Lectura de
Illuminatus semana 19 (Bis)
Agharti por Agharta
Esta
semana de lectura (desde la página 214 a
la 224), en los Mitos de Illuminatus,
se menciona de pasada a la mítica Agharti
o Agharta de la leyenda asiática. Se
dice que los nazis la han buscado, y los teósofos y místicos de toda índole han
especulado sobre ella; nuestro amigo Martín Agharta Díaz – como se darán cuenta
por el nombre – sabe bastante sobre el tema, y se ofreció gentilmente a
escribir un breve informe sobre el tema y a compartirlo con nosotros.
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AGHARTI
Por Martín
Agharta Díaz
En
Illuminatus encontramos una
referencia a Agharti en la pág. 218:
“Si
solamente necesitaban cuatro estatuas, .Por que trataban de levantar todo el
templo?” preguntó George.
“Creo
que intentaban trasladar el templo para resguardarlo en Agharti, su fortaleza
bajo los Himalayas. Nunca he estado más cerca del Templo de Tethys que hoy,
pero supongo que es una tesorería de evidencias de la Alta Atlántida. Y como
tal, es algo que los Illuminati desean llevarse.”
Desde
el vamos, la “Ciudad oculta” de Agharti se encuentra vinculada a la Atlántida.
Robert Ernst Dickhoff, budista norteamericano conocido como Sungma Red Lama,
dice en su libro Agharta (1951):
“Cuando
hablamos de Agharta, hemos de visualizar una gran ciudad subterránea terminal,
que es una rama de una red de túneles subterráneos y suboceánicos.. La mayor
parte de estos antiguos túneles tiene cerrada ahora su abertura o entrada,
debido a los desprendimientos de tierra provocados por el diluvio y por el
sumergimiento de continentes enteros. Las pocas entradas que quedan abiertas en
la superficie se encuentran en el Tíbet, Siberia, África, América del Norte y
del Sur, y en las islas remotas que fueron en un tiempo las cimas montañosas de
la Atlántida.”
Hay
muchas leyendas y relatos sobre Aghartta o Agharti, centro iniciático, ciudad
mítica, refugio de atlantes y templarios, etc., en zonas diversas como Tíbet,
Mongolia, India, China, Persia, Rusia, Polonia, Francia, Alemania y América. En
general, su ubicación suele describirse como subterránea, llena de pasadizos
que se extienden a lo largo de casi todo el planeta, partiendo de Asia y
vinculado con los otros continentes mediante una gran red de túneles. Los que a
veces encuentran acceso a alguna de sus “entradas”, de forma accidental, son exploradores o viajeros extraviados que
al entrar en una cueva, al seguir por un oscuro, misterioso y desconocido
túnel, llegan a vislumbrar un fulgor, una energía, un cierto extrañamiento, que
los lleva, bien a adentrarse en las profundidades y conocer a sus habitantes –
generalmente luego de un desmayo en el camino, suelen despertar en el interior
de una civilización desconocida - , bien a huir despavoridos.
Respecto
a sus extraños habitantes, también hay diversas teorías, en principio se habla
de una “raza de iniciados” con un alto grado de evolución, incluso hay autores
que nombran a un “Rey del Mundo”, que maneja los asuntos a nivel mundial de una
manera “mágica”, favoreciendo a aquéllos dirigentes que sirven a sus secretos
designios.
Charles
James Cutcliffe- Hyne (1865-1944), autor que casualmente estaba obsesionado con
la leyenda de la perdida Atlántida, relata en su libro Beneath your Very Boots de 1889, ciertas descripciones que se supone
estaban basadas en hechos de su propia experiencia. Tengamos en cuenta que
Cutcliffe Hyne vivió en Yorkshire, lugar del que se sospecha contiene una
entrada al mundo subterráneo, y desde joven mostró un interés en la minería,
recorriendo túneles y pasadizos. En su libro habla de las aventuras de un tal
Anthony Haltoun en un mundo subterráneo al que entra por una cueva ubicada en
el “flanco norte del valle”. Luego de ver una luz y a seres que avanzaban hacia
él, se desmaya, al despertar se encuentra en medio de una civilización
desconocida llamada los nradas, y los interpela:
-¿He
de entender que hay una colonia haciendo vida normal en esta cueva?
-Bien,
si, en parte; pero en vez de colonia hay que hablar de nación, y en vez de
cueva de un laberinto casi interminable. Nuestras habitaciones y los túneles
que las conectan se ramifican bajo la totalidad de las Islas Británicas, y en
muchos lugares debajo de los mares.
Para
iluminar su mundo, y también para impulsar los vehículos que los transportaban
a través de los túneles, los nradas habían utilizado “el poder interno de la
tierra, extraído con profundos taladros.”
Aquí
se pone de manifiesto otra de las características de este pueblo, que es su
avanzado desarrollo tecnológico, muy superior al que nosotros podamos siquiera
soñar. En Illuminatus se explica por
el hecho de que ha sido el refugio de una de las facciones de la raza de los
Atlántes, increíblemente avanzada, que hoy se conocen como los mismísimos
Illuminati!
Saint
Yves los describe en su libro póstumo Misión
de la India, publicado en 1910 pero escrito varios años antes:
“Todo
ha sido estudiado a fondo en las entrañas ígneas del Globo, los cursos
subterráneos de gas y de agua dulce, las salinas, e incluso los seres que
pueblan esas llamas, esos gases o esas aguas.
Todo
ha sido estudiado a fondo en la superficie y las profundidades del mar, incluso
el papel de las corrientes magnéticas que se interferencian de un polo al otro
en longitud, y de un trópico al otro en latitud.
Todo
ha sido estudiado a fondo en el aire, todo, las esencias invisibles que lo
habitan, e incluso la electricidad que en él se desarrolla, en forma de eco,
después de haberse formado en las entrañas de la tierra para luego volver a
ella.
Flotillas
aéreas de dirigibles han llevado las observaciones hasta un grado aún
inalcanzable para nuestros métodos actuales.
Todo
ha sido revelado, las armonías universales que producen las estaciones
terrestres, las migraciones ascendentes de las almas a través del, Polo norte,
ese oculto Monte Mérou: y ese indescifrable Alborj de los libros védicos y
pehlevis.
Caminos
eléctricos, no de hierro, sino de cristal templado y maleable, han surcado el
antiguo Imperio del Carnero, sin cometer la imprudencia de empobrecer las
reservas carbonadas del Planeta, como ocurre hoy, ni sobrecargarlo con una
armazón de hierro que aparte de indicar falta de previsión, resulta propicia a
la propagación de ciertas plagas cósmicas.
Estas
ciencias, estas artes, y muchas más, siguen siendo enseñadas, comprobadas y
practicadas en los talleres, en los laboratorios y en los observatorios del
Agarttha.
La
química y la física han llegado a tal grado de desarrollo, que nadie lo
admitiría si yo lo expusiera aquí.
Sólo
conocemos las fuerzas del Planeta, ¡y poco!
Pero
además de todo esto, las Potencias de atracción del Cielo, han sido santamente
observadas, y se siguen experimentando continuamente.”
Saint Yves
También
nos describe Saint Yves su armónico desarrollo social y moral:
“En
todas las Sociedades humanas, la estadística de los crímenes, la miseria y la
prostitución, constituye la prueba de sus vicios orgánicos.
En
el Agarttha no se conoce ninguno de nuestros horribles sistemas judiciales ni
penitenciarios: no existen prisiones.
La
pena de muerte no se aplica.
La
policía está constituida por los padres de familia.
Los
delitos se encomiendan a los iniciados, a los pundits de servicio. Su arbitraje
de paz, espontáneamente solicitado por las mismas partes en litigio, evita en
casi la totalidad de los casos recurrir a las diferentes cortes de Justicia,
pues la reparación voluntaria sigue inmediatamente a todo perjuicio.
Creo
innecesario decir que todas las vergüenzas y todas las plagas sociales de las
civilizaciones no sinárquicas, miseria de las masas, prostitución, alcoholismo,
individualismo feroz en las clases altas, espíritu subversivo en las bajas, e
incurias de todo tipo, son desconocidas en esta antigua Sinarquía.”
Es
interesante el concepto de Sinarquía que exhibe Saint Yves, presentándolo como
la panacea a todos los males y contraponiéndolo a la Anarquía que es, según él,
el actual estado del mundo. Etimológicamente también son contrarios por
definición, ya que Sinarquia proviene del prefijo griego “syn”, que significa
con o junto, y el sufijo “arquía” que significa regla. Para Yves representa la
forma ideal de gobierno global, formado por un cuerpo de elite o “altos
iniciados de Agharta”. El punto clave sería la naturaleza de dicha elite, ya hoy
en día también el término sinarquía tiene la siguiente acepción:
“Influencia,
generalmente decisiva, de un grupo de empresas comerciales o de personas
poderosas en los asuntos políticos y económicos de un país.”
Saint
Yves propone la designación de un Soberano Pontífice por sobre todo gobierno:
“Sin
una Autoridad por encima de vosotros, ya sean emperadores y reyes de Europa, o
presidentes de repúblicas, vais derechos a la mutua destrucción de vuestras
Naciones, de vuestros Poderes y de vuestras Potencias, y al dualismo, o mejor
al duelo, de los gobernantes y de los gobernados de vuestros Estados.
Esta
ley fatal de anarquía y de muerte, de la que os he revelado todas las causas
secretas, no puede ya ser derogada más que por los revolucionarios que tienden
a usurpar el centro y el trono para sustituir por políticos de abajo, a los de
arriba.
Todo
Dualismo, cualquiera que sea, sólo puede ser derogado por la acción del
Trinitarismo.
Por
ello es necesario que sobre vosotros se erija de nuevo una Autoridad que esté
desarmada de cualquier medio de ejercer violencia, que se apoye sobre los
Cuerpos enseñantes de vuestro Continente, absteniéndose de toda arbitrariedad
dogmática, que tan sólo sea el Arbitraje supremo de vuestros mutuos conflictos
y de vuestros debates intestinos.”
Como
sea, ese “Trinitarismo” no deja de sonar a “totalitarismo”, sea “totalitarismo
virtuoso”, “espiritual” o de cualquier índole, ¿verdad?
De
todas maneras, es común este juego dual de luz-tinieblas, bien- mal, en las descripciones
de este “mito”.
A
través de los años, este “reino oculto de exiliados” recibió diversos nombres.
Si se le consideró un lugar del mal, se le ha denominado Infierno o Tártaro. En
cambio si se le considera como lugar de bondad y luz, se le ha denominado
Shangri la, Shamballa o Agharta.
En
el budismo también encontramos confirmación o similitudes con todas estas
teorías, el investigador Raymond Bernard ha comentado los vínculos budistas con
Agharti en su libro The Subterranean
World (1960):
“Las
tradiciones budistas afirman que Agharti fue colonizado hace muchos miles de
años cuando un hombre santo condujo a un tribu que desapareció en el subsuelo.
Esto nos hace pensar en Noé, que fue en realidad un habitante de la Atlántida,
quien salvó a un grupo digno de ello antes de la llegada de la inundación que
sumergió a la Atlántida (...) Se cree que su civilización representa una
continuación de la civilización de la Atlántida.”
Esta
última afirmación coincidiría con lo expuesto en Illuminatus también, sin embargo habría que tomar ciertas reservas
respecto a las causas de la inundación o hundimiento del continente, ya que al
parecer el “cataclismo” fue intencional, lo que nos confirmaría el por qué
ciertos “avisados” corrieron a refugiarse al mundo subterráneo... ¡pero no nos
adelantemos en la lectura!
Para
terminar estas breves consideraciones sobre Agharti, citaré a Ferdinand
Ossendowsky que fue, luego de Jacolliot y de Saint Yves (incluso presenta
pasajes muy similares a éste último autor, que han sido considerados por
algunos como “plagio”, aunque la estrecha similitud no hace más que confirmar
la tradición en diversas locaciones de estos relatos), el que “levantó” más
polvareda al respecto de este mito de oriente traído al occidente en su libro Bestias, Hombres y Dioses (1924):
“Ha
sido durante mi viaje a Asia central cuando he conocido por primera vez el
misterio de los misterios, pues no puedo llamarlo de otra manera. Al principio
no le concedí mucha atención, pero comprendí después su importancia al analizar
y comparar ciertos testimonios esporádicos y frecuentemente sujetos a
controversias.
Los
ancianos de las riberas del Amyl me refirieron una antigua leyenda, según la
cual una tribu mongola, intentando huir de las exigencias de Gengis Jan, se
ocultó en una comarca subterránea. Más tarde un soyoto de los alrededores del
Nogan Kul me mostró, así que se disipó una nube de humo, la puerta que sirve de
entrada al reino de Agharti. Antaño penetró por esa puerta en el reino un
cazador, y a su vuelta empezó a contar lo que había visto. Los lamas le
cortaron la lengua para Impedirle hablar del misterio de los misterios. Ya
viejo, volvió a la entrada de la caverna y desapareció en el reino subterráneo
cuyo recuerdo tanto encantó y regocijó su corazón de nómada.”
“-En
el mundo -dijo el Cielong-, todo se halla constantemente en estado de
transición y de cambio: los pueblos, las religiones, las leyes y las
costumbres. ¡Cuántos grandes imperios y brillantes constituciones han perecido!
Lo único que no cambia nunca es el mal, el instrumento de los espíritus
perversos. Hace más de seis mil años, un hombre santo desapareció con toda una
tribu en el interior de la tierra y nunca ha reaparecido en la superficie de
ella. Muchos hombres, sin embargo, han visitado después ese reino misterioso:
Sakya Muni, Nadur Gheghen, Paspa, Baber y otros. Nadie sabe dónde se encuentra
situado. Dicen unos que en el Afganistán, otros que en la India. Todos los
miembros de esta religión están protegidos contra el mal, y el crimen no existe
en el interior de sus fronteras. La ciencia se ha desarrollado en la
tranquilidad y nadie vive amenazado de destrucción. El pueblo subterráneo ha
llegado al colmo de la sabiduría. Ahora es, un gran reino que cuenta con
millones de súbditos regidos por el Rey del Mundo. Éste conoce todas las
fuerzas de la naturaleza, lee en todas las almas humanas y en el gran libro del
destino. Invisible, reina sobre ochocientos millones de hombres, que están
dispuestos a ejecutar sus órdenes.”
En
el siguiente pasaje encontramos reminiscencias al cataclismo y hundimiento del
“continente perdido”:
“El
príncipe Chultun Beyli agregó: -Este reino es se extiende a través de todos los
accesos subterráneos del mundo entero. He oído a un sabio lama decir al Bogdo
Jan que todas las cavernas subterráneas de América están habitadas por el
pueblo antiguo que desapareció de la tierra. Aún se encuentran huellas suyas en
la superficie del país. Estos pueblos y estos espacios subterráneos, dependen
de jefes que reconocen la soberanía del Rey del Mundo. En ello no hay gran cosa
sorprendente. Sabéis que en los dos Océanos mayores del Este y el Oeste habla
remotamente dos continentes. Las aguas se los tragaron y sus habitantes pasaron
al reino subterráneo. Las cavernas profundas están iluminadas con un resplandor
particular que permite el crecimiento de cereales y otros vegetales y da a las
gentes una larga vida sin enfermedades. Allí existen numerosos pueblos e
incontables tribus. Un viejo brahmán budista de Nepal, obedeciendo la voluntad
de los dioses, hizo una visita al antiguo reino de Gengis, Siam, y en ella
encontró un pescador, quien le ordenó que ocupase su barca y bogase con él
hacia el mar. Al tercer día arribaron a una isla donde vivía una raza de
hombres con dos lenguas, que podían hablar separadamente idiomas distintos. Les
enseñaron animales curiosos, tortugas de dieciséis patas y un solo ojo, enormes
serpientes de sabrosa carne y pájaros con dientes que cogían los, peces del mar
para sus amos desconocidos.
Esos
isleños les dijeron que habían venido del reino subterráneo y les describieron
ciertas regiones.”
Tengamos
en cuenta que el revelar los “secretos de Agharti” no es bien visto por los
“grandes iniciados” que de tanto en
tanto dejaron filtrar cierta información a estudiantes de la ciencia que
han optado por “revelar esta leyenda en Occidente”. Se dice que al mismo Renè
Guènon le fueron “cerradas las puertas” de sus contactos con la tradición de India,
por haberse explayado sobre Agharta en su libro Le Roi du Monde, motivo por el cual tuvo que cambiar el destino de
su peregrinación a India y terminar sus días en el Cairo, bajo la tradición del
Islam.
Esperemos
entonces que el Rey del Mundo no se ofenda con nuestra humilde investigación...
como sea, nos lo hará saber a su manera.
Fuentes:
Alec
MacLellan – El mundo perdido de Agharti (¡gracias Sirius!)
Saint
Ives – Mision de la India
F.
Ossendowsky – Bestias, Hombres y Dioses
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Martin
Agharta Díaz es músico (acá pueden ver algunos de sus trabajos), y además
lleva adelante un blog muy interesante llamado La Escalada Erística
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