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jueves, 21 de abril de 2016

LECTURA DE ILLUMINATUS: SEMANA 19 (BIS)

Lectura de Illuminatus semana 19 (Bis)

Agharti por Agharta

Esta semana de lectura (desde la página 214 a la 224), en los Mitos de Illuminatus, se menciona de pasada a la mítica Agharti o Agharta de la leyenda asiática. Se dice que los nazis la han buscado, y los teósofos y místicos de toda índole han especulado sobre ella; nuestro amigo Martín Agharta Díaz – como se darán cuenta por el nombre – sabe bastante sobre el tema, y se ofreció gentilmente a escribir un breve informe sobre el tema y a compartirlo con nosotros.

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AGHARTI

Por Martín Agharta Díaz




En Illuminatus encontramos una referencia a Agharti en la pág. 218:

“Si solamente necesitaban cuatro estatuas, .Por que trataban de levantar todo el templo?” preguntó George.

“Creo que intentaban trasladar el templo para resguardarlo en Agharti, su fortaleza bajo los Himalayas. Nunca he estado más cerca del Templo de Tethys que hoy, pero supongo que es una tesorería de evidencias de la Alta Atlántida. Y como tal, es algo que los Illuminati desean llevarse.”

Desde el vamos, la “Ciudad oculta” de Agharti se encuentra vinculada a la Atlántida. Robert Ernst Dickhoff, budista norteamericano conocido como Sungma Red Lama, dice en su libro Agharta (1951):

“Cuando hablamos de Agharta, hemos de visualizar una gran ciudad subterránea terminal, que es una rama de una red de túneles subterráneos y suboceánicos.. La mayor parte de estos antiguos túneles tiene cerrada ahora su abertura o entrada, debido a los desprendimientos de tierra provocados por el diluvio y por el sumergimiento de continentes enteros. Las pocas entradas que quedan abiertas en la superficie se encuentran en el Tíbet, Siberia, África, América del Norte y del Sur, y en las islas remotas que fueron en un tiempo las cimas montañosas de la Atlántida.”



Hay muchas leyendas y relatos sobre Aghartta o Agharti, centro iniciático, ciudad mítica, refugio de atlantes y templarios, etc., en zonas diversas como Tíbet, Mongolia, India, China, Persia, Rusia, Polonia, Francia, Alemania y América. En general, su ubicación suele describirse como subterránea, llena de pasadizos que se extienden a lo largo de casi todo el planeta, partiendo de Asia y vinculado con los otros continentes mediante una gran red de túneles. Los que a veces encuentran acceso a alguna de sus “entradas”, de forma accidental,  son exploradores o viajeros extraviados que al entrar en una cueva, al seguir por un oscuro, misterioso y desconocido túnel, llegan a vislumbrar un fulgor, una energía, un cierto extrañamiento, que los lleva, bien a adentrarse en las profundidades y conocer a sus habitantes – generalmente luego de un desmayo en el camino, suelen despertar en el interior de una civilización desconocida - , bien a huir despavoridos.

Respecto a sus extraños habitantes, también hay diversas teorías, en principio se habla de una “raza de iniciados” con un alto grado de evolución, incluso hay autores que nombran a un “Rey del Mundo”, que maneja los asuntos a nivel mundial de una manera “mágica”, favoreciendo a aquéllos dirigentes que sirven a sus secretos designios.



Charles James Cutcliffe- Hyne (1865-1944), autor que casualmente estaba obsesionado con la leyenda de la perdida Atlántida, relata en su libro Beneath your Very Boots de 1889, ciertas descripciones que se supone estaban basadas en hechos de su propia experiencia. Tengamos en cuenta que Cutcliffe Hyne vivió en Yorkshire, lugar del que se sospecha contiene una entrada al mundo subterráneo, y desde joven mostró un interés en la minería, recorriendo túneles y pasadizos. En su libro habla de las aventuras de un tal Anthony Haltoun en un mundo subterráneo al que entra por una cueva ubicada en el “flanco norte del valle”. Luego de ver una luz y a seres que avanzaban hacia él, se desmaya, al despertar se encuentra en medio de una civilización desconocida llamada los nradas, y los interpela:

-¿He de entender que hay una colonia haciendo vida normal en esta cueva?

-Bien, si, en parte; pero en vez de colonia hay que hablar de nación, y en vez de cueva de un laberinto casi interminable. Nuestras habitaciones y los túneles que las conectan se ramifican bajo la totalidad de las Islas Británicas, y en muchos lugares debajo de los mares.

Para iluminar su mundo, y también para impulsar los vehículos que los transportaban a través de los túneles, los nradas habían utilizado “el poder interno de la tierra, extraído con profundos taladros.”

Aquí se pone de manifiesto otra de las características de este pueblo, que es su avanzado desarrollo tecnológico, muy superior al que nosotros podamos siquiera soñar. En Illuminatus se explica por el hecho de que ha sido el refugio de una de las facciones de la raza de los Atlántes, increíblemente avanzada, que hoy se conocen como los mismísimos Illuminati!

Saint Yves los describe en su libro póstumo Misión de la India, publicado en 1910 pero escrito varios años antes:

“Todo ha sido estudiado a fondo en las entrañas ígneas del Globo, los cursos subterráneos de gas y de agua dulce, las salinas, e incluso los seres que pueblan esas llamas, esos gases o esas aguas.

Todo ha sido estudiado a fondo en la superficie y las profundidades del mar, incluso el papel de las corrientes magnéticas que se interferencian de un polo al otro en longitud, y de un trópico al otro en latitud.

Todo ha sido estudiado a fondo en el aire, todo, las esencias invisibles que lo habitan, e incluso la electricidad que en él se desarrolla, en forma de eco, después de haberse formado en las entrañas de la tierra para luego volver a ella.

Flotillas aéreas de dirigibles han llevado las observaciones hasta un grado aún inalcanzable para nuestros métodos actuales.

Todo ha sido revelado, las armonías universales que producen las estaciones terrestres, las migraciones ascendentes de las almas a través del, Polo norte, ese oculto Monte Mérou: y ese indescifrable Alborj de los libros védicos y pehlevis.

Caminos eléctricos, no de hierro, sino de cristal templado y maleable, han surcado el antiguo Imperio del Carnero, sin cometer la imprudencia de empobrecer las reservas carbonadas del Planeta, como ocurre hoy, ni sobrecargarlo con una armazón de hierro que aparte de indicar falta de previsión, resulta propicia a la propagación de ciertas plagas cósmicas.

Estas ciencias, estas artes, y muchas más, siguen siendo enseñadas, comprobadas y practicadas en los talleres, en los laboratorios y en los observatorios del Agarttha.

La química y la física han llegado a tal grado de desarrollo, que nadie lo admitiría si yo lo expusiera aquí.

Sólo conocemos las fuerzas del Planeta, ¡y poco!

Pero además de todo esto, las Potencias de atracción del Cielo, han sido santamente observadas, y se siguen experimentando continuamente.”

Saint Yves


También nos describe Saint Yves su armónico desarrollo social y moral:

“En todas las Sociedades humanas, la estadística de los crímenes, la miseria y la prostitución, constituye la prueba de sus vicios orgánicos.

En el Agarttha no se conoce ninguno de nuestros horribles sistemas judiciales ni penitenciarios: no existen prisiones.

La pena de muerte no se aplica.

La policía está constituida por los padres de familia.

Los delitos se encomiendan a los iniciados, a los pundits de servicio. Su arbitraje de paz, espontáneamente solicitado por las mismas partes en litigio, evita en casi la totalidad de los casos recurrir a las diferentes cortes de Justicia, pues la reparación voluntaria sigue inmediatamente a todo perjuicio.

Creo innecesario decir que todas las vergüenzas y todas las plagas sociales de las civilizaciones no sinárquicas, miseria de las masas, prostitución, alcoholismo, individualismo feroz en las clases altas, espíritu subversivo en las bajas, e incurias de todo tipo, son desconocidas en esta antigua Sinarquía.”

Es interesante el concepto de Sinarquía que exhibe Saint Yves, presentándolo como la panacea a todos los males y contraponiéndolo a la Anarquía que es, según él, el actual estado del mundo. Etimológicamente también son contrarios por definición, ya que Sinarquia proviene del prefijo griego “syn”, que significa con o junto, y el sufijo “arquía” que significa regla. Para Yves representa la forma ideal de gobierno global, formado por un cuerpo de elite o “altos iniciados de Agharta”. El punto clave sería la naturaleza de dicha elite, ya hoy en día también el término sinarquía tiene la siguiente acepción:

“Influencia, generalmente decisiva, de un grupo de empresas comerciales o de personas poderosas en los asuntos políticos y económicos de un país.”

Saint Yves propone la designación de un Soberano Pontífice por sobre todo gobierno:

“Sin una Autoridad por encima de vosotros, ya sean emperadores y reyes de Europa, o presidentes de repúblicas, vais derechos a la mutua destrucción de vuestras Naciones, de vuestros Poderes y de vuestras Potencias, y al dualismo, o mejor al duelo, de los gobernantes y de los gobernados de vuestros Estados.

Esta ley fatal de anarquía y de muerte, de la que os he revelado todas las causas secretas, no puede ya ser derogada más que por los revolucionarios que tienden a usurpar el centro y el trono para sustituir por políticos de abajo, a los de arriba.

Todo Dualismo, cualquiera que sea, sólo puede ser derogado por la acción del Trinitarismo.

Por ello es necesario que sobre vosotros se erija de nuevo una Autoridad que esté desarmada de cualquier medio de ejercer violencia, que se apoye sobre los Cuerpos enseñantes de vuestro Continente, absteniéndose de toda arbitrariedad dogmática, que tan sólo sea el Arbitraje supremo de vuestros mutuos conflictos y de vuestros debates intestinos.”



Como sea, ese “Trinitarismo” no deja de sonar a “totalitarismo”, sea “totalitarismo virtuoso”, “espiritual” o de cualquier índole, ¿verdad?

De todas maneras, es común este juego dual de luz-tinieblas, bien- mal, en las descripciones de este “mito”.

A través de los años, este “reino oculto de exiliados” recibió diversos nombres. Si se le consideró un lugar del mal, se le ha denominado Infierno o Tártaro. En cambio si se le considera como lugar de bondad y luz, se le ha denominado Shangri la, Shamballa o Agharta.

En el budismo también encontramos confirmación o similitudes con todas estas teorías, el investigador Raymond Bernard ha comentado los vínculos budistas con Agharti en su libro The Subterranean World (1960):

“Las tradiciones budistas afirman que Agharti fue colonizado hace muchos miles de años cuando un hombre santo condujo a un tribu que desapareció en el subsuelo. Esto nos hace pensar en Noé, que fue en realidad un habitante de la Atlántida, quien salvó a un grupo digno de ello antes de la llegada de la inundación que sumergió a la Atlántida (...) Se cree que su civilización representa una continuación de la civilización de la Atlántida.”

Esta última afirmación coincidiría con lo expuesto en Illuminatus también, sin embargo habría que tomar ciertas reservas respecto a las causas de la inundación o hundimiento del continente, ya que al parecer el “cataclismo” fue intencional, lo que nos confirmaría el por qué ciertos “avisados” corrieron a refugiarse al mundo subterráneo... ¡pero no nos adelantemos en la lectura!



Para terminar estas breves consideraciones sobre Agharti, citaré a Ferdinand Ossendowsky que fue, luego de Jacolliot y de Saint Yves (incluso presenta pasajes muy similares a éste último autor, que han sido considerados por algunos como “plagio”, aunque la estrecha similitud no hace más que confirmar la tradición en diversas locaciones de estos relatos), el que “levantó” más polvareda al respecto de este mito de oriente traído al occidente en su libro Bestias, Hombres y Dioses (1924):

“Ha sido durante mi viaje a Asia central cuando he conocido por primera vez el misterio de los misterios, pues no puedo llamarlo de otra manera. Al principio no le concedí mucha atención, pero comprendí después su importancia al analizar y comparar ciertos testimonios esporádicos y frecuentemente sujetos a controversias.

Los ancianos de las riberas del Amyl me refirieron una antigua leyenda, según la cual una tribu mongola, intentando huir de las exigencias de Gengis Jan, se ocultó en una comarca subterránea. Más tarde un soyoto de los alrededores del Nogan Kul me mostró, así que se disipó una nube de humo, la puerta que sirve de entrada al reino de Agharti. Antaño penetró por esa puerta en el reino un cazador, y a su vuelta empezó a contar lo que había visto. Los lamas le cortaron la lengua para Impedirle hablar del misterio de los misterios. Ya viejo, volvió a la entrada de la caverna y desapareció en el reino subterráneo cuyo recuerdo tanto encantó y regocijó su corazón de nómada.”

“-En el mundo -dijo el Cielong-, todo se halla constantemente en estado de transición y de cambio: los pueblos, las religiones, las leyes y las costumbres. ¡Cuántos grandes imperios y brillantes constituciones han perecido! Lo único que no cambia nunca es el mal, el instrumento de los espíritus perversos. Hace más de seis mil años, un hombre santo desapareció con toda una tribu en el interior de la tierra y nunca ha reaparecido en la superficie de ella. Muchos hombres, sin embargo, han visitado después ese reino misterioso: Sakya Muni, Nadur Gheghen, Paspa, Baber y otros. Nadie sabe dónde se encuentra situado. Dicen unos que en el Afganistán, otros que en la India. Todos los miembros de esta religión están protegidos contra el mal, y el crimen no existe en el interior de sus fronteras. La ciencia se ha desarrollado en la tranquilidad y nadie vive amenazado de destrucción. El pueblo subterráneo ha llegado al colmo de la sabiduría. Ahora es, un gran reino que cuenta con millones de súbditos regidos por el Rey del Mundo. Éste conoce todas las fuerzas de la naturaleza, lee en todas las almas humanas y en el gran libro del destino. Invisible, reina sobre ochocientos millones de hombres, que están dispuestos a ejecutar sus órdenes.”

Ferdinand Ossendowsky


En el siguiente pasaje encontramos reminiscencias al cataclismo y hundimiento del “continente perdido”:

“El príncipe Chultun Beyli agregó: -Este reino es se extiende a través de todos los accesos subterráneos del mundo entero. He oído a un sabio lama decir al Bogdo Jan que todas las cavernas subterráneas de América están habitadas por el pueblo antiguo que desapareció de la tierra. Aún se encuentran huellas suyas en la superficie del país. Estos pueblos y estos espacios subterráneos, dependen de jefes que reconocen la soberanía del Rey del Mundo. En ello no hay gran cosa sorprendente. Sabéis que en los dos Océanos mayores del Este y el Oeste habla remotamente dos continentes. Las aguas se los tragaron y sus habitantes pasaron al reino subterráneo. Las cavernas profundas están iluminadas con un resplandor particular que permite el crecimiento de cereales y otros vegetales y da a las gentes una larga vida sin enfermedades. Allí existen numerosos pueblos e incontables tribus. Un viejo brahmán budista de Nepal, obedeciendo la voluntad de los dioses, hizo una visita al antiguo reino de Gengis, Siam, y en ella encontró un pescador, quien le ordenó que ocupase su barca y bogase con él hacia el mar. Al tercer día arribaron a una isla donde vivía una raza de hombres con dos lenguas, que podían hablar separadamente idiomas distintos. Les enseñaron animales curiosos, tortugas de dieciséis patas y un solo ojo, enormes serpientes de sabrosa carne y pájaros con dientes que cogían los, peces del mar para sus amos desconocidos.

Esos isleños les dijeron que habían venido del reino subterráneo y les describieron ciertas regiones.”

Tengamos en cuenta que el revelar los “secretos de Agharti” no es bien visto por los “grandes iniciados” que de tanto en  tanto dejaron filtrar cierta información a estudiantes de la ciencia que han optado por “revelar esta leyenda en Occidente”. Se dice que al mismo Renè Guènon le fueron “cerradas las puertas” de sus contactos con la tradición de India, por haberse explayado sobre Agharta en su libro Le Roi du Monde, motivo por el cual tuvo que cambiar el destino de su peregrinación a India y terminar sus días en el Cairo, bajo la tradición del Islam.



Esperemos entonces que el Rey del Mundo no se ofenda con nuestra humilde investigación... como sea, nos lo hará saber a su manera.

Fuentes:

Alec MacLellan – El mundo perdido de Agharti  (¡gracias Sirius!)
Saint Ives – Mision de la India
F. Ossendowsky – Bestias, Hombres y Dioses

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Martin Agharta Díaz es músico (acá pueden ver algunos de sus trabajos), y además lleva adelante un blog muy interesante llamado La Escalada Erística


¡Salve Eris!



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