LOS SECRETOS
ILUMINATI DEL OSCURO ARTE LLAMADO DUCDAME, LA MAGIA NEGRA Y LAS PALABROTAS
Robert Anton
Wilson
Traducción:
Mazzu
¡Caray!
Nunca fui tan aporreado con palabras desde que llamé “papá” al padre de mi
hermano
–
el Bastardo en Rey Juan Acto II,
Escena 1 de W. Shakespeare
La
gente a veces me pregunta: “Doctor Bandler, ¿tiene usted que usar ese tipo de
lenguaje?” Y mi respuesta es “¡por supuesto, carajo!”
–
Richard Bandler, Taller de Programación Neuro-Lingüística, Los Ángeles, 1999
El
Dr. Harold Garfinkle, un sociólogo de la UCLA, ha escrito un libro entero sobre
experimentos que demuestran que apenas se necesita arañar un poco las reglas
locales para que los sujetos comiencen a mostrar desorientación, ansiedad, ira,
pánico, delirios, – a deschavetarse o chiflarse, en lengua laica.
Incluso
pararse con la nariz más cerca de la cara de una persona de lo que dicta la
norma social de la conversación puede provocar una intranquilidad notable con
notable rapidez; incluso puede desencadenar “pánico homosexual”. El Dr.
Garfinkle hizo experimentos para demostrarlo.
Tratar
a los padres de uno con la cortesía y la formalidad con la que suele tratarse a
los terratenientes puede producir nerviosismos memorables, a veces con motivos
para la intervención psiquiátrica. [para más experimentos, véase Garfinkle, Studies in Ethnomethodology,
Prentice-Hall, NJ, 1967.]
Los
datos de Garfinkle demuestran que los seres humanos en esta etapa primitiva de
la evolución terrestre tienen tantos tabúes que no pueden recordar ni articular
la mayoría de ellos; pero rápidamente se sienten fisiológicamente “perturbados”
incluso hasta cuando alguna de las reglas parece ser temporalmente suspendida.
Esta alteración puede derivar en lesiones graves o en muerte.
Así
que, cuando me mudé por primera vez a Santa Cruz, la capital mundial de la Corrección
Moral y Política, cometí el error de citar una rutina de George Carlin en una
fiesta. Una línea de la cita dice, más o menos,
¿Por
qué, por qué, por qué todas las mujeres que uno ve en las protestas anti-aborto
tienen pinta de que nadie se las quiere coger en primer lugar?
Un
psiquiatra que estaba de pie a mi lado me dijo amargamente “no me gustan las
palabrotas”. Esto me causó una considerable confusión. Obviamente yo había
violado un tabú local, pero no sabía cuál, y peor aún, nunca había considerado “coger”
como una palabrota o una maldición. Me sentí como un tipo que sin querer entró
a la rama local de Al Qaeda bajo la impresión de que había encontrado el
Departamento de Registro del Automotor o – mejor aún – como un tipo que abre la
puerta de su propia casa y encuentra a los Tres Chiflados en medio de un
tiroteo láser con Darth Vader y la Madre Teresa.
Me
siento agradecido con ese psiquiatra ahora, por supuesto. Reflexionar sobre
cómo llegó a clasificar la palabra “coger” en la categoría de las maldiciones,
me llevó a revisar todo lo que sabía sobre el arte y la ciencia de la maldición
efectiva y sobre la magia negra en general. Los resultados de mis meditaciones
aparecerán a medida que avancemos. [¡Gracias, Doc!]
Este
tipo de rompecabezas o intríngulis sucede cada vez más en nuestro mundo
postmoderno y multicultural, especialmente si viajas tanto como yo. Una ley
sociológica y antropológica básica sostiene que toda cultura [y toda subcultura]
tiene reglas de juego distintas en cuanto al habla y al comportamiento, y que cada
una tiende a creer que sus propias reglas tribales representan la única forma
“correcta” de interacción entre seres humanos. Entre los salvajes, uno debe
aprender rápidamente el sistema tabú local o puede pagar con su vida por su
ignorancia. Por supuesto, como Veblen señaló hace mucho tiempo, los Bárbaros
Superiores no te quitarán la vida, sino sólo tu libertad; sin embargo, debido a
que el confinamiento en una jaula causa mucho sufrimiento en todos los
mamíferos, incluidos los humanos, esta amenaza aterroriza a la mayoría tanto
como la amenaza de muerte.
Entre
los Políticamente Correctos, las represalias leves a los quebrantadores de tabúes
varían desde el asalto económico [denegación de contrato] a castigos crueles e
inusuales [entrenamiento obligatorio de “Sensibilidad”].
Experimenté
este fenómeno sociológico por primera vez cuando, después de tres años en Irlanda,
realicé una gira de conferencias en los Estados Unidos. Descubrí que los
sistemas de tabúes habían cambiado rápidamente en algunos lugares pero no en
otros: ninguna ciudad de la gira me preparó para las reglas del juego de la
ciudad siguiente. Por ejemplo, en Dallas seguían pensando que abrirle la puerta
a una dama era señal de educación, pero en Nueva York les parecía un insulto,
por lo tanto se me hizo necesario navegar con extrema delicadeza entre evitar
abrirle la puerta a una dama o dejarla que le golpee groseramente en la cara.
Si
uno entiende completamente el significado antropológico de lo anterior, sabe lo
suficiente como para escribir un libro entero sobre magia negra. De lo
contrario, siga leyendo. Voy a revelar la dinámica interna secreta de cómo
lanzar una maldición verdaderamente nefasta – conocimiento previamente
reservado sólo a los más grandes Adeptos del Arte llamado Ducdame.
Todos,
en cierta medida, pensamos dentro de categorías “mágicas”. Los libros sobre
antropología han vendido mejor que los otros libros de ciencias sociales porque
arrojan tanta luz sobre nuestros propios tabúes tribales como sobre los de los
llamados “primitivos” que retratan. Necesitamos entender la magia para
comprendernos a nosotros mismos.
¿Qué
queremos decir con Magia? Como Aleister Crowley, Epopte de los Illuminati, del
97mo grado de la Orden de Memphis y Mizraim, 33er grado del Rito Escocés, 10mo
grado de la Ordo Templi Orientis, “Baphomet” para el profano y “Fénix” dentro
del Santuario de la Gnosis, la Gran Bestia 666, etc. escribió:
MAGIAK
es la Ciencia y el Arte de causar Cambios para que ocurran en Conformidad con la
Voluntad. Ilustración: es mi Voluntad informar al mundo de ciertos hechos que
son de mi conocimiento. Por lo tanto, tomo mis “armas mágicas”, pluma, tinta y
papel; escribo “conjuros” – estas oraciones – en el “lenguaje mágico”, es
decir, aquello que sea entendido por la gente que deseo instruir; llamo a los
“espíritus”, tales como impresores, editores, libreros y demás, y los obligo a
transmitir mi mensaje a esas personas.
–
Magiak, de Aleister Crowley, Weiser,
Nueva York, 1997, pág. 126
En
otras palabras, la distinción entre “Magia” y “comunicación” existe sólo en
nuestras formas de pensar tradicionales. Los egipcios atribuían ambas
invenciones a una sola deidad, Thoth, dios del discurso y otras ilusiones.
En
el mundo existencial – en el continuo sensorial-sensual – Thoth todavía reina y
el lenguaje todavía tiene Magia. Toda comunicación contiene hechicería y/o
hipnosis, porque los humanos usan aullidos, gruñidos, ladridos, ronroneos,
gargarismos, gorgoteos, etc. – ruidos de toda clase – para crear una “grilla”
neuro-semántica proyectada sobre todo incidente y evento. Generalmente llamamos
a estas grillas ‘lenguajes’. Literalmente “vemos” los incidentes y eventos sólo
cuando se registran en esa grilla.
Si
utilizo ciertas palabras que hacen que tengas ciertas reacciones
neuro-somáticas previsibles, te he lanzado un hechizo. Te he encantado. Incluso
te he maldecido. [¿Seguro que quieres saber más sobre esto?]
Mi
método de hechizar, encantar, o maldecir puede no incluir los tambores y
maracas tradicionales del chamán tribal, pero las leyes de la programación neurolingüística
que rigen las transacciones no difieren. Una vez desencadené el escotoma
generalizado, el pánico grupal de primates y el psicoclonismo en una loca secta
llamada CSICOP simplemente ridiculizándola. Ellos se creían Racionalistas, pero yo “mágicamente” los
transformé en salvajes aterrorizados que actuaron exactamente igual a los
antiguos reyes irlandeses que ordenaban la muerte de cualquier bardo que
escribiera versos satíricos contra ellos. [Nada de aplausos, por favor.]
Para
entender el lenguaje de la magia primero se debe entender la magia del
lenguaje. Permítanme definir ciertos términos clave. Tal vez esto ayude a
dispersar la niebla de la ignorancia y la superstición que ha cubierto este
tema durante siglos.
Por
continuo sensorial-sensual me refiero a todo lo que los seres humanos pueden
experimentar, a diferencia de esas “cosas” (o no-cosas, o nadas) sobre las que
sólo pueden hacer ruidos o hablar.
Ejemplos:
[A] Puedo decir “si abres esa caja de dulces, encontrarás tres chocolates
dentro”. Abrir la caja, en el continuo sensorial-sensual, rápidamente
confirmará o refutará mi afirmación, ya que inevitablemente descubrirás que hay
[1] menos de tres chocolates, [2] exactamente tres chocolates, o [3] más de
tres chocolates. Los resultados [1] y [3] refutan mi afirmación; el [2] la
confirma.
Pero
[B] también puedo decir “al abrir a Dios en una investigación similar,
encontrarás a tres personas adentro”, como de hecho dice la Magia Católica.
Ninguna investigación del tipo sensorial-sensual puede confirmar o refutar
esto. Los filósofos científicos generalmente describen tales afirmaciones [sobre
cosas que están más allá de la confirmación o refutación] como “sin sentido”. Sin hablar con tanta
dureza, me atrevo a decir que no podremos desentrañar nuestra situación en el
espacio-tiempo si habitualmente nos confundimos al mezclar declaraciones de
tipo [A] con declaraciones de tipo [B]. Tal vez nunca alcancemos la Claridad
Total [o el infinito], pero al menos deberíamos tener la capacidad de
distinguir entre lo que los humanos podemos experimentar y aquello sobre lo que
sólo podemos parlotear.
Distinguir
entre estos dos tipos de enunciados parece necesario para mantener la cordura y
sobrevivir, porque todas las formas de ilusión, delirio, histeria de masas,
alucinación, etc., dogma, intolerancia, etc. nacen de esa confusión. Las
personas que lanzaron gas venenoso en los subterráneos de Tokio, los nazis, los
marxistas, las sectas locas como el Objetivismo, Heaven’s Gate, la Cienciología,
el CSICOP, etc., representan algunos de los horrores y maldiciones que se
desencadenan al mezclar las declaraciones de tipo [A] con declaraciones de tipo
[B].
Todas
las formas de Magia Negra dependen, pues, de confundir y mezclar estas dos
clases: lo vivencial no verbal y lo no vivencial verbal.
Por
campo neuro-semántico me refiero al total del vocabulario, la gramática, la sintaxis, la lógica etc. mediante el cual
un sistema de retroalimentación extremadamente rápido enlaza sinérgicamente los
centros verbales del cerebro con los neuro-musculares, neuro-químicos, neuro-inmunológicos,
neuro-respiratorios, etc. del organismo como-un-todo. En otras palabras,
rechazo explícitamente no sólo la división verbal tradicional entre «magia» y
«comunicación», sino también las divisiones igualmente ficticias entre «mente»
y «cuerpo», entre «razón» y «emoción», entre «pensamiento» y «reflejo», etc.
Todas
las palabras transmitidas como señales sonoras o visuales – ondas sonoras u
ondas de luz – se convierten rápidamente en fotones, electrones,
neurotransmisores, hormonas, reacciones coloidales, arcos reflejos, “marcos”
condicionados o improntas, respuestas fisiológicas, etc., a medida que impactan
en el organismo sinérgico total.
Leamos
esto lentamente:
Todas
las palabras transmitidas como señales sonoras o visuales – ondas sonoras u
ondas de luz – se convierten rápidamente en fotones, electrones,
neurotransmisores, hormonas, reacciones coloidales, arcos reflejos, “marcos”
condicionados o improntas, respuestas fisiológicas, etc., a medida que impactan
en el organismo sinérgico total.
La
“percepción” consiste en una compleja serie de codificaciones y
decodificaciones, a medida que la información se va transformando a sí misma a través
de sucesivos subsistemas del organismo como-un-todo.
[Por
favor relea las dos últimas oraciones.]
Nunca
experimentamos “pensamientos”, “sentimientos”, “percepciones”, “intuiciones”,
“sensaciones”, etc. Inventamos esas categorías después del hecho. Lo que experimentamos, nanosegundo a nanosegundo,
consiste en continuas reacciones sinérgicas del organismo como-un-todo al medio
ambiente como-un-todo, incluyendo las señales verbales entrantes de otros en la
misma situación. Estas señales verbales entrantes también producen en nosotros
reacciones del organismo como-un-todo que a veces culminan en una señal de
retorno.
Eso
parece una simple experiencia neurobiológica.
Pero
supongamos que te apunto con un hueso chamánico de la muerte. O pronuncio una
Palabra Mágica que te alarma y te aterra tanto como el simple “coger” aterró a aquel
psiquiatra de Santa Cruz...
Nunca
“sabemos” orgánicamente todo lo que sabemos teóricamente. Algunas de nuestras
partes siguen siendo simiescas, infantiles, “ignorantes”, turbias, inerciales,
mecánicas, etc.
Ilustración:
consciente y volitivamente repítete que puedes distinguir la diferencia entre una
“película” y la “vida real”. A continuación, ve a ver el último clásico de terror/slasher rebosante de
kétchup y presta atención a cuántas veces el director “mágicamente” te engaña para
hacerte sentir sobresaltos reales, reflejos internos o externos de
encogimiento, sequedad en la boca, agarrones [al asiento, al brazo de tu
acompañante, etc.] u otros síntomas de una ansiedad menor pero real
(diagnosticable por polígrafo) y un cortocircuito cercano al pánico, a veces
lindando con el reflejo de nauseas.
Ilustración
#2: con los mismos recordatorios conscientes y voluntarios sobre la diferencia
entre las “películas” y la “vida real”, alquila un DVD de porno duro XXX.
Observa cuánto tiempo tardan las respuestas fisiológicas en indicarte que al
menos algunas partes tuyas han perdido la pista de esa distinción.
Para
repetir un punto anterior, en la Programación Neurolingüística [PNL], el Dr.
Bandler hace una distinción entre el “meta-modelo” y el “modelo Milton”. El
meta-modelo, continuamente revisado, actualizado y ampliado, consiste en el
conjunto de todas las declaraciones científicamente significativas disponibles
hasta la fecha. Debemos revisar nuestro meta-modelo todos los días,
manteniéndonos en contacto con otros en la misma situación. Ya que el Escenario
del Universo siempre y sólo consiste en – como dijo Bucky Fuller – eventos aprehendidos
de manera no simultánea [sinergias espacio-temporales coherentes], tal
retroalimentación continua parece necesaria.
Si
todo sucediera a la vez, conoceríamos la Verdad Absoluta de golpe: pero como
los eventos del espacio-tiempo suceden de forma no-simultánea, necesitamos
retroalimentación.
Por
otra parte, el “modelo Milton”, que lleva el nombre del Dr. Milton Erickson, “el
mayor hipnotizador del siglo XX”, consiste en el conjunto de todas las
afirmaciones científicamente ‘sin sentido’ que “mágicamente” nos hacen sentir
mucho mejor o mucho peor – o, en lenguaje ocultista, el conjunto de todas las
bendiciones y maldiciones. [Los semánticos generales lo llaman el conjunto de
todos los ronroneos y todos los gruñidos.]
Esto ser Magia
Fuerte, bwana.
Puedes matar a un tipo con estas cosas. Y, por supuesto, si tienes la compasión
del Dr. Erickson, puedes sanar repetidamente a los aparentemente desvalidos.
Hace
unos cuatro años, los doctores Ogden y Richards, en The Meaning of Meaning (El
Significado del Significado), señalaron una distinción entre la denotación de las palabras y la connotación de las palabras.
En
la denotación, cualquier palabra o grupo de palabras pertenece al meta-modelo
si se ajusta a la prueba del modelo, a saber, si es científicamente
significativa en el mundo vivencial-fenomenológico.
Y
en la connotación, cualquier palabra o grupo de palabras pertenece al modelo de
Milton si se ajusta a la prueba de ese modelo, a saber, una referencia
científicamente sin sentido a nada en particular y todo en general, empaquetada
para que nos haga sentir mejor o peor.
Nuestro
principal problema, en el juego elemental de bendición y maldición llamado
conversación social, reside en el hecho de que muy a menudo – muy, muy a menudo
– la misma palabra puede tener denotaciones “objetivas” en el meta-modelo
científico, pero también connotaciones neurosemánticas “emotivas” en el modelo mágico
de Milton. En otras palabras, nos hipnotizamos a nosotros mismos, y unos a
otros, con notable facilidad. En tan sólo unos minutos, un dogmático dedicado
puede hacer que usted grite agudamente algo en la forma del Teorema de la Magia
Primaria, que declara que cualquier incidente o evento no verbal encontrado y experimentado,
“realmente” “es” el ruido o gruñido con el que elegimos etiquetarlo. [Un
corolario sostiene que poner alfileres en un muñeco dañará a la persona que
lleva etiquetada, y un segundo dice que lanzar dardos a una imagen del líder
enemigo “ayudará a los esfuerzos de guerra”.]
Ilustración:
mediante la reiteración persistente de las formas lógicas medievales, las
personas anti-elección en el debate del aborto han hipnotizado a las personas
pro-elección en regateos interminables sobre si un evento no verbal dentro de
una mujer “realmente es” [el ruido o el gruñido preferido por mi bando] o si
“realmente no es” [el gargarismo o gorgoteo preferido por el otro bando]. Dado
que los diversos ruidos, gruñidos, gargarismos, gorgoteos, etc. no tienen
referencias experimentales o fenomenológicas o existencialistas en el
espacio-tiempo sensorial o sensual o instrumental, este concurso transcurre en
el modelo de Milton, con cada bando tratando de hipnotizar al otro.
Pero,
de manera aún más nefasta, esto tiene la estructura de lo que Watslavick llamó
en Pragmatics of Human Communication “el
Juego Sin Fin”. Este Juego – donde la palabra “realmente” “es” la no-palabra –
proporciona gran entretenimiento y autoestima a aquellos a quienes realmente
les gusta ese tipo de cosas; pero provoca sensaciones kafkianas y
“pesadillescas” en el organismo como-un-todo entre aquellos que quieren salir
del Juego y regresar donde el lenguaje tiene sentido, aunque sin embargo
permanecen fascinados y “malditos” por la extensión aparentemente infinita del
Juego Sin Fin.
El
Juego Sin Fin comienza con el intento de decidir qué ladrido o aullido
“realmente” “es” un evento existencial no verbal.
Nada
de esto representa teoremas abstractos. El papel de la magia en toda transacción lingüística tiene implicaciones
muy concretas y estimulantes/aterradoras; verbigracia, el tris:
El
caso bien documentado de un hombre literalmente asesinado por la maldición y el
“hueso de muerte” de un chamán – The
Psychobiology of Mind-Body Healing, de Ernest Lawrence Rossi, Norton, 1988,
página 9-12.
El
caso igualmente bien documentado de otro hombre, un paciente de cáncer, “milagrosamente”
bendecido por la remisión y la recuperación debido a un placebo [con tumores
reducidos a la mitad de su tamaño], y luego maldecido de nuevo a la condición
crítica al conocer sobre las muertes de otros que recibieron el mismo placebo –
mismo libro, página 3-8.
Robert
Houdin, a menudo llamado el mejor ilusionista del siglo XIX, dijo una vez: “un
mago es sólo un actor – un actor que sólo finge ser un mago".
Del
mismo modo, lo que los antropólogos franceses llaman la participación mística [o
incluso “unión sagrada”] – un estado supuestamente circunscripto a los
“salvajes” – ocurre todos los días, en todas las ciudades modernas, en formas
no patológicas, en nuestros teatros y salas de cine, y a través de nuestros TVs,
VCRs y DVDs.
Este
trance místico, en el que [por ejemplo] Laurence Olivier se convierte en
“Hamlet” justo ante nuestros ojos, sólo muta a lo patológico si no podemos
romper el hechizo – si continuamos viendo y refiriéndonos a Lord Olivier como
Hamlet.
Aquí
el modelo de Milton ha reemplazado al meta-modelo en el lugar espacial-temporal
equivocado [territorio no definido como espacio de actuación]. La locura se
encuentra un paso más allá.
Mi
madre nunca dejó de odiar a Charles Laughton por el júbilo sádico que
proyectaba en las secuencias de castigo de Motín
en el Bounty. Nunca volvió a mirar otra
película con Laughton.
Orson
Welles, con una considerable experiencia como actor e ilusionista, dijo: “he
sido un falsificador de actuación toda mi vida”. Lo dijo en su última película,
un falso documental sobre la biografía parcialmente falsa de un pintor
totalmente falso – F For Fake, basada
en una biografía aparentemente verdadera pero parcialmente falsa llamada, de
manera aún más contundente, Fake!
(¡Falso!)
Algunos
de nosotros nos hemos vuelto posmodernos, nos guste o no. Como escribió el
Poeta,
Vi a un hombre
en la escalera,
un pequeño
hombre que no estaba allí.
De nuevo, hoy
tampoco estaba allí
¡Agh, ojalá se
fuera!
Por
supuesto, todos entendemos claramente que el hombrecito que “no estaba allí”
simplemente “no estaba allí” y por lo tanto no puede irse, pero la estructura
de la gramática indoeuropea nos fascina y nos encanta tanto que sentimos
ilógicamente que el pequeño bastardo espeluznante debería irse, sólo para
conformar a la sintaxis.
Quien
habla en cualquier lengua da a luz bendiciones y maldiciones. Y allí donde los
egipcios hicieron a Thoth el padre de la lengua y de la magia, los griegos
hicieron a Hermes, su versión de Thoth, el dios de la lengua y el fraude.
No la última película en la que actuó, sino la
última película en la que tuvo el control como escritor / productor / director
/ actor