AGNOSTICISMO CREATIVO (2º PARTE)
Robert Anton Wilson
Traducción: Mazzu
Ver 1º Parte
Una de las mejores
maneras de aprender a experimentar el aspecto ondulatorio de la conciencia, por
supuesto, es escuchando música con los ojos cerrados, especialmente música
barroca. Esto hace a uno consciente del aspecto fluido en forma de onda de la
conciencia y de su carácter sinérgico mucho más rápido que la meditación
oriental. En su punto culminante, al igual que en la meditación, la conciencia
parece ser el objeto de nuestra atención; "No hay separación entre la
música y yo", decimos. Esta experiencia simple, al alcance de todos, deja en
claro que el in-unido y los modos de
conciencia fluidos son existencialmente tan "reales" como las "partículas"
in-dividuales que normalmente
experimentamos como nuestro "yo".
En Flashbacks (1983), el Dr. Leary escribe sobre su célebre y polémica
"experimentación con drogas" con los convictos de Massachusetts en la
década de 1960, en la que, estadísticamente, muchos "delincuentes" se
convirtieron en "ex-delincuentes", y la tasa de reincidencia se
redujo drásticamente. Leary hace hincapié, como siempre lo hizo, en que ninguna
droga es "milagrosa" en sí,
sino en lo que él llama el conjunto y
el escenario - la preparación para la
experiencia de la droga. Esto incluía una explicación, en términos sencillos,
de los puntos principales de la psicología humanista-existencial. Durante la
experiencia de la droga, como era de esperar, se ponía música. Algunos
criminales lloraban, algunos se reían incontrolablemente, algunos se quedaban
en un estado de asombro silencioso: todos estaban recibiendo más señales por
minuto que de costumbre, y comprendiendo
cómo uno suele editar esas señales. En una frase, se les daba la oportunidad de
observar la conciencia materialista desde la perspectiva de la conciencia
existencialista. No es de extrañar que muchos de ellos a partir de entonces
"tomaran la responsabilidad", y cesaran de repetir robóticamente los
imperativos de sus viejas realidades-túneles criminales.
Tampoco es de extrañar
que el Dr. Leary, al igual que el Dr. Reich, fuera posteriormente denunciado,
calumniado y finalmente encarcelado. Las ideas que hemos estado analizando - ideas que, en cierto sentido, estaban siendo
probadas en la investigación para la rehabilitación de presidiarios - son
profundamente amenazantes para todos
los dogmáticos, no sólo para los dogmáticos materialistas. Las iglesias poderosas,
los partidos políticos y los intereses (financieros), por ejemplo, tienen un
fuerte deseo de programarnos para que vivamos en los Universos "Reales"
particulares que les resultan rentables, y para evitar que nos convirtamos en
auto-programadores. Quieren "asumir la responsabilidad" por nosotros,
y no tienen ningún deseo de vernos "asumir responsabilidades" por
nosotros mismos.
El materialismo, en el sentido
filosófico, está apoyado fuertemente por el materialismo en el sentido
económico.
En resumen:
La conciencia no es algo
determinado, o un hecho. Históricamente, nuestra forma de
conciencia parece haber sido determinada por hábitos (inconscientes) neurológicos.
Cuando nos damos cuenta de esto, y luchamos contra la inercia de la costumbre,
la conciencia muta continuamente, se vuelve menos corpuscular y
"fija", se propaga como una onda que fluye. Puede moverse entre los
polos del in-dividualismo puro y el in-unidualismo puro, y entre muchos
otros polos, y puede llegar a ser cada vez más "creativa" y
"auto-selectiva".
Puesto que no hay
explicación en el modelo materialista para estas experiencias de la conciencia
alterando a la conciencia, o auto-programación, podemos o bien rechazarlas como
"alucinaciones" y "apariencias" si queremos conservar el
modelo materialista a cualquier precio, o podemos enriquecer ese modelo al
reconocer que, al igual que todos los modelos, describe algo-pero-no-todo el Universo, con lo cual podemos elegir un modelo
más inclusivo, que en este caso parece ser suministrado en la actualidad por la
psicología existencialista humanista, la mecánica cuántica, y el pensamiento de
filósofos-psicólogos como Nietzsche, James, Husserl y Bergson.
En el Universo "Real"
todas las cosas están determinadas, incluso nosotros y nuestros pensamientos.
En el mundo de la experiencia, las cosas van y vienen sin cesar y algunas lo
hacen tan rápido que no podemos saber por qué; los modelos causales sólo
encajan con parte-pero-no-con-toda la
experiencia. Hay un sentido de flujo, proceso, evolución, crecimiento, y lo que
Bergson llama "el aumento perpetuo de la novedad." En este mundo de
la experiencia, y no en el de la teoría abstracta, nos enfrentamos a decisiones
aparentes continuamente. Tomamos esas decisiones y experimentamos el sentido de
la elección como lo hacemos. Nunca podremos saber cuánto de esas opciones es "real" en
absoluto, pero como no podemos conocer nada de manera absoluta, nos arreglamos
con las probabilidades.
En el Universo "Real"
somos mecanicistas reactivos; en el mundo de la experiencia, somos creadores y allí
el Universo "Real" sólo es otra de nuestras creaciones - una
peligrosa, con cierta tendencia a hipnotizarnos.
Concretamente,
cualquier día ordinario, podemos observarnos a nosotros mismos continuamente en
contacto con el mundo de la experiencia, fundiéndonos con él, realmente aspirando y espirando sus moléculas,
comiendo y excretando otras partes del mismo. Éste "pasa a través" de
nosotros tan a menudo como nosotros "pasamos a través" del mismo.
Dado que editamos y orquestamos las señales que conforman nuestra participación
personal en el mundo de la experiencia, nunca estamos separados de él o de la
responsabilidad sobre él.
La investigación
neurológica de las últimas dos décadas ha demostrado con bastante claridad que
la conciencia pasiva en la que hay un Universo "Real" "allá
afuera" es característica de la dominación del hemisferio cerebral
izquierdo. En consecuencia, cualquier método para entrar en el modo de
fluido-sinérgico-holístico de la conciencia - mediante la meditación, o con
ciertas drogas, o por procesos similares a los del Zen - lleva a un aumento en
la actividad del hemisferio derecho. Es de suponer que si nos quedamos en el
modo fluido del lado derecho del cerebro todo el tiempo, nos volveríamos dionisíacos,
según el término del Sr. Okera.
Es más divertido y más
instructivo, supongo, orquestar la
conciencia propia "cambiando" los canales de la TV - eligiendo el
modo que uno utiliza. De esta manera uno aprende de lo mejor y lo peor de los
dos hemisferios del cerebro. También se puede aprender, por medio de la
auto-experimentación, que hay otras modalidades además de derecha e izquierda.
Parece que también hay un modo de arriba-abajo, relacionado con el grado de posible
dilación que podemos tolerar: la
parte inferior, o cerebro antiguo, parece ser reptiliano en sus reflejos, la
parte superior, o cerebro nuevo, visualiza más fácilmente una realidad
laberíntica múltiple en lugar del si/no del reflejo puro. E incluso parece
haber una polaridad adelante/atrás: los lóbulos frontales parecen afinar las intuiciones en la dirección general de esa
maldita y prohibida "PES".
En resumen, a aquellos
que intentan los experimentos/experiencias del yoga y de la psicología
humanista, les parece que lo que está en sintonía es una función de la forma en
que usamos nuestro cerebro habitualmente, y lo que no está sintonizado puede,
en muchos casos, sintonizarse con práctica en la reprogramación neurológica
(una variedad de ejercicios para poner a prueba estas conclusiones generales
por uno mismo que pueden encontrar en mi libro Prometheus Rising).
Voy a un bar y hablo
con otro hombre. Experimento el
encuentro profundamente parte del tiempo, y superficialmente otra parte del
tiempo, dependiendo de la calidad de
mi conciencia. Si estoy muy consciente, reunirme con él puede ser una experiencia
comparable a la de la música o incluso un terremoto; si estoy en el estado
superficial de costumbre, él apenas me "causa una impresión." Si
estoy practicando el estado de alerta y la autocrítica neurológica, puedo
observar que sólo lo estoy experimentando una parte del tiempo, y que una parte
del tiempo no estoy sintonizado, sino escapando a mi Universo "Real" favorito
y editando mucho de lo que me está diciendo. A menudo, el Universo "Real"
me hipnotiza tanto que a pesar de que yo "escucho" lo que él dice, no
tengo ni idea de la forma en que lo
dice o lo que intenta transmitir.
Camino por la calle y,
observando mi estado de conciencia, veo que estoy en contacto con la realidad
experimentada sólo parte del tiempo.
Algunos árboles son muy bonitos, pero luego me doy cuenta de que he pasado
otros árboles sin verlos. Me he desplazado al Universo "Real" nuevamente
y borré una gran y hermosa parte del mundo de la experiencia. Los árboles no
dejaron de existir; simplemente no los había sintonizado.
Aquel que se mantiene
vivo y alerta al mundo de la experiencia sabe dónde está, qué está haciendo y qué está sucediendo a su alrededor.
Es verdaderamente sorprendente, en un primer momento, practicar la autocrítica
neurológica y notar la frecuencia con la que uno ha perdido el rastro de
cuestiones tan simples como estas. Es aún más sorprendente darse cuenta de que
uno está caminando entre sujetos hipnotizados que, la mayoría de las veces, han
perdido por completo el seguimiento de estas cuestiones y están contándose a sí
mismos historias sobre el Universo "Verdadero" mientras editan vastas
cantidades del mundo de la experiencia.
Cuando el matemático
Ouspensky estaba estudiando con Gurdjieff, le resultó muy difícil, al
principio, entender esta capacidad humana única de olvidar dónde está uno, qué
está haciendo, y que está sucediendo a su alrededor. Dudaba particularmente
sobre la insistencia de Gurdjieff que este "olvido" era un tipo de
hipnosis. Entonces, un día, después del comienzo de la Primera Guerra Mundial,
Ouspensky vio un camión cargado de piernas artificiales. Educado como un
matemático y entrenado en las estadísticas, Ouspensky recordó que al igual que
es posible calcular cuántas personas mueren por ataques al corazón en un año
determinado, mediante la teoría de la probabilidad, también es posible calcular
cuántas piernas pueden volar en una batalla. Pero el cálculo se basa en el
hecho histórico de que la mayoría de la gente la mayor parte del tiempo hará lo
que les dicen sus superiores. (O, como algún cínico dijo una vez, la mayoría de
la gente prefiere morir, incluso mediante la tortura lenta, que pensar por sí
mismos.) En un instante, Ouspensky entendió cómo los hombres ordinarios se
convierten en asesinos y en víctimas de asesinos. Se dio cuenta de que en
efecto la conciencia "normal" es muy similar a la hipnosis. La gente
en trance hará lo que se les dice, incluso si se les ordena marchar a la
batalla contra personas totalmente desconocidas que nunca les han hecho daño, e
intentarán asesinar a esos extraños mientras los extraños intentan asesinarlos
a ellos. Las órdenes de arriba están sintonizadas; la posibilidad de elección
es estar no-sintonizado.
La guerra y el crimen -
los grandes problemas de nuestro siglo y los problemas crónicos de nuestra
especie - parecen, al psicólogo existencialista humanista, resultados directos de
la auto-hipnosis, tales como perder la noción de la experiencia y "vivir"
en un Universo "Real". En el Universo "Real", el Hombre que
está en lo Correcto siempre está en
lo correcto, y la sangre y el horror son incidentales, para demostrar que sólo son
una apariencia, fácil de olvidar. Además, el Hombre que está en lo Correcto sabe
que él es sólo un mecanismo de reacción y en última instancia, el Universo "Real"
es el culpable de "hacerlo" explotar en semejantes furias.
En la vida existencial
experimentada, nos damos cuenta de que estamos haciendo apuestas y escogiendo opciones
todo el tiempo, y somos responsables de estar alerta y lo suficientemente
conscientes para hacerlo de forma inteligente y revisarlas cuando sea necesario.
No podemos culpar de todo al Universo "Real", ya que sólo es un
modelo que hemos creado para hacer frente a la vida experimentada. Si el modelo
no es lo suficientemente bueno, no lo culpamos sino que lo revisamos y lo
mejoramos.
Últimamente, la
psicología existencialista está de acuerdo con la neurología (y suena
notablemente a la mecánica cuántica) al subrayar que no existe un modelo que no
sea una expresión de los valores y las necesidades del que crea ese modelo, no
hay una descripción que no sea también una interpretación, y por lo tanto no hay
un "observador objetivo detrás de un cristal" que simplemente observa
lo que sucede. En resumen, todo el lenguaje tradicional de "la cosa ahí afuera",
"la imagen de aquí", y "la mente" separada de ambos, es
totalmente inadecuado para describir nuestra experiencia, y necesitamos un
nuevo lenguaje holístico o sinérgico. La búsqueda de este nuevo lenguaje - de
"un nuevo paradigma" - se reconoce cada vez más en muchas otras
disciplinas en estos días, ya que es obvio para cada vez más investigadores que
los viejos modelos han dejado de ser útiles.
La "jerga"
sugerida en algunas partes de este libro - los extraños nuevos términos
utilizados en lugar de los viejos términos – es tentativa, y está destinada a
ser más sugerente y poética que precisa. El nuevo paradigma no ha surgido
todavía lo suficiente; vemos sólo sus grandes líneas generales.
El cerebro humano,
desde el punto de vista de la teoría de la percepción y la psicología
existencialista, se parece mucho a una computadora auto-programable muy singular.
El cerebro elige - por lo general de forma inconsciente y mecánica - la
cualidad de conciencia que va a experimentar y la realidad-túnel que empleará
para orquestar las señales entrantes desde el mundo de la experiencia. Cuando
llega a ser más consciente de esta programación, su creatividad verdaderamente se
torna sorprendente y ha sido llamada metaprogramación por el Dr. John Lilly.
En la metaprogramación
o autocrítica neurológica, el cerebro llega a ser capaz de aumentar
deliberadamente el número de señales conscientemente aprehendidas. Uno mira
casualmente, de la forma habitual, y luego mira una y otra vez. Objetos ordinarios
y situaciones aburridas se transforman - en parte porque "eran" sosos
y aburridos sólo cuando el cerebro estaba trabajando con los viejos programas
mecánicos - y, sin ser demasiado líricos al respecto, la unidad sinérgica de
observador-observado se convierte en una experiencia emocionante. Cada experiencia se convierte en el tipo de
aprendizaje intenso que por lo general sólo se da en la escuela cuando estudiamos
para los exámenes. Este alto estado de conciencia involucrada - llamado ‘estar despierto’ por los místicos - parece
perfectamente normal y natural en el cerebro que se ha programado para mirar su
propia programación. Dado que, en el mundo existencial de la experiencia,
tenemos que hacer apuestas y elecciones, estamos conscientemente
"almacenando" todo el tiempo, pero no hay un sentido especial de
estrés o ansiedad involucrados. Estamos viviendo
el tiempo en vez de pasar el tiempo, como dijo Nicoll.
El cerebro, al parecer,
funciona mejor bajo presión. El soldado condecorado por su valentía a menudo
dice "Yo no recuerdo haberlo hecho - todo sucedió demasiado rápido."
Incluso en situaciones menos aterradoras que la guerra, la mayoría de nosotros
hemos tenido destellos de esta eficiencia y rapidez asombrosa de los procesos
cerebrales durante una emergencia. Parece muy probable que los sentimientos
habituales de "impotencia" e "insuficiencia" se derivan
principalmente de nuestra costumbre de sumergirnos en el Universo "Real"
y no estar eléctricamente involucrados en donde
estamos, lo que estamos haciendo, y lo que está sucediendo a nuestro alrededor.
En las crisis, este divague o hipnosis no está permitida: estamos urgentemente
al tanto de todos los detalles del campo de la experiencia. Algunas personas
desarrollan un hábito suicida de búsqueda de peligro - escaladores de montaña y
otros deportistas, por ejemplo - sólo para disfrutar de este estado de
funcionamiento rápido del cerebro y alta participación una y otra vez. La metaprogramación
o autocrítica neurológica, desarrollada como un hábito para sustituir a la
antigua costumbre de divagar por Universos "Reales", crea ese tipo de
"éxtasis" cada vez con más frecuencia, y a uno le parece que nunca había
utilizando su cerebro antes, o que le estaba dando mal uso.
En concreto, dos
personas pueden "estar" en la misma situación existencial, pero
pueden estar experimentando dos realidades túneles muy, muy diferentes. Si
ambos son modeloteistas o fundamentalistas, ambas diferentes realidades túneles
serán experimentadas como "objetivas" y cada uno va a reaccionar de forma pasiva. Si ambos
están en un estado aumentado de conciencia - en busca de más y más señales a
cada minuto - ambas realidades-túneles seguirán siendo diferentes, pero cada
una será experimentada como una creación
y las dos personas estarán involucradas.
Es más probable que en el segundo caso se puedan comunicar con claridad y
entenderse unos a otros; en el primer caso, pueden caer en una violenta disputa
acerca de quién tiene la "verdadera" realidad-túnel y el Hombre que
está en lo Correcto tendrá que castigar al otro por su "error".
Parece que cuando
"Dios" o la "naturaleza" o la "evolución" nos
dotó con un cerebro humano, no nos dio instrucciones sobre el funcionamiento de
este maravilloso dispositivo. Como resultado, la mayor parte de nuestra
historia ha sido un intento de aprender a usarlo. Al aprender que esto implica asumir la responsabilidad e involucrarnos, parece que estamos
aprendiendo, también, lecciones que no son meramente tecnológicas, sino
estéticas y "morales". Una vez más, parece que el mundo experimentado
funciona holísticamente y la separación que hacemos del mismo en categorías
diferentes - "ciencia", "arte", "ética" - es más
confusa que útil.
Usar el cerebro de
manera eficiente - ser consciente de
dónde uno está, qué está haciendo y qué está sucediendo a su alrededor, y
asumir la responsabilidad de las apuestas o elecciones propias - parece aumentar
la "inteligencia" y la "creatividad". Esto casi no es una
sorpresa. Cualesquiera que sean nuestras definiciones técnicas de estas
funciones misteriosas, es obvio que están conectadas de alguna manera con el
número de señales conscientemente
aprehendidas, y con la rapidez del proceso de revisión. Cuando se sostiene un
modelo de forma estática entre nosotros y la experiencia, el número de señales captadas
cae, no se produce la revisión, y la "inteligencia" y la
"creatividad" declinan correspondientemente. Cuando hay muchos
modelos disponibles, y cuando estamos involucrados
conscientemente en nuestras elecciones, el número de señales conscientemente
aprehendidas aumenta, y nos comportamos de manera más "inteligente" y
"creativa".
Pero el mismo proceso
de participación, responsabilidad, elección consciente, etc también aumenta las
facultades que tradicionalmente llamamos estética y moral. No hay separación; la experiencia es un continuo. Lo que vemos y experimentamos
nos dice las verdades más íntimas acerca de quién y qué somos, así como la revelación
de una riqueza de "significado" creciente en cada transacción
existencial. Citando a Blake nuevamente:
El tonto no ve el mismo árbol que ve
el hombre sabio.
Una vez más, parece que
el modelo materialista de la conciencia mecánica cubre algunas, pero no todas las experiencias, y excluye precisamente esa
parte de la experiencia que nos hace humanos, seres responsables, estéticos, y
morales.
Uno puede sospechar que
esta es la razón por la que la edad materialista se ha vuelto cada vez más inhumana,
fea, amoral y ciegamente irresponsable.
Uno puede sospechar que
esta es también la razón por la cual The Citadel – la sección económicamente
arraigada del Nuevo Fundamentalismo, que sirve y es alimentada por el Estado de
Guerra - atrae cada vez a más científicos del mundo con la única tarea, como
dijo Bucky Fuller, de crear más y más poder explosivo que abarque distancias
cada vez mayores en tiempos cada vez más cortos para matar a más y más gente.
Para el existencialista-humanista,
el Universo "Real" no nos está obligando a comportarnos colectivamente
de esa manera. En última instancia, el racionalismo irracional - la
realidad-túnel del Dr. Frankenstein y el Dr. Strangelove - es una invención
social. En última instancia, "Los comunistas están conspirando para
esclavizarnos" es una regla de juego de la guerra fría; permite que todos
los actos de los rusos sean definidos como otro truco – sin importar lo
conciliatorios que puedan parecer a los observadores neutrales, sin importar
que parezcan apuntar a la tregua -. De
la misma manera, "los estadounidenses están conspirando para
destruirnos" es una regla de juego similar del Politburó. El Universo
"Real" donde esta locura aparece como cordura, es nuestra creación
colectiva. En la experiencia existencial sólo estamos haciendo apuestas, pero estamos
hipnotizados por nuestros modelos y caminamos hacia el Armagedón pensando que
el Universo "Real" hace que sea imposible detenerlo y probar un juego
mejor.
Al igual que el ganado que
va para el matadero o como los soldados de Ouspensky que va a que les hagan
volar sus piernas - no nos detenemos a recordar quiénes somos, dónde estamos, y
qué está sucediendo a nuestro alrededor.
La resistencia a escuchar
a las mujeres en Greenham Common no es lejana a la resistencia a la información
"extraña" que hemos estado examinando. Hay razones económicas, así
como neurológicas por las cuales el Dr. Reich y el Dr. Leary fueron a la
cárcel, mientras que el Dr. Teller, padre de la bomba de hidrógeno, es una autoridad
reconocida en el Universo "Real", es rico, y honrado y alabado en the
Citadel.
Texto tomado de "The New Inquisition" de Robert Anton Wilson (1986)
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