantesca era uno
de los habitantes del mundo interior. Si bien la teoría de la Tierra Hueca data
del siglo XVIII, a comienzos del siglo XIX había recibido un nuevo impulso
gracias al militar estadounidense John Cleves Symmes Jr., causando bastante
controversia. Aunque el propio Symmes nunca escribió libros sobre el tema,
varios de sus ‘discípulos’ publicaron trabajos sobre la Tierra Hueca. James McBride
escribió La Teoría de las Esferas
Concéntricas de Symmes en 1826, y Jeremiah Reynolds publicó un artículo en The American Quarterly Review en 1827, Observaciones Sobre la Teoría de Symmes.
A mediados de la década de 1830, cuando Poe comenzó a escribir Las Aventuras de Arthur Gordon Pym
(publicado finalmente en 1838), el tema de la Tierra Hueca todavía estaba muy
en boga. Esta interpretación me parece atractiva... podría ser que Poe
estuviera refiriéndose a la teoría de Symmes, ¿quién sabe? (Martín Agharta Díaz
escribió sobre este tema en conexión con la novela de Wilson y Shea, ver en
entrada de la Semana 19 bis)
Volviendo a Illuminatus, un poco más adelante, pero
todavía en la página 287, Robert Putney Drake escribe:
Hay
cosas peores que la muerte, vivisecciones del espíritu.
Analizar
esa simple frase me hizo comprender mucho mejor al personaje de R.P.D. La
primera parte, “hay cosas peores que la muerte”, es una cita de la película Drácula (1931), dirigida por Tod
Browning y con Béla Lugosi en el papel del Conde.
“Morir,
estar realmente muerto, debe ser
glorioso... Hay cosas mucho peores que la muerte aguardando al hombre”
Robert
Putney Drake parece anticiparse a su destino: no va a morir realmente, sino algo mucho peor; como
dice la niña que enloquece después del incidente en la Mansión Drake: “él todavía está vivo adentro de esa cosa”
(pág. 288); esto nos lleva al siguiente fragmento de la frase, y – para mí – el
más revelador de la psicología del personaje: “vivisecciones del espíritu”.
Esta es una cita de Friedrich Nietzsche en Más
Allá del Bien y del Mal
Lo
que disfrutaba el romano en el circo, el cristiano en los éxtasis de la cruz,
el español ante las hogueras o en las corridas de toros, el japonés de hoy que
se aglomera para ver la tragedia, el trabajador del suburbio de París que tiene
nostalgia de revoluciones sangrientas, la wagneriana que «aguanta», con la voluntad
en vilo, Tristán e Isolda, lo que
todos esos disfrutan y aspiran a beber con un ardor misterioso son los brebajes
aromáticos de la gran Circe llamada «Crueldad». En esto, desde luego, tenemos
que ahuyentar de aquí a la psicología cretina de otro tiempo, que lo único que
sabía enseñar acerca de la crueldad era que esta surge ante el espectáculo del
sufrimiento ajeno: también en el sufrimiento propio, en el
hacerse-sufrir-a-sí-mismo se da un goce amplio, amplísimo, y en todos los
lugares en que el hombre se deja persuadir a la autonegación en el sentido religioso, o a la automutilación, como
ocurre entre los fenicios y ascetas, o, en general, a la desensualización,
desencarnación, contrición, al espasmo puritano de penitencia, a la vivisección de la conciencia y al
pascaliano sacrifcio dell’intelletto,
allí es secretamente atraído y empujado hacia adelante por su crueldad, por
aquellos peligrosos estremecimientos de la crueldad vuelta contra nosotros
mismos.
Aquí
nos damos cuenta de que Drake traiciona a los Illuminati conscientemente para
castigarse a sí mismo: “traicioné a mi país, a mi planeta, y peor aún,
traicioné a Robert Putney Drake, el gigante de la psicología que asesiné cuando
usé el secreto para adquirir poder, en vez de usarlo para curar” decía en la
página 284; y en la 286: “¿Podría haber elegido alguna otra forma más agradable
de suicidarme? La pregunta era retórica; Jung estaba en lo correcto con su Ley
de los Opuestos. Hasta Freud lo supo: todos los sádicos, al final, se
transforman en masoquistas”. Pero el masoquismo de Drake no termina con su
muerte; como implica en sus citas a Drácula y a Nietzsche, él escogió
autoflagelarse para el resto de la eternidad, en el que sería un equivalente
lovecraftiano al tradicional infierno del cristianismo.
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En
su trato con Hagbard Celine a cambio de las invaluables estatuas atlantes, la
Mafia se había comprometido a ‘reventar’
a “veinticuatro agentes Illuminati”
(pág. 218); en la página 289, George Dorn se entera del cumplimiento del trato
por parte del Sindicato mientras mira la TV. Sin embargo, el conductor del
noticiero dice que “la cifra de víctimas de esta modalidad de homicidios
asciende a veintisiete” ¿quiénes
eran, entonces, las tres víctimas restantes? Yo creo que eran Drake, Maldonado
y Jung, que fueron asesinados (mediante Nyarlathotep) como reacción a la
traición y ataque del Sindicato a los Illuminati. En el noticiero – por
supuesto – no hacen distinción entre los miembros de un bando y el otro.
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En
la página 291, ante el reproche de George – que había sido enviado a una misión
en la que ‘casi lo matan’ – Hagbard responde “el miedo a la muerte es el
comienzo de la esclavitud”; esta frase es una cita de un anarquista inglés poco
conocido, Arthur Desmond.
Se
cree que Arthur Desmond, bajo el seudónimo de Ragnar Redbeard, escribió Might Is Right, or The Survival of the
Fittest (La Fuerza es el Derecho o la
Supervivencia del Más Apto). De Wikipedia:
Publicado
por primera vez en 1890, aboga en gran medida por la amoralidad, el consecuencialismo
y el hedonismo psicológico. En La Fuerza
es el Derecho, Redbeard rechaza las ideas convencionales sobre los derechos
humanos y naturales y sostiene que sólo la fuerza o el poder físico pueden establecer
el derecho moral (al estilo de Calicles o Trasímaco).
El
historiador anarquista individualista James J. Martin lo llamó “sin duda una de
las obras más incendiarias publicadas donde sea”. Esto se refiere al contenido
controversial, como el punto de vista de que la debilidad debe ser odiada, y debido
a la presencia fuerte y contundente del darwinismo social en el texto. También
hay partes controversiales del libro que tienen que ver con la raza y las
relaciones hombre-mujer, alegando que la mujer y la familia en su conjunto son
“propiedad” del hombre.
En
La Fuerza es el Derecho, Desmond
resume su filosofía de la sociedad, la autoridad, el poder, la violencia y la
religión. (...) Veía al cristianismo como la religión de los débiles. Las
primeras líneas de La Fuerza es el
Derecho “muerte al débil, abundancia al fuerte”, ilustran su creencia de
que la debilidad justificaba la esclavitud y el odio.
Desmond
era un defensor del darwinismo social y creía que la religión organizada era
particularmente perjudicial para el crecimiento y la ambición personal. Sus
puntos de vista sobre los derechos humanos inalienables es que eran totalmente
inexistentes y describía a los derechos humanos como un “botín” del hombre
conquistador y algo para ser disfrutado sólo cuando se ganaba.
Una
teoría afirma que esta obra de Desmond en realidad era una sátira y que sus verdaderas
creencias estaban más cerca de socialismo y de la revolución obrera.
Tal
vez los autores incluyeron la cita para acentuar el supuesto “anarquismo de
derecha” (según Simon Moon) de Hagbard; o, conociendo la teoría de que tal vez Might Is Right era una sátira, sumaron
la cita para enfatizar el carácter trickster
de Hagbard...
(¡Ah!
Por cierto: Desmond murió el 23 de
enero de 1929)
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El
‘Prater Paragranus’ aludido en el fragmento que lee George de Sexuality, Magic and Perversion, de
Francis King, en realidad es ‘Frater Peregrinus’ – el error tipográfico estaba
en el original y yo lo copié tal cual como estaba. Frater Peregrinus era el
nombre de iniciado de Theodor Reuss, un ocultista tántrico, francmasón, y
miembro fundador – junto a Carl Kellner – de la Ordo Templi Orientis, u O.T.O. A
mediados de la década de 1890 (alrededor de la misma época en que comenzó a
delinearse la O.T.O.), Reuss intentaba resucitar a la Orden de los Illuminati
en Alemania, junto a Leopold Engel. A Kellner no le caía bien Engel, ni tampoco
la idea del resurgimiento de la Orden de Weishaupt, aunque posteriormente la
O.T.O. adoptaría la imaginería Illuminati para su grado VIIIº: ‘Pontífice
Perfecto de los Illuminati’ y ‘Epopte de los Illuminati’. A principios del
siglo XX varias órdenes fraternales afirmaron ser herederas de los Illuminati. La
historia de la O.T.O. y su relación con la masonería, los Illuminati, el
rosacrucismo, otras órdenes vinculadas, y Aleister Crowley – en esa época de
ebullición esotérica – es muy interesante, pero a la vez compleja e intrincada;
a quien le interese, puede leer un buen resumen en esta página.
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Del
relativo “presente” – en el que George vuelve al submarino de Hagbard luego del
pacto con el Sindicato, y después de enterarse por el noticiero de la ola de
asesinatos (1975, o 1976, tal vez) – volvemos a otra línea de tiempo en el
pasado, a 1970 (tal vez) donde Joe Malik está haciendo una primera prueba
experimental con la droga neofílica AUM disimulada en un inocente jugo de
tomate que él personalmente distribuye en la calle de manera gratuita en
Chicago. Esta fue la exitosa prueba inicial, y los discordianos después doblarían
la apuesta infiltrándose en una reunión de los KCUF, donde Joe y Simon
condimentarían el ponche con AUM.
Otto
Waterhouse – el policía que después será la mano derecha del Illuminatus Milo
Flannagan – nos ubica temporalmente con algo que dice: “hace dos años una
gavilla de hippies amenazó con echar LSD al suministro de agua de la ciudad”.
Se refiere al famoso incidente de 1968, cuando el líder de los Yippies, Abbie
Hoffmann, amenazó con echar LSD al suministro de agua de Chicago en el
transcurso de las protestas contra la guerra de Vietnam durante la convención
democrática de 1968; así que si lo del jugo de tomate fue “dos años después”,
estaríamos hablando de 1970.
A
lo largo de la novela, vamos viendo cómo afectó el AUM a distintos personajes;
en la sección de esta semana vemos cómo funcionó en dos personajes bastante
distintos: un conspiranoico ultraconservador llamado Harold Canvera, y el juez
Calígula Bushman. El juez Bushman, recordemos, era el juez que había procesado
a Simon Moon por los disturbios de la convención democrática de 1968 (ver pág.
158), y tenía fama de ser el juez más reaccionario y duro del circuito judicial
de Chicago; era conocido con el apodo de King Kong por su severidad. El AUM lo
hace cambiar, y RAW y Shea aprovechan este volantazo para entregarnos, a través
de la boca del juez – ahora neófilo –, una de las mejores críticas que he leído
contra la política internacional belicista e intervencionista del gobierno de
los EE.UU., crítica que, a pesar de haber sido escrita hace más de 40 años,
todavía es lamentablemente actual (pág. 293):
“¿Qué
pensaría usted de un hombre que no solamente tuviera un arsenal en su casa, si
no que, haciendo un enorme sacrificio financiero, estuviera recolectando un
segundo arsenal para proteger al primero? ¿Qué diría si a su vez los vecinos de
ese hombre, temerosos, coleccionaran armas para protegerse de él? ¿Y qué si
este hombre gastara diez veces más dinero en su costoso armamento que en la
educación de sus hijos? ¿Qué pensaría usted si uno de sus hijos criticara su
hobby, y el hombre lo llamara traidor y vago, y lo desheredara? ¿Y qué si él
tomara al hijo que siempre le obedeció fielmente, lo armara hasta los dientes y
lo enviara al mundo a atacar a sus vecinos? ¿Qué diría de un hombre que
envenenara el mismo aire que respira y el agua que bebe? ¿Qué tal si este hombre
no solamente riñera con los vecinos de su cuadra, si no que se metiera en
querellas ajenas en distintas partes de la ciudad, incluso en los suburbios
alejados? Dicho sujeto sería claramente un esquizofrénico paranoico con
tendencias homicidas. Ése es el hombre que debería ser procesado, y bajo nuestro
iluminado sistema moderno de jurisprudencia, intentaríamos curarlo y
rehabilitarlo en vez de simplemente castigarlo. (...) Desestimo el caso en varios
niveles. El Estado, como entidad corporativa, es clínicamente insano, y es
absolutamente inadmisible arrestar, procesar y encarcelar a aquellos que no
estén de acuerdo con sus políticas. Pero a pesar de ser obvio para cualquier
persona con sentido común, dudo que éste criterio cuadre dentro de nuestro juego
jurisprudencial americano. También dictamino que el derecho a destruir
propiedad gubernamental está protegido por la Primera Enmienda de la
Constitución de los EEUU, por lo tanto, el delito con que se acusa a estas
personas no es considerado como tal por la Constitución. Las propiedades
estatales son propiedades del pueblo, y el derecho de cualquier persona a
expresar disconformidad con su gobierno destruyendo propiedades gubernamentales
es inviolable y no puede ser penado. (...) El Estado no existe en términos
físicos, como una persona, sino que es una ficción legal. Una ficción legal es
una forma de comunicación. Cualquier propiedad poseída por una forma de
comunicación, es en sí una forma de comunicación también. El Gobierno es un mapa,
y los papeles del gobierno son el mapa de un mapa. El medio, en este caso, es definitivamente
el mensaje, como afirmaría cualquier semántico. Entonces, cualquier acción física
dirigida contra una comunicación, debe ser considerada también una
comunicación, el mapa del mapa de un mapa. Por lo tanto, la destrucción de
propiedades gubernamentales está protegida por la Primera Enmienda. (...) Mi
dictamen que los acusados no deben sufrir arresto. Caso cerrado”.
Harold
Canvera parece ser el estereotipo del conspiranoico estadounidense: conservador
puritano, derechista anticomunista, y patriota militarista. Canvera pertenecía
a una organización patriótica conectada a los Relámpagos de Dios, la Pueblada
Unida de Trabajadores Anticomunistas (P.U.T.A.), y se dedicaba a “grabar
mensajes telefónicos contra los Illuminati, los comunistas, los socialistas,
los liberales, los indiferentes y contra los republicanos insuficientemente
conservadores” y a enviar panfletos a los interesados. Si Harold Canvera
viviera hoy en día, es probable que tuviera un programa online vía podcast con
sus despotriques. Sin embargo, su público telefónico no era el que él esperaba:
“eran hippies de la Avenida Lincoln que lo llamaban cuando estaban colocados
para experimentar lo que ellos llamaban ‘un viaje mental realmente extraño y
loco’, (...) con su onda racista, xenófoba y anti-Illuminati” (pág. 295). El AUM
lo cambia, y en la página 294 leemos:
Algunas
de estas ideas nuevas y extrañas provenían de varios periódicos
anarco-derechistas (subsidiados secretamente por Hagbard Celine) que Canvera
había recibido misteriosamente hacía tres meses, pero que no había leído hasta
después de ingerir el AUM. Dichas publicaciones habían sido enviadas por Simon
Moon como una broma, con el remitente “Illuminati Internacional, nº 34 de Calle
68 Este, New York”, dirección del cuartel general del Consejo para las
Relaciones Exteriores, considerado por los Birchers como un semillero Illuminati.
(Y en la página 296) Canvera había recibido muchas bromas por correo:
pornografía, panfletos rosacruces ilustrados con el dibujo de un ojo dentro de
una pirámide, y cartas falsas de supuestos admiradores firmadas con nombres
tales como Eldridge Cleaver, Fidel Castro, Anton Szandor LaVey o Juez
Crater, todas fraguadas, por supuesto, por su audiencia de la Avenida
Lincoln.
La
acción de Simon de enviarle correspondencia extraña a Canvera, y con el
remitente de los Illuminati, me suena a una referencia autobiográfica de Bob
Wilson y los Discordianos; como cuenta Jesse Walker en United States of Paranoia:
[Robert
Anton] Wilson asentó las instrucciones básicas para la Operación Jodementes en
una nota enviada a varios amigos (incluyendo a [Paul] Krassner). Los
participantes debían “hacer circular todos los rumores aportados por otros
miembros” y debían “atribuir todas las calamidades nacionales, asesinatos o conspiraciones
a los otros grupos”. Un gran riesgo, advirtió, es que “el Establishment podría ser lo suficientemente paranoico como para
creer alguna leyenda loca iniciada por alguno de nosotros y luego arrestarnos a
todos por haber matado a Abraham Lincoln”.
Así
que enviaron una carta con membrete de los Illuminati bávaros a la Christian
Anti-Communist Crusade (Cruzada Cristiana Anticomunista), sólo para confirmarles
que “si, hemos tomado las riendas del negocio de la música rock. Pero ustedes
todavía son tan ingenuos. Nos hicimos cargo del mundo de la música en 1800.
Beethoven fue nuestro primer converso”. Robert Welch de la John Birch Society
recibió una carta informándole que Gary Allen era un agente Illuminati. Cuando
un jurado de Nueva Orleans se negó a condenar a uno de los hombres que Jim
Garrison culpara por el asesinato de JFK, Art Kunkin, seguidor de Garrison y
editor del periódico izquierdista Los Angeles Free Press, recibió una misiva de
la “Orden del Angel Fénix” revelando que los miembros del jurado eran todos
miembros de los Illuminati. El signo indicador, explicaba la carta, era que a
todos ellos les faltaba el pezón izquierdo.
Esta
acción discordiana se llama Jake, y
Kerry Thornley la explica en la introducción de la 5ta edición del Principia Discordia:
Nuestro
programa de divulgación se llama Correo
Anormal Anerístico y el Viejo Sam lo define como “cosas raras enviadas por
diversión a aquellos que siguen atrapados en la Región del Batacazo” – es
decir, a los retrógrados. Cuando un pagano adorador del orden hace un
comentario público especialmente poco inteligente, es probable que ese imbécil desprevenido
reciba un Jake – una caja de correo completamente
llena de cosas raras de parte de los Discordianos de todas partes, ese mismo día.
“Para un máximo aprovechamiento” dice el Viejo Sam, “un buen Jake debe ser
enviado como respuesta a una flagrante manifestación de Delirio Anerístico, no
solamente con la intención de castigar sino de enseñar y divertir al mismo
tiempo (o también hacer que se pongan furiosos). Los mejores Jakes son aquellos
que involucran a muchos Discordianos, todos conspirando para contactar al
sujeto en cuestión el Día del Jake – un excelente ejemplo del acuerdo
Discordiano, aunque suene paradójico”
Y
la otra ‘víctima’ del AUM mencionada en el fragmento de esta semana es Clem
Cotex, un comerciante de Little Rock, Arkansas, que ingiere la droga en la
convención de los KCUF. Luego de ese incidente culminó sus estudios
universitarios y escribió un libro que dedicó a ‘James Mallison’ (Joe Malik): Ciencia Ortodoxa: La Nueva Religión. Este
título me suena bastante parecido al de un libro que Wilson escribió una década
más tarde, The New Inquisition:
Irrational Rationalism and Citadel of Science (La Nueva Inquisición: Racionalismo Irracional y el Fortín de la Ciencia).
En éste, Wilson arremete – precisamente – contra la ‘ciencia ortodoxa’ y contra
la forma en que esta censuró y acalló teorías que no cuadraban a la perfección
en el canon científico tradicional, como en el caso de Wilhelm Reich, que el
autor usa de ejemplo recurrente.
Desde
el foro de lectura, Martín Agharta Díaz nos mandó su opinión sobre la lectura
de esta semana:
El
pasaje donde el juez Bushman ingiere el AUM siempre me resultó muy
significativo, además de divertido (ver arriba cita de página 293). Mientras
leía por primera vez la trilogía, estaba justo con Todos Sobre Zanzíbar (1969) de John Brunner (reseña aquí), en dónde
encontré un paralelismo de la “desprogramación” causada por el efecto de la
ingesta de substancias, en éste caso en la figura de un obispo dando su sermón,
a quien le aplicaron con una brocha en la barandilla del pulpito una mezcla de
vesicante y alucinógenos, cito (disculpas la extensión de la cita, resumí lo
más posible):
“Predicción:
cuando el obispo cierre las manos, como hace invariablemente, sobre la
barandilla del pulpito…
Verdad:
—La
lectura que comento hoy está tomada del Libro
de la Revelación de San Juan el Divino, capítulo decimoséptimo, verso
primero. ¡Ejem!:
«Yo
te mostraré el juicio de la gran prostituta que cubría muchas aguas».
»Bien,
no me cabe duda de que algunos de vosotros… (¡huy! ¿Qué, en el nombre de…?)… os
habréis quedado un poco sorprendidos (¿por qué me pueden escocer así las
manos?) por mi elección de este texto… completamente deliberada, os lo aseguro
(quizá se me pase si intento ignorarlo)… con el fin de dramatizar de la forma
más violenta posible una verdad que algunas personas, que se declaran
cristianas como nosotros, se niegan a ver (¡quema como el fuego del infierno!).
»Y
puesto que el Hombre tiene una chispa de divinidad en su naturaleza, los
fundadores de nuestra Iglesia no temieron utilizar parábolas humanas, uno
podría decir casi crudamente humanas, en sus enseñanzas. (..)
Afortunadamente
hemos llegado a reconocer algunos aspectos implícitos en la responsabilidad que
hemos recibido al ser creados en cuerpos materiales y, entre estos, se
encuentra la aceptación del hecho de que la elección del símbolo del matrimonio
entre nuestro Señor y su Novia la Iglesia no fuera un accidente… de que,
resumiendo, la unión entre el hombre y la mujer es una expresión del amor, una
expresión del amor, en otras palabras… ah… una expresión del amor. (¡Espero que
no se den cuenta si me apoyo en la columna de detrás!). (..)
»Naturalmente,
cada vez es más y más difícil encontrar prostitutas en estos tiempos. Cuando yo
era joven, había algunos entre mis compañeros que… ah… recurrían a tales
personas, y yo pensaba que eran dignos de compasión porque evidentemente no
habían llegado a un acuerdo con la facultad inherente, como se podría decir, de
expresar el afecto que va implícito en el acto que no tiene por objeto solo la
perpetuación de nuestra especie, sino también la donación de placer por una
persona a otra u otras.
»Cuando
digo “otras” me refiero, naturalmente, al lamentable hecho de que nosotros, los
seres humanos, somos infinitamente menos que perfectos y, en cierto sentido, la
realización completa de esta facultad enviada por el cielo de satisfacer a la
compañera o al compañero de toda la vida es, como cualquier otra actividad
humana, algo que requiere experimentación y práctica antes de llegar a la
habilidad máxima y, así y por ello, vemos que hay personas que se casan y
después sienten sinceramente haber elegido esta pareja en particular a quien,
al fin y al cabo, no estamos adaptados y de quien nos separamos con dolor
porque…
»Muchísima
gente no se percata de esto, como muy bien sabéis. Quiero decir que, desde el
mismo momento del gran cisma de finales del siglo XX, asistimos al espectáculo
nauseabundo de algunos fanáticos atemorizados allá en Madrid bombardeando a
quienes se supone que son sus hermanos católicos con una serie de bulas y
encíclicas y todo eso… no solo porque la Iglesia Romana haya percibido la verdad
fundamental de que el hacer el amor es algo más que fabricar una serie de niños
a los que poder salpicar con un poco de agua bendita y enviar al cielo para que
sigan sonando las aleluyas y reconocido la necesidad de las píldoras
anticonceptivas. Pero he aquí a este Papa Eglantine aferrándose a eso de que no
se debe interferir con las normas divinas y dar a los otros hijos una
oportunidad de crecer cómodamente para que puedan llegar a ser seres humanos
adultos y equilibrados; oh, no, uno
nunca debe disfrutar con nadie a menos que sea para procrear como si no
fuéramos ya bastantes por aquí tropezando mutuamente en los talones de los
demás y metiéndonos por medio constantemente y quitándonos prácticamente el pan
de la boca porque somos tan ávidos y egoístas y.. Dios, es como para que uno
quiera volverse musulmán, lo es de verdad, porque prometen una serie de huríes
permanentemente vírgenes cuando mueres y qué son las píldoras anticonceptivas
sino una contrapartida de aquí y ahora de ese estar fastidiado cuando la mujer
de uno queda embarazada y yacer solo noche tras noche incapaz de dormir por las
ganas y ya sabéis que literalmente llega a ser un dolor al cabo de un tiempo y
todos esos idiotas de mierda como San Agustín que de jóvenes se divirtieron con
las mujeres de la calle y después cambiaron de chaqueta y lo prohibieron para
todos los demás creo que tenía la sífilis y se le metió en el líquido espinal y
le dejó inútil y si no fuera por el hecho de que probablemente sea impotente
todo el mundo creería que le habría pasado lo mismo al Papa Eglantine y a su
panda de Católicos Tradicionales. ¿Por qué no me callo y dejo de enchufaros
tonterías en las orejas cuando lo que deberíais estar enchufando es otro órgano
completamente distinto?”
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Y
por último, una mención especial a un personaje muy interesante: el Dr. Horace
Naismith, presidente de Pueblada Unida de Trabajadores Anticomunistas (P.U.T.A.),
que también dirigía la Congregación
Heroica Urbana Contra el Humanismo Antipatriótico (C.H.U.C.H.A.), el Movimiento
Anti-feminista de Chauvinistas Organizados (M.A.C.H.O.), la Sociedad John
Dillinger Murió por Ti, los Veteranos de la Revolución Sexual y la Fundación del
Coloso de Yorba Linda; Horace Naismith “tristemente estaba metido en todo
aquello sólo por el dinero y no tenía tiempo para quejas insignificantes”.
Naismith es un bribón, un trickster,
pero a diferencia de los otros tricksters
de Illuminatus – como Hagbard y
Markoff Chaney –, el objetivo de Naismith es llano y simple: recaudar dinero.
En esto se parece bastante a Carmel o a la Mafia, aunque él no utiliza ningún
método violento para desplumar a sus víctimas, usa solamente su ingenio y su
talento natural para engatusar a la gente, fundando compulsivamente ONGs para
colectar plata... ¡y es todo un genio eligiendo los nombres de los grupos que
funda!
La
foto es meramente ilustrativa; siempre me imaginé a Naismith como a este
personaje interpretado por Sam Elliott en The Big Lebowski, no sé por qué jaja
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5s,
17s, y 23s: “El biciclo y el triciclo. 23 skidoo. Dentro del pentágono”
(pág. 287); “A cinco kilómetros de la
estancia de Drake” (pág. 288); “La quinta
semana Canvera dio un nuevo giro (...) Luego se dio cuenta de que 3125 era cinco elevado a la quinta potencia” (pág. 296); “Esta nueva teoría de Universo Pentaédrico”, “1472” 14+7+2=23 o 1+4+7+2=14, 1+4=5 (pág. 297)
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The
Golden Vanity por Bear McCreary
“Cantaban
La Vanidad Dorada sobre Raleigh”
(página 287)
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ResponderEliminarLa primera edición oficial en español del libro Might Is Right se puede encontrar en https://amzn.to/2xEluMR, cabe anotar que es un libro espectacular.
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